martes, 29 de marzo de 2011

La peor semana


El lunes voy a la piscina, preparo la clase de la semana y corrijo tareas. Me quedo en casa avanzando. El martes voy a clase temprano, luego hago copias, preparo un quiz, dejo el texto para Antonio, termino de hacer las lecturas para mi taller de poesía. En la tarde me encuentro con Manuel y tomamos cafecito y conversamos, de ahí voy a clase. Hago cita con mi alumno problemático para al día siguiente reunirnos con el coordinador. El miércoles voy a clase, se quejan del quiz y lo anulo. Me reuno con Tirso y con mi alumno y la reunión es muy tensa, él llega con la pata en alto, diciendo que no le interesa, que no estudia y dando poca oportunidad de diálogo. Tirso se enoja, se gritan, se pone muy insolente con Tirso y conmigo. Al final eso concluye en la decisión de hacer una carta al decano para que se salga de la clase y también emprender un proceso de plagio porque justo entrega una tarea que comprobamos ha copiado de wikipedia y traducido en google, aunque era un control de lectura. Paso toda la tarde reuniéndome con Tirso y haciendo seguimiento al problema. Me reuno luego con un alumno y voy a clase de Antonio Muñoz Molina. Al salir estoy estresadísima. Le digo a Mariana para ir al jazz pero no puede. Me voy a casa no más. El jueves voy a la piscina, mando la carta para Rossy, paso a ver a Tirso, lavo ropa en la tarde. Hablo con mi mamá y con mi papá. El viernes voy a clase a tomar examen, lo cual está bien porque así no hay posibilidad de mucha interacción con mi alumno. Me reuno con María José que propone que si continúa tomando español que lo haga en otra sección y es algo que me hace sentir más tranquila. Voy a clase de flamenco y luego a una reunión con escritores venezolanos que no sale tan bien, como que no se logra una conexión, la moderadora era mala y los autores muy extraños, a excepción de uno. Al acabar voy a Penn Station para tomar el bus para Filadelfia, me acompaña Stalin. Llego a Filadelfia en la noche pero parece que agarro a María Elise en un mal momento. Salimos a cenar un rato y llevamos las cosas bien apesar de la tensión ambiental. Comemos en un restaurante cubano que se llama Alma de Cuba pero en su carta hay quinua y papa a la huancaína. Creo que eso es llevar demasiado lejos la internacionalización de la comida peruana, porque es decir, qué bueno que se consuma fuera pero decir que es cubano, ¡eso ya es demasiado! No comí la quinua pero la papa supuestamente huancaína nada que ver. Al día siguiente desayunamos en un lugar árabe y de ahí vamos al Museo de Filadelfia que es inmenso, hay una exposición de Chagall bonita pero no tan grande (en la foto, la avenida que desemboca en el museo). Igual el día se hace corto para tantas cosas que ver en el museo. Comemos, damos una vuelta por el City Hall y ya tengo que tomar el bus de regreso. En Nueva York intento ir a oír jazz en Harlem pero al final me quedo en casa. El domingo voy al Lincoln Center porque está el ciclo de nuevos directores, veo una película a las 12:30, Majority, que me parece bien. Almorzamos con Stalin, tomamos café y nos metemos a la de las 6:00 Winter Vacation que es aburridísima e incomprensible. Regreso a casa y de ahí vuelvo solita a las 8:30 para ver Incendies, la sala está rellena. Pienso relajarme pero es un dramón que deja chico a Edipo Rey y toda la tragedia griega. Al final hay un conversatorio con el director y yo pierdo mi timidez y hago una pregunta. No puedo dormir y me doy cuenta que necesitaré terapia especial para superar la película. El lunes voy a la piscina, termino de corregir exámenes, me reuno un ratito con Tirso. Me encuentro con Rossy para almorzar en su casa, avanzo un poco en la tarde y luego vamos al cine y a tomar unas cervezas. Vemos The adjustment bureau. Me acuesto cansada y tengo que levantarme temprano. Preparo mi clase temprano, hago mi comida, voy a clase, ahí sigue mi alumno problemático así que es extraño hacer la clase pensando que ya no estaría cuando sí está y me siento incómoda. Al menos se nota un pequeño cambio de actitud y no parece tomárselo por el lado violento. Me reuno con Manuel para un café, voy a clase de poesía, quería ir al jazz pero Karen no puede así que al final vuelvo a casa. Así que sigo sin poderme quitar la tensión y pues el problema todavía no se resuelve.

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