domingo, 26 de septiembre de 2010

48th Film Festival of New York


El sábado me levanté temprano, puse a lavar ropa, a ponerme al día en mis lecturas y trabajar un poco. Antes limpié además mi cuarto, pasé la aspiradora, en fin, cambié algunas cosas de su lugar, hice renovación total, porque aproveché a su vez de hacer dieta de manzana para limpiar mi estómago que en la semana me sentí un poquito mal (más vale prevenir que lamentar). Como a medio día me llamó Melina porque empezó el Festival de Cine de Nueva York, el evento de cine más importante del año, así que yo, ni corta ni perezosa, me acolleré con ella. Vimos la película llamada Tío Boonmee que es tailandesa (de Apichatpong Weerasethakul), llegaba con grandes expectativas porque es la ganadora de la Palma de Oro de Canes. La película es interesante, un poco rara, creo que con varias referencias culturales y personales difíciles de leer. Al acabar estaba el director ahí y se hizo un breve diálogo con él, la presentadora era buenísima, de esas personas que tiene un comentario inteligente bajo la manga siempre. Yo no me quedé a más pero Melina tenía entradas para más tarde así que la acompañé a comer (yo comí manzana), de ahí pasamos por mi depa y estuvimos conversando hasta que fue para la otra función, iba a ver un documental sobre John Lennon que a mí no me interesaba tanto (pero resultó que al final estuvo ahí Yoko). Cuando se fue estuve un rato avanzando algunas cosas en la compu y de ahí me fui a dormir. El domingo me levanté muy temprano, a las 6am, me puse a leer, a terminar algunos pendientes. Desayuné y me bañé y seguí trabajando. Comí guisito de tofú con ensalada que tenía del otro día. Me llamó Mikaela que ya estaba en Nueva York pero se iba a Filadelfia inmediatamente, sin embargo pude pasar por la casa de sus abuelos para verla un momento, viven en una zona muy bonita en upper Manhattan, frente al río Hudson. Estuvimos ahí un ratito, me dio los encargos que me mandó mi mamá y nos fuimos. Me enseñó el restaurante Tony's que aparece en la serie Seinfeld. Llegué a casa, hablé un rato con María Elise y de ahí me fui al cine. La película Poesía (Corea del Sur, Lee Chang-dong) me pareció buenísima, a la vez dura y tierna, la actriz es magistral. Iba a estar el director al final pero por alguna razón no pudo. Te dan cafecito illy a la entrada gratis, muy rico. Empezó a estar un poco nublado así que me fui rápido, pasé por fruta y a la casa. Estoy muy contenta con el cine, lo estoy disfrutando mucho, aunque es caro, muy caro, y tengo que ajustarme al presupuesto, más porque todavía no me dan nada de dinero de mi beca. Quise hablar con Ana pero no contestó, hablé con mi papá y con mi mamá un ratito y un buen rato con Rubén. Me puse al día en los mails y terminé algunos pendientes para empezar la semana tranquila, aunque se me vienen días muy agitados.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Una semana con Julia


