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sábado, 7 de septiembre de 2013

Tulane University

Me gusta levantarme en la mañana y escuchar WWOZ 90.7 con lo mejor de la escena musical del jazz en New Orleans (o Neworlins como le dicen aquí). El clima es tropical a todo dar, calor siempre rondando los 30 grados y una lluvia que no atemoriza porque refresca. Al menos un par de veces a la semana camino 25 minutos para ir a la piscina de la universidad y nadar por 45 minutos, luego camino de regreso a casa o voy a mi clase de portugués que es a las 9am y un día a la semana a las 9:30am. Tengo el deseo de que sean tres veces a la semana que vaya a nadar, pero aún no lo logro porque el cansancio me vence.
Aunque traje chompas delgadas por si hacía frío, el clima es siempre caliente y no es necesario si uno está en el exterior, el problema es cuando entras a algunos de los edificios de la universidad, a los supermercados, a un restaurante o cualquier otro lugar cerrado con aire acondicionado en el que por un rato estás bien pero luego empiezas a congelarte los pies, las manos y la nariz. Difícil por tanto comprender por qué las casas tienen alfombra, por qué incluso los baños del centro deportivo de la universidad tiene alfombra, en una ciudad que evidentemente no necesita lugares calientes sino estructuras frescas (para de paso evitar el exceso de uso del aire acondicionado).
Si no voy a hacer ejercicio hago quince minutos de camino a la universidad, esto cuatro días a la semana o cinco días a la semana, al menos. Sin embargo, aún no me siento del todo familiarizada con la zona puesto que he estado dedicada a los trámites y a las lecturas para las clases que empezaron pocos días después de mi llegada.
Gracias a Fernando he conocido algunas zonas más alejadas del campus universitario, como el Mid-City, City Park, el lago, los Bajús (lagunas) y algunos buenos restaurantes, a él también debo agradecerle que fuera por mí al aeropuerto y que me llevara a hacer compras y me mostrara la universidad, los alrededores y la ciudad en primer lugar. Lamentablemente Fernando se ha ido a España un par de meses porque está de sabático así que me he quedado huérfana en la ciudad.
Como aún no he ido mucho más lejos de los alrededores de la universidad no me sé movilizar muy bien, pero ello es debido también a que cuando lo he hecho la movilidad no es muy rápida, no es muy buena o no es muy extendida. En comparación con otras ciudades como México o Nueva York, porque en relación con Lima el transporte es fenomenal, es seguro, tiene aire acondicionado, es limpio, es ordenado y quizá un poco caro para nuestro estándar, pero necesario.
Lo mejor han sido mis profesores y mis compañeros,  todos muy amables, buenos, cercanos. Lamentablemente no tenemos demasiado tiempo de interactuar por la cantidad de ocupaciones en las que estamos metidos. Estoy llevando un curso sobre Borges con Idelber Avelar, un curso sobre literatura del desplazamiento con Antonio Gómez, literatura centroamericana con Maureen Shea y literatura mexicana con Yuri Herrera. Esta última es la única clase de la que me arrepiento, no porque Yuri sea mal profesor, por el contrario, sino por una razón puramente personal, que parte de mi corazón está todavía en México y yo ignorando esa realidad o creyéndola superada, le hago sufrir por todos los recuerdo que le evoco.
Aparte llevo clase de portugués y empezaré pronto clase de inglés como segunda lengua, para perfeccionar mi comunicación en inglés que es uno de los principales propósitos de esta nueva estancia en gringolandia. Con eso estoy más que copada de tiempo, tan así que recién hoy tengo oportunidad de actualizar estas páginas de viajes y aventuras mientras me tomo una cerveza Abita (amber) que es la más popular en la ciudad. Hay otra llamada NOLA que no me gusta tanto porque la siento aún más dulce.
Mi casa es linda y está muy cerca de la universidad, lo cual hace la vida mucho más fácil, aún así necesito una bicicleta para ahorrar tiempo, porque tiempo es lo que más necesito, para no hacer sufrir a mi espalda con los libros que debo cargar y para resolver algunos asuntos cotidianos como las compras. También ya tengo teléfono celular inteligente e incluso con llamadas al exterior, lo cual me hace sentir más tranquila y me permite estar comunicada, que es muy importante en estas lejanías. No pudo ser iphone porque era muy complicado.
Todo mi mundo ahorita gira en torno a la universidad (en la foto), la cual es muy bonita, pero ya llegará el momento de extender mis dominios. Por ahora estoy contenta, aunque a veces también me hace falta una compañía.
Generalmente como en casa pero el comedor de la universidad es bueno, tiene gran variedad de comida, entre ellas sushi que es mi favorito. Pero también comida china, hindú, mexicana, libanesa, italiana y mucho más.
Lo que más me gusta no es solo la cantidad de árboles hermosos que hay en la ciudad, sino el cielo azul, las nubes blancas algodón y un ruido de cigarras ensordecedor que destila vida.

domingo, 18 de agosto de 2013

Adiós mi Lima bella

Finalmente tuve mi cita en la embajada norteamericana y me dieron mi visa de estudiante por cinco años. Retomé algunas sesiones con Fryné para repasar con ella reflexiones que he tenido sobre mí y para irme un poco más fortalecida en esta nueva aventura del doctorado. Fui donde la dentista que me hizo limpieza y me despachó por un año, espero volver a librarme de las caries la próxima vez. Renové mi DNI y concluí con los pendientes en Runa.
Fui con Tabata a escuchar a Eva Ayllón a la Feria del Libro, presentó un espectáculo dedicado a Chabuca Granda que estuvo excelente. Cantó varias canciones que yo no había oído.
Tuve la grata sorpresa de que pasó por Lima una amiga de Stalin, también colombiana, llamada Pilar. Así que salí con ella, estuvimos en un recital de poesía en la librería Sur, luego fuimos a Barranco, la pasamos muy bien y me alegró tener una nueva amiga. También estuve en la presentación del nuevo libro de cuentos de Rocío, Reina del manicomio. Finalmente acabé de leer Reality Hunger, y sigo sosteniendo lo que ya había mencionado al inicio, demasiado largo, algunas ideas interesantes pero que pudieron decirse de forma más directa y demasiado gringo para mi gusto. Y me leí El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince, regalo de Stalin. La disfruté mucho. Estuve también en la presentación de la plaqueta que hizo Carmen Ollé en Sur, Réquiem.
Y agosto empezó y trajo la alegría del Festival de cine latinoamericano de Lima pero también las despedidas. Entre las películas que vi están Las cosas como son (Chile) de Fernando Lavanderos, Carne de perro (Chile) de Fernando Guzzoni, La pasión de Michelangelo (Chile) de Esteban Larraín, que lamentablemente vimos comenzada porque pusieron mal el disco en Cineplanet San Miguel; Todo lo que necesitas es amor de Susanne Bier, Tercera llamada (México) de Francisco Franco, Edificio Royal de Iván Wild, El sonido alrededor (Brasil) de Kleber Mendoca que lamentablemente nos fue interrumpida por una vendedora de caramelos, justo en el momento cumbre de la tensión fílmica; No quiero dormir sola (México) de Natalia Beristáin, Wakolda (Argentina) de Lucía Puenzo, 7 cajas (Paraguay) de Juan Carlos Manegla y Tana Schémbori, La película de Ana (Cuba) de Daniel Díaz Torres, Viaje a Tumbuctú (Perú) de Rossana Díaz Costa con música original de Abraham Padilla; Beasts of the Southern Wild (USA) de Benh Zeitlin y La revolución de los alcatraces (México) de Luciana Kaplan. Todas las disfruté mucho pero mi favorita para el premio en ficción sería 7 cajas y en documental la indiscutible mejor película peruana del año Sigo siendo de Javier Corcuera, un homenaje al agua y a la música y la conjunción de ambas que es lo que nos da la vida (en la foto). La cual vi gracias a las influencias y generosidad de Chaska a quien estoy y estaré eternamente agradecida por ese bello regalo de despedida, así como a Javier Corcuera que la creó en primer lugar.
Las maletas ya casi listas, mucha emoción pero también tristeza de dejar mi tierra bella y todos los que más quiero.

miércoles, 10 de abril de 2013

Tanaka

El 17 de marzo fui personera en cuatro mesas en un colegio en San Miguel, estuve hasta la noche en el conteo. En todas ellas ganó el NO y al menos por un momento todo fue felicidad, hasta que ciertos vistos de una jugada política que no habíamos avizorado se hicieron claros cuando la mayoría de los regidores terminaban revocados.
Pero la vida siguió su curso. Fui al cine a ver Cloud Atlas de Tom Tykwer (Lola corre Lola), Andy Wachowski y Lana Wachowski, los realizadores de la trilogía Matrix. El trailer mostraba una suerte de épica universal que pudo haber sido un fiasco pero la verdad me gustó bastante. Luego me enteré de que uno de los hermanos Wachowski era transexual, antes Larry ahora Lana, así que me dio mucho más gusto haber ido a ver el film.
Llevé un taller de documentales con Javier Corcuera auspiciado por la Municipalidad Metropolitana de Lima que disfruté mucho e hice una nota al respecto. Ganó Perú a Chile y tuvimos una linda noche de peña en el Centro Cultural Breña con amigos queridos. Vi también El limpiador de Adrián Saba, pero nos pareció excesivamente larga, con diálogos y escenas demasiado obvios.
En Semana Santa mi mamá me convenció para ir a Tanaka, Arequipa, donde una prima suya tiene casa. Es una playa muy grande caracterizada por sus pozas de agua fría. En efecto el agua estuvo heladísima pero después del primer baño que casi te para el corazón, se podía disfrutar a gusto. Ayudaba a eso un sol avasallador, contrarrestado por unos vientos fuertes. Comí pejerrey de la zona que es grandote, no como el de Lima y otros pescados muy ricos. Así que pude acabar de leer In The Time of The Butterflies de Julia Álvarez y también me leí Cambios de Mo Yan. Me quedé con ganas de leer una novela suya, pero no tengo, así que debo dejarlo pendiente. Disfruté del mar, del sol, de unos días de descanso con mi mamá y Zoila. Jugamos burako pero perdí contra las dos maestras del juego.
Al volver a Lima me corté el pelo. Asistí al conservatorio Empoderadas, sobre mujeres artistas y activistas que proponen nuevos escenarios y reflexiones desde el arte, en el que participaron Natalia Iguiñiz, Karen Bernedo, Adriana Tomatis, Melissa Ghezzi, Natalia Pilo-Pais y Susana Torres. Todas estuvieron muy interesantes, contaron sobre trabajos que habían hecho antes y lo más curioso es que entre ellas no se conocían así que fue pretexto para verse, hablarse y entrar en contacto. Empecé a asistir a la Muestra de Cine Independiente Peruano en la ex filmoteca, hoy reducida a su quinta parte. De todas formas fue bonito volver a ver cine en el Museo de Arte, el que disfruté mucho, así como la conversación con la directora Tilsa Otta. Fui sola a estas actividades porque no siempre hay alguien con tiempo o dispuesto a acompañarme. Al inicio me es duro ir yo sola a cualquier lugar pero es el precio necesario por no dejar las cosas que me gustan. Al menos el ir sola a la filmoteca no me es tan extraño, hace mucho que lo adopté como una estrategia de sobrevivencia. También fui a ver la exposición Bendita eres de Melissa Ghezzi y Sandra Silva, que han hecho en conjunto un poemario en cómic que está súper chévere, en la sala de arte de Euroidiomas que al parecer se perfila como un interesante espacio de difusión artística.
He visitado a mi papá y mis hermanos. Estoy haciendo un informe de derechos humanos para Runa que ya va teniendo forma. Sigo colaborando Con la A en donde acaba de aparecer el número dedicado al cine que yo coordiné junto con Montse Cano, titulado Otra mirada, otra imagen: mujeres tras la cámara.
Estoy leyendo a Lina Meruane que es una excelente escritora chilena, he leído Las infantas y Sangre en el ojo, que recomiendo ampliamente. Lina fue mi profesora en el MFA de escritura creativa en la Universidad de Nueva York. También fui a Gamarra y a una charla en Brahma Kumaris sobre el ego y las emociones. Visité a Rocío, a Rodo, a Hipólito, que así no más no se dejan ver. Me vi con Lunia y Mauricio. Estuvo de paso mi tía Mercedes que vino de Suiza y  tuve la oportunidad de compartir con ella un rico café de algarrobo en Campos de Vida.
Sigo yendo al gimnasio en las mañanas y trato de pasarla tranquila, comiendo saludable, yendo al mercado cada semana y buscando recuperar el ánimo y la alegría de vivir.

