martes, 15 de marzo de 2011

Spring Break I


El jueves (3) es un día soleado pero a la vez frío (máxima 29°, mínima 23°F). Ese día por más esfuerzo no voy a la piscina sino que descanso, sigo cansada de la visita de Rosa. Me reuno con una alumna en la tarde y con Heriberto para que me comente la observación de mi clase. Me encuentro con Rossy que sale de su clase y nos vamos hacia el metro juntas. El viernes es mi primera clase de flamenco. En la mañana voy a mi clase de español, luego me quedo trabajando en la oficina, envío mi artículo, pasa Rossy por la oficina con su sobrina para dejar sus cosas y prestarme zapatos de taco, como ahí y me voy a clase de flamenco que resulta muy difícil. Luego regreso a la oficina, cuando Rossy acaba su clase nos vamos al Museo Whitney para ver la exposición sobre Edward Hopper. Luego nos vamos a cenar a Fiorellos, un restaurante de pizzas y pastas que conozco por casa. El sábado voy temprano a la piscina, regreso a casa a comer y dejar todo, me encuentro con Gabriela y la ayudo con las compras, conversamos, ella prepara sopa para mí, muy linda. Regreso a casa a descansar y me encuentro en la noche con Rossy para ir a ver un espectáculo llamado Circa. Me parece una vuelta al cuerpo, todo se hace con el cuerpo, se le trata como objeto, como instrumento, como centro. Me gusta bastante. Al acabar nos vamos al restaurante mexicano Ofrenda a saludar a Luis (el dueño) que Rossy no ve desde el recital de la maestría que hicimos ahí el año pasado. Tomamos unas cervezas y un piqueo pero nos terminamos quedando hasta más de las doce y se supone que íbamos por un ratito. El domingo me quedo en casa, lavo ropa, hago las compras. En la tarde voy al cine a ver The Human Resources Manager pero hace una lluvia fatal y me mojo completa, por segunda vez, con lo que concluyo que mi saco de nieve no sirve para la lluvia en lo absoluto, me resistía a esa verdad. El lunes voy a la piscina, imprimo algunas cosas y me encuentro a Rossy para almorzar, es un día un poco nublado. Regreso a casa a trabajar y leer para el día siguiente. Tengo que enviar mi poema para la clase del día siguiente y me demoro mucho por indecisa. El martes voy a mi clase temprano, hacemos un repaso para el examen del día siguiente. Me encuentro con Rossy para ir a la peluquería, me gusta mucho su peluquera que me dice que me han degrafilado mucho y que tenemos que devolver volumen a mi cabello, ¡lo que le digo a todos los peluqueros!, menos a Chava que también es de la misma opinión. Regreso a la oficina y me encuentro con Manuel para el café, de ahí a clase de poesía. Comentamos el texto mío y el de Manuel. Al salir han dejado el cóctel en el primer piso, con vino y quesos así que nos aplicamos a él para que no lo tiren a la basura. Nos quedamos conversando a gusto. No puedo dormir bien así que casi termino los diarios de Sándor Márai que nos mandaron leer, los correspondientes a los años antes de su muerte. Son muy tristes. También perpetúo algunos poemas en la vigilia. El miércoles les tomo el midterm a mis alumnos. Max sale con una de las suyas, de que odia el castellano y de que todavía que venimos a su país tiene que aprender nuestro idioma. Me enojo y me deprimo. Me pongo a corregir toda la tarde. Pero luego me pongo a leer para mi clase y terminar mi escrito. A la 1:30 me encuentro con Rossy, vamos por una ensalada. También termino de hacer mis impuestos. Tenemos clase con Muñoz Molina, hay muchos ausentes y todos leemos lo que hemos preparado, pero se me hace un poco largo y repetitivo. Al salir nos vamos a Arthur Tavern pues le prometí a Rossy enseñarle el lugar. Oímos dos grupos de jazz, nos vamos antes de la media noche, siempre se está muy a gusto ahí. El jueves voy a la piscina, termino de pasar las notas. Me encuentro con Rossy, almorzamos, regreso a casa para dejar las cosas y con las mismas vuelvo para reunirme con Mariela. De ahí más tarde voy a la presentación de la revista de la maestría Inmanhattan. La presentación muy buena, la revista chévere. En la presentación me encuentro con Andrea Coté de Colombia, después de años. También va Marguerite así que compartimos el momento, le cae muy bien a varios de mis compañeros, sobre todo los españoles con quienes tiene largas conversaciones. El viernes mis alumnos no quieren hacer clase pero igual la hacemos, nuevo tema de gramática, ¡otro subjuntivo!, ¡de inexistencia! No sé cómo si no existe tenemos que aprenderlo. Regreso a casa, como y de ahí me voy para mi clase de flamenco que me gusta mucho, pero no deja de ser difícil. Con las mismas me voy para Penn Station y tomo el tren para Stony Brook, llego a tiempo, nos vamos a ver un espectáculo que se llama Momix, que es circo con danza pero que es fabuloso. Si Pina era el enamoramiento esto es la sensualidad pura. Me parece bellísimo. De ahí vamos a la fiesta sin pantalones con Stalin y sus amigos, la mayoría mexicanos, así que hago buenas migas al instante. Me sorprende la naturalidad y el respecto de todos en la fiesta ante las vestimentas así que me pongo mi bata de Hello Kitty, ¡mal día para no ponerse Victoria's Secret y lucirlo! Al día siguiente paseo en el puerto, comida colombiana y piqueos, luego un bar de la zona en el que vemos a la misma gente del día anterior, regreso a casa a ver una película, El último tren, que nos gusta mucho. Después de pasarnos la tarde hablando como loros, seguimos igual hasta la madrugada. El domingo otra vez paseo, desayuno en el centro de Port Jefferson (en la foto, vista del mar), en un autoservicio que me estresa un montón, siempre apurándote y todo de pie. Algo a lo que jamás podré acostumbrarme. Unos amigos nos ofrecen llevarnos de vuelta a Nueva York. Vamos en su auto, nos dejan en Grand Central, de ahí vamos a Porth Authority y nos encontramos con Mikaela. Tomamos un café frío y de ahí pasamos por mi casa. Dejamos las cosas ahí, intentamos ir al cine pero no hay nada a esa hora, vamos al sushi. Queremos resistir hasta la fiesta de Jesús pero estamos muertas. Nos despedimos. Lunes, en cama todo el día poniéndome al día en los pendientes y viendo Friends para subirme el ánimo. El martes piscina temprano, vuelvo a casa, desayuno, hablo con Marguerite en castellano, de ahí como con Rossy, acabo mis impuestos, nos vamos al masaje en Chinatown, ¡riquísimo! De ahí a la lectura de una obra de la clase de dramaturgia de Rossy. Muy interesante, hay cóctel y una conversación, todo sale muy bien. De ahí cada una a su casa.

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