El domingo me quedé en casa todo el día y no salí ni a la esquina. Avancé mis lecturas y otros pendientes, cociné un guisito de verduras. El lunes me levanté temprano y fui a montar bici. De ahí me quedé escribiendo todo el día, leyendo y trabajando. Julia llegó en la noche, como a las 9pm. No nos veíamos desde hace como tres años. Me dio mucho gusto encontrarla, sólo que ella estaba muy agotada por el viaje así que hablamos un rato y nos acostamos. El martes nos levantamos temprano a desayunar, la acompañé un tramo hacia donde era su reunión pero se le hizo un poco tarde y tomó taxi, así que yo me regresé caminando, compré un poco de fruta y pasé por el correo. Hacía mucho calor como si fuera verano otra vez. Almorcé y me fui a la universidad. Tuve mi clase con Sergio, que me gustó más que la primera, hubo más diálogo. La de Diamela también estuvo muy bien, nos apuramos un poco y acabamos igual a las 9:30pm. Regresé a casa y ya estaban Julia, al rato llegó Marguerite y la pude saludar. El miércoles Julia salió más temprano a su trabajo, la acompañé un tramo, cruzamos el central park juntas y nos topamos con Mario Vargas Llosa que estaba también en ropa de deporte caminando. De ahí yo me di una vuelta pequeña corriendo. Regresé y encontré todavía a Marguerite y Reid. Reid salió y yo me puse a leer pero al rato volvió y prendió la tele. No me incomoda porque es en inglés y me puedo distanciar yo en mi lectura, pero pienso que cuando se muden para la ciudad habrá que adecuarse a la convivencia. Después salí yo también a mi reunión con Lila que no fue muy fructífera porque en resumen no hay fondos para viajes, más que la bolsa de la escuela de graduados cuya convocatoria ya pasó. Regresé para ver a Julia pero ella se demoró un montón. Reid pidió pizza y comimos, pero salimos igual a tomar una cervecita afuera. Julia me invitó. Estuvo lloviznando un poquito, el clima completamente cambiado, calor y lluvia. El jueves salimos a pasear por todo el central park, descubrimos varios lugares que yo no había ni visto en bici, pues solo puedes ir caminando. Almorzamos con Tamara y de ahí yo me fui a la universidad, ellas se fueron a hacer las uñas, los pies y conversar. Nos íbamos a juntar en la noche pero tenía que resolver lo de mi cheque, hacer una cita con una persona para eso y además estaba preocupada porque mi mamá se desmayó. Así que estuve con mis amigas un rato en el cóctel, de ahí en la presentación y me fui a casa para llamar a mi mamá. Hablé con ella y ya me quedé más tranquila parece que fue un efecto de la pastilla que le dieron para la muela, era uno de sus efectos secundario, ¡plop! Compré mi pasaje para Lima pues ya decidí ir para navidad, así que con eso me sentí más tranquila. El viernes desayunamos con Tamara también, luego fuimos un rato a ver tiendas, Julia compró varias cosas. Almorzamos ligero en casa y de ahí nos fuimos en el metro, ella para el aeropuerto, yo para una charla. Nos despedimos contentas y es posible que Julia regrese para noviembre o diciembre. Después de mi charla que estuvo muy interesante, con el editor de la revista Granta, me fui con Mariela hacia el metro, conversamos un rato. Llegué a casa a ponerme al día en el mail y en varios pendientes y a prepararme para aprovechar el fin de semana que tengo un montón que hacer. Hablé con mi mamá y con mi papá, con Paty y me fui a la cama.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Mi nuevo hogar


