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viernes, 15 de febrero de 2013

La tierra de mi abuela: Atico

Llegamos a Atico ya de noche y después de dejar a mi tía Mercedes en su casa nos fuimos a Peña Pietra (en la foto) a dejar las cosas que había enviado mi tía Nora por adelantado en la camioneta que rentó mi tío Pancho. Así que llegamos de noche al campamento, ahí vi a mis primos y a Ema que había salido ese día en la mañana. El mar se veía bravo a esa hora. Nosotras volvimos a Atico y nos hospedamos en el hotel Vista al mar, muy bueno y cómodo. A la mañana siguiente salimos temprano a comprar los pasajes de regreso para Lima y a desayunar con mi tía Mercedes, luego fuimos a la chacra a recoger higos pero no habían muchos. Volvimos caminando y el sol me hizo daño porque quemaba mucho, así que me dio dolor de cabeza. Mi papá se compró unos aquashoes de emergencia y de ahí fuimos a entregar la habitación. Esperamos a mi tío Peruco que llegó atrasado pero nos llevó a Peña Pietra justo cuando acababa de llegar mi tía Nora con toda la tropa, así que la ayudamos a poner su campamento. Yo estuve cuidando a mi sobrino Gustavito mientras tanto. Ese día dormimos en la carpa que habían llevado Alexis y Joel que era enanita, así que estábamos que ni nos podíamos mover pero igual pudimos descansar. Todo el domingo estuvimos ahí, nos metimos las tres veces de rigor a la poza, a las 7am, a las 12 y a las 5pm, fuera de esas horas el sol quema como bestia. Nos mojaron porque eran carnavales. Llegó una amiga de mi mamá llamada Blanca que nos dio lugar en su campamento, pero esa noche igual dormimos en nuestra carpita porque era muy tarde para armar otra. El lunes fuimos a Atico a recoger la maleta que dejamos encargada en el hotel y a hacer compras para dejarle a mi tía Nora. El martes estuvimos todo el día disfrutando de la playa y de la vista y de la compañía de la familia. El agua en Atico es helada pero requete helada, seguro que por eso también muy saludable. Y el sol es recontra fuerte, así que hay que andar con cuidado, yo igual me quemé un poco y eso que no estuve tomando sol. En fin, todos nos esperan el próximo año por allá también, a ver si se concreta. Me dio mucho gusto poder compartir con mis tíos en estos días, fue un bonito reencuentro con la familia después de haber perdido otra familia que yo tenía.