viernes, 15 de febrero de 2013

La tierra de mi abuelo: Caravelí

Volví a Lima y tuve la oportunidad de coincidir aquí con mi tía Luz, a la que visité un par de veces en Washington. Así que estuve para su cumpleaños, a donde llevaron mariachis y un domingo nos fuimos a comer ceviche con mi tía Mercedes y mi primo Jota. Luego estuve también en el cumpleaños de mi tía Juanita a donde también llevaron mariachis (y los mismos). Así que han sido días de fiesta, alegres y amables. Vi a mi papá y su familia, también a Rodo un par de veces y empecé a ir a Runa a ver las cosas pendientes para retomar al regreso de mi viaje. También estuve celebrando con Rocío su cumpleaños sin cuenta y con un montón de gente más porque ella siempre congrega multitudes, así que conocí a gente interesante ese día.
Al día siguiente partimos a Caravelí, el bus de Cromotex nos dejó el 1 de febrero en Atico a las 7am, de ahí tomamos un colectivo a Caravelí, antes saludamos a mi tío Peruco y dejamos algunas cosas en su casa que no utilizaríamos hasta el campamento. En Caravelí nos fuimos a casa de mi tía Nora y mi tío Alberto, ahí también estaba mi prima Carolina, con sus dos hijos Gustavo y Esteban (rebautizado por mis primos como Estebandido). También estaba mi tía María y Elena, la hermana de mi tía Nora. Llegamos el preciso día del cumpleaños de Elena, así que hubo sancochado y la pasamos muy bien compartiendo con sus familiares que habían ido a Caravelí para la fiesta de la Virgen del Buen Paso. En la tarde mi tío Alberto nos llevó a su chacra La Cantera, me gustó mucho ver las uvas, el estanque, en fin, la naturaleza en general, tan bien cuidada y querida por sus dueños. Lo triste fue que días después concretaron su venta. Fuimos a la iglesia de la Virgen del Buen Paso para darle nuestros saludos y también estuvimos en la procesión (ganándonos un pedacito de cielo, espero). Fuimos al cementerio donde están enterrados mi tío José y mis tías Jesús y Leonor, les dejamos flores. Cada día empezaba muy de mañana yendo a buscar leche de vaca y pan recién horneado a leña donde el famoso Roco. Ayudamos a preparar pan de yema, manjarblanco, galletitas, mocuyo (que es una suerte de causa verde, con perejil y paico molidos al batán). En los desayunos siempre teníamos ricas aceitunas, quesito de la chacra de mi tía Nora (de vacas felices), mantequilla fresquita hecha de la nata de la leche de cada día, paltas de la chacra y otras muchas cosas ricas. Estuvimos para el cumpleaños de mi tía Deifilia, así que conocimos la chacra de los Portugal. No fuimos a la corrida de toros porque estamos en contra de la tortura a los animales, tampoco a la pelea de gallos. Pero fui con Elena a la corrida bufa en la que solo hacen un espectáculo como de circo con los animales. Estuvo divertido pero igual no volvería porque de todas formas fastidian a los pobres animalitos. Visitamos a mi tía Rita que nos preparó queso helado, a mi tío Pepe, a mi primo Coco. El clima era muy caliente pero en las noches enfriaba bastante y al final del viaje tuvimos unos días de lluvia porque llegó agua puerca de la sierra, todo el pueblo fue al río a ver el agua. Es que no hay muchas diversiones en el pueblo, como decía mi abuelito en su libro Relatos de mi tierra que he releído con mucho gusto y más conocimiento después de una semana en Caravelí.
Mi mamá se resfrió y por eso nos quedamos unos días más, mis primos se fueron apenas se acabó la fiesta del pueblo a Peña Pietra en Atico. Nosotras nos quedamos y fuimos a Atico con mi tío Pancho que también llegó de Estados Unidos en esos días, así que fue un viaje simpático en la tierra de mi abuelo (en la foto la campiña).

viernes, 18 de enero de 2013

Es más que un hasta luego

Aplicándose la Ley de Murphy, como mi tía Martha nos dio cobijas para el bus, esta vez parecía el trópico, así que no las usamos. Llegamos al departamento amaneciendo y luego de organizar un poco las maletas salimos al Walmart para comprar lo necesario para el desayuno, luego nos bañamos y alistamos, ya no hubo tiempo para descansar. Caminamos hacia Coyoacán para cambiar dólares pero al final lo hicimos en Plaza Universidad. Quisimos ir al Museo de Frida Kahlo pero había una cola larguísima y nos esperaban Cynthia y Teresa para el almuerzo en la Coyoacana, así que nos fuimos al Museo de Trotsky y vimos una exposición de nacimientos en el Museo de las Culturas Populares. Fuimos a anotarnos en la cantina, llegó Cynthia con Ixca, Teresa y una amiga muy simpática, la pasamos súper bien; ni bien llegando, la mesa de al lado pagó a los mariachis como por una hora, así que estuvo amena la comida. Luego nos fuimos por un pastel, que yo no comí, dimos la vuelta por el zócalo y el parque de los coyotes y terminamos en un lugar rico pero muy caro, según dijo el resto. Luego Cynthia intentó llevarnos a casa pero nos dejó en el metro porque se perdió y se había hecho tarde, pero eso nos vino muy bien. Dormimos temprano porque la noche anterior en el bus no habíamos descansado bien. El sábado nos fuimos a Coyoacán nuevamente, ahora sí al Museo de Frida Kahlo, luego almorzamos en el Tizoncito, de ahí seguimos con el Museo de las Culturas Populares y como ya estábamos cerca nos fuimos a la Cineteca Nacional que han renovado completamente. Vimos la película La Caza, de Dinamarca-Suecia, del director Thomas Vinterberg, que estuvo muy buena pero fuerte, así que salimos un poco tristes. Al llegar nos agarró una lluvia que se pasó rápido y pudimos ver un poquito de la proyección al aire libre que era Fados, la película de Carlos Saura, también una exposición de fotos sobre Macario (1960), la película mexicana de Roberto Gavaldón más famosa de la historia al parecer, así que nos quedó pendiente buscarla. El domingo fuimos al Castillo de Chapultepec y al Museo de Arte Moderno, terminamos tarde y con mucha hambre, pero se nos antojó pozole así que fuimos a La Casa de Toño. El lunes nos fuimos a Teotihuacán, el paseo estuvo muy bonito, era la primera vez que iba en bus pero fue sencillo llegar e irse. Llegamos a casa a bañarnos y salir al Sushi Roll que ese día tiene dos por uno en sushis. El martes volvimos hacia Chapultepec para ir al Museo de Antropología, desayunamos en la Rosario Castellanos pero Majo me llamó porque no traía su llave, así que luego de dar una vuelta volví a casa para abrirle, cambiar dólares y comprar las entradas para las luchas en Plaza Universidad. De regreso de recoger a Rodo quisimos ir a la Fonda 99, pero como llovía y había que caminar terminamos ayudando a Slim para que siga siendo el hombre más rico del mundo. El miércoles desayunamos con Rocío, Raquel y Joaquín, luego nos fuimos al Museo Dolores Olmedo y de ahí al Embarcadero Nativitas donde nos encontramos con Cynthia y unos amigos suyos. Paseamos bonito por los canales, el día estaba lindo (en la foto). Luego regresamos en el tren ligero y nos fuimos hasta la Cineteca, ahí vimos La maleta mexicana de Trisha Ziff y dio la casualidad que estuvo ahí la directora al final para preguntas y respuestas, estuvo interesante que lo que más le criticaron fue que se había llevado las fotografías a Estados Unidos, pero creo que ella explicó bien su postura. El jueves volvimos al centro, estuvimos en el Munal y en Bellas Artes, almorzamos en Los Girasoles. El viernes en el centro nuevamente fuimos a Tlatelolco con una visita guiada muy chévere en la pirámide, luego recorrimos el museo y el centro cultural que nos gustó bastante. Cambiamos dólares y almorzamos en el Sanborns de los Azulejos. De ahí nos fuimos a las luchas en la Arena México, estuvo divertido, aprovechamos de comprar regalos. El sábado salimos muy tempranito para el WTC y ahí tomamos nuestro tour a Piedra Herrada donde veríamos a las mariposas monarca, subimos a caballo y luego a pie y valió mucho la pena porque fue fascinante. De ahí pasamos por una catarata llamada Velo de novia y finalmente comimos en Valle de Bravo, paseamos un poco, regresamos al DF y visitamos a Oli en su casa. El domingo volvimos al Zócalo para verlo vacío, como deseaba que lo viera Rodo la primera vez. Luego fuimos al Templo Mayor, hicimos una parada estratégica en el Salón Corona, finalmente pasamos al Museo Mural de Diego Rivera, para terminar en el Tenampa pidiendo un par de canciones a los mariachis, que fueron Mujeres divinas y Cielito lindo. Volvimos a casa para que Rodo empezara a empacar. El lunes se atrasó su vuelo así que nos dio tiempo de luego de desayunar dar un paseo por la UNAM, pasar al Office Depot por algunas cosillas finales y luego ir a almorzar, o intentarlo, a la Fonda 99, pero como ese día cierra terminamos en el Asian Bistro. Volvimos a casa por las maletas y de ahí al aeropuerto. Ya en casa yo también intenté hacer un poco de maletas, despedirme de los papás de Rubén y hacer otras llamadas. El martes fui tempranito a desayunar con Oli, salimos a hacer algunas entregas, entre ellas las mantas de mi tía en casa de Sheida, luego almorzamos ahora sí en la 99, pasamos por Coyoacán y tomamos cafecito en el City Market como habíamos venido planeando durante el tiempo que vivimos juntas. De ahí pasé por casa y me encontré en El Gato Macho con Rocío e Ybeth. El miércoles desayuné solita en lo que acababa de empacar, pasó por mí Cynthia. Rubén no dejó que lo viera para que nos despidiéramos. Sí, México, es más que un hasta luego.