El jueves me levanté temprano y fui a montar bicicleta. Me iba a acompañar Marguerite pero no pudo porque tenía que mover su auto. Lo que sucede es que los edificios de Nueva York, sobre todo los más antiguos, entre los que se encuentran aquellos frente al Central Park, no tienen estacionamiento, porque se hicieron alrededor de 1920 y por tanto, en esa época no se consideró necesario. Así que conseguir dónde aparcar es un problema, no sólo para quienes pasan por ahí, sino para quienes viven por ahí. Me fui yo sola por tanto. Volví, me bañé, desayuné y me fui a la universidad. Pasé por el banco y de ahí fui a la biblioteca a mi curso sobre cómo conseguir material para el aprendizaje de idiomas, muy interesante, nos enseñaron a ubicar diccionarios, enciclopedias, textos de gramática sobre idiomas que no fueran el inglés. Luego pasé a saludar a Odi y le entregué los libros que le mandaron de Arequipa. De ahí almorcé en la biblioteca mis pimientos que me había llevado, encontré ahí a Chacko, un chico hindú que conocí en la fiesta de graduados la semana anterior. Así que almorzamos juntos, comprendiéndonos a medias, al menos yo creo que todavía no me logro expresar suficientemente bien en inglés, sobre todo cuando surgen temas políticos, culturales o ideológicos como mi feminismo (se asustó pero creo que luego superó que yo fuera feminista). Luego pasé a ver a Mariela que me pasó varios tips sobre las compras que necesito hacer antes del invierno, que esperemos tarde mucho en llegar. Estuve otro rato en la biblioteca, con ganas de tomar un cafecito pero nadie me respondía el celular. Al salir para la reunión de orientación de la maestría había caído una lluvia fuerte que yo ni sentí, felizmente. La reunión estuvo bien, estaban los de primer y segundo año, todos se presentaron. Vimos algunas cosas generales, entre ellas que hay una revista virtual que hacen los alumnos de la maestría que yo no conocía, eso fue interesante. Al acabar salimos volando a la recepción de la biblioteca, todavía había comida y vino. Estuvimos ahí y empezamos a ver cómo lo que sobraba lo tiraban a la basura, ¡a la basura! Así que como yo tenía mis tapers nos llevamos algunas cosas, pero pues ya sé que la próxima hay que ir con taper en mano. Las mismas personas de ahí nos dijeron que nos llevemos lo que quisiéramos, yo traje un poco de humus, pero luego me arrepentí de no traer aceitunitas y tomatitos. Pero así uno aprende.

El viernes después de correr por el central park, la ruta chiquita, me fui temprano al centro de salud, ahora sí me pusieron la vacuna. No pude mandar mi postal porque el local que encontré era para libros y no tenían estampillas, ¡plop! Regresé a casa, cociné coliflor saltada, almorcé y me fui al centro de salud de NYU para dejar mi constancia de la vacuna. Ya con eso no les debe nada más, a ese respecto. Habían varias personas vendiendo libros en la calle así que eché un ojo, encontré cosas interesantes, así como souvenirs, pero no compré nada (me contuve). De ahí fui a mi check-in obligatorio, me enteré de la normativa de ser estudiante internacional y sobre todo el proceso para viajar, lo cual es muy importante. Regresé a casa a trabajar en la compu y hacer las compras de la semana. Me enteré entonces de que había un festival de cine latinoamericano aquí, del que yo no sabía nada de nada, pero ese día pasaban una película de cuatro horas, así que me desanimé porque Elvira no iría. Pero me llamó Melina para invitarme a ir al día siguiente.

El sábado me levanté y fui a dar una vuelta al central park, se me ocurrió correr la ruta grande y terminé muerta. Pero aproveché para tomas algunas fotos que ya subí al facebook y que seguiré alimentado. De ahí desayuné y salí para el Lincoln Center. Es un lugar maravilloso donde funciona la escuela de música Julliard, la ópera, el ballet, el cine y muchas otras cosas más (en la foto). Pero a mí lo que me maravilló fue el cine, con ciclos buenísimos que me quedan sólo a ¡cinco cuadras! Así que inmediatamente lo adopté como segundo hogar. Melina llegó tarde así que no pudimos conversar mucho pero los cortos argentinos estuvieron buenísimos, era de extrañar una actitud inucitadamente crítica de los argentinos respecto de su "argentinismo". El encuentro con Melina que es mi amiga del cole también estuvo muy bien, vivimos cerca, tenemos intereses comunes y pues si bien no éramos muy cercanas en el cole, ya con el tiempo uno valora mucho más a las personas con las que ha crecido y creo que aprende a crear lazos más durareros. Eso espero ocurra en este caso. Me fui a almorzar a casa, me hice un rico salmón ahumado delicioso. Volví a la función de las 5pm a ver una película mexicana llamada El calambre. Es de la misma onda que Los muertos de Lisandro Alonso, pero en este caso ocurría en Oaxaca, en Chahuaca, un lugar bellísimo. Me regresé a casa a trabajar un poquito y comer algo y volví a la noche para encontrarme con Mariela y ver la última función. Es que Melina me dejó su pase gratuito (y doble) para el resto del festival y ese era el último día y tenía que aprovecharlo. Le había pasado la voz a Elvira, a Ximena y a Juan Manuel para la función de la tarde pero no pudieron y por eso fui solita no más. La película 108 Cuchillo de palo, paraguaya, fue excelente, me parece que es mejor calificada como documental pero realmente me gustó muchísimo (ya la comentaré aparte en una columna). Al acabar nos fuimos con Mariela a tomar una cervecita y conversar y de ahí llegué a casa agotada y me metí a la cama, pero feliz por la sobredosis de cine y por haber encontrado ese lugar maravilloso. En el cine yo siempre me siento como en casa. Sin embargo, a ver si me hago socia o algo porque las entradas cuestan US$ 9.00 para estudiantes, ¡plop! Habían sido demasiadas emociones para un día, tenía ganas de hacer pausa para poder procesar todo lo visto y vivido, pero pues eso no es posible, sin embargo lo que sí hice fue descansar.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Mordiendo la manzana


