domingo, 28 de julio de 2013

El mes de la patria

El vuelo de regreso a Lima estuvo bien, llegué y hacía un frío terrible. O tal vez lo sentí más por regresar del calor infernal de la veraniega Cuba. Sea como sea me enfrié y me resfrié. El día de mi cumple lo pasé tranquila en casa pero me fui a dormir temprano pues además de que tenía el cansancio del viaje ya me estaba pasando factura la gripe. Me puse al día en mis correos y retomé los pendientes de Runa y del libro sobre Ollé. Estuve tomando tocosh para el resfrío y me hizo muy bien. Por el cumpleaños de mi mamá vinieron sus amigos y estuvieron hasta tarde, comimos rico y la pasamos bonito, así que estuvo contenta. Fui con Gustavo a la exposición del Túnel de la Ciencia en la Católica. Nos decepcionó un poco, pensamos que era más interactivo y consistía en exposiciones. Si bien los temas científicos que presentaron eran interesantes, se había creado una gran expectativa que no fue cumplida. De otro lado el tiempo para ver la exposición era muy corto y no dejaba opción para preguntas. De todos modos algo aprendimos. Ese día Gustavo me invitó a almorzar en Waffles & Crepes y yo le invité un cafecito en La Baguette.
Melina hizo una reunión en Barranco por su cumple, en un lugar muy bonito llamado Cadáver Exquisito. Me gustó mucho, tomamos un rico vino caliente y muchos piqueitos deliciosos como papitas con cáscara, yuquitas, aceitunas, todo a un precio muy económico. Pero esa salida justo cuando estaba por curarme de la gripe no me hizo bien, hablé mucho en una noche muy fría y me quedé sin voz. De todas formas disfruté la reunión, conocí a amigos de Melina que no conocía, con otros me reencontré y lo más simpático fue que la mayoría se conocían también por otros lados. El domingo visité a mi papá cuando todavía se me oía un poco, pero luego me quedé en casa esperando curarme del todo, tuve que tomar las hierbas medicinales. Mi mamá también se enfermó así que estuvimos las dos en lo mismo.
Vino Inés de paso por Lima y nos fuimos a comer rico a La Red, conversamos largo y terminamos con un cafecito en Don Maminos. Inés me trajo una copa menstrual que empecé a usar y me gustó mucho, aún tengo que acostumbrarme a ponérmela y sacármela, pero me parece que realmente es un ejercicio ecológico responsable.
Fui con Rodo por su cumpleaños a Don Bosco, donde probé un delicioso lomo saltado de pescado que estoy con ganas de volver a repetir. Y como somos unos glotones, además nos comimos una ocopa que no probaba hace tiempo y estaba muy rica, también la chicha. En fin, un lugar altamente recomendable. El domingo fuimos con Inés y unos amigos al Tanta para charlar y a Inés todavía la vi al día siguiente para un café como despedida. Me apenó mucho que su viaje fuera tan corto y no saber cuándo nos volveríamos a encontrar.
Me hice el examen del papanicolao que salió negativo. Me ofrecí para validar unas pruebas de memoria y fui a que me hagan los test, estuvo interesante la experiencia. Fui a la exposición de Sabogal y comí una rica trucha en el restaurante de La Muralla que me habían recomendado distintas personas. También vi la exposición sobre Edgardo Rivera Martínez en la Casa de la Literatura. Me reconfortó saber que él publicó su mejor obra, País de Jauja, a los 60 años, así que aún tengo tiempo. Fui a escuchar a la Orquesta Filarmónica de Bogotá en el Teatro Nacional. Está bello y la orquesta estuvo excelente, dirigida por el mexicano Enrique Diemecke, que es muy simpático, primero explicó de qué trataba la obra de Mahler, la quinta sinfonía, que presentó. Al final tocó unas piezas peruanas. Estuvo muy bien.
Salí con Ricardo una noche a Miraflores, me enseñó dos buenos lugares, uno para tomar cervezas y otro de comida árabe llamado Tierra Santa. Fui al cumpleaños número uno de mi sobrino Gustavito, así que ahí pude ver a mi tía Nora, a Elena, a Carolina, fue una noche bonita. Me apenó un poco ver a Gustavito tan crecido, ahora quiere caminar y ya no se lanza a los brazos como hacía cuando lo conocí y era bebé.
Empezó la 18 Feria Internacional del Libro de Lima. Fui a la presentación del libro de Claudia Salazar, La sangre de la aurora, que transcurre en la época de la guerra interna en el Perú. También fui a la presentación del poemario en cómic Bendita eres de Mellissa ilustrado por Sandra.
Tuvimos unos días muy terribles porque se eligió un Tribunal Constitucional totalmente deplorable y una Defensora del Pueblo, igualmente favorable al Estado que no iba a defender a nadie. Pero a pesar de que esas prácticas tan caras del fujimontesinismo nos aterraron, los jóvenes y la sociedad civil en general se levantó lo que hizo retroceder la decisión del congreso. Así que participé del plantón en la Plaza San Martín en contra de la repartija (como le llamaron a la imposición de estos personajes en dichos puestos claves del poder). Ahí me encontré con Juan y caminamos un rato juntos. Yo quise ir con Tabata pero no la encontré. Luego hubo una marcha pero yo tenía que trabajar ese día y no pude llegar. Pero me he sentido muy contenta y orgullosa de mi pueblo al verlos levantarse para protestar por las injusticias, previendo situaciones de mayor gravedad. Eso me hace pensar que este gobierno tendrá que mantenerse firme en la democracia. Lo cual deseo de todo corazón.
Fui al dentista y retomé sesiones con Fryné. Con mis hermanos me he visto todas las películas de niños que se han estrenado: Monsters University, la secuela de Mi villano favorito, Turbo. Y en casa hemos visto Super 9 y Nausicaa. Todas las películas las he disfrutado y ha sido un bonito momento para compartir entre hermanos. También he visto Titanes del Pacífico que estuvo mejor de lo que esperaba y Superman que estuvo mas bien decepcionante. Por su cumpleaños mi papá invitó a mi tía Mirtha a almorzar así que pasamos una bonita tarde con ella, mi prima Karina, Dafne, mi abuelita, después de mucho tiempo que no nos reuníamos. A Tabata la he estado yendo a visitar los lunes desde que me enteré que ese día se queda en casa lavando. Ya estoy terminando los informes pendientes, estoy trabajando con Rodo la diagramación de uno de ellos, por lo que lo veo con cierta frecuencia, que es algo que no siempre ocurre. También he visto a Luz, a Hipólito, hemos salido a comer y tomar algo, a pesar del frío que sigue, muy intenso por momentos y casi insoportable por otros. He visto también a Alfredo, un amigo que conocí en el cumpleaños de Melina y que ha sido profesor de Inés porque es antropólogo también. Es que como siempre digo, el mundo es un pañuelo.
Con Gustavo intentamos ver Del lado del corazón de Francisco Adrianzén, un documental sobre la izquierda peruana, pero la sala en la que lo proyectaban era muy pequeña y la cola era inmensa, así que no llegué. Hemos seguido jugando tren con mi tío Pepe, aunque yo tuve una victoria fue efímera porque luego mi mamá siguió ganando como siempre.
Quisimos salir por fiestas pero las carreteras están con problemas por nevadas que han habido en Ticlio así que nos pareció mejor quedarnos en casa. Siguiendo con mis lecturas pendientes y urgentes de amistades cercanas, leí el poemario de Lila, El rumor de los bordes; de Virginia, Sueños de un Bonzo, la antología El Tejedor en Nueva York y Ejército de Rosas, el libro de Osdany Morales, Papyrus. Y con eso concluí los comentarios que debía. Sigo todavía con Reality Hunger y he empezado Life on Mars de Tracy K. Smith. Estamos en plenas fiestas patrias celebrando de corazón a esta tierra bella que tanto amo.