jueves, 3 de enero de 2013

Oaxaca de Juárez

Pasada navidad regresé al df a recoger a Rodo del aeropuerto. Me llevé para leer el libro de Cesar Aira Yo era una niña de siete años y me lo acabé. Tuve suerte porque aunque había una fila de autos de 15 kilómetros por la construcción del estadio de Puebla, el chofer fue advertido a tiempo y tomó una ruta alterna que nos retrasó una hora pero nos hizo llegar sanos y salvos. Dejamos las cosas en casa de Inés y nos fuimos al Walmart a hacer compras, tomamos unas cervecitas y al sobre. Al día siguiente salimos hacia el centro, el zócalo estaba ocupado con la pista de hielo así que no fue tan impresionante la salida desde el metro como me pasó a mí la primera vez que llegué a México (hace siete años atrás), pero igual le gustó a Rodo. Fuimos a Palacio Nacional a ver los murales y una exposición del acervo de la Secretaría de Hacienda que nos gustó mucho, luego pasamos a la Catedral, al Museo del Diseño que tenía una exposición de un concurso de plata, almorzamos en el Salón Corona, seguimos camino hacia el Sears frente a Bellas Artes por un café pero todo estaba lleno, lo mismo ocurrió en el Sanborn de los Azulejos, así que decidimos tomar el metrobus hacia casa de Oli, ahí tomamos el café y de paso la visitamos un ratito. Regresamos a casa por las cosas y nos fuimos a Taxqueña. Casi nos morimos de frío en el bus (Rodo ha rebautizado el gl como el gélido). Al llegar a Oaxaca el viernes desayunamos y nos fuimos al centro, estuvimos en el Llano, en el museo de Santo Domingo, almorzamos en Casa de la Abuela con Kazt, Tatiana, Nina y mi tía Martha. Tomamos el cafecito en San Pablo y luego nos fuimos a ver la catedral y anduvimos por el andador turístico hacia el Hub a rentar nuestra bici para pasear en la noche. Las estuvimos probando y me sentía insegura pero luego de un buen rato que empezó el recorrido ya me sentí tranquila, aunque me gustaba que habían muchos niños en el recorrido, a la vez se metían un poco imprudentemente y temía que me hicieran caer y eso pasó, solo fue un golpe pero fue fuerte. Regresamos a casa muy cansados pero nos gustó mucho. El sábado fuimos al mercado de las artesanías y luego al mercado 20 de Noviembre y Juárez, compré algunas blusas y otras cosas, lo mismo Rodo una guayabera y regalitos. Nos encontramos con mi tía para comer en el Zócalo, ahí reservamos nuestra noche de año nuevo en el Terranova. Tomamos el café en la Brújula y ahí se nos unieron Juanita y Beto. De ahí fuimos a la casa de las artesanías y luego al Txaraparta que es un bar muy lindo. El domingo teníamos el tour al Tule, Teotilán del Valle donde Rodo se compró un tapete con el motivo del árbol de la vida, luego a Hierve el Agua que nunca había visitado antes y me gustó mucho (en la foto), lo malo es que el camino tiene muchas vueltas y me mareé horrible, aunque yo suelo ser muy fuerte para esas cosas. Volvimos para comer (nuevamente el camino estuvo infame), de ahí pasamos a Mitla y finalmente a la destilería de mezcal. En la noche jugamos tren con mi tía Martha y tomamos todo lo que había en casa (sangría, ponche). El 31 nos fuimos al tour de Monte Alban, primero ese centro arqueológico, luego Cuilapan de Guerrero, almuerzo, Arrazola y San Bartolo Coyotepec. Rodo compró varias cosas también. Llegamos tardecito justo para bañarnos y volver a salir hacia el zócalo. La cena y los fuegos artificiales estuvieron chéveres, así que la pasamos bien. Todo el primero nos la pasamos vegetando en casa, jugamos tren otra vez. El martes bajamos al centro para ir a la iglesia de Santo Domingo, al Museo de los textiles oaxaqueños que tenía una exposición de zancos (pero bien poco de textiles), almorzamos en la Biznaga (delicioso) y luego fuimos al café en el Arábica, ahí nos encontramos otra vez con Beto y Juanita, de ahí dimos una vuelta y regresamos a casa a jugar tren. El miércoles nos fuimos tarde, luego de haber dejado maletas hechas, fuimos a San Pablo, luego al mercado de artesanías, a comer tlayudas y torta de amarillo, pasamos por el mercado por un tejate y otras cosas ricas para llevar como poleo y cacahuates. Fuimos a la Basílica de la Soledad y a la Casa Juárez, volvimos al andador turístico para la despedida y volvimos a casa antes de partir al df.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Tres destinos

Noviembre transcurrió con muchos viajes. Fui a Atoyac (Jalisco) con Oli a ver a sus papás. Allá comimos muy rico: raspadas, cacahuates con chilito, queso de bola y las delicias que se cocinaron en casa. A diferencia de otras veces en que nos tocaba clima muy caluroso ahora hizo un tanto de frío. Como acababa de pasar Día de Muertos, Oli propuso que nos juntáramos a hacer calaveritas y tuvimos una velada muy divertida y alegre. Al volver al DF nos tocó cerrar el informe sobre servicios de salud para mujeres. Luego fui a Tequisquiapan (Querétaro) a visitar a Martha, su casa es hermosa y tuvimos un fin de semana muy animado conversando, comiendo y paseando. Vimos la película El Erizo (2009) de Mona Achache. (Noto que me la he pasado estos últimos meses viendo películas dirigidas por mujeres y todas han valido muchísimo la pena). Nos alcanzó el tiempo para ir también a Bernal y pude ver la peña, es impresionante y se siente la energía circundante. Así que fue un viaje alegre y soleado, probé las gorditas de maíz azul que hacen allá rellenas de nopales, simplemente deliciosas (con su cervecita claro está). Me tocó el cumpleaños de Inés que pasamos juntas, también vimos una película aunque no nos gustó del todo, Hablemos de Kevin (2011) de Lynne Ramsey: la mujer tiene una actitud de mártir que no puede más que desesperar. Comimos sushi y nos acabamos casi todo el cartón de Noche Buena. Con Daniela e Inés vimos también la película japonesa Hula Girls (2006) de Sang-il Lee que a mí al menos me gustó mucho y me emocionó, además que la vimos en Cinemanía y nos dejaron entrar con nuestro trago y eso fue lo máximo. Terminé de apoyar a Inés con las transcripciones, así que quedé liberada para ocuparme de mis propios pendientes. Llegó mi tía Martha al DF después de tantos meses alejada por su fractura. A ocasión de verla vi también a Charly, Sheida y Picky. Fuimos con Oli a ver No (2012), la película de Pablo Larraín protagonizada por Gael García. Me gustó mucho, me pareció muy inteligente la forma en que se presentó el tema del plebiscito y la disfruté mucho, recordé a mi querido Juanjo. También vimos con Oli ¿Y ahora dónde vamos? (2011) de la bella y talentosa Nadine Labaki, en una tarde de cine, palomitas y cerveza. Nos encantó la música y luego sacamos la letra (la tienen en una entrada anterior). Con Cynthia vi Amanecer 2, de la saga de Crepúsculo, aunque me faltó la película previa y me quedé con algunas lagunas en la historia, que espero me toque en algún bus próximamente; pero nos divertimos. Un día que fuimos a ver Frankenweenie (2012) de Tim Burton y no la daban ya, vimos Arbitrage con Richard Gere que al menos estuvo entretenida, identificamos tres momentos buenísimos en la película (es decir, tres frases memorables). Fue difícil despedirse de Oli, pero ella también está alzando anclas y me tocaba acompañar a mi tía en su regreso a casa. Así que el tercer destino de este mes fue Oaxaca, al que vuelvo por cuarta vez en mi vida. Dicen que si uno come chapulines regresa a estas tierras, será por eso que siempre he vuelto y sin duda seguiré haciéndolo. La casa de mi tía es muy bonita y tiene un jardín muy salvaje pero que disfrutamos mucho, se pasean los pajaritos siempre por ahí. El clima está bello: sol, luna, estrellas, así que no hay nada de qué quejarse. Además estamos en altura y tenemos una vista hermosa de la ciudad (en la foto un atardecer). Ahora ya me puedo mover en bus y conozco las calles. He podido conocer el Hub Oaxaca, que es un espacio que me parece vital y cuyos proyectos de comunidad me gustaría repetir. Es casi el único lugar que frecuento pero es siempre estimulante. Además hemos jugado varias veces tren con Chago y Mario y también con mi tía en casa. Ya nos estamos preparando para las celebraciones de fin de año, hemos hecho ponche que nos ha quedado muy rico. La casa como estuvo sola mucho tiempo ha necesitado que le dediquemos mucha atención, pero poco a poco va volviendo a la normalidad. Ya estoy en el último libro de la antología completa de Lydia Davis. Y estoy leyendo también otros textos que me dio Martha, muy buenos. He hablado con Rossy un par de veces en el skype largo rato, así que nos acompañamos mucho, eso me ha alegrado. Con mi mamá también he hablado, me alegra que en este momento todos mis tíos (sus hermanos) estén en Lima y estén pasando tiempo juntos en armonía. Yo sigo escribiendo y preparándome para la llegada del 2013, sus cambios y retos. Inés me dio una agenda similar a la que ella usará, así que ambas compartiremos agenda otro año más.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Bogotá