Esta semana ha sido muy agitada. El lunes empecé mis primeras salidas en bicicleta por el central park, pues el domingo Marguerite me trajo la bici, prestadita, de la casa de campo, ¡tan atenta! Ese día hice una parte solamente, me sorprendió que habían hombres y mujeres corriendo con bebés y todo en sus cochecitos. Regresé a casa y cociné arroz verde pero no me quedó tan bien, aquí el arroz necesita más agua que en Lima y me di cuenta un poco tarde, pero igual salió aceptable. Fui a la biblioteca a una orientación para encontrar material en otro idioma que no sea inglés y estuvo muy útil. De ahí me encontré con Paty y almorzamos juntas, ella compró comida del comedor, un guiso de pollo con arroz y le costó con descuento US$ 8.50 y dijo que estaba feo, ¡plop! De ahí ella se fue a la reunión con su asesor, yo me quedé en la biblioteca un rato más y nos volvimos a encontrar, estuvimos conversando un rato en el parque. Estoy contenta que se va a México finalmente, pero también triste porque ya no la tendré cerca. Nos fuimos juntas al metro y cada una se fue para una dirección diferente. Así que estuve en casa temprano, lo cual estuvo bien porque luego llovió. Hablé con mi papá por teléfono y con Mikaela un rato. El martes me levanté muy temprano he hice todo el central park en bici, lo hice con un miedo como si me fuera a internar en la jungla sin saber cuánto me tomaría y me tomó una hora aproximadamente, todavía me dio tiempo de dar una vuelta chiquita en la otra dirección. Me gustó mucho. De ahí me fui a la universidad porque había una orientación para los estudiantes, había cafecito solo, así que tomé un poco. De ahí hubieron varias exposiciones interesantes, de ahí el almuerzo, comí verduras un poquito picantes, con humus en algo así como una tortilla (pero no tan buena como las mexicanas). De ahí me fui a la biblioteca un rato y regresé para la charla de la OISS que es la dependencia de estudiantes internacionales, tenía dudas pero como ya tenía que ir a clase me las guardé para mi check-in que será el viernes. Entré a la clase de Sergio, nos pusimos de acuerdo en las exposiciones y en algunos aspectos del curso y en eso se pasó la mayor parte de la hora. De ahí discutimos un poco los textos, pero siento que si la discusión iba a ser tan abierta y libre quizá no era necesario textos algo complejos, aunque igual siempre es bueno motivar la reflexión. Tengo que prepararme un poco mejor porque creo que me perdí en la discusión y eso que había hecho todas las lecturas. De ahí vino la clase de Diamela. Empezaron conmigo, tuve que leer primero una paginita, para que me escucharan y de ahí vinieron los comentarios. Fueron dos horas de comentarios muy interesantes y útiles que sin duda me ayudarán a dirigir mejor mi novela. Además de los estudiantes, Diamela también comentó y fue muy precisa en sus comentarios. Pero todavía nos quedaba otro texto por comentar, así que ese fue un poco más rápido e igual estuvimos hora y media. Me gustó mucho la clase, la dinámica y el grupo. Aunque para la siguiente clase nos toca comentar tres textos, así que ya sé que saldremos siempre tarde. Hablé con Rodo un rato, que me había llamado en la tarde y no lo pude atender, así que lo llamé a su casa y luego me esperó a que volviera yo a casa y nos comunicamos por el skype. El miércoles estaba muy cansada para ir a montar bici así que no lo hice y me fui al hospital a que me pongan la vacuna otra vez, pero estaba cerrado ese día. ¡Plop! Pero al menos ya conocí dónde queda y vi que había un correo cerca, así que cuando vuelva puedo llevar algunas cosas para enviar. Volví a trabajar la sistematización para runa que todavía tengo trabajo pendiente y ya pagado. Cociné unos ricos pimientos rellenos que me quedaron muy bien. Me llamó Marguerite para decirme que irían a la ciudad al teatro y que si cenaba con ellos, fuimos a un restaurante de sushi y pedí un dragon roll, pero es más rico el del Sushi Roll en México. Cuando fuimos caminando hacia el restaurante pasamos por un edificio que siempre está rodeado de gente y pensé yo que era un hotel y ahí Reid me explicó que es uno de los departamentos más exclusivos y que ahí vive Yoko, de hecho a la salida de ese edificio es que mataron a John Lennon, de ahí que sea tan famoso y yo como siempre sin saber nada. Había visto a la gente tomar fotografías pero me decía que no era tan lindo el edificio y que habían otros más bonitos, pero ahora ya sé la verdadera razón. Volví a casa a seguir trabajando. Felizmente ya tengo un borrador del informe, también intercalé con la lectura de los textos para la próxima clase de Diamela y sólo me falta uno, así como para la de Sergio. De modo que me dormí un poco más tranquila respecto de mis pendientes, pero este fin de semana quiero ponerme al día para dedicarme a escribir con calma, con todos los comentarios que me han hecho tengo un montón de trabajo. ¡Estoy mordiendo la manzana!

sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi primera salida al museo



El viernes estuve en casa lavando y haciendo varias cosas cotidianas estresantes, como tratando de arreglar el internet inalámbrico, que no conseguí. Además usé por primera vez la secadora. Felizmente vino Chloe, preparé guisito de vainitas y almorzamos juntas. De ahí me fui a hacer algo de compras y después me fui a la universidad. Estuve en la biblioteca y en la noche fui a la reunión de estudiantes graduados que organizó la universidad. Hubo bastante comida muy rica y vino, así que estuvo mostro, de paso sirvió para conocer personas de otros países, en la universidad están muy interesados en que todos se conozcan. El sábado me levanté temprano y me fui al Museo de Brooklyn. Fui porque había una exposición de Andy Warhol que se acababa el 12 de setiembre. La exposición me gustó, era sobre la última década de su obra, así que no está lo más famoso, que por cierto lo vi una vez en el CC de Católica en Lima. Aquí está su onda más abstracta y sus últimos cuadros, unos autoretratos, la serie de la última cena y otros experimentos. Como estaba ahí aproveché de ver todo el museo, hay muchas piezas de África muy lindas, también de China, de Asia, de India, de Egipto, hasta un sarcófago, parte de muros, de paredes, de frescos, tienen de todo ahí. Claro que de América Latina, otra gran civilización, no hay nada, sólo unos cuadros de la escuela cuzqueña. También tienen piezas de arte moderno y había una sala de arte de mujeres y estaba una exposición de Kiki Smith muy interesante. Pero lo más fabuloso fue encontrar ahí ¡The dinner party! de Judy Chicago que es una famosa instalación de esta artista feminista que recupera a las grandes mujeres de la historia (en la foto el sitio de honor de Emily Dickinson). La vi como dos veces, me encantó y parece que ahora está de manera permanente en el museo. Y pues de ahí hay varias otras cosas bonitas, estuve ahí cinco horas. Luego encontré en la tienda del museo un libro de Linda Nichols sobre arte feminista que estaba de oferta a US$10 y era un tomo inmenso a todo color, papel cuché como de doscientas páginas, así que no pude resistirme. En fin, la pasé muy bien, como cinco horas ahí dentro. Así que salí agotada y no había metro de regreso, así que tomé otro que me llevó a la línea que necesitaba pero entonces es de pronto cambió a express, todo un rollo, pero llegué sana y salva a casa.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La magia de la voz