La tierra de mi abuelo: Caravelí

Volví a Lima y tuve la oportunidad de coincidir aquí con mi tía Luz, a la que visité un par de veces en Washington. Así que estuve para su cumpleaños, a donde llevaron mariachis y un domingo nos fuimos a comer ceviche con mi tía Mercedes y mi primo Jota. Luego estuve también en el cumpleaños de mi tía Juanita a donde también llevaron mariachis (y los mismos). Así que han sido días de fiesta, alegres y amables. Vi a mi papá y su familia, también a Rodo un par de veces y empecé a ir a Runa a ver las cosas pendientes para retomar al regreso de mi viaje. También estuve celebrando con Rocío su cumpleaños sin cuenta y con un montón de gente más porque ella siempre congrega multitudes, así que conocí a gente interesante ese día.
Al día siguiente partimos a Caravelí, el bus de Cromotex nos dejó el 1 de febrero en Atico a las 7am, de ahí tomamos un colectivo a Caravelí, antes saludamos a mi tío Peruco y dejamos algunas cosas en su casa que no utilizaríamos hasta el campamento. En Caravelí nos fuimos a casa de mi tía Nora y mi tío Alberto, ahí también estaba mi prima Carolina, con sus dos hijos Gustavo y Esteban (rebautizado por mis primos como Estebandido). También estaba mi tía María y Elena, la hermana de mi tía Nora. Llegamos el preciso día del cumpleaños de Elena, así que hubo sancochado y la pasamos muy bien compartiendo con sus familiares que habían ido a Caravelí para la fiesta de la Virgen del Buen Paso. En la tarde mi tío Alberto nos llevó a su chacra La Cantera, me gustó mucho ver las uvas, el estanque, en fin, la naturaleza en general, tan bien cuidada y querida por sus dueños. Lo triste fue que días después concretaron su venta. Fuimos a la iglesia de la Virgen del Buen Paso para darle nuestros saludos y también estuvimos en la procesión (ganándonos un pedacito de cielo, espero). Fuimos al cementerio donde están enterrados mi tío José y mis tías Jesús y Leonor, les dejamos flores. Cada día empezaba muy de mañana yendo a buscar leche de vaca y pan recién horneado a leña donde el famoso Roco. Ayudamos a preparar pan de yema, manjarblanco, galletitas, mocuyo (que es una suerte de causa verde, con perejil y paico molidos al batán). En los desayunos siempre teníamos ricas aceitunas, quesito de la chacra de mi tía Nora (de vacas felices), mantequilla fresquita hecha de la nata de la leche de cada día, paltas de la chacra y otras muchas cosas ricas. Estuvimos para el cumpleaños de mi tía Deifilia, así que conocimos la chacra de los Portugal. No fuimos a la corrida de toros porque estamos en contra de la tortura a los animales, tampoco a la pelea de gallos. Pero fui con Elena a la corrida bufa en la que solo hacen un espectáculo como de circo con los animales. Estuvo divertido pero igual no volvería porque de todas formas fastidian a los pobres animalitos. Visitamos a mi tía Rita que nos preparó queso helado, a mi tío Pepe, a mi primo Coco. El clima era muy caliente pero en las noches enfriaba bastante y al final del viaje tuvimos unos días de lluvia porque llegó agua puerca de la sierra, todo el pueblo fue al río a ver el agua. Es que no hay muchas diversiones en el pueblo, como decía mi abuelito en su libro Relatos de mi tierra que he releído con mucho gusto y más conocimiento después de una semana en Caravelí.
Mi mamá se resfrió y por eso nos quedamos unos días más, mis primos se fueron apenas se acabó la fiesta del pueblo a Peña Pietra en Atico. Nosotras nos quedamos y fuimos a Atico con mi tío Pancho que también llegó de Estados Unidos en esos días, así que fue un viaje simpático en la tierra de mi abuelo (en la foto la campiña).