El lunes tengo clase todo el día y además tengo que ir a comprar un transformador porque mi compu ya no prende. Felizmente encuentro uno no tan caro en Best Buy. El martes clase todo el día y preparativos para el viaje. Voy al yoga antes de irme a casa. El shuttle llega antes de lo previsto. Hablo con mi mamá en el aeropuerto, luego me pongo a leer, llegó el préstamo del libro En breve cárcel de Sylvia Molloy que pedí. Me gusta mucho su estilo y su prosa. No más sale el avión empieza una turbulencia espantosa y el vuelo sigue así bastante accidentado, con lo que no puedo descansar muy bien, pero igual logro dormir un poquito. Llego a Bogotá y cambio dólares, espero el bus del hotel que nos habían prometido pero no llega. Me hago amiga de un grupo de brasileras que también estaban esperando el bus, mis queridas Angelita, Alvineia y Aldevina. Desayunamos juntas, un jugo de papaya aguado y unos pancitos dulces, pero igual la pasamos bien juntas, porque la inscripción se puede hacer recién a las 10am. Nos la pasamos conversando en la cola, luego nos inscribimos y quedo yo en la misma habitación con Angelita. Mientras esperamos para ir al almuerzo me encuentro a Cynthia, así que ya me quedo con ella, paso a su habitación para bañarme y cambiarme, almorzamos juntas y luego llevo mis cosas a mi habitación. Vamos a la inauguración, al ritual de la tierra y luego nos vamos para el teatro donde será la ceremonia principal. En el camino la ciudad se nos muestra un poco caótica por las pistas rotas, hay muchos policías que nos acompañan, no sé si para cuidarnos del resto o para cuidar al resto de nosotras. Lo mejor de la inauguración es el espectáculo de Las Reinas Chulas, que hacen una suerte de concurso tipo talk show, llamado el feministómetro, nos reímos a morir. La conductora es la pantera rosa y las preguntas nos dan a todas con el dedo en la llaga. De ahí viene el grupo de música Amaxonas, unas morenas que bailan fabuloso. Acabando eso nos vamos a casa, me sorprende ver tantos vagabundos y loquitos en la calle, la ciudad se ve sucia y toda manchada por las pintas que dejaron los estudiantes recientemente. El jueves voy a la provocación de arte, cultura y feminismo, la discusión es muy interesante, en la noche tenemos fiesta, la pasamos muy bien, conocemos a nuestra querida Carolina, yo creía que era amiga de Cynthia pero resultó que también la conoció ahí mismo. El viernes otra vez provocaciones, preparamos las capas para la marcha y de hecho empieza a llover justo antes de salir, luego para. La marcha me gusta mucho, llegamos a Plaza de Bolívar y esperamos varias horas para escuchar a Aterciopelados, pero vale mucho la pena, ¡amo a Andrea! Canta la mayoría de canciones que son nuevas para mí y que debo conseguir muy pronto. Antes vemos a un grupo de danza llamado Palenque que me parece fabuloso, simulan un reto entre dos tribus, compuestas de mujeres que se retan en el baile. Exelente. El sábado, Cynthia hace la mudanza al cuarto de Carolina, luego vamos al cierre, nos pasan la campaña de Brasil, Quien ama abraza, que me parece fabulosa. Al final en un ambiente que deja claro que no se puede elegir la nueva sede con aplausos, se elige Perú como el lugar del próximo encuentro. Luego viene el grupo de teatro La máscara, me gustan algunas de sus piezas pero una sobre una violación me parece demasiado fuerte. Me hubiera gustado acabar riendo como empezamos. Aunque el video que pasan es muy bueno, en el que cada una a grabado algo para el colectivo. Nos vamos a almozar todas (Alvineia, Aldevina, Angelita, Cynthia, Carolina), a un lugar de pescados que es bueno, pero no tanto como la comida peruana. De ahí entramos a un artesanal donde hay cosas bellísimas, de ahí vamos por unas cervezas con Cynthia y Carolina. De regreso al hotel comemos algo en el bar con Angelita y tomamos unas cervezas, decidimos en colectivo que haré mi doctorado en Río de Janeiro y no en Florianópolis. El domingo desocupamos el cuarto, desayunamos y luego nos vamos al Museo de Botero, Museo del Oro, donde almorzamos muy rico, plato paisa, patacones, maracuyá. Tomamos café en Juan Valdez pero aunque es rico, no me gusta que imitan el estilo de Starbucks. Ahí nos encontramos con Linda y entramos a la catedral en la puerta de la cual han puesto una frase que dice "Dios bendiga este negocio". Luego acompañamos a Linda a comer y de ahí nos vamos de regreso al hotel. Tenemos que pasar al de las chicas para recoger la compu de Cynthia y luego llegamos donde Esperanza. Conversamos un rato mientras nos tomamos un cafecito, un tintito, como dicen por aquí. Ahí también está Diego, el novio de Nadia. Luego Cynthia se va al aeropuerto y yo al ratito me duermo. No paso buena noche porque el resfrío me atrapa. El lunes temprano Esperanza me prepara un rico desayuno y luego me voy a encontrar con las chicas y vamos a la Catedral de Sal y luego a Montserrat, a donde subimos en teleférico. De ahí regresamos, el tráfico está terrible y me demoro en llegar a casa de Esperanza, además ha llovido y el clima me ha hecho fatal. Comemos algo y casi no queda tiempo de conversar, tengo que ir al aeropuerto, me da pena porque está ahí en su casa Alberto, un amigo de ella que me parece muy buena persona. Mi vuelo se retrasa dos horas pero al menos no hay turbulencias y llego a Nueva York enterita, pero muy resfriada.

jueves, 13 de octubre de 2011

Montreal


El jueves me voy con mi maleta ya lista para la universidad, voy a la clase de conversación en inglés, el grupo me gusta, la dinámica es diferente que los martes, nos dan una escena que hay que representar, plagada de jerga que se usa mucho, aprendemos el significado de las palabras, luego conversamos de diferentes temas, el tema de ese día es a dónde iremos en el fin de semana largo. Al final la profesora nos deja una tarea de repaso. Dicto mi clase, me gusta mucho mi grupo de alumnos, todos son muy buenos, excepto por un par que a veces se pasa demasiado al inglés, la mayoría estudian y no dan problema, son simpáticos. Luego me quedo avanzando algunos pendientes y tenemos la reunión para definir el tema de tesis. Decido presentar la propuesta del conjunto de cuentos, luego voy para la estación, compro la almohada del cuello que me sirve mucho porque el viaje es largo y cansado, se hacen muchas paradas, una de quince minutos en no sé dónde, luego una en Albany para cambiar de bus y luego en la frontera. Llego a la estación y ahí mismo está Kathy, así que vamos a su casa, me baño y me cambio, tomo algo ligero de desayuno y con las mismas volvemos a salir. La red de metro es muy corta, así que para todos los destinos tenemos que caminar, tomar bus y luego el metro. Pasamos al banco a cambiar dinero y luego vamos a visitar el Lago de los Castores, que me encanta porque las hojas están ya naranjas (en la foto). Luego paramos en el mirador para ver toda la ciudad, se ve mucho verde y mucha agua porque resulta que Montreal es una isla, justo mis dos cosas favoritas, agua y verde (lo que falta es el calor). Luego vamos al centro de la ciudad, ahí almorzamos en el restaurante de Celin Dion llamado Nikel's, que es bien americano, parece el set de Happy Days. Pruebo el putín, que es la comida típica, consiste en papas fritas con queso derretido y salsa BBQ, nada espectacular, de hecho creo que la salsa no le sienta nada bien a las papas. Me tomo un café que me estoy muriendo de sueño. Luego entramos a algunas librerías, busco libros para mis hermanos en francés, los tengo muy presentes al ver todo en un idioma que sé ellos manejan mucho mejor que yo, mejor dicho, que ellos sí saben y yo no. En la ciudad lo más raro es que hay mendigos con perros muy finos, uno no sabe si piden dinero para ellos o para los perros. También se escucha a varias personas hablar en castellano, algunos meseros o dependientes, quizá por la política de migración de Canadá que a diferencia de Estados Unidos, está invitando a la gente a ir para allá, con las problemáticas y ventajas que eso genera, por ejemplo hay mucha gente árabe que parece quieren imponer una visión mucho más conservadora y religiosa de la que existe en la ciudad. Tengo que practicar un poco mi francés y sí recuerdo muchas cosas, hasta entiendo cuando hablan, pero estoy lejos de recuperar lo que alguna vez aprendí. Luego vamos al Viejo Puerto, ahí paseamos mucho, tomamos fotos, caminamos, para cuando llega Ernesto a reunirse con nosotras ya estamos agotadas. Vamos a casa, los acompaño a tomar lonche y me voy a dormir que estoy exhausta. Al día siguiente nos vamos en la mañana a hacer compras a un centro comercial, Ernesto compra ropa y Kathy y yo paseamos por las tiendas, entramos a una tienda de lavanda muy buena, la lavanda es un producto típico de la zona, así que encuentro varias cosas bonitas. Encuentro también una librería barata. De ahí nos vamos al Oratorio de San José, que está en una colina, vemos gente subiendo de rodillas, en una ciudad que no es muy religiosa es impresionante. Luego pasamos a hacer algunas compras y por un vino y comemos en casa una pasta. Estamos ya muy cansados para salir otra vez, como dije el transporte es bien agotador por tener que estar cambiando de uno a otro. Nos quedamos viendo una película, una comedia llamada Never Again de Eric Schaeffer (2001). Luego a la cama que hay que madrugar, al día siguiente salimos muy temprano para un tour a Mont Tremblant. La primera parada es en el Lago de Agata, donde paseamos en barco, luego tomamos un café y hacemos una caminata mientras el resto del tour almuerza a las 11am. La mayor parte del tour es de chinitos con niños, quizá por eso lo hacen. El pueblo es pequeño y tranquilo, Kathy y Ernesto se comen una Cola de castor que es un postre, yo no puedo comer tanta azúcar tan temprano. De ahí llegamos a Mont Tremblant, paseamos por el pueblo que es pequeño y bien pintoresco, las casas son de colores y se ven las colinas llenas de árboles naranjas. Hay un lago cerca pero la principal atracción son las colinas que en invierno se llenan de nieve y se puede esquiar ahí. Subimos en el teleférico y la vista es impresionante. Al regresar, como no hemos comido nos vamos a Les 3 Brasseurs y comemos una pizza muy rica y yo pruebo la cerveza blanca que resulta mi favorita. Llegamos a casa a media noche para caer rendidos. El lunes pasa por casa Françoise, amigo de Kathy. Luego de desayunar nos lleva a recoger manzanas en el campo, es bonita la experiencia y me gusta nuevamente disfrutar del paisaje y el contacto con la naturaleza. Pasamos a hacer compras y llegamos a casa a comer. Françoise hace una ensalada deliciosa con arándanos y manzana y eso que a mí no me gusta usualmente la ensalada dulce, esta me encanta, la acompañamos con pescado y arroz. Luego de eso estamos muy cansados para salir, así que vemos otra película, Wimbledon de Richard Loncraine (2004), con Kirsten Dunst y Paul Bettany, me encanta, la disfruto mucho, es una película romántica pero me distrae y me relaja. Luego otra vez a la cama. El martes Ernesto tiene que trabajar así que se va temprano, Kathy y yo desayunamos y nos vamos a la Biósfera, me encanta, hacemos el recorrido del museo, nos dan una clase sobre la polinización , luego visitamos otras exposiciones, una de ropa ecológica, visitamos la casa solar que tienen ahí y otras salas. Queremos volver a comer pero nos vamos directo al Museo de Bellas Artes, es gratis ese día, lo recorremos casi todo, terminamos muy cansadas. Comemos algo rápido y regresamos a casa para recoger a Ernesto y pasar a la exposición de linternas chinas en el Jardín Botánico. Es fabuloso el espectáculo, hay mucha gente haciendo cola, lo cual es raro en la ciudad, pero vale la pena. Lo malo es que justo ese día hace bastante frío y hacemos una fila de al menos media hora y luego una caminata de una hora por la instalación, así que termino un poquito congelada. Lo hacen sobre un lago y se ve muy lindo. Nos da tiempo a las justas para volver a casa por mi maleta y volver a salir hacia la estación de buses, me dejan y se van, con la promesa de su visita a Nueva York pronto. Yo tomo el bus, hago las tres paradas de rigor y esta vez la almohada de cuello no me sirve mucho, termino adolorida. LLego a las ocho de la mañana, descanso un rato, luego me baño y me cambio para ir a mi hora de asesoría en la oficina, avanzo algunos pendientes, voy a clase de performance y luego cancelo mi cita con Manuel y con mi alumno porque estoy literalmente exhausta, cayéndome de sueño. Voy a casa a dormir. Me despierto como a las siete para avanzar algo en la compu y luego me vuelvo a dormir. El jueves voy temprano a la oficina, paso a mi clase de inglés, luego avanzo algunos pendientes, dicto mi clase, siempre estoy nerviosa antes de ir pero la disfruto mucho. En la noche hay evento en el King sobre traducción que me parece excelente, también va Rosana que está en la ciudad en ese momento, conversamos un rato, es bueno verla. Regreso a casa un poco más relajada, necesito inspiración para retomar la escritura que tengo que entregar mi texto el lunes, otra vez.

