sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi primera salida al museo



El viernes estuve en casa lavando y haciendo varias cosas cotidianas estresantes, como tratando de arreglar el internet inalámbrico, que no conseguí. Además usé por primera vez la secadora. Felizmente vino Chloe, preparé guisito de vainitas y almorzamos juntas. De ahí me fui a hacer algo de compras y después me fui a la universidad. Estuve en la biblioteca y en la noche fui a la reunión de estudiantes graduados que organizó la universidad. Hubo bastante comida muy rica y vino, así que estuvo mostro, de paso sirvió para conocer personas de otros países, en la universidad están muy interesados en que todos se conozcan. El sábado me levanté temprano y me fui al Museo de Brooklyn. Fui porque había una exposición de Andy Warhol que se acababa el 12 de setiembre. La exposición me gustó, era sobre la última década de su obra, así que no está lo más famoso, que por cierto lo vi una vez en el CC de Católica en Lima. Aquí está su onda más abstracta y sus últimos cuadros, unos autoretratos, la serie de la última cena y otros experimentos. Como estaba ahí aproveché de ver todo el museo, hay muchas piezas de África muy lindas, también de China, de Asia, de India, de Egipto, hasta un sarcófago, parte de muros, de paredes, de frescos, tienen de todo ahí. Claro que de América Latina, otra gran civilización, no hay nada, sólo unos cuadros de la escuela cuzqueña. También tienen piezas de arte moderno y había una sala de arte de mujeres y estaba una exposición de Kiki Smith muy interesante. Pero lo más fabuloso fue encontrar ahí ¡The dinner party! de Judy Chicago que es una famosa instalación de esta artista feminista que recupera a las grandes mujeres de la historia (en la foto el sitio de honor de Emily Dickinson). La vi como dos veces, me encantó y parece que ahora está de manera permanente en el museo. Y pues de ahí hay varias otras cosas bonitas, estuve ahí cinco horas. Luego encontré en la tienda del museo un libro de Linda Nichols sobre arte feminista que estaba de oferta a US$10 y era un tomo inmenso a todo color, papel cuché como de doscientas páginas, así que no pude resistirme. En fin, la pasé muy bien, como cinco horas ahí dentro. Así que salí agotada y no había metro de regreso, así que tomé otro que me llevó a la línea que necesitaba pero entonces es de pronto cambió a express, todo un rollo, pero llegué sana y salva a casa.

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