El miércoles me levanté temprano y me fui a ver a Chloe que me trajo mi maleta con la ropa de invierno. Fui hasta Brooklyn por la línea L del metro que es súper moderna y tranquila. Me di cuenta que a pesar de que uno toma el metro en horas concurridas y está lleno, nunca está lleno o abarrotado a los niveles en que se ve en el DF, lo cual agradezco. Debe ser porque aquí hay menos gente y más líneas de metro. De hecho esta L estaba casi vacía. Les acompañé con un cafecito aunque yo ya había desayunado. De ahí me regresé, aunque sólo tuve que cargar mi maleta por tres cuadras, me quedé con la mano con ampollitas y con los brazos doliéndome. Regresé a casa me puse a avanzar varias cosas, cociné ensalada de atún. Pero me llegó encontrar un correo del banco que pase a dejar una carta de presentación de NYU, aunque ya les había entregado una. Así que bueno, me pasé por el departamento y Karina me hizo una, pasé al banco y la entregué, como la chica estaba ocupada aproveché de que me revisaran mi cuenta de internet e hice algunas consultas. De ahí me fui a la biblioteca, acabé de leer ya el texto de Foucault. De ahí hablé con Inés y con Montse un ratito. La reunión del departamento estuvo muy bien, conocí a varias personas, a Lila, a Silvia, hubo bastante comida. Luego salimos con un grupo de peruanos, ¡estamos en todas partes! a un bar irlandés y de ahí me fui a la casa. Hoy jueves me puse a trabajar temprano sobre mi columna, de ahí elegí lo que leería en la noche, en el primer recital del semestre. Pero luego me fui para la biblioteca porque me había inscrito en un curso sobre cómo usar google como herramienta de investigación científica, estuvo más o menos, pero igual útil. De ahí almorcé allá porque iba a ver a Ximena pero me canceló e igual ya me había llevado mi comida. No pude comer en el parque porque estaba bien nublado y hacía un viento terrible. Así que comí en biblioteca, hay un espacio con microondas y mesas. Luego me puse a leer para mi curso de Diamela. Pero luego me dio frío pues aunque llevaba jean tenía sandalias, así que decidí volver a casa. Regresé, avancé algunas cosas ahí, descargué lo que llevaba de más y volví para el recital. Ya ahí estaba nerviosa porque había un montón de gente. Las lecturas me parecieron fabulosas, devolver a la voz su estatuto mágico. Cada quien le imprime su tono, su sentido, su valor. Me gustó mucho. Yo subí muy agitada pero ya luego me calmé (lo bueno de no estar en altura es que se me pasa rápido). Y luego hubo cóctel y muchas personas me felicitaron. Eso me gusta, que al inicio como que la gente no me toma muy en serio pero luego de que me oyen hablar (leer), pues ya me miran de otra forma. Había mucho vino y mi tía dice que el vino es como un plato de carne con ensalada y papas, así que estoy muy bien alimentada. Así que hoy me siento muy contenta, realmente recién he caído en el veinte, como dicen en México, me he sentido feliz de estar aquí, de haber logrado un sueño y de poder construir camino como escritora. Dicho sea de paso también ya tengo dos nuevas buenas amigas, Elvira y Montse, mexicanas ambas, para variar. Así que todo toma un buen curso.