martes, 30 de agosto de 2011

Irene en Washington


El martes en la noche vamos al Arthur's Tavern a escuchar jazz, nos llevamos a Mariela también. Es la primera vez que oigo jazz los martes ahí y sí me gustan mucho los dos grupos que escuchamos. Aunque el de las diez un poco alta la música y casi me quedo sorda, pues estábamos bien cerca del escenario. Pero fuera de eso muy buen ambiente, como siempre. Lo malo es que me traen la cerveza caliente y la mesera está medio antipática. El miércoles nos vamos a comprar al Bed, Bath and Beyond algunas cosas para la casa, luego pasamos por algunas tiendas, luego vamos a Time Square, ahí compramos algunos recuerditos y regalitos y almorzamos en un restaurante griego que yo conozco por ahí. Nos traen una suerte de pastel de espinaca, que está rico. Luego caminando encontramos una tienda de Hello Kitty, pero no hay mucho que comprar, me llevo nos más unas medias (un poco carolinas). Volvemos a casa para recoger nuestra mantita y nos vamos al Central Park porque pasan ahí gratis Bird de Clint Eastwood, que es sobre la vida de Charlie Parker. Es una película muy buena y por hacer una encuesta nos regalan además una gorra y luego nos dan palomitas gratis (aunque unas raras que sabían a chicito). El jueves en la mañana está lloviendo ya (primeros rasgos de Irene que no sabemos nos acompañará en el viaje), vamos a la tienda a ver ropa y de ahí a casa a esperar la hora para ir al terminal. Nos vamos a tomar el bus, el viaje tranquilo, pero un poquito incómodo el asiento, no se puede dormir. Llegamos a Washington y mi tía nos recoge del terminal. De entrada, el terminal es muy bonito, todo con grandes columnas, estilo grecoromanas. Comemos en un lugar de pizzas muy bueno (nos moríamos de hambre), de ahí vamos a casa. Mi tía tiene un gatito (Shadow), una perrita pequeñita (Beauty) y un perro grandote (Boomer). Los tres muy cariñosos. Nos dormimos, mi tía se va tempranísimo a trabajar el viernes y nosotras nos vamos con Kathy que nos lleva a reunirnos con ella a medio día. Esperamos el bus y luego tomamos el metro y llegamos en más de dos horas. Mi tía vive a las afueras de la ciudad, en realidad en Springfield (pero no el de los Simpsons). Nos encontramos con ella en el Museo del holocausto y lo recorremos al inicio sin ganas pero es fabuloso, muy bien hecho, la concepción precisa, te transmite mucha desilusión, pero también mucha fortaleza. Al salir paseamos por los monumentos y de ahí vamos a comer a un menú chino, muy parecido al que voy con mi tío Carlos en New Jersey. Regresamos a casa para descansar. El sábado ya se sabe que llegará Irene en la noche así que mi tía nos lleva temprano a la National Gallery of Art, que está muy vacía por los anuncios del huracán. Así que hacemos un tour y luego paseamos un poco rápido por el edificio que es maravilloso. Regresamos apuradas porque se pone el clima muy feo, nos recoge mi tía del metro, vamos a un super que se llama Giant por algunas cosas que faltan. Me gusta mucho ese super porque es autoservicio, así que uno pasa los productos por la caja, los pesa y todo, ¡cumplo mi sueño de ser cajera de supermercado! En casa nos esperan con sushi de Whole Foods que trajo Kathy, así que comemos y vemos una película porque no podemos salir, ya se viene Irene. Vemos una película llamada El violín rojo, que resulta bastante buena, de ahí yo veo otra de la tele, una medio tonta que se llama cómo perder un hombre en diez días. Y me voy a dormir, en la noche hay un viento bien fuerte y la lluvia persiste. El domingo desayunamos todos en casa y nos dejan en el Air and Space Museum, queremos hacer un tour pero es hasta la 1 así que vamos primero al capitolio y luego al jardín botánico, todo muy lindo. Hacemos el tour que es muy interesante, es más sobre aviación que sobre espacio pero igual se aprende mucho. Luego volvemos a casa, mi tía nos recoge y vamos a un restaurante de comida de Afganistán. Me gusta bastante. Mi tía va otra vez a Giant porque es su aniversario y quiere prepararle algo a Eduardo. En casa está Pancho, mi mamá se pone a conversar con él y yo ayudo a mi tía con la canasta de fruta. Le queda muy bonita. Luego vamos a dejar la canasta al trabajo de Eduardo y volvemos a casa para tomarnos unos Bayley's en el sillón. Nos acostamos tarde y levantamos de madrugada para ir a tomar el bus de regreso a Nueva York. Ya en Nueva York mi mamá cambia su vuelo para el día siguiente en la noche, así que el lunes vamos a Borders que ya está a punto de cerrar y encontramos varias cosas buenas y muy baratas. De ahí nos encontramos con Rossy y Diego y almorzamos en un restaurante de comida mediterránea, muy bueno. Seguimos en Borders luego de eso y de ahí a casa a preparar todo para el viaje. El martes vamos a comprar al North Face, después de tres horas, mi mamá se compra una casaca polar y una de lluvia. Volvemos a casa y al rato se va, ¡te quiero mamita, te voy a extrañar!

martes, 23 de agosto de 2011

Un temblor en Nueva York


El martes compras finales y vuelo a Nueva York. El viaje es cansado porque paso toda la noche en el avión y es incómodo. El miércoles llegamos temprano, pasamos bien migración. Nos toma casi toda la mañana llegar a casa porque hay mucho tráfico, pero fue fácil encontrar el shuttle. En casa estaba Reid y nos recibió con los brazos abiertos. Nos fuimos a comprar mi celular, me regalaron un equipo nuevo del que sí me puedo conectar a internet. De ahí vamos a Washington Square y aprovecho de cambiar mi credencial y de ir al banco y de dar la vuelta. Almorzamos en un resturante de comida thai, compramos fruta, pasamos por un pastelito a Magnolia Bakery, luego regresamos a casa a descansar porque estábamos con mucho sueño. El jueves en la mañana nos fuimos a encontrar a las amigas de mi mamá. Se encontró con su amiga Nancy del colegio, paseamos por el Central Park y luego fuimos a ver a Gladys, almorzamos con ella. Regresamos a casa, Paty pasa por su maleta. En la noche vemos Midnight in Paris de Woody Allen que me encantó. El viernes vamos en la mañana al Guggenheim Museum, luego almorzamos en Le Pain Quotidien y vamos a ver unos zapatos. Nos tomamos un jugo, paseamos por el Lincoln Center y luego vamos al cine a ver Country Music de Alberto Fuguet, con la presencia del director que además nos invita un vino y luego la película Sin retorno de Marcelo Cohan con Mariela que también se queda para ambas películas. Al acabar va a recoger sus libros a mi casa y conversamos un rato. El sábado nos vamos temprano a Croton-Harmon a visitar a Marguerite y Reid. Nos llevan a un picnic en Storm King Art Museum que es un lugar fabuloso, miles de héctareas de naturaleza en la que se instalan obras de arte de gran formato, así que se aprecian en medio del vasto territorio de árboles. El sol casi nos achicharra pero lo disfrutamos mucho. En la noche cenamos en casa muy delicioso y a la cama muertas. El domingo caminamos temprano por el lago Teatown, vamos con Diane que nos enseña muchas clases de hongos así que el paseo se vuelve una interesante clase de botánica, yo logro identificar muchos en la espesura del bosque (soy buena alumna). Pero de pronto unos truenos nos obligan a correr a casa, vemos pasar la tormeta bajo techo, almozamos y como sale el sol nuevamente nos vamos a dar una vuelta al dique, pero al llegar empieza una nueva tormenta, felizmente unos amigos nos llevan a casa. Esperamos a que pase y volvemos en auto al dique con miedo de que vuelva a llover. Luego de eso nos despedimos y tomamos el tren hacia Spuyten Deyvil a visitar a Gladys. Llegando otra vez empieza una lluvia ligera. Tenemos una riquísima cena y llegamos a casa a media noche exhaustas. El lunes que hay mucho sol nos vamos a Conney Island pero la playa es sucia, está llena de vidrios rotos y el agua es helada. Así que estamos un rato ahí, paseamos por el malecón y volvemos a casa. Cenamos en Fiorello's una pizza de ocho vegetales y de ahí vamos al cine a ver Monte Bayo de Victoria Galardi que me gusta mucho. Está ahí la directora y escuchamos las respuestas y preguntas. El martes Museo de Historia Natural, vemos la exposición sobre el espacio que es maravillosa, en medio de la explicación de las supernovas y el big bang se mueve todo y pienso que es parte del espectáculo pero al salir resulta que es un temblor. Yo pensé que era imposible que temblara en Nueva York pero al parecer sí es posible. Nos apuntamos en la guía del museo, nuestra guía se llama Nancy y es una mujer mayor maravillosa y apasionada que nos transmite todo su entusiasmo y sabiduría. Almorzamos en un restaurante hindú muy rico pero comida que nos es imposible pronunciar.

sábado, 6 de agosto de 2011

¡¡Empezó el XV Festival de Cine de Lima!!


