viernes, 26 de marzo de 2010

Las mujeres que amamos demasiado


Toda mi vida he visto con malos ojos los libros de autoayuda, intenté leer Mis zonas erróneas hace años porque mi prima me lo recomendó pero simplemente no pude pasar de la segunda hoja y también he desdeñado siempre aquellos libros supuestamente literarios que no son más que libros de autoayuda camuflados, como muchos de un famoso escritor brasilero. Con el tiempo no sé si me he vuelto menos estricta o más abierta y puedo reconocer distintos tipos de enseñanza en casi todos los textos con algún fin loable. También he aprendido que los libros a veces le llegan a uno en el momento inadecuado y que hay que tener la lucidez para abandonarlos y retomarlos cuando es debido, aunque el azar casi siempre juega a nuestro favor y nos llegan por lo general cuando es su momento, no podría decir que demasiado tarde porque mientras haya vida que vivir siempre se puede mejorar no para cambiar el pasado sino para afrontar el futuro con calidad y alegría.

Así que he acabado de leer Las mujeres que aman demasiado de Robin Norwood el cual compré pensando en una amiga muy querida, la cual me lo prestó. Mucho de su contenido de verdad que me ha descubierto zonas oscuras, nebulosas de mis sentimientos y me ha permitido la posibilidad de entender y ver aquello que me había pasado desapercibido. "Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado", esa es la primera idea clave que hay que entender, que el amor no es, no tiene por qué ser un sufrimiento y si lo es, es que algo anda mal. Norwood desarrolla el tema como una adicción, en mayor o menor medida, y considera que su tratamiento merece la misma atención, profundidad y apoyo que la adicción a una sustacia. Si bien el inicio, su claridad y precisión, me gustó mucho, luego desarrolla varios casos no todos interesantes que además se vuelven algo repetitivos, de modo que ya al final me parece que promete más de lo que cumple y que su análisis está demasiado atravesado por directrices de raza y clase que no siempre se aplican o se pueden aplicar a nuestra realidad, lo que no quita las enseñanzas que nos puede dejar.

En resumen, ni la obsesión, ni el dolor son sinónimo de amor. Las mujeres que aman demasiado cumplen un patrón bastante similar, que surge de no haber recibido en la niñez el afecto, el apoyo y la seguridad que toda niña necesita. Las relaciones con hombres errados es por un lado una proyección de sus miedos infantiles que esperan resolver en el presente, por otro la continuación de un patrón en el que lo "normal" es la inseguridad, el dolor, la dependencia enfermiza. Cuesta mucho trabajo cambiar este patrón, especialmente porque la niñez marca una ruta, traza un camino por el cual caminarán todos nuestros afectos posteriores, es así que crear nuevos senderos se hace una tarea ardua, larga y compleja, pero no imposible. Los hombres también tienen su cuota de responsabilidad en esto, aquellos que se juntan con mujeres que aman demasiado es porque ellos también tienen una carga personal que evaluar. En algunos casos de los expuestos en el libro, ambos han hecho procesos de terapia y luego han logrado retomar una relación ya en otros términos, pero el trabajo personal es ineludible para los dos. Como parte de la recuperación ocurrirá que luego podremos entablar relación con hombres (mujeres) adecuados que nos parecerán "aburridos", esto porque nunca la adrenalinda de la inseguridad o de la conquista va a compararse a la de una relación sana y saludable, de ahí que sea necesario aprender a amar lo que nos hace bien, lo cual pasa en primer lugar por amarnos nosotras mismas. Es mucho más lo que podría decir, sólo les recomiendo el libro y les dejo con unas pequeñas ideas fuerza:

"Nuestra cultura otorga un visto romántico al sufrimiento por amor y a la adicción a una relación (...), estamos rodeados por innumerables ejemplos de relaciones inmaduras e insatisfechas que se ven glorificadas y ensalzadas. Una y otra vez esos modelos implican que la profundidad del amor se puede medir por el dolor que causa y que aquellos que sufren de verdad aman de verdad".

"Hay una regla empírica que dice así: cuanto más difícil es poner fin a una relación que es mala para nosotras, más elementos de nuestra lucha infantil contiene. Cuando amamos demasiado es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niñez, y darse por vencido es renunciar a una valiosísima oportunidad: de encontrar alivio y de rectificar lo que hemos hecho mal".

"La verdadera aceptación de un individuo tal como es, sin tratar de cambiarlo mediante el aliento, la manipulación o la coacción es una forma muy elevada del amor y, para la mayoría de nosotros, resulta muy difícil de practicar. En el fondo de todos nuestros esfuerzos para cambiar a alguien hay un motivo básicamente egoísta, una creencia de que a través de ese cambio seremos felices. No hay nada de malo en desear ser felices, pero colocar la fuente de esa felicidad fuera de nosotros mismos en las manos de otras personas significa que evitamos nuestra capacidad, nuestra responsabilidad de modificar nuestra propia vida para bien".

No creo que el libro se agote en sí mismo, sin duda se debe complementar con un trabajo de terapia, yo que he estado ya un tiempo en ese proceso debo decir que igualmente me ha hecho bien la lectura y que ambas cosas se han enriquecido mutuamente. Se trata de un trabajo en el que sigo inmersa, el trabajo personal, interior de comprenderme mejor y poder llevarme mejor con el mundo, por supuesto también el de aprender a amar bien a quienes me rodean.

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