El vuelo de regreso a Lima estuvo bien, llegué y hacía un frío terrible. O tal vez lo sentí más por regresar del calor infernal de la veraniega Cuba. Sea como sea me enfrié y me resfrié. El día de mi cumple lo pasé tranquila en casa pero me fui a dormir temprano pues además de que tenía el cansancio del viaje ya me estaba pasando factura la gripe. Me puse al día en mis correos y retomé los pendientes de Runa y del libro sobre Ollé. Estuve tomando tocosh para el resfrío y me hizo muy bien. Por el cumpleaños de mi mamá vinieron sus amigos y estuvieron hasta tarde, comimos rico y la pasamos bonito, así que estuvo contenta. Fui con Gustavo a la exposición del Túnel de la Ciencia en la Católica. Nos decepcionó un poco, pensamos que era más interactivo y consistía en exposiciones. Si bien los temas científicos que presentaron eran interesantes, se había creado una gran expectativa que no fue cumplida. De otro lado el tiempo para ver la exposición era muy corto y no dejaba opción para preguntas. De todos modos algo aprendimos. Ese día Gustavo me invitó a almorzar en Waffles & Crepes y yo le invité un cafecito en La Baguette.
Melina hizo una reunión en Barranco por su cumple, en un lugar muy bonito llamado Cadáver Exquisito. Me gustó mucho, tomamos un rico vino caliente y muchos piqueitos deliciosos como papitas con cáscara, yuquitas, aceitunas, todo a un precio muy económico. Pero esa salida justo cuando estaba por curarme de la gripe no me hizo bien, hablé mucho en una noche muy fría y me quedé sin voz. De todas formas disfruté la reunión, conocí a amigos de Melina que no conocía, con otros me reencontré y lo más simpático fue que la mayoría se conocían también por otros lados. El domingo visité a mi papá cuando todavía se me oía un poco, pero luego me quedé en casa esperando curarme del todo, tuve que tomar las hierbas medicinales. Mi mamá también se enfermó así que estuvimos las dos en lo mismo.
Vino Inés de paso por Lima y nos fuimos a comer rico a La Red, conversamos largo y terminamos con un cafecito en Don Maminos. Inés me trajo una copa menstrual que empecé a usar y me gustó mucho, aún tengo que acostumbrarme a ponérmela y sacármela, pero me parece que realmente es un ejercicio ecológico responsable.
Fui con Rodo por su cumpleaños a Don Bosco, donde probé un delicioso lomo saltado de pescado que estoy con ganas de volver a repetir. Y como somos unos glotones, además nos comimos una ocopa que no probaba hace tiempo y estaba muy rica, también la chicha. En fin, un lugar altamente recomendable. El domingo fuimos con Inés y unos amigos al Tanta para charlar y a Inés todavía la vi al día siguiente para un café como despedida. Me apenó mucho que su viaje fuera tan corto y no saber cuándo nos volveríamos a encontrar.
Me hice el examen del papanicolao que salió negativo. Me ofrecí para validar unas pruebas de memoria y fui a que me hagan los test, estuvo interesante la experiencia. Fui a la exposición de Sabogal y comí una rica trucha en el restaurante de La Muralla que me habían recomendado distintas personas. También vi la exposición sobre Edgardo Rivera Martínez en la Casa de la Literatura. Me reconfortó saber que él publicó su mejor obra, País de Jauja, a los 60 años, así que aún tengo tiempo. Fui a escuchar a la Orquesta Filarmónica de Bogotá en el Teatro Nacional. Está bello y la orquesta estuvo excelente, dirigida por el mexicano Enrique Diemecke, que es muy simpático, primero explicó de qué trataba la obra de Mahler, la quinta sinfonía, que presentó. Al final tocó unas piezas peruanas. Estuvo muy bien.
Salí con Ricardo una noche a Miraflores, me enseñó dos buenos lugares, uno para tomar cervezas y otro de comida árabe llamado Tierra Santa. Fui al cumpleaños número uno de mi sobrino Gustavito, así que ahí pude ver a mi tía Nora, a Elena, a Carolina, fue una noche bonita. Me apenó un poco ver a Gustavito tan crecido, ahora quiere caminar y ya no se lanza a los brazos como hacía cuando lo conocí y era bebé.
Empezó la 18 Feria Internacional del Libro de Lima. Fui a la presentación del libro de Claudia Salazar, La sangre de la aurora, que transcurre en la época de la guerra interna en el Perú. También fui a la presentación del poemario en cómic Bendita eres de Mellissa ilustrado por Sandra.