martes, 30 de agosto de 2011

Irene en Washington


El martes en la noche vamos al Arthur's Tavern a escuchar jazz, nos llevamos a Mariela también. Es la primera vez que oigo jazz los martes ahí y sí me gustan mucho los dos grupos que escuchamos. Aunque el de las diez un poco alta la música y casi me quedo sorda, pues estábamos bien cerca del escenario. Pero fuera de eso muy buen ambiente, como siempre. Lo malo es que me traen la cerveza caliente y la mesera está medio antipática. El miércoles nos vamos a comprar al Bed, Bath and Beyond algunas cosas para la casa, luego pasamos por algunas tiendas, luego vamos a Time Square, ahí compramos algunos recuerditos y regalitos y almorzamos en un restaurante griego que yo conozco por ahí. Nos traen una suerte de pastel de espinaca, que está rico. Luego caminando encontramos una tienda de Hello Kitty, pero no hay mucho que comprar, me llevo nos más unas medias (un poco carolinas). Volvemos a casa para recoger nuestra mantita y nos vamos al Central Park porque pasan ahí gratis Bird de Clint Eastwood, que es sobre la vida de Charlie Parker. Es una película muy buena y por hacer una encuesta nos regalan además una gorra y luego nos dan palomitas gratis (aunque unas raras que sabían a chicito). El jueves en la mañana está lloviendo ya (primeros rasgos de Irene que no sabemos nos acompañará en el viaje), vamos a la tienda a ver ropa y de ahí a casa a esperar la hora para ir al terminal. Nos vamos a tomar el bus, el viaje tranquilo, pero un poquito incómodo el asiento, no se puede dormir. Llegamos a Washington y mi tía nos recoge del terminal. De entrada, el terminal es muy bonito, todo con grandes columnas, estilo grecoromanas. Comemos en un lugar de pizzas muy bueno (nos moríamos de hambre), de ahí vamos a casa. Mi tía tiene un gatito (Shadow), una perrita pequeñita (Beauty) y un perro grandote (Boomer). Los tres muy cariñosos. Nos dormimos, mi tía se va tempranísimo a trabajar el viernes y nosotras nos vamos con Kathy que nos lleva a reunirnos con ella a medio día. Esperamos el bus y luego tomamos el metro y llegamos en más de dos horas. Mi tía vive a las afueras de la ciudad, en realidad en Springfield (pero no el de los Simpsons). Nos encontramos con ella en el Museo del holocausto y lo recorremos al inicio sin ganas pero es fabuloso, muy bien hecho, la concepción precisa, te transmite mucha desilusión, pero también mucha fortaleza. Al salir paseamos por los monumentos y de ahí vamos a comer a un menú chino, muy parecido al que voy con mi tío Carlos en New Jersey. Regresamos a casa para descansar. El sábado ya se sabe que llegará Irene en la noche así que mi tía nos lleva temprano a la National Gallery of Art, que está muy vacía por los anuncios del huracán. Así que hacemos un tour y luego paseamos un poco rápido por el edificio que es maravilloso. Regresamos apuradas porque se pone el clima muy feo, nos recoge mi tía del metro, vamos a un super que se llama Giant por algunas cosas que faltan. Me gusta mucho ese super porque es autoservicio, así que uno pasa los productos por la caja, los pesa y todo, ¡cumplo mi sueño de ser cajera de supermercado! En casa nos esperan con sushi de Whole Foods que trajo Kathy, así que comemos y vemos una película porque no podemos salir, ya se viene Irene. Vemos una película llamada El violín rojo, que resulta bastante buena, de ahí yo veo otra de la tele, una medio tonta que se llama cómo perder un hombre en diez días. Y me voy a dormir, en la noche hay un viento bien fuerte y la lluvia persiste. El domingo desayunamos todos en casa y nos dejan en el Air and Space Museum, queremos hacer un tour pero es hasta la 1 así que vamos primero al capitolio y luego al jardín botánico, todo muy lindo. Hacemos el tour que es muy interesante, es más sobre aviación que sobre espacio pero igual se aprende mucho. Luego volvemos a casa, mi tía nos recoge y vamos a un restaurante de comida de Afganistán. Me gusta bastante. Mi tía va otra vez a Giant porque es su aniversario y quiere prepararle algo a Eduardo. En casa está Pancho, mi mamá se pone a conversar con él y yo ayudo a mi tía con la canasta de fruta. Le queda muy bonita. Luego vamos a dejar la canasta al trabajo de Eduardo y volvemos a casa para tomarnos unos Bayley's en el sillón. Nos acostamos tarde y levantamos de madrugada para ir a tomar el bus de regreso a Nueva York. Ya en Nueva York mi mamá cambia su vuelo para el día siguiente en la noche, así que el lunes vamos a Borders que ya está a punto de cerrar y encontramos varias cosas buenas y muy baratas. De ahí nos encontramos con Rossy y Diego y almorzamos en un restaurante de comida mediterránea, muy bueno. Seguimos en Borders luego de eso y de ahí a casa a preparar todo para el viaje. El martes vamos a comprar al North Face, después de tres horas, mi mamá se compra una casaca polar y una de lluvia. Volvemos a casa y al rato se va, ¡te quiero mamita, te voy a extrañar!

martes, 12 de julio de 2011

Oaxaca (segunda parte)