El lunes de vuelta al trabajo, yo me quedo en casa avanzando algunos pendientes, como mandar mi columna, hablo con Rossy un rato, Eva no llega a limpiar porque se va al médico con su hijo. A la tarde comemos con Inés y Danilo algo ligero en casa, luego vamos a averiguar sobre los celulares en Plaza Universidad, hacemos compras en lacomer y pasamos por el anforama. Luego nos vamos al Sushi Roll y ahí nos encontramos con Rubén. Regresamos a casa ya tarde. El martes otro día de trabajo, va Francisco a dejar unos encargos para Lima en la mañana, luego vamos a la peluquería con Inés. Regreso para irme a casa de Rocío a un almuerzo peruano, preparé ají de atún, allá encuentro ceviche, papa a la huancaína, yucas, cancha, arroz con leche y muchos platillos de muchas partes del mundo (principalmente Colombia y México). La paso muy bien con Rocío y su familia y con otros amigos peruanos que conozco ahí, Jorge y Cecilia, que son de Trujillo. Regreso a casa, en la noche nos quedamos en casa y empezamos a ver una película que se hace larguísima, Love Exposure, así que queda pendiente para el día siguiente. El miércoles voy a la Unam en la mañana a buscar un libro que me encargó mi mamá en ciencias políticas pero está cerrada la librería, Inés me acompaña; luego vamos al pueg ahí sí encuentro lo que busco y saludo a Claudia también. Paso luego por el centro de investigaciones latinoamericanas y compro un libro para Rosa, luego averiguamos los idiomas para que estudie Inés. De ahí tomamos el metrobus y voy con Oli, almuerzo con ella, regreso a casa y terminamos de ver la película. El jueves va Eva a limpiar, luego vamos al pozole en La Casa de Toño, aunque esta vez no me gustó tanto. Compramos algunas cosas en el city market para la noche, como pizza, dip de alcachofa, tostadas y baguette. En la noche la pasamos muy bien, va mucha gente querida y me pongo contenta pero también triste de dejarlos. El viernes Rubén se queda a desayunar, luego voy con Inés al aeropuerto, bye bye México lindo. El vuelo se me hace mucho más corto, veo Thor que no me parece tan mala (de hecho mucho mejor de lo que pensé) y me enfrasco en mi libro Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea de Annabel Pitcher. En Lima me recoge mi mamá, la encuentro húmeda y un poco fría. El sábado en la mañana ordeno un poco, luego almuerzo con mi papá arroz chaufa de pescado, voy al festival de cine que inicia con broche de oro, dos excelentes películas: Amor en tránsito de Lucas Blanco (Argentina) y La vida de los peces de Matías Bize (Chile), me encuentro con Rodito por ahí, mañana sigue el festival.

lunes, 1 de agosto de 2011

Acapulco (tercera parte)


El domingo estuvimos en casa de la abuela de Rubén, la pasamos muy bien y soplamos las velitas por Fanny y Malena. El lunes fue un día tranquilo, de limpiar y ordenar la casa. Me encontré con Oli y con Mara y en la noche fuimos al ya tradicional sushi roll con Rubén. El martes hicimos algunas compras, almorzamos y nos fuimos al quiropráctico, luego al oculista y de ahí a las luchas mexicanas, fue mi primera vez. Se nota a leguas que la mayor parte de los golpes son falsos aunque creo que en algunos momentos igual y sí se dan de verdad. Lo que menos me gustó fue el constante acoso de las mujeres anfitrionas, que claro que están ahí de adorno. Pero sí me parece que se aprecia mucho del humor mexicano. La pasamos bien, tomamos cerveza y comimos palomitas. Saliendo Manuel nos acercó al aeropuerto y recogimos a Danilo e Inés. Llegaron bien cargados así que tomamos una camioneta de taxi. Nos instalamos en casa y a dormir. Al día siguiente salimos a pasear por el centro, hicimos un recorrido desde el Zócalo hasta el final de la Alameda. Almorzamos en la condesa en el Tizoncito, tomamos cafecito en la Rosario Castellanos y nos fuimos para la casa. El jueves fuimos a la Unam temprano para la matrícula de Danilo que no logró hacerla y para que Inés conociera su programa. En ambos casos eran varios los trámites pendientes, así que ellos se quedaron y yo me regresé a casa para irnos a Acapulco. El viaje bien, llegamos a hacer comprar y comimos en casa a gusto. Al día siguiente se juntaron con nosotros Cynthia y Alonso, hasta la madrugada del día siguiente no llegaron Danilo e Inés que siguieron haciendo trámites y que además les agarró la lluvia. El sábado ya la pasamos todo juntos en la playa, conversando, tomando cerveza, en la piscina y en la noche jugando ocho locos. El domingo fuimos a desayunar a Acapulco dorado, en el hotel Malibú, de ahí volvimos al club, estuvimos ahí un rato, nos despedimos y enrumbamos al DF. Llegamos muertos de hambre y caímos en el Vips que estuvo más o menos. Ya era muy tarde para hacer compras así que desempacamos y a dormir. Empieza mi última semana en el DF y también Rubén regresa a trabajar.

domingo, 24 de julio de 2011

Ixtapa (tercera parte)


La semana pasó rápido, fui a conocer la casa de Cynthia, en la nueva línea del metrobus llego hasta allá sin problemas (aunque me demoré una hora y media). Me preparó una riquísima lazaña vegetariana. También fui a comer con Rubí y luego me encontré con Ybeth y fui a conocer a Joaquín, el hijito de Rocío y Cuauhtémoc. Estuvimos en su casa hasta la noche, conversando. Me encontré con Oli, también nos juntamos para comer y conversar un rato. Y el viernes Rubén salió de vacaciones así que comimos en casa y luego fuimos a lavar ropa a casa de sus papás. Vimos la última película de Harry Potter, visitamos el Monumento a la revolución y comimos en el 10. Estuvimos visitando a Paco y Carla y los gemelos que se estaban recuperando del accidente de auto en casa de Cynthia. Felizmente todos están bien, aunque todavía con el susto. El domingo en la noche salimos a Ixtapa, el bus cómodo, nos dieron la habitación temprano y pudimos pasar el día a gusto. El hotel bonito, la playa también aunque brava, así que casi no nos metimos al mar y cuando lo hicimos nos revolcó la ola. Luego pasó el huracán Dora cerca de México y eso puso el mar más picado y trajo unos vientos fuertes, pero igual hacía muchísimo calor. El día que volvimos salimos del hotel temprano y nos fuimos a la Isla de Ixtapa que sí es muy mancita, ahí la pasamos súper bien pero fue bien agotador estar todo el día fuera y esperar al bus hasta las once de la noche (anotado para no volverlo a hacer). Llegamos al DF, Rubén tuvo su clase de guitarra, hicimos compras y comimos en el Asian Bistro que esta vez no me gustó tanto, pero igual la comida bien. En la noche fuimos al Salón Corona, llegaron algunos amigos y estuvimos hasta la media noche. La pasamos bonito.

martes, 12 de julio de 2011

Oaxaca (segunda parte)


El martes vi a mi amiga Rubí y el miércoles enrrumbé temprano a Oaxaca. El camino estuvo bien, me pasaron tres películas: Transformers, una sobre el mago Houdini y una tercera que ya no recuerdo bien. Descansé por ratos y leí poco porque se movía mucho el bus. Llegué y me esperaban ya Kazt y mi tía Martha, hacía mucho que no la veía y me emocioné. Ella está igualita, guapa y alegre como siempre. Kazt está más delgado y con más cabellos blancos, pero amable como siempre. Comimos unos ricos chiles rellenos, de ahí nos fuimos en la noche con Chago y Mario para jugar tren. Su amiga Rosy trajo pastel para celebrar sus cumpleaños por anticipado. Volvimos a casa y seguimos conversando hasta que se nos cerraron los ojos. Al día siguiente salimos a caminar por San Felipe que es donde vive mi tía ahora, regresamos a cocinar y almorzamos rico, yo pescadito y cada quien lo que se le antojaba. En la tarde nos fuimos a tomar el cafecito con Mario y Chago, nos agarró una recontra lluvia, pero felizmente dentro del café. Paseamos un poco por el corredor turístico y nos fuimos a casa, al llegar se volvió a desatar una gran lluvia. El viernes en la mañana estuvimos en casa, salimos a almorzar con Gaby, Julieta y Tony. Volvimos a descansar un rato y cambiarnos para la fiesta. Salimos a la fiesta en la Iguana, el lugar era bonito pero pequeñito y se concentraba el humo del cigarro. Nos regalaron anillos fosforescentes muy chéveres. Rubén llegó hasta las once de la noche, estuvimos un rato ahí y nos fuimos a descansar. El sábado desayunamos y salimos al centro a comprar, almorzamos en La casa del abuelo que nos había recomendado José, yo comí mis chapulines y mole pintado, pero me gusta más el verde. Seguimos caminando, entramos al museo y a algunas tiendas. Al final ya no teníamos estómago para las tlayudas que quedaron pendientes para el próximo viaje. Nos pusimos a ver Harry Potter en la tele y luego nos dormimos. Mi tía Martha y Kazt se fueron a ver a Marie Claude. El domingo desayunamos, tomamos fotos (arriba en el jardín de la casa) y nos fuimos con las mismas a la estación. Al llegar al DF estaba el partido en su segundo tiempo. Vimos el segundo gol en El desván con la familia de Rubén y nos dieron dos por uno en bebidas porque ganó México, así que ahí nos quedamos un buen rato y salimos todos medio borrachos.

lunes, 4 de julio de 2011

México (primera parte)