martes, 7 de septiembre de 2010

Un buen día


Hoy empezaron oficialmente las clases en NYU, de verdad que había mucha más gente en las calles, en los alrededores, en la biblioteca, en las compus y por todos lados. Me levanté temprano, desayuné, me bañé y luego me puse a cocinar para llevarme mi lonchera, hice quinua con guisito de tofú y ensalada. Me fui para la universidad, pasé por la librería a comprar minas que me quedé sin ellas para mi portaminas y ahí en la librería también había un montón de gente comprando como loca libros y demás cosas. Luego fui a la biblioteca, llevé una orientación en introducción a las bibliotecas americanas y nos explicaron el portal de la biblioteca de NYU, que es de verdad muy útil. De hecho no encontraba un libro y hay hasta chat para que te asesoren. Luego de eso me quedé trabajando un rato y de ahí almorcé en el parquecito, con musiquita en vivo que algunas personas se ponen ahí a tocar. Al regresar había cola para las computadoras, pero encontré un huequito y me metí ahí, avancé con mis lecturas para mi curso de la próxima semana. Hablé con Chloe que felizmente llegó bien de su viaje y mañana pasaré por mi maleta. Pasé a saludar a Mariela un rato y ahí conocí a Diamela Eltit mi nueva profesora (en la foto). Quise hablar con Montse pero no la ubiqué, pero hablé con Inés y con Elo, Rodo tampoco estaba. Entré a clase, el taller consistirá en que nos pasemos nuestros textos y los comentemos, pero de manera profesional. Me gusta mucho el enfoque de Diamela que dice que no hay que tomarlo como algo personal, que hay que encontrar los puntos fuertes y débiles de cada quien, que hay que guiarse no por el gusto sino por el profesionalismo, que hay que aprender a oír y a aburrirse de manera productiva. Así que como nadie quería empezar pues yo me lancé y ya he mandado mi texto y se comentará la próxima clase. De paso hicimos el cronograma de clases, no sé qué habrá el 26 de octubre, pero tampoco habrá clase con Diamela, así que es el destino que me lanza a mi México lindo. Estoy emocionada con esta clase pero también me da miedo. Tenemos que tener tres intervenciones así que deberíamos escribir idealmente unas 90 páginas, aunque yo he mandado en esta primera entrega solo 15 de las 30 que me correspondía, pero pues me pondré las pilas. De todos modos es un montón. Pero estoy segura de que los comentarios serán de mucha ayuda para avanzar. En el grupo la mayoría son del segundo año así que no los conozco, más que a Pedro que también empezó este año, un chico venezolano, él también presentará la próxima clase. Así que bueno, ya estoy en el ruedo. Contaron además de que Diamela se había ganado el premio José Donoso por su obra literaria, ¡felicitaciones!

lunes, 6 de septiembre de 2010

Se acabó el verano


Tengo que recomendar mucho este libro de El invierno el Lisboa de Antonio Muñoz Molina que de verdad que me ha gustado mucho, una prosa fantástica que resuelve algunos problemitas de la historia, pero la historia también muy interesante, de esas que te atrapan al primer segundo o en la primera página. Hoy que fue día del trabajo aquí fui a verme con Paty a Brooklyn para almorzar pero había un desfile de centroaméricanos y me tomó una hora pasar de un lado al otro de la calle. El almuerzo muy bien, un amigo de Paty cocinó comida colombiana. A la vuelta todavía se veían los estragos del desfile. Regresé agotada y triste porque ya el clima cambió, en realidad ahora está mucho más templado que el calorazo que teníamos, pero a mí igual y con todo me gustaba más. Mañana es mi primer día de clases. También llega Chloe con mi segunda maleta, así que a ver cómo le hago.