El martes vi a mi amiga Rubí y el miércoles enrrumbé temprano a Oaxaca. El camino estuvo bien, me pasaron tres películas: Transformers, una sobre el mago Houdini y una tercera que ya no recuerdo bien. Descansé por ratos y leí poco porque se movía mucho el bus. Llegué y me esperaban ya Kazt y mi tía Martha, hacía mucho que no la veía y me emocioné. Ella está igualita, guapa y alegre como siempre. Kazt está más delgado y con más cabellos blancos, pero amable como siempre. Comimos unos ricos chiles rellenos, de ahí nos fuimos en la noche con Chago y Mario para jugar tren. Su amiga Rosy trajo pastel para celebrar sus cumpleaños por anticipado. Volvimos a casa y seguimos conversando hasta que se nos cerraron los ojos. Al día siguiente salimos a caminar por San Felipe que es donde vive mi tía ahora, regresamos a cocinar y almorzamos rico, yo pescadito y cada quien lo que se le antojaba. En la tarde nos fuimos a tomar el cafecito con Mario y Chago, nos agarró una recontra lluvia, pero felizmente dentro del café. Paseamos un poco por el corredor turístico y nos fuimos a casa, al llegar se volvió a desatar una gran lluvia. El viernes en la mañana estuvimos en casa, salimos a almorzar con Gaby, Julieta y Tony. Volvimos a descansar un rato y cambiarnos para la fiesta. Salimos a la fiesta en la Iguana, el lugar era bonito pero pequeñito y se concentraba el humo del cigarro. Nos regalaron anillos fosforescentes muy chéveres. Rubén llegó hasta las once de la noche, estuvimos un rato ahí y nos fuimos a descansar. El sábado desayunamos y salimos al centro a comprar, almorzamos en La casa del abuelo que nos había recomendado José, yo comí mis chapulines y mole pintado, pero me gusta más el verde. Seguimos caminando, entramos al museo y a algunas tiendas. Al final ya no teníamos estómago para las tlayudas que quedaron pendientes para el próximo viaje. Nos pusimos a ver Harry Potter en la tele y luego nos dormimos. Mi tía Martha y Kazt se fueron a ver a Marie Claude. El domingo desayunamos, tomamos fotos (arriba en el jardín de la casa) y nos fuimos con las mismas a la estación. Al llegar al DF estaba el partido en su segundo tiempo. Vimos el segundo gol en El desván con la familia de Rubén y nos dieron dos por uno en bebidas porque ganó México, así que ahí nos quedamos un buen rato y salimos todos medio borrachos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

De turista en Nueva York


Empieza una nueva semana, nuevas lecturas que completo para mis clases. El martes me reuní con María José un rato, ella también va a Lima en fin de año, ojalá nos veamos por allá, intercambiamos números y pues conversamos algunas cosas de las clases de castellano. Luego empecé mis coffee's talks con mi amigo Manuel. Me está ayudando con mi inglés y de paso nos distraemos, o al menos yo de estar encerrada y hacer poco contacto con las personas. Al salir de clase de Diamela voy a una tienda y no me quieren vender cerveza porque piensan que soy menor de edad, ¡plop! Así que le escribí a Paty para que me pase los datos de una identificación que es posible sacar para estos menesteres. Aquí casi en todos los restaurantes y bares te piden y pues a veces es molesto si no la tienes y no vas a andar el pasaporte todo el tiempo. El jueves hay una presentación de poesía muy interesante de Rachel Levitsky que se hace tanto en español como en inglés. Me regreso con Rosa conversando muy bien. El viernes Kathy iba a llegar a las 7am pero llega a las 10, pero sin su carnet de residencia canadiense, entonces había el peligro de que no la dejaran volver a entrar a Canadá. Así que fuimos a la embajada ha hacer algunas averiguaciones, al final lo más sencillo era que Ernesto venga trayéndole su documento y felizmente él podía. Así que el resto del día paseamos por middle town, comimos donde llevo a todo el mundo a comer, el restaurantito medio árabe y así se nos pasó el día. El sábado pensamos ir a un outlet muy famoso, pero costaba cincuenta dólares ir por cada una, entonces nos arrepentimos y nos vamos caminando desde el middle town hasta la estatua de la libertad, todo el día de camino, de algunas compras, de tomar fotos, parar en los lugares turísticos y disfrutar de que el clima no está tan frío, la temperatura subió un poco. El domingo vamos a New Jersey ya con Ernesto, nos paseamos con mi tío Carlos y Pilar, lo pasamos muy bien de compras y finalmente yo encuentro mi abrigo largo para la nieve y para la temperatura más fría que se aproxima, inevitablemente. Vimos Entre copas (Sideways) porque ninguno la había visto y yo andaba diciendo que sería chévere hacer esa ruta de los vinos en California. Nos quedamos a dormir allá donde mi tío Carlos, volvemos el lunes temprano. Pensamos que teníamos la mañana pero la salida del bus es a las 11:15, entonces nos despedimos temprano.