Pasó junio muy rápido, con el cumple de mi mamá y varios otros en el camino y finalmente me vino la inspiración pero todavía sigo dando vueltas a la idea antes de plasmarla en el papel (al menos está por ahí rondando). Llegó el viaje para México, tuve oportunidad de pasar unos días con Inés y de ver a Gustavo, Tabata, con la promesa de vernos a mi vuelta. Fui a ver X-Men, los orígenes, que sí me gustó. El vuelo para México se hizo muy largo porque aunque era directo (o quizá por eso mismo), se retrasó la salida dos horas, nos bajaron del bus que te lleva hasta el avión. Pasaron dos películas y comida y bebidas tres veces y no quedó más que hablar con la señora de al lado que llevaba desde el día anterior de viaje pues venía de Córdoba (Argentina). Al aterrizar la cola de migración era larguísima, estuve tanto ahí que al ir por mis maletas ya había parado la banda de equipaje. Me revisaron la maleta porque llevaba quinua para Oli, felizmente que según el señor la que yo llevaba era tostada y la que no pasaba era la quinua verde, se ve que no sabía nada de quinua pero pues yo no dije nada. Fuimos a comer al Sonorense que ya no está tan bueno e hicimos algunas compras. El sábado igual compras y de ahí vimos a una amiga de Danilo que nos entregó unos documentos, fue en la Plaza Rio de Janeiro (en la foto). Como el mundo es muy chiquito a esta chica yo ya la había conocido en el encuentro feminista. De ahí fuimos a la cantina Lepanto con los papás de Rubén, de todas las quesadillas que comí, la única buena fue la de huitlacoche (la de champiñones, requesón y flor de calabaza no estaban buenas). En la noche quisimos ir al cine pero llovió a cántaros así que nos quedamos en casa tratando de comprar mi pasaje para Oaxaca. El domingo vino Francisco a desayunar temprano, trajo quesadillas muy ricas de huitlacoche y de flor de calabaza, también tlacoyos de habas con nopales y requesón con quelites, muy ricos; de ahí fuimos a la misa del tío de Rubén, de ahí con Margarita que me preparó tortas de papa y para el resto mixiotes de pollo, la pasamos bien conversando todos. Como habían ido a Xochimilco, nos regalaron dos plantitas que hemos bautizado como Juanita y Cubanita. El lunes intenté comprar mis pasajes para Oaxaca e igual no se pudo (solo efectivo), de ahí fui al centro a dejar un encargo en Banamex que no me aceptaron y tuve que volver. Me encontré con Cynthia para almorzar (tarde), de ahí vi a Oli y de ahí fuimos al sushi, hay nuevos rolls muy ricos. Siguen las lluvias fuertes y el clima que pasa del frío al calor muy rápido. Felizmente en la noche ya pude comprar los pasajes.

martes, 29 de marzo de 2011

La peor semana


El lunes voy a la piscina, preparo la clase de la semana y corrijo tareas. Me quedo en casa avanzando. El martes voy a clase temprano, luego hago copias, preparo un quiz, dejo el texto para Antonio, termino de hacer las lecturas para mi taller de poesía. En la tarde me encuentro con Manuel y tomamos cafecito y conversamos, de ahí voy a clase. Hago cita con mi alumno problemático para al día siguiente reunirnos con el coordinador. El miércoles voy a clase, se quejan del quiz y lo anulo. Me reuno con Tirso y con mi alumno y la reunión es muy tensa, él llega con la pata en alto, diciendo que no le interesa, que no estudia y dando poca oportunidad de diálogo. Tirso se enoja, se gritan, se pone muy insolente con Tirso y conmigo. Al final eso concluye en la decisión de hacer una carta al decano para que se salga de la clase y también emprender un proceso de plagio porque justo entrega una tarea que comprobamos ha copiado de wikipedia y traducido en google, aunque era un control de lectura. Paso toda la tarde reuniéndome con Tirso y haciendo seguimiento al problema. Me reuno luego con un alumno y voy a clase de Antonio Muñoz Molina. Al salir estoy estresadísima. Le digo a Mariana para ir al jazz pero no puede. Me voy a casa no más. El jueves voy a la piscina, mando la carta para Rossy, paso a ver a Tirso, lavo ropa en la tarde. Hablo con mi mamá y con mi papá. El viernes voy a clase a tomar examen, lo cual está bien porque así no hay posibilidad de mucha interacción con mi alumno. Me reuno con María José que propone que si continúa tomando español que lo haga en otra sección y es algo que me hace sentir más tranquila. Voy a clase de flamenco y luego a una reunión con escritores venezolanos que no sale tan bien, como que no se logra una conexión, la moderadora era mala y los autores muy extraños, a excepción de uno. Al acabar voy a Penn Station para tomar el bus para Filadelfia, me acompaña Stalin. Llego a Filadelfia en la noche pero parece que agarro a María Elise en un mal momento. Salimos a cenar un rato y llevamos las cosas bien apesar de la tensión ambiental. Comemos en un restaurante cubano que se llama Alma de Cuba pero en su carta hay quinua y papa a la huancaína. Creo que eso es llevar demasiado lejos la internacionalización de la comida peruana, porque es decir, qué bueno que se consuma fuera pero decir que es cubano, ¡eso ya es demasiado! No comí la quinua pero la papa supuestamente huancaína nada que ver. Al día siguiente desayunamos en un lugar árabe y de ahí vamos al Museo de Filadelfia que es inmenso, hay una exposición de Chagall bonita pero no tan grande (en la foto, la avenida que desemboca en el museo). Igual el día se hace corto para tantas cosas que ver en el museo. Comemos, damos una vuelta por el City Hall y ya tengo que tomar el bus de regreso. En Nueva York intento ir a oír jazz en Harlem pero al final me quedo en casa. El domingo voy al Lincoln Center porque está el ciclo de nuevos directores, veo una película a las 12:30, Majority, que me parece bien. Almorzamos con Stalin, tomamos café y nos metemos a la de las 6:00 Winter Vacation que es aburridísima e incomprensible. Regreso a casa y de ahí vuelvo solita a las 8:30 para ver Incendies, la sala está rellena. Pienso relajarme pero es un dramón que deja chico a Edipo Rey y toda la tragedia griega. Al final hay un conversatorio con el director y yo pierdo mi timidez y hago una pregunta. No puedo dormir y me doy cuenta que necesitaré terapia especial para superar la película. El lunes voy a la piscina, termino de corregir exámenes, me reuno un ratito con Tirso. Me encuentro con Rossy para almorzar en su casa, avanzo un poco en la tarde y luego vamos al cine y a tomar unas cervezas. Vemos The adjustment bureau. Me acuesto cansada y tengo que levantarme temprano. Preparo mi clase temprano, hago mi comida, voy a clase, ahí sigue mi alumno problemático así que es extraño hacer la clase pensando que ya no estaría cuando sí está y me siento incómoda. Al menos se nota un pequeño cambio de actitud y no parece tomárselo por el lado violento. Me reuno con Manuel para un café, voy a clase de poesía, quería ir al jazz pero Karen no puede así que al final vuelvo a casa. Así que sigo sin poderme quitar la tensión y pues el problema todavía no se resuelve.

martes, 15 de marzo de 2011

Spring Break I


El jueves (3) es un día soleado pero a la vez frío (máxima 29°, mínima 23°F). Ese día por más esfuerzo no voy a la piscina sino que descanso, sigo cansada de la visita de Rosa. Me reuno con una alumna en la tarde y con Heriberto para que me comente la observación de mi clase. Me encuentro con Rossy que sale de su clase y nos vamos hacia el metro juntas. El viernes es mi primera clase de flamenco. En la mañana voy a mi clase de español, luego me quedo trabajando en la oficina, envío mi artículo, pasa Rossy por la oficina con su sobrina para dejar sus cosas y prestarme zapatos de taco, como ahí y me voy a clase de flamenco que resulta muy difícil. Luego regreso a la oficina, cuando Rossy acaba su clase nos vamos al Museo Whitney para ver la exposición sobre Edward Hopper. Luego nos vamos a cenar a Fiorellos, un restaurante de pizzas y pastas que conozco por casa. El sábado voy temprano a la piscina, regreso a casa a comer y dejar todo, me encuentro con Gabriela y la ayudo con las compras, conversamos, ella prepara sopa para mí, muy linda. Regreso a casa a descansar y me encuentro en la noche con Rossy para ir a ver un espectáculo llamado Circa. Me parece una vuelta al cuerpo, todo se hace con el cuerpo, se le trata como objeto, como instrumento, como centro. Me gusta bastante. Al acabar nos vamos al restaurante mexicano Ofrenda a saludar a Luis (el dueño) que Rossy no ve desde el recital de la maestría que hicimos ahí el año pasado. Tomamos unas cervezas y un piqueo pero nos terminamos quedando hasta más de las doce y se supone que íbamos por un ratito. El domingo me quedo en casa, lavo ropa, hago las compras. En la tarde voy al cine a ver The Human Resources Manager pero hace una lluvia fatal y me mojo completa, por segunda vez, con lo que concluyo que mi saco de nieve no sirve para la lluvia en lo absoluto, me resistía a esa verdad. El lunes voy a la piscina, imprimo algunas cosas y me encuentro a Rossy para almorzar, es un día un poco nublado. Regreso a casa a trabajar y leer para el día siguiente. Tengo que enviar mi poema para la clase del día siguiente y me demoro mucho por indecisa. El martes voy a mi clase temprano, hacemos un repaso para el examen del día siguiente. Me encuentro con Rossy para ir a la peluquería, me gusta mucho su peluquera que me dice que me han degrafilado mucho y que tenemos que devolver volumen a mi cabello, ¡lo que le digo a todos los peluqueros!, menos a Chava que también es de la misma opinión. Regreso a la oficina y me encuentro con Manuel para el café, de ahí a clase de poesía. Comentamos el texto mío y el de Manuel. Al salir han dejado el cóctel en el primer piso, con vino y quesos así que nos aplicamos a él para que no lo tiren a la basura. Nos quedamos conversando a gusto. No puedo dormir bien así que casi termino los diarios de Sándor Márai que nos mandaron leer, los correspondientes a los años antes de su muerte. Son muy tristes. También perpetúo algunos poemas en la vigilia. El miércoles les tomo el midterm a mis alumnos. Max sale con una de las suyas, de que odia el castellano y de que todavía que venimos a su país tiene que aprender nuestro idioma. Me enojo y me deprimo. Me pongo a corregir toda la tarde. Pero luego me pongo a leer para mi clase y terminar mi escrito. A la 1:30 me encuentro con Rossy, vamos por una ensalada. También termino de hacer mis impuestos. Tenemos clase con Muñoz Molina, hay muchos ausentes y todos leemos lo que hemos preparado, pero se me hace un poco largo y repetitivo. Al salir nos vamos a Arthur Tavern pues le prometí a Rossy enseñarle el lugar. Oímos dos grupos de jazz, nos vamos antes de la media noche, siempre se está muy a gusto ahí. El jueves voy a la piscina, termino de pasar las notas. Me encuentro con Rossy, almorzamos, regreso a casa para dejar las cosas y con las mismas vuelvo para reunirme con Mariela. De ahí más tarde voy a la presentación de la revista de la maestría Inmanhattan. La presentación muy buena, la revista chévere. En la presentación me encuentro con Andrea Coté de Colombia, después de años. También va Marguerite así que compartimos el momento, le cae muy bien a varios de mis compañeros, sobre todo los españoles con quienes tiene largas conversaciones. El viernes mis alumnos no quieren hacer clase pero igual la hacemos, nuevo tema de gramática, ¡otro subjuntivo!, ¡de inexistencia! No sé cómo si no existe tenemos que aprenderlo. Regreso a casa, como y de ahí me voy para mi clase de flamenco que me gusta mucho, pero no deja de ser difícil. Con las mismas me voy para Penn Station y tomo el tren para Stony Brook, llego a tiempo, nos vamos a ver un espectáculo que se llama Momix, que es circo con danza pero que es fabuloso. Si Pina era el enamoramiento esto es la sensualidad pura. Me parece bellísimo. De ahí vamos a la fiesta sin pantalones con Stalin y sus amigos, la mayoría mexicanos, así que hago buenas migas al instante. Me sorprende la naturalidad y el respecto de todos en la fiesta ante las vestimentas así que me pongo mi bata de Hello Kitty, ¡mal día para no ponerse Victoria's Secret y lucirlo! Al día siguiente paseo en el puerto, comida colombiana y piqueos, luego un bar de la zona en el que vemos a la misma gente del día anterior, regreso a casa a ver una película, El último tren, que nos gusta mucho. Después de pasarnos la tarde hablando como loros, seguimos igual hasta la madrugada. El domingo otra vez paseo, desayuno en el centro de Port Jefferson (en la foto, vista del mar), en un autoservicio que me estresa un montón, siempre apurándote y todo de pie. Algo a lo que jamás podré acostumbrarme. Unos amigos nos ofrecen llevarnos de vuelta a Nueva York. Vamos en su auto, nos dejan en Grand Central, de ahí vamos a Porth Authority y nos encontramos con Mikaela. Tomamos un café frío y de ahí pasamos por mi casa. Dejamos las cosas ahí, intentamos ir al cine pero no hay nada a esa hora, vamos al sushi. Queremos resistir hasta la fiesta de Jesús pero estamos muertas. Nos despedimos. Lunes, en cama todo el día poniéndome al día en los pendientes y viendo Friends para subirme el ánimo. El martes piscina temprano, vuelvo a casa, desayuno, hablo con Marguerite en castellano, de ahí como con Rossy, acabo mis impuestos, nos vamos al masaje en Chinatown, ¡riquísimo! De ahí a la lectura de una obra de la clase de dramaturgia de Rossy. Muy interesante, hay cóctel y una conversación, todo sale muy bien. De ahí cada una a su casa.

