domingo, 29 de enero de 2012

The City Dark


Tuve una semana agotadora. El lunes fui a nadar en la mañana, luego a la oficina a preparar mi clase del día siguiente y también prepararme para iniciar el Taller de no ficción con Antonio Muñoz Molina. A medio día tuve cita con Fryné por teléfono, lo cual funcionó bastante bien, avanzamos bastante y me gustó mucho, salieron muchas cosas nuevas a flote. Almorcé con Rossy la ensalada del Mom's Cooking de siempre. Luego pasé a entregarle a Mariela los encargos que le habían mandado desde Lima. Tuvimos clase con Antonio que estuvo muy interesante y por supuesto nos hizo preguntas que nos ponían en aprietos, como nuestra relación con la escritura y luego nos dejó tarea, además de recomendarnos un documental The City Dark. Al salir de clase me encontré con Roberto que está de paso por Nueva York, no lo veo hace como tres años. Nos fuimos al Arthur's Tavern y ahí estuvimos conversando y escuchando jazz. Luego vino Rossy y me quedé con ella otro rato porque Roberto esa misma noche se iba fuera de Nueva York, quedamos vernos a su vuelta. Estaba el grupo de jazz que oí la primera vez, unos viejitos muy simpáticos que tocan al estilo de las películas de Woody, un jazz mucho más clásico. Así que lo disfrutamos mucho y prometimos volver. El martes tuve mi primera clase de español que estuvo bien, mis alumnos se ven simpáticos, pero me tomó un montón de tiempo checar que estaban todos en el curso correcto. En la tarde almorcé con Rossy y Mariana en el restaurante de pastas que nos gusta, ensalada griega y pizza margarita con albaca. Luego nos tomamos el cafecito en el lobby de la universidad y ahí se nos acolleró Giuseppe y luego Manuel. Le di su regalito a Manuel y también a Consuelo que llegó luego. Tuvimos Taller de tesis con Lina Meruane y estuvo muy bien, nuevamente preguntas incómodas sobre nuestra propia obra pero que nos ayuda a repensar el proceso de nuestra escritura. También salimos con tarea pendiente. Rossy y yo cenamos y nos fuimos a ver The City Dark que era el último día que estaba en cartelera. Me encantó la película pero es triste porque habla de las consecuencias de la iluminación de las ciudades, de la contaminación lumínica que eso produce y las consecuencias de perder la noche, la oscuridad, consecuencias filosóficas, ecológicas, corporales. Los más dañados son los animales que migran, como los pájaros que se chocan con los rascacielos o que no pueden orientarse por las estrellas cuando atraviesan las ciudades porque no las ven y se pierden o las tortugas que salen de sus huevos y se van en dirección contraria al mar porque hay más luz de ese lado, así que mueren camino al centro comercial. Hay gente ayudando a remediar estos males y haciendo leyes para dirigir la luz hacia donde se necesita y no perturbar la oscuridad, pero pues igual los efectos ya existen, son irreversibles. El miércoles tuve clase de español, llegaron más alumnos, luego vi a Antonio, le compartí los libros de mis abuelos y le hice firmarme El jinete polaco que estoy leyendo ahora. Luego almorcé con Christian y hablamos de la revista, le di un turroncito que le traje de Lima. En la tarde fui a mi clase de yoga con Hilaria que estuvo muy bien y de ahí a casa donde recién pude ver a Marguerite que llegó de Colombia así que conversamos un poco. El jueves fui a la piscina en la mañana, luego me encontré con Rossy por Penn Station, tomamos un café y conversamos mientras ella esperaba a su mamá y su hermana que la iban a visitar. En la tarde volví a la universidad a trabajar, me encontré con Odi y almorzamos juntos en el Whole Food y en la noche fui al Instituto Cervantes a la presentación del libro de Elvira Lindo titulado Lugares que no quiero compartir con nadie. Me hice firmar el libro y también llevé Manolito Gafotas para que lo firmara y recordarle que nos tiene a los lectores esperando el siguiente capítulo. Luego regresé a casa y a dormir. El viernes tuve clase en la mañana, tuve nuevamente alumnos nuevos, estoy casi en el tope de los 18. Luego almorcé con Marta en el Apple, de ahí hice varios pendientes y me fui al yoga, estuvo bien fuerte la clase aunque era para principiantes. Tengo problemas con mi computadora, no es compatible el programa que uso en otras así que me está tomando tiempo resolver ese problema. ¡Como si me sobrara el tiempo! El sábado hablé con mi mamá y mi papá en la mañana, luego fui a mi clase de spinning con Pedro en el Palladium, me gustó más el Cole, aunque la clase estuvo buenísima. De ahí regresé a casa y me la pasé ahí leyendo y descansando porque parece que me entró frío. El clima estuvo loco toda la semana, mucho frío que te hiela, luego calor, luego lluvia, luego viento huracanado, en fin, un caos. Compré fruta para la semana y conversé con Rubén por teléfono. De pronto me sentí triste porque me dio la sensación de que luego de esta etapa no volvería a Nueva York nunca más y fue un sentimiento raro y triste. El domingo, mismo plan, estar en casa leyendo y prepararme para empezar otra semana más.

