domingo, 8 de agosto de 2010

Arequipa



Llegaron las vacaciones por Fiestas Patrias y Arequipa fue el departamento elegido puesto que Caravelí, la tierra de mi abuelo, y Atico, la tierra de mi abuela, están en su territorio, así que la idea era conocer la capital y de paso hacer una vuelta a las raíces de la familia. Me fui con mi papá en su auto, hicimos parada en Nazca así que aprovechamos de conocer las líneas. Yo he ido hace años y no me subí a las escaleras, el viento es muy fuerte y da miedo estar ahí. Dormimos ahí y seguimos hasta Arequipa donde llegamos en la tarde. Mi amiga Rosa nos hospedó, fue muy atenta y generosa. La primera noche salimos a tomar un trago, al día siguiente paseamos por los conventos y la ciudad, el Convento de Santa Catalina ese día abría hasta las 8pm, normalmente solo abre hasta las 5pm, así que pudimos visitarlo de día y de noche, estuvo muy bien. De ahí tomamos una Arequipeña y fuimos a un restaurante gourmet, Zig Zag, donde la comida estaba de lujo, tienen una bebida que te la sirven en huevo de avestruz, está bueno. Al día siguiente salimos al Colca, el viaje bonito pero agotador y hacía un frío de los mil demonios así que me resfrié. Pasamos una noche en Chivay y volvimos a Arequipa, ahí salimos con mi papá y con Rosa, al día siguiente hicimos el tour de la ciudad que nos gustó mucho. En la noche fuimos a Atico, dormimos ahí y nos encontramos con la caravana que llevaría las cenizas de mi abuelito a su tierra. Estaba mi mamá, Francisco, mis primos, Alexis y Joel, Belissa, Rubén y yo. Fue muy importante para mí esta reunión y que Rubén fuera parte de ella, desde lejos pero siempre presente, apoyando. No volvía a Atico hace al menos 25 años, así que no reconocí el lugar, fuimos a las playas dejando las cenizas de mi abuelito. De ahí enrumbamos a Caravelí que tiene un clima muy cálido aunque en la nochecita hacía viento, pero no tanto. Ahí estuvimos con mi tía Rita (en la foto) y con un montón de familiares, todos muy atentos y amables. Me gustó mucho Caravelí, creo que mi abuelito ya está allá en paz. De Caravelí no tenía memoria, me llevaron muy pequeñita, pero realmente disfruté mucho el viaje y me sentí agusto. Al retorno paramos un rato en Atico otra vez, no pudimos ver a mi tía Mercedes que se había ido a Arequipa. En Atico no habían mucho familiares y vi el pueblo muy abandonado y sucio y eso me dio mucha pena.

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