viernes, 26 de marzo de 2010

Misa de honras


Recién ahora cobra dimensión para mí la presencia de personas cercanas o amigas o conocidos en los velorios, los entierros, las misas, antes lo consideraba una simple formalidad que sólo tenía una función social pero puedo entender que es más que eso, la presencia genera una energía, una solidaridad que realmente reconforta cuando uno ha tenido una pérdida, legitima el duelo y te ayuda a superarlo. Incluso cuando ha habido lejanía y conflicto, todo parece tomar otro matiz. Es lo que he sentido ahora en la misa de mi abuelito y en todo este tiempo desde su partida y realmente me ha hecho bien la mano amiga, la palabra, el sentimiento común. No sé si porque quizá antes era demasiado pequeña para darme cuenta o porque no se había ido nadie tan cercano, alguien como mi abuelo con quien tengo una vida de estar cerca, una larga suma de recuerdos. Tomaré sin duda ahora más en serio el confort que yo también puedo proporcionar a los demás con mi presencia en tristes ocasiones de duelo.

Mi primo Alexis tocó el violonchelo en la misa y estuvo mi tío Carlos presente, quien no pudo estar para el entierro, además de varias otras personas más acompañándonos. Se hizo en la capilla del convento San Antonio de Padua pero muchas personas se confunden y se van a la iglesia, también ocurrió así en el velorio de mi tía Flora. De modo que mi abuelito tuve dobles predicaciones. Por otro lado no es que quisiéramos hacer la misa en el sentido de que casi ninguno de nosotros es católico (especialmente cuando luego de pagar vimos un cartel del día por el "no nacido") pero nos parecía necesario que haya una ceremonia conjunta. En realidad hay pocas alternativas a este rito, ya luego se me ocurrió que una posibilidad sería hacer una meditación al estilo del raja yoga, como se hace en Brahma Kumaris, que es una forma también de mandar energías al alma y comunicarse con el universo.

Nuevamente el estar juntos es una manera de mantener viva la imagen y el recuerdo de mi abuelo de quien ayer fue su cumpleaños. Aquí, una foto en el parque cuando todavía podía caminar. Mi abuelo nunca miraba a la cámara siempre salía viendo hacia otro lado. Seguro que el duelo continúa en cada quien y su presencia se mantiene en cada corazón.

domingo, 14 de febrero de 2010

Históricos encuentros




Estando repartidas por el mundo, entre Canadá, Alemania y México, nietas y bisnietos, casualmente este mes de febrero coincidieron en Lima la mayor parte de la familia Huamán, así que hicimos no poco escándalo tratando de tomar la foto más esperada por todas las revistas de moda del mundo entero. Lo más difícil fue poner en la misma toma, en el mismo momento y lugar a todas y todos los presentes, que después de varios flashes se dispersaron más rápido que inmediatamente así que quién sabe si se presente una nueva ocasión. El autor, mi tío Pepe que no quiso salir en la foto. Y también la familia Andía se vio unida por mi abuelito, todos los nietos presentes, apesar de estar repartidos por el mundo, entre México, Estados Unidos e Iquitos, ahora en Lima.