domingo, 22 de enero de 2012

Frío Nueva York


El martes estuve en casa haciendo backup de mis archivos de la computadora. Fue Rodo a casa a almorzar y a ayudarme a entrar en la Mac. Algunas cosas logramos hacer, como conectarnos a internet y copiar todos mis archivos. Luego fui con mi mamá al quiropráctico, que quedaba por Santa Anita así que fue un largo viaje, regresamos muy tarde y ya no pude ir a la serenata a Lima. El miércoles seguí explorando la compu y terminando de despedirme de mi compu viejita. Almorcé con Rocío en el San Antonio, una ensalada y un juguito de granadilla. Lo malo que a la ensalada le echaron mayonesa, debo recordar decir siempre que no quiero que le pongan aliño a mis comidas que yo misma se lo pongo. Luego regresé a casa y fui a Runa para una mini capacitación sobre la página web. En la noche fuimos a la misa de mi tía Dunia, ahí estuvimos hasta tarde. El jueves terminé de leer el libro de Kingsolver, se acabó mi crédito del celular y fui a almorzar con mi papá. En la tarde pasé por el artesanal para unas compras de último minuto. Luego a casa fueron Belissa y mi tío Pepe, así que me acompañaron al aeropuerto. Como nunca no había tráfico en la Faucett y no había nadie en la cola en Lan. Así que chequé al toque y de ahí nos fuimos a comer un sanguchito rico y un juguito en la 4d (foto). Fue bonita la despedida porque estuvimos conversando y riéndonos. Pero igual me dio penita, aunque seguro que el tiempo se pasa volando. Mi vuelo salió media hora más tarde que al final se convirtió en una hora. En el asiento de al lado venía un niño solito muy pequeño, me daba pena, todo el mundo pensaba que venía conmigo, casi no hablaba. El vuelo estuvo tranquilo, hubo poca turbulencia y pude descansar un poco al menos. Como se retrasó el vuelo, llegué una hora más tarde y salí de migración recién a las 9:30am, el shuttle se demoró y llegué a casa a las 11:30, con tiempo solo para dejar la maleta y salir corriendo para mi reunión. Hacía un frío terrible y mis pies iban congelándose mientras atravesaba Washington Square. La reunión bien, comí con Elvira y Mariana. Después de la reunión con Tirso, fui a reactivar mi línea de teléfono y salí con nuevo teléfono y nueva línea. Luego fui a comprar fruta y cosas para comer antes de encerrarme en casa. Dijeron que nevaría en la noche y así fue. Desempaqué, limpié el cuarto y el baño que estaban sucios y medio ordené. Hablé con Gabriela que ya se iba a Ecuador, luego con mi tía Luz para darle el pésame y con mis amigos más cercanos. El sábado trabajé con Reid en un artículo, luego bajé a mi compu los programas que me hacían falta (Pages y Numbers). Y terminé de ordenar. Esperaba a Rossy pero no pasó a mi casa, así que ahí me quedé. Felizmente hay un servicio para ordenar comida por internet y pagar con tarjeta, ¡nunca me sentí tan feliz en el invierno frío de Nueva York como cuando llegó la comida a la puerta de mi casa y no tuve que salir! Ya me queda claro que la nieve no me gusta, mucho menos bajo mis pies. Solo en la punta de las montañas, en los nevados, es bonita, pero no en la ciudad, hasta el parque se ve calato sin las hojas de los árboles, no me gusta. El domingo hablé con mi mamá y con mi papá, luego trabajé un poco en la mañana y luego fui a visitar a Rossy, almorzamos juntas y conversamos buen rato. De ahí regresé a casita, a alistar todo para iniciar el semestre con buenas energías.