lunes, 24 de enero de 2011

Somewhere


El martes fui con mi papá a comprar mis zapatillas para la nieve, para no caerme y estar abrigada de mis pies. Si no funciona puedo demandar a Merrell, pero esperemos que no sea necesario. En la noche salí con mis primos al cine, vimos Hereafter de Clint Eastwood, que me pareció un trabajo mejor, una trama demasiado lenta y sencilla, con la emoción dramática que te produce siempre el tema de la muerte, pero fuera de eso sin mucho que aportar. Excepto por la primera escena del tsunami, el resto es bastante predecible. El miércoles tuve cita con Fryné y después almorcé con Inés y estuvimos la tarde juntas, nos cortamo el pelo, tomamos cafecito, conversamos largo y tendido. Jueves, desayuno con Rocío en San Antonio, almuerzo con mi papá en La Red. El viernes acabé con los trámites en la municipalidad, yupi. Paso la tarde en casa de Inés, de ahí en la noche quise ir al cine a ver Somewhere de Sofía Coppola, que han traducido horriblemente como En algún lugar del corazón, pero me equivoco de local, así termino en casa con Daniel tomando lonchecito. El sábado voy con mi papá a despedirme, en la noche veo la película de Coppola. Me parece que no supera a Lost in traslation (Perdidos en Tokio) aunque sigue esa misma temática del silencio, de la comunicación, del vacío y la exploración de las clases altas sobre todo de los actores de Hollywood. Acabo el libro de Comer rezar amar de Elizabeth Gilbert que literariamente me parece no tiene nada que aportar, pero como es una suerte de texto de autoayuda sí tiene varias ideas interesantes sobre las que me parece bueno reflexionar. Pero sigue sonándome todavía la lectura de Me llamo Rojo de Ohmar Pamuk, excelente. Retomo las publicaciones en Alerta Perú, sale una nota mía sobre El secreto de tus ojos. Empiezo Estatua de sal de Salvador Novo de la cual leí un fragmento en mis clases el semestre pasado pero ahora quiero leer completo. El domingo hago ají de atún para mi familia, vienen mis tíos y mis primos, luego un lonchecito viendo la puesta de sol con July y mi tío Pepe. Dejo los poemas completos de Watanabe a medio leer y enrumbo hacia Nueva York, a una nueva etapa de este viaje. Me voy con tristeza pero sabiendo que siempre estará Lima aquí para mí. No me extrañen mucho que regreso en mayo. Mientras crucen sus deditos para que el invierno no sea demasiado duro, para que me vaya bien en mis clases de español y en general la experiencia con la nieve no me cause problemas.

martes, 4 de enero de 2011

2011


El lunes fui al gimnasio, tuve evaluación física y como era de esperar me dijo César que había perdido tono muscular, claro que también peso, pero que había que fortalecer y cambiar grasa por músculo, así que me mandó una nueva rutina. Después de desayunar me fui al dentista, pasé un rato por la exposición de los trabajos de los presos en el ICPNA de Miraflores, vi un ratito a mis hermanos ahí, pero de ahí me fui a la notaría y a la municipalidad. Como seguía con la tos, cada vez peor, el martes fui al mercado temprano y me compré mis hierbitas para empezar el tratamiento de una vez (quienes no sepan es huira huira, borraja y muña, se hierve en un litro y medio de agua y se toma tres veces al día por siete día, al tomar caliente, se le pone además tres hojas de hojas de geranio). Almorcé con mi papá y regresé a hacer compras con mi mamá porque se malogró la refrigeradora y como era la segunda vez ya no valía la pena volverla a reparar. El miércoles nos fuimos a Minka para comprar todo lo de la cena de navidad y en la tarde otra vez al dentista. El jueves ya me dolía un poquito todo de la nueva rutina, desayuné con Inés en su casa, pudimos conversar un rato al menos, de ahí me fui a Runa para el almuerzo de fin de año y el intercambio de regalos. En la tarde fui al aeropuerto a recoger a Rubén, había un tráfico terrible y me demoré un montón. Dejamos las maletas en el depa, nos bañamos y cambiamos porque hacía bastante calor. Fuimos a ver Los músicos ambulantes con Joel y Alexis. De ahí los embarcamos y nos fuimos con Danilo e Inés. Rubén tenía hambre así que pedimos pizza del Dinno's pero no estuvo tan buena como otras veces. Nos acostamos relativamente temprano porque todo el mundo andaba cansado. Danilo e Inés partían al día siguiente para España. Nosotros nos levantamos también temprano y fuimos a desayunar con mi mamá. De ahí fuimos al mercado por algunas cosas que faltaban para la cena. Almorzamos en casa y nos fuimos para Plaza San Miguel a comprar regalos que nos faltaban, estaba súper lleno, pero íbamos con paciencia. Preparé el arroz y ayudé con otras cosas en la cocina. En la noche llegó mi tío Pepe, Belissa, Jhony que llegó tarde, Fiorella, Francisco, Alexis y Joel, así que cenamos temprano, jugamos pictionary y luego los niños reventaron cohetes y abrimos los regalos. El sábado nos levantamos tarde y no desayunamos, seguíamos llenos de la cena. Nos fuimos con mi papá y pasamos el día ahí, nos invitó también lo de la cena: pavo (que yo no comí), arroz árabe, puré de manzana y ensalada. Al final panetón. Hicimos competencia y es más rico el Donofrio aunque Rubén diga que el San Antonio. Mi papá nos dejó en el Jockey Plaza y fuimos a ver Harry Poter y las reliquias de la muerte. Como yo ya sé la historia fue solo recordar y sí me dio miedo un poquito. Rubén pidió inmediatamente que le prestara el libro para completar la historia que se quedó a la mitad en la película. El domingo desayunamos en casa con mi mamá y de ahí fuimos al artesanal de Miraflores, almorzamos en el Mamá Lola. De ahí tomamos cafecito con churros con Rocío en el Manolo's. Y nos encontramos con mis primos y mi mamá para ver Tron en 3D. Estuvo chévere, yo no conocía la historia anterior, pero Rubén me contó y sí me gustó bastante. El lunes quisimos ir al Real Felipe pero aunque la web decía que estaba abierto estaba cerrado, así que hicimos un viaje a la china por las puras. Fuimos al artesanal a recoger unas cosas y volvimos al Callao para que Rubén comiera parihuela en Mateo. Le encantó. De ahí nos encontramos con Conce en Plaza San Miguel. El martes almorzamos con mi papá, queríamos ir al Punto Azul pero salimos tarde porque llegó el del teléfono y el técnico de la lavadora. Así que fuimos a otro restaurante que no resultó tan bueno. Después del cafecito y de otro crucigrama, mi papá nos llevó a Larcomar. Ahí vimos Una propuesta indecorosa de Aton Egoyan que a mí me gustó y Rubén dijo que no entendió nada. Es cierto que hay muchos vacíos, pero es el estilo del director creo yo. El miércoles fuimos a Gamarra a comprar ropa interior y de ahí al Estadio a almorzar con Rodo, tomamos el cafecito en el Tanta y regresamos a casa para preparar todo para la playa. El jueves salimos temprano para Asia, nos paró la policía y no teníamos SOAT, se había vencido y nadie se había dado cuenta. Felizmente lo compramos al toque y el policía nos dejó ir. La playa estuvo bien aunque estaba brava y el clima nublado, hasta frío. La pasamos tranquilo allá, leyendo, durmiendo, comiendo, paseando, jugando burako con Zoila, Chaska, Daniel y Susana. Rubén acabó el último libro de Harry y yo estoy por acabar Me llamo rojo. La víspera de Año Nuevo hicimos fogata y recibimos todo juntos, comimos las uvas, brindamos con champaña. El 2 desayunamos en La baguette en el boulevar, ahí nos encontramos con Laura y Sandro. Ese día que nos regresamos salió un sol fuerte, así que nos tostamos un poco. Nos vinimos directo por unos anticuchos en La norteña. El lunes desayunamos con mi papá en San Antonio. De ahí fuimos al artesanal por cositas que faltaban, regresamos a casa, preparé ají de atún. Almorzamos en la terraza con Gaby, Jesús y Belén. Tomamos cafecito con panetón. Nos fuimos a Dédalo por un reloj que sí encontramos y de ahí a Las brujas de cachiche por un pisco sour que Rubén casi se va sin tomar ninguno. Así que ahora empiezo mi rutina de este nuevo año. En la foto, un atarder en mi Lima bella.