sábado, 10 de octubre de 2009

Islas Galápagos




El domingo madrugamos para irnos a las Islas Galápagos. Tomamos el vuelo muy temprano que hizo escala en Guayaquil y llegó a la Isla Bartra donde está el aeropuerto. Entonces tomas un bus que te lleva al canal, ahí cruzas en un barquito hacia el otro lado que es la Isla Santa Cruz, encuentras unos buses que te llevan hasta el malecón de la isla. Todo ese trayecto es como de una hora y media. Había una carrera de bicicletas y estaba cerrada la calle principal así que nos dejó a unas cuadras y tuvimos que buscar un hotel. No habíamos ido con un tour planeado porque todos los tour eran sólo de martes a viernes y habría significado perder dos días de poder estar allá, luego nos dimos cuenta que fue una buena decisión porque el tour además era carísimo y no incluía ninguna otra isla más que Santa Cruz. Nos fuimos a un hotel baratito no más, Sir Francis Drake que tenía tantos estilos, mayólicas, colores y formas juntas que era una verdadera obra de arte recontra "postmoderna", sin duda nuestros sentidos aún no están listos para apreciar tal cosa. Salimos a averiguar lo de los tours, más o menos los precios son iguales pero te hablan de islas maravillosos, únicas, diferentes y te convencen. No tomamos ninguna decisión e hicimos uno de los paseos que era posible hacer a pide, cruzabas al frente (en la misma isla) y se iba hacia Las grietas. Caminamos por una superficie rocosa y llegamos a en efecto una abertura profunda en la tierra que por la filtración del agua salada del mar y del agua dulce ha formado una suerte de posa donde nadar, pero no nadamos ahí sino que regresamos a una playita que vimos en el camino y se llama La playa de los alemanas (o la otra orilla). Estuvo muy rica el agua y el baño. Retornamos y seguimos averiguando, tomamos un jugo y lo que llaman maduro con queso (que es plátano asado con queso en medio). Fuimos también a la laguna Las ninfas que también queda en la misma isla, muy bonita y tranquila. Finalmente resolvimos ir al día siguiente a la isla Isabela, porque ya personas en Quito nos habían dicho que era la más bonita y donde se podía ver más animales, pero salía a las 2pm del día siguiente. Así que en la nochecita nos fuimos a un restaurante a comer algo que no nos gustó y dormimos temprano. El lunes nos fuimos en la mañana a la Estación Charles Darwin que es donde están las galápagos (en la foto) y Solitario George. Conocimos el lugar, vimos tortugas gigantes, a George, en un clima que cambiaba cada diez minutos pasando de un sol tímido a la llovizna. Ya no nos dio tiempo para ir a otro lugar y alistamos las cosas y nos fuimos a embarcar para Isabela. El camino era de dos horas pero lo hicimos en una hora y cuarenta. Es la peor experiencia marina que he tenido en mi vida, la lancha va muy rápido y salta mucho, todo se mueve, es muy atemorizante, parece que te vas a voltear. Mi mamá se mareó pero llegamos sanas y salvas. Aprendí entonces que me gusta el mar pero desde tierra firme. Fuimos a La jungla, un hotelito muy rústico pero bonito que tenía vista al mar. Descansamos un momento y fuimos a ver dos flamingos en una laguna y de ahí a dar una vuelta por el pueblo que es pequeñito. Isabela es la isla más grande pero la menos poblada. Cenamos y nos dormimos. Al día siguiente nos levantamos muy temprano, fuimos al Galapario a ver a las tortugas, cómo cuidan los huevos y cuidan a las tortugas mientras están pequeñas porque sino pueden morir. Hay muchos animales introducidos en las islas que las matan (chivos, burros, perros, ratas), así que por eso están protegidas. Luego desayunamos y salimos a ver el volcán Sierra negra. Es el segundo volcán más grande del mundo, mide 10 kilómetros de diámetro (el más grande mide el doble y está en África). El clima parecía soleado en la costa pero a medida que fuimos subiendo empezó la llovizna, las islas tienen varios microclimas que varían sobre manera. Nos dejó el auto y tuvimos que caminar, fueron 15 kilómetros, entre lluvia y luego un sol despiadado. Rodeamos el cátrer del volcán, que todavía está activo y ha tenido algunas erupciones hace algunos años pero en el lado no poblado de la isla. Llegamos luego a la zona donde había corrido la lava. Descubrí entonces otra cosa muy importante, que no me gustan los parejes volcánicos porque son todos negros y desiertos, aunque la parte del cráter sí me gustó porque es verde. Ni bien regresar salimos al siguiente tour que era marino, fuimos a las tintoreras que es donde descansan los tiburones porque en la noche salen a comer, son nocturnos, comen sólo algas, por eso es que se mantienen en zonas calmas del mar. Vimos algunos lobos marinos y pingüinos (y muchas iguanas marinas que a mí no me gustan, me dan miedo). Luego hicimos snorkel, habían tortugas marinas, lobos y algunos peces, pero en ese sentido es mucho más lindo en Huatulco o en la Rivera Maya. Regresamos a bañarnos, cenar y dormir.


Al día siguiente salimos de madrugada de regreso a Santa Cruz, mi mamá tomó una pastilla y esta vez no se mareó, además de que el viaje estuvo más tranquilo que a la ida, pero igual un poco temerario. Llegando nos cambiamos de hotel a Lobo de mar, ahí teníamos una vista muy bonita del mar. Y salimos con las mismas al tour de la bahía, fuimos otra vez a unas tintoreras, pero lo mejor fue que vimos al Piquero de patas azules (en la foto) que es el más lindo de todos los animales que por ahí se ven (porque además es único). Fuimos a una lobería donde habían dos lobos marinos (hay más lobos marinos en las Islas Ballestas en Paracas). Al regreso comimos y nos fuimos a Tortuga Bay, fueron dos kilómetros y medio para llegar a una playa brava inmensa, hermosa que al final tiene una suerte de manglar mansito y precioso, pero como ahí salen las tortugas marinas a poner sus huevos uno debe retirarse temprano, así que llegamos a las justas sólo para dar una vuelta a la playa y regresar. El día jueves salimos todo el día de tour a la Isla Floreana, también a dos horas de Santa Cruz, el viaje fui más suave pero venían tres chilenas muy nerviosas. La isla no me pareció especialmente bonita, vive muy poca gente ahí, hacía frío y sus playas no tenían ni el color ni la arena de las de Santa Cruz. Subimos a los cerros a ver un volcán de lejos y algunas formaciones hechas por piratas, galápagos en semi cautiverio y regresamos a nadar un poco. En realidad, como dijo una de las chilenas, no se justificaba un viaje tan pesado para ver a cinco tortugas (que ya habíamos visto) y un par de lobos marinos. Lamentamos no haber sabido esto antes para quedarnos en Santa Cruz e ir nuevamente a Tortuga Bay que fue lo más lindo (y gratis) o a Las grietas. En fin, la verdad que me decepcionaron un poco las islas, se paga 100 dólares (los peruanos 50) para entrar al parque, más 10 dólares más pero no hay muchos animales, no están en su hábitat pues ya la mayoría de las islas están bastante deterioradas y los animales están en cautiverio, las playas no son tan bonitas y como te atiborran de tours crees que verás cosas distintas pero en realidad no se justifica los viajes por mar tan largos, tan fuerte para ver un poco de lo mismo. En fin, salimos el viernes temprano hacia Guayaquil, Quito y nuevamente Lima.

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