martes, 17 de enero de 2012

Última semana en Lima


El lunes fui con Fryné, luego pasé al mercado, fui al banco, volví a casa ha hacer llamadas y almorcé con Tabata. Empecé a hacer mi ensayo sobre el encuentro feminista. El martes visité a Ana y seguí trabajando todo el día. El miércoles fui con Fryné, esperé al señor de la cortina que las lavó, almorcé con Rodo y en la noche salí con Kathy al cine. Vimos una película que se llamaba All good things, un thriller no muy bueno, un poco violento, pero pude conversar con mi prima y dar una vuelta por la rotonda de Miraflores, que no iba hace tiempo. El jueves en la mañana vino el maestro Yauri para arreglar el lavadero de la cocina. Después de almuerzo nos fuimos a San Bartolo con mi mamá y mis primos, nos quedamos en el hotel Sol y Mar, pero el 800 en el que estuvimos con Rubén me gustó mucho más. Ese día ya no nos bañamos en el mar, al día siguiente estuvo un poco nublado pero igual me metí, hacía calor pero estaba bien fría el agua. El sábado en la mañana hacía un solazo, justo cuando ya nos regresábamos, Alexis se chocó con la malagua aunque le dije que tenga cuidado. Almorzamos en el Gramadal de regreso en Lima y luego estuvimos en casa. Mi mamá se enteró que falleció mi tía Dunia en Estados Unidos pero estaban dando el pésame a la familia aquí también. El domingo empecé a hacer maletas temprano, desayunamos y luego fuimos a Maranga a revisar la biblioteca. Almorzamos con mi tía Elena para celebrar su cumpleaños, en casa de mi tía Blanca, ahí estaban la mayor parte de los hijos de mi tío Santiago, mi tío Pedro y mi tía Dora (en la foto), mi tía Celia, así que fue grato saludarlos a todos. Luego regresé a casa, pasaron Conce, mi tío Pepe y Belissa para despedirse. Vimos el atardecer y tomamos cafecito con pan. El lunes fui con Fryné, mandé mi artículo de la semana, volví a darle una revisada al de feminismo, almorcé con mi mamá y luego salí con Rocío, Cuau y Joaquín donde Rodo, ahí estuvimos hasta tarde. Regresé a seguir leyendo un poquito más de La biblia envenenada de Bárbara Kingsolver que estoy apunto de acabar y que me ha encantado, aunque también me ha dado indignación saber sobre la historia del Congo y el gran daño que le hicieron a esa nación. Pero la novela es fabulosa.

lunes, 9 de enero de 2012

Sol y mar


Recibimos el año muy a gusto en casa de Dafne, con Eda, Diana, Gustavo, Omar y otros amigos, con uvas y globos amarillos. El primer día del año nos levantamos tarde, Rubén preparó chilaquiles verdes para desayunar y vimos todo el día películas en piyama. Cuando volvió el hambre preparamos pizza y brindamos con cervecita mientras veíamos la primera puesta de sol del 2012 (en la foto). Al final vimos: Moneyball con Brad Pitt que estuvo bien, Horrible Bosses (Quiero matar a mi jefe) que estuvo más o menos, Amor a distancia con Drew Barrymore que estuvo muy bien y Rio que estuvo excelente. El lunes fuimos a Gamarra a hacer compras, luego en la noche tomamos lonchecito con mi tía Martha en San Felipe porque ya se iba al día siguiente. Al regresar pasó Tabata un rato por casa y conversamos un poco. El martes almorzamos ceviche en Magdalena con Gustavo y Diana, llegó Jaime a entregar los libros de mi abuelo Miguel y luego fuimos al Centro Cultural de la Católica a ver la exposición Ficciones asiáticas y en la noche fuimos a casa de Anita en Miraflores. El miércoles nos fuimos a San Bartolo, hizo mucho calor ese día y Rubén comió el mejor ceviche de su viaje, fue de perico y lo comió en Rocío. El jueves nos quedamos también ahí para regresar el viernes en la mañana, cambiarnos e ir a almorzar chifa por el cumpleaños de mi abuelita, le entregamos el libro de mi abuelo como regalo. Pasamos un rato por casa de mi papá y en la noche fuimos al teatro a ver Crónica de una muerte anunciada de Jorge Alí Triana, basada en la novela de Gabriel García Márquez. Luego pasamos a comer un sanguchito a San Antonio y con las mismas nos fuimos al Centro Social Musical Breña donde celebramos el cumpleaños de Diana. El sábado fuimos temprano por tamalitos y humitas al mercado, luego almorzamos en Mama Lola, pasamos al artesanal por las últimas compras y estuvimos en casa con la familia y algunos amigos que fueron a despedirse de Rubén. El domingo después de un rico desayuno nos fuimos al aeropuerto. Después de dejar a Rubén nos fuimos con mi mamá a Minka. Luego del almuerzo desarmé mi arbolito y empecé a ponerme al día en los mails y organizar los días que me quedan en Lima.