lunes, 24 de enero de 2011

Somewhere


El martes fui con mi papá a comprar mis zapatillas para la nieve, para no caerme y estar abrigada de mis pies. Si no funciona puedo demandar a Merrell, pero esperemos que no sea necesario. En la noche salí con mis primos al cine, vimos Hereafter de Clint Eastwood, que me pareció un trabajo mejor, una trama demasiado lenta y sencilla, con la emoción dramática que te produce siempre el tema de la muerte, pero fuera de eso sin mucho que aportar. Excepto por la primera escena del tsunami, el resto es bastante predecible. El miércoles tuve cita con Fryné y después almorcé con Inés y estuvimos la tarde juntas, nos cortamo el pelo, tomamos cafecito, conversamos largo y tendido. Jueves, desayuno con Rocío en San Antonio, almuerzo con mi papá en La Red. El viernes acabé con los trámites en la municipalidad, yupi. Paso la tarde en casa de Inés, de ahí en la noche quise ir al cine a ver Somewhere de Sofía Coppola, que han traducido horriblemente como En algún lugar del corazón, pero me equivoco de local, así termino en casa con Daniel tomando lonchecito. El sábado voy con mi papá a despedirme, en la noche veo la película de Coppola. Me parece que no supera a Lost in traslation (Perdidos en Tokio) aunque sigue esa misma temática del silencio, de la comunicación, del vacío y la exploración de las clases altas sobre todo de los actores de Hollywood. Acabo el libro de Comer rezar amar de Elizabeth Gilbert que literariamente me parece no tiene nada que aportar, pero como es una suerte de texto de autoayuda sí tiene varias ideas interesantes sobre las que me parece bueno reflexionar. Pero sigue sonándome todavía la lectura de Me llamo Rojo de Ohmar Pamuk, excelente. Retomo las publicaciones en Alerta Perú, sale una nota mía sobre El secreto de tus ojos. Empiezo Estatua de sal de Salvador Novo de la cual leí un fragmento en mis clases el semestre pasado pero ahora quiero leer completo. El domingo hago ají de atún para mi familia, vienen mis tíos y mis primos, luego un lonchecito viendo la puesta de sol con July y mi tío Pepe. Dejo los poemas completos de Watanabe a medio leer y enrumbo hacia Nueva York, a una nueva etapa de este viaje. Me voy con tristeza pero sabiendo que siempre estará Lima aquí para mí. No me extrañen mucho que regreso en mayo. Mientras crucen sus deditos para que el invierno no sea demasiado duro, para que me vaya bien en mis clases de español y en general la experiencia con la nieve no me cause problemas.

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