Tuvimos unos días muy terribles porque se eligió un Tribunal Constitucional totalmente deplorable y una Defensora del Pueblo, igualmente favorable al Estado que no iba a defender a nadie. Pero a pesar de que esas prácticas tan caras del fujimontesinismo nos aterraron, los jóvenes y la sociedad civil en general se levantó lo que hizo retroceder la decisión del congreso. Así que participé del plantón en la Plaza San Martín en contra de la repartija (como le llamaron a la imposición de estos personajes en dichos puestos claves del poder). Ahí me encontré con Juan y caminamos un rato juntos. Yo quise ir con Tabata pero no la encontré. Luego hubo una marcha pero yo tenía que trabajar ese día y no pude llegar. Pero me he sentido muy contenta y orgullosa de mi pueblo al verlos levantarse para protestar por las injusticias, previendo situaciones de mayor gravedad. Eso me hace pensar que este gobierno tendrá que mantenerse firme en la democracia. Lo cual deseo de todo corazón.
Fui al dentista y retomé sesiones con Fryné. Con mis hermanos me he visto todas las películas de niños que se han estrenado: Monsters University, la secuela de Mi villano favorito, Turbo. Y en casa hemos visto Super 9 y Nausicaa. Todas las películas las he disfrutado y ha sido un bonito momento para compartir entre hermanos. También he visto Titanes del Pacífico que estuvo mejor de lo que esperaba y Superman que estuvo mas bien decepcionante. Por su cumpleaños mi papá invitó a mi tía Mirtha a almorzar así que pasamos una bonita tarde con ella, mi prima Karina, Dafne, mi abuelita, después de mucho tiempo que no nos reuníamos. A Tabata la he estado yendo a visitar los lunes desde que me enteré que ese día se queda en casa lavando. Ya estoy terminando los informes pendientes, estoy trabajando con Rodo la diagramación de uno de ellos, por lo que lo veo con cierta frecuencia, que es algo que no siempre ocurre. También he visto a Luz, a Hipólito, hemos salido a comer y tomar algo, a pesar del frío que sigue, muy intenso por momentos y casi insoportable por otros. He visto también a Alfredo, un amigo que conocí en el cumpleaños de Melina y que ha sido profesor de Inés porque es antropólogo también. Es que como siempre digo, el mundo es un pañuelo.
Con Gustavo intentamos ver Del lado del corazón de Francisco Adrianzén, un documental sobre la izquierda peruana, pero la sala en la que lo proyectaban era muy pequeña y la cola era inmensa, así que no llegué. Hemos seguido jugando tren con mi tío Pepe, aunque yo tuve una victoria fue efímera porque luego mi mamá siguió ganando como siempre.
Quisimos salir por fiestas pero las carreteras están con problemas por nevadas que han habido en Ticlio así que nos pareció mejor quedarnos en casa. Siguiendo con mis lecturas pendientes y urgentes de amistades cercanas, leí el poemario de Lila, El rumor de los bordes; de Virginia, Sueños de un Bonzo, la antología El Tejedor en Nueva York y Ejército de Rosas, el libro de Osdany Morales, Papyrus. Y con eso concluí los comentarios que debía. Sigo todavía con Reality Hunger y he empezado Life on Mars de Tracy K. Smith. Estamos en plenas fiestas patrias celebrando de corazón a esta tierra bella que tanto amo.