lunes, 8 de febrero de 2010

Querido abue


Mi abuelo Pedro, era casi el menor de seis hermanos: Jesús, Leonor, Santiago, José, Roberto, todos los cuales ya lo habían dejado solo. Aunque desde que era joven y fuerte a sus sesenta años, se consideraba viejo y decía que se iba, recién hoy en la madrugada nos dejó. Podría contar tantas cosas de mi abuelo, porque he compartido con él muchos años, sobre todo en mi niñez cuando íbamos de la mano para todas partes juntos, obligados porque yo era su única nieta y mis papás trabajaban ambos. Sé que nos hemos querido y nos hemos acompañado el tiempo que nos ha tocado y que donde esté seguiremos queriéndonos y estando juntos. Quiero recordarlo ahora cantando su vals favorito "Alma, corazón y vida, esas tres cositas nada más te doy", haciendo sus crucigramas y soñando con un día ser millonario, porque decía que ser viejo y pobre era lo peor. Pero mi abuelo no era pobre, ni era viejo, lo que sí, era melancólico y creo que esa melancolía fue lo que lo terminó consumiendo y lo llevó al abandono. Ya había dejado casi la completa potestad de su cuerpo a las personas que lo cuidaban, hablaba poco y casi no se le entendía, pero sé que el viernes que fue el último día que comimos juntos con lucidez me reconoció y estuvo ahí sabiendo que estábamos con él. Esto porque desde un tiempo hasta acá hacía un tratamiento naturista para controlar su parkinson que ya nos lo hubiera arrebatado hace al menos un año, en que no podía caminar y no reconocía a nadie. Quizá un dolor tan grande como el de hoy fue aquel de verlo voltearme la cara sin saber quién era yo, ¡su nieta querida! Tuve la dicha de publicarle sus cuentos, en los que narra las anécdotas de su tierra y también tengo la de poder estar hoy aquí acompañándolo en su último paso por los parajes de su vida. Seguro eligió este momento porque todos sus nietos están aquí ahora, casualmente. No he tenido miedo más grande en estos años que he estado fuera del Perú como el de se fuera sin yo poder estar a su lado. Te quiero mucho abue, gracias por todo lo que nos has dado, por tu presencia que sigue en nuestros corazones.

jueves, 29 de octubre de 2009

Alexis en Lima


Estuvo de visita mi primo Alexis, que ahora vive en Iquitos, porque está tocando el chelo y vino con la orquesta juvenil para tocar en distintos lugares. Lamentablemente no lo pude oír porque el día que tocaría en la Iglesia San Francisco, se canceló su participación y como no nos avisó a tiempo, oímos misa, presidida por Cipriani, como una hora y media, por ser en celebración a la orden de los franciscanos que cumplía ochocientos años, ¡un horror! Pero me dio mucho gusto verlo, está muy grande y ha recuperado el carácter que tenía cuando niño, que era muy hablador, amiguero, risueño, porque cuando recién regresó de México estaba muy retraído. También anda en plena adolescencia porque tiene 12 años y pues anda que la rompe con las chicas. Dice que es un emo, aunque yo no termino de entender qué es, pero se compró un montón de ropa relativa a ser emo. Una de sus misiones al pasar por Lima era atiborrarse de comida chatarra, lo hizo tan bien que se saturó, dijo que pensaba que eso no era posible, qué bueno que lo ha descubierto pronto. Es muy dulce y tranquilo y eso me gusta de él. Y como le ha ido tan bien en su viaje por Lima seguro que lo tendremos pronto de vuelta y a su hermano también a quien no deja de sacarle pica. En eso no han cambiado de cuando eran niños.