Finalmente tuve mi cita en la embajada norteamericana y me dieron mi visa de estudiante por cinco años. Retomé algunas sesiones con Fryné para repasar con ella reflexiones que he tenido sobre mí y para irme un poco más fortalecida en esta nueva aventura del doctorado. Fui donde la dentista que me hizo limpieza y me despachó por un año, espero volver a librarme de las caries la próxima vez. Renové mi DNI y concluí con los pendientes en Runa.
Fui con Tabata a escuchar a Eva Ayllón a la Feria del Libro, presentó un espectáculo dedicado a Chabuca Granda que estuvo excelente. Cantó varias canciones que yo no había oído.
Tuve la grata sorpresa de que pasó por Lima una amiga de Stalin, también colombiana, llamada Pilar. Así que salí con ella, estuvimos en un recital de poesía en la librería Sur, luego fuimos a Barranco, la pasamos muy bien y me alegró tener una nueva amiga. También estuve en la presentación del nuevo libro de cuentos de Rocío, Reina del manicomio. Finalmente acabé de leer Reality Hunger, y sigo sosteniendo lo que ya había mencionado al inicio, demasiado largo, algunas ideas interesantes pero que pudieron decirse de forma más directa y demasiado gringo para mi gusto. Y me leí El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince, regalo de Stalin. La disfruté mucho. Estuve también en la presentación de la plaqueta que hizo Carmen Ollé en Sur, Réquiem.
Y agosto empezó y trajo la alegría del Festival de cine latinoamericano de Lima pero también las despedidas. Entre las películas que vi están Las cosas como son (Chile) de Fernando Lavanderos, Carne de perro (Chile) de Fernando Guzzoni, La pasión de Michelangelo (Chile) de Esteban Larraín, que lamentablemente vimos comenzada porque pusieron mal el disco en Cineplanet San Miguel; Todo lo que necesitas es amor de Susanne Bier, Tercera llamada (México) de Francisco Franco, Edificio Royal de Iván Wild, El sonido alrededor (Brasil) de Kleber Mendoca que lamentablemente nos fue interrumpida por una vendedora de caramelos, justo en el momento cumbre de la tensión fílmica; No quiero dormir sola (México) de Natalia Beristáin, Wakolda (Argentina) de Lucía Puenzo, 7 cajas (Paraguay) de Juan Carlos Manegla y Tana Schémbori, La película de Ana (Cuba) de Daniel Díaz Torres, Viaje a Tumbuctú (Perú) de Rossana Díaz Costa con música original de Abraham Padilla; Beasts of the Southern Wild (USA) de Benh Zeitlin y La revolución de los alcatraces (México) de Luciana Kaplan. Todas las disfruté mucho pero mi favorita para el premio en ficción sería 7 cajas y en documental la indiscutible mejor película peruana del año Sigo siendo de Javier Corcuera, un homenaje al agua y a la música y la conjunción de ambas que es lo que nos da la vida (en la foto). La cual vi gracias a las influencias y generosidad de Chaska a quien estoy y estaré eternamente agradecida por ese bello regalo de despedida, así como a Javier Corcuera que la creó en primer lugar.
Las maletas ya casi listas, mucha emoción pero también tristeza de dejar mi tierra bella y todos los que más quiero.
domingo, 18 de agosto de 2013
domingo, 28 de julio de 2013
El mes de la patria
El vuelo de regreso a Lima estuvo bien, llegué y hacía un frío terrible. O tal vez lo sentí más por regresar del calor infernal de la veraniega Cuba. Sea como sea me enfrié y me resfrié. El día de mi cumple lo pasé tranquila en casa pero me fui a dormir temprano pues además de que tenía el cansancio del viaje ya me estaba pasando factura la gripe. Me puse al día en mis correos y retomé los pendientes de Runa y del libro sobre Ollé. Estuve tomando tocosh para el resfrío y me hizo muy bien. Por el cumpleaños de mi mamá vinieron sus amigos y estuvieron hasta tarde, comimos rico y la pasamos bonito, así que estuvo contenta. Fui con Gustavo a la exposición del Túnel de la Ciencia en la Católica. Nos decepcionó un poco, pensamos que era más interactivo y consistía en exposiciones. Si bien los temas científicos que presentaron eran interesantes, se había creado una gran expectativa que no fue cumplida. De otro lado el tiempo para ver la exposición era muy corto y no dejaba opción para preguntas. De todos modos algo aprendimos. Ese día Gustavo me invitó a almorzar en Waffles & Crepes y yo le invité un cafecito en La Baguette.
Melina hizo una reunión en Barranco por su cumple, en un lugar muy bonito llamado Cadáver Exquisito. Me gustó mucho, tomamos un rico vino caliente y muchos piqueitos deliciosos como papitas con cáscara, yuquitas, aceitunas, todo a un precio muy económico. Pero esa salida justo cuando estaba por curarme de la gripe no me hizo bien, hablé mucho en una noche muy fría y me quedé sin voz. De todas formas disfruté la reunión, conocí a amigos de Melina que no conocía, con otros me reencontré y lo más simpático fue que la mayoría se conocían también por otros lados. El domingo visité a mi papá cuando todavía se me oía un poco, pero luego me quedé en casa esperando curarme del todo, tuve que tomar las hierbas medicinales. Mi mamá también se enfermó así que estuvimos las dos en lo mismo.
Vino Inés de paso por Lima y nos fuimos a comer rico a La Red, conversamos largo y terminamos con un cafecito en Don Maminos. Inés me trajo una copa menstrual que empecé a usar y me gustó mucho, aún tengo que acostumbrarme a ponérmela y sacármela, pero me parece que realmente es un ejercicio ecológico responsable.
Fui con Rodo por su cumpleaños a Don Bosco, donde probé un delicioso lomo saltado de pescado que estoy con ganas de volver a repetir. Y como somos unos glotones, además nos comimos una ocopa que no probaba hace tiempo y estaba muy rica, también la chicha. En fin, un lugar altamente recomendable. El domingo fuimos con Inés y unos amigos al Tanta para charlar y a Inés todavía la vi al día siguiente para un café como despedida. Me apenó mucho que su viaje fuera tan corto y no saber cuándo nos volveríamos a encontrar.
Me hice el examen del papanicolao que salió negativo. Me ofrecí para validar unas pruebas de memoria y fui a que me hagan los test, estuvo interesante la experiencia. Fui a la exposición de Sabogal y comí una rica trucha en el restaurante de La Muralla que me habían recomendado distintas personas. También vi la exposición sobre Edgardo Rivera Martínez en la Casa de la Literatura. Me reconfortó saber que él publicó su mejor obra, País de Jauja, a los 60 años, así que aún tengo tiempo. Fui a escuchar a la Orquesta Filarmónica de Bogotá en el Teatro Nacional. Está bello y la orquesta estuvo excelente, dirigida por el mexicano Enrique Diemecke, que es muy simpático, primero explicó de qué trataba la obra de Mahler, la quinta sinfonía, que presentó. Al final tocó unas piezas peruanas. Estuvo muy bien.
Salí con Ricardo una noche a Miraflores, me enseñó dos buenos lugares, uno para tomar cervezas y otro de comida árabe llamado Tierra Santa. Fui al cumpleaños número uno de mi sobrino Gustavito, así que ahí pude ver a mi tía Nora, a Elena, a Carolina, fue una noche bonita. Me apenó un poco ver a