Mostrando entradas con la etiqueta poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta poesía. Mostrar todas las entradas
domingo, 28 de julio de 2013
jueves, 20 de junio de 2013
sábado, 27 de abril de 2013
El presente del pasado
En casa compramos una vaquita automática que nos ha dado ya leche de quinua y leche de almendras (ambas deliciosas). Le hemos puesto Clotilde. Me tocó revisión médica en el gimnasio y en todo había mejorado, es decir medidas, peso, disminución de porcentaje de grasa, elasticidad, ¡estrellita para mí!, aunque la verdad no he cumplido siempre de ir las cinco veces por semana, pero lo he intentado. Estuvo de paso fugaz Rosa en Lima, al menos pudimos vernos y conversar un poco. Fui a ver Con-cierto olvido de Yuyachkani, con Gustavo, que estuvo muy buena, muy sentida y de ahí nos fuimos a conversar largo y tendido hasta altas horas de la noche, lo cual disfruté mucho. Retomamos los domingos de tren, con mi tío Pepe y mi mamá. Yo sigo perdiendo, pero disfruto el juego. Me reuní con Rodo y Virginia para darles una mano con Sueños de un bonzo, poemario-incendio de Virginia. Vi a Tabata en acción en su espectáculo de baile y por su cumpleaños nos fuimos al cine a ver Las edades del amor de Giovanni Veronesi, comimos toneladas de canchita, recordando los tiempos de nuestra chiquititud, cuando éramos máquinas devoradoras de canchita. Me encontré con Miguel Det para que me vendiera su novela ilustrada sobre Martín Adán, Conversaciones en la ciudad de cartón, y disfrutamos de un rico lonche en Campos de vida, con café de algarrobo incluido. Y estuve en el ansiado y esperado concierto de Silvio Rodríguez, a quien veo en Lima después de años, ya se le ve el cabello cano a mi querido Silvio, único, total, fabuloso. Fue la presentación del poemario-incendio de Virginia, en el espacio CompArte, aquí en Magdalena, en una azotea frente al mar, lo que me ha dado muchas ideas de qué hacer en mi propio edificio. El incendio-performance fue ocasión de un grato reencuentro con compañeros y compañeras sanmarquinos. Inicié el Seminario Género, poder e intersecciones de violencia: de lo global a lo local impartido por Cristina Alcalde, el cual está muy interesante. Y estuve en el homenaje que le hicieron en San marcos (foto) a Carlitos, por cumplirse un año de su sensible fallecimiento. Nuevamente fue motivo para un reencuentro con mi alma mater y con compañeros de aulas que no veía hace tiempo.
Siguiendo con la lectura de amigos y amigas conocidos en mi paso por Nueva York, leí Apenas Marta de Lorea Canales, Standby de Alina Reyes, Lima y limón de Antonio Jiménez Morato y ahora estoy en la mitad de Criaturas abisales de Marina Perezagua. Todos excelentes.
Siguiendo con la lectura de amigos y amigas conocidos en mi paso por Nueva York, leí Apenas Marta de Lorea Canales, Standby de Alina Reyes, Lima y limón de Antonio Jiménez Morato y ahora estoy en la mitad de Criaturas abisales de Marina Perezagua. Todos excelentes.
sábado, 30 de abril de 2011
Última semana de abril

La semana siguió agitada. El miércoles voy a dictar la clase de español en la mañana, de ahí a clase de yoga a medio día, el profesor hace una rutina bastante repetitiva y me mareo un poco, pero al menos habla más lento y entiendo mejor las palabras, voy aprendiendo. Voy a clase de Antonio, a la salida queremos ir a bailar, pero vamos a dos lugares y ambos están cerrados, Isabel que era la organizadora de la salida se queda muy decepcionada. Terminamos en un bar tomando una cerveza y conversando. Antes pasamos por el restaurante donde filmaron la película When Harry Met Sally, con Meg Ryan y Billy Crystal, la famosa escena del orgasmo, pero los que comen dicen que no está tan rico ni tan barato, mejor dicho está caro. Al volver a casa el metro se pasa sin parar hasta la 125 tengo que tomar el de regreso que sí para, me da una cólera porque no avisaron por los altavoces o lo hicieron muy bajito. El jueves voy a la piscina, avanzo varios pendientes y en la noche voy a ver una obra de teatro a la que nos invitó Puy, se llama Way to Heaven, es sobre los nazis y los falsos campos de concentración que se crearon para despistar a los periodistas. La obra me gusta bastante, así como el teatro que se llama Repertorio Español, aunque la obra se presenta en inglés, fue escrita originalmente en español por Juan Mayorga. El viernes voy a clase a tomar examen, de ahí sigo con los pendientes, paso al correo, pago mi celular, compro un libro que nos encargó Antonio Muñoz Molina, imprimo las lecturas de las próximas clases y envío mis poemas (comos siempre insegura). Voy al yoga al medio día y me toca una clase de técnica que me viene muy bien para aprender las posturas. En la tarde tenemos un encuentro cercano con Carlos Franz, un escritor chileno, el diálogo organizado y dirigido por Antonio me gusta mucho. Más tarde vamos con Mariela al círculo de escritores a escuchar a Ernesto Cardenal (en la foto) y otros poetas que conozco por primera vez. Me gusta mucho la puesta en escena hecha por Laurie Anderson, así como la poesía, aunque la que se lee en inglés me es difícil seguirla, extraño que no todos lean en su lengua de origen. A la salida regreso a casa con muchas ideas para escribir pero me vence el sueño. Así que me paso el sábado trabajando en casa.
sábado, 16 de octubre de 2010
Esto de ser escritora

Esto de ser escritora es muy estresante. Una semana agobiada entre las clases, las lecturas, las observaciones de español, cocinar, hacer compras, pasar por la fruta, llegar a la hora, ayudar a Marguerite a archivar, lavar ropa, empezar el trámite para el seguro social, ¡otro trámite!, prepararme para el viaje, dejar mi texto para la semana siguiente, andar el paraguas, perseguir el sueño. ¿Y escribir cuándo, cómo, por qué? Un café sigue siendo una batalla con el tiempo, las diferencias, las opiniones, el silenciador del celular nos ha dejado mudos a todos. Comer sin hambre, salir con sueño, dormir con demasiados pensamientos en mente.
Voy a dos eventos del programa, una conservación entre escritores argentinos: Silvia Molloy, Arturo Carrera, Vivi Tellas. Muy interesante y estimulante. Luego un recital sólo de Arturo Carrera. Cóctel, vino, galletitas con queso. Una salida sorpresiva, cervezas van y vienen. Diamela me hace un montón de críticas a mis textos, justo en la llaga. Mi prima Kathy iba a venir de Canadá y cancela, me quedo encerrada para evitar la ventisca de fuera, por dentro, a soplar palabras, a crear, a construir con letras, escribir. ¿Vale la pena? Una libra de confianza, dos dólares de seguridad, una cajita de frescura. Esto de ser escritora es muy estresante.
Quise decirte unas palabras más. Pero al hablar
no supe
y no sé
y pasan los instantes con estos copos ligeros.
Arden y nos derriten
las cosas que no decimos.
Fastos. Arturo Carrera.
En la foto, escultura de Elo Vega.
Etiquetas:
cotidianeidad,
escritura,
eventos,
poesía
domingo, 11 de abril de 2010
Un gato en un piso vacío

Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todo los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
Wislawa Szymborska
Acabé de leer la poesía no completa de Wislawa, realmente me encantó, hay varios poemas que podría resumir, transcribir. Creo que su mayor cualidad es la de enseñarte a ver con nuevos ojos aquello que siempre tuviste delante, así como de preguntar, dudar, siempre interrogarse por la vida, el universo y la verdad. Gracias a Rocío que me recomendó este maravilloso libro y a Rubén que me lo regaló. En la imagen, Nahui Olin, Gatos amorosos.
viernes, 26 de marzo de 2010
Bajo una pequeña estrella
Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.
Waslawa Szymborska
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.
Waslawa Szymborska
martes, 23 de marzo de 2010
Padezco un deseo

"En mí encuentro el infinito.
La prisión son los otros, el mundo, la sociedad"
Liane de Pougy a Natalie Clifford Barney
Padezco un deseo y todo se derrumba.
Nada aligera mis pies, el aire es de plomo.
Las olas estrellándose en los arrecifes
no logran aplacar esta herida, esta
húmeda desventaja.
El tiempo devora mi cuerpo
materia a la que me aferro, aquí
sentada.
La bruma envuelve el horizonte.
Una muchacha bate las alas de su bicicleta
bañistas caen de sus tablas.
Nadie
percata que en el aire
en las olas
en el fatigado vuelo de los pájaros
algo se derrumba otra vez.
En mí encuentro la paz, el infierno son los otros.
Sí, Liane, yo también padezco un deseo
y espero en mi cama
envuelta en mi dolorosa materialidad.
El infierno es el catre, la almohada,
un papel.
Texto: Doris Moromisato. Diario de una mujer es ponja.
Pintura: Zhang Jie
sábado, 20 de febrero de 2010
Soy la dueña de mi alma

Esta semana ha sido mejor que la anterior, al menos han sucedido varias cosas que me han alegrado mucho. Primero que me reuní con Rocío y le gustó mi propuesta de sílabo, estaba insegura al respecto pero ya me dijo que podía seguir adelante con la idea. Segundo, pasé una tarde con mis primas y sobrinos y como son tan pocas las ocasiones que tenemos de compartir, realmente fue algo muy bonito. Además me invitaron a hacer una reseña sobre La teta asustada para una revista y finalmente me hicieron la entrevista en la radio. Estuve con Inés toda una linda tarde y luego fui al cine a ver Invictus que me gustó mucho, es cierto que se le escapa eso de "Estados Unidos vengan a invertir en nosotros", pero la historia te atrapa, apesar de su sencilles moviliza muchos sentimientos básicos de unión, fraternidad, esperanza. Yo que soy una casi completa ignorante sobre la historia de África (o sin el casi), realmente aprendí cosas con la película. Lo más bonito son al menos dos enseñanzas de Mandela, aquella de cómo una persona que ha estado encarcelada por casi treinta años sale con la capacidad de perdonar a quienes le hicieron eso y luego el poema que se repite varias veces, que es de Willim Ernest Henley:
Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
miércoles, 27 de enero de 2010
Un premio

Un poquito antes de iniciar el año me enteré de que había ganado el premio de ensayo Nelly Fonseca, lo cual vislumbró un inicio con el pie derecho. Como puse en una nota del 26 de agosto, Nelly Fonseca es una poeta peruana de la cual me llamó la atención en primer lugar su travestismo, también conocida como Carlos Fonseca, ambas personalidades se han inmortalizado en fotografías que muestran aquella dualidad. Mi participación en el concurso fue por lo demás pura casualidad, puesto que la convocatoria se hizo cuando yo estaba en México a inicios del 2009 y aunque busqué información allá no encontré nada que me permitiera saber más de la autora. Cuando regresé a Lima en agosto me enteré de que se había postergado la fecha de presentación de textos y entonces me animé a mandar mi contribución. Hace una semana se comunicó conmigo May Rivas y pudimos coordinar algunos aspectos de la premiación, que será el 18 de marzo a las 7:30pm en el CC España, en la cual yo leeré un texto, parte del resumen del ensayo ganador, parte de nuevos aportes y reflexiones. La edición del ensayo se hará con Flora Tristán con quienes todavía no nos hemos puesto en contacto. En el CC España me hicieron fotografías, que sirvieron para algunas notas en el periódico que han circulado. La primera fue en La República el sábado 23 y la otra este 27 de enero en La Primera. Aquí va:
Estas notas me hacen dar cuenta de lo importante que son los premios, yo siempre he creído que la literatura más valiosa no pasa necesariamente por los galardones pero sin duda es un vehículo de difusión valioso. No estoy segura de querer entrar en el parnaso de la literatura peruana, como se anuncia, a no ser que sea para ponerlo en cuestión, para hacerlo más universal, más accesible, menos machista.
Me han llegado muchas felicitaciones y palabras de ánimo, así que agradezco infinitamente a mis amigas y amigos, presentes con estas manifestaciones de afecto. Seguiré informando sobre este evento.
Etiquetas:
cotidianeidad,
literatura,
mujeres,
poesía
domingo, 13 de diciembre de 2009
Albergo del sole II

un día tú un día
abrirás esa puerta y me verás dormida
con una chispa azul en el perfil
y verás también mi corazón
y mi camisa de alas blancas
pidiendo auxilio en el balcón
y verás además
verás un catre de hierro
junto a una silla de paja
y a una mesa de madera
pero sobre todo
verás un trapo inmundo
en lugar de mi alegría
comprenderás entonces
cuánto te amaba
y por qué durante siglos
miraba sólo esa puerta y dibujaba
dibujaba y miraba esa puerta
y dibujaba nuevamente
con gran cuidado
comprenderás además
por qué todas las noches
sobre mi piel cansada
entre mil signos de oro
y tatuajes y arrugas majestuosas
me hacía llorar sobre todo
una cicatriz que decía:
yo te adoro yo te adoro yo te adoro
J.E. Eielson
miércoles, 26 de agosto de 2009
Nelly Fonseca

En el interés de recuperar voces de nuestra literatura que han sido olvidadas o silenciadas, les comparto un poema de una poeta modernista, Nelly Fonseca Recavarren (1922-1963), destacada escritora, periodista y promotora cultural de su tiempo. Buena parte de su obra salió bajo el nombre de Carlos Alberto Fonseca y como correlato también adoptó las vestimentas masculinas. Una identidad enigmática de la que sólo nos quedan algunos versos que esperan no caer más en el olvido.
Granito de sal
Lancé mi alegría al viento
Y se perdió sobre el mar...
Eché el corazón al agua,
Y el mar lo arrojó a la playa,
Ebrio de llanto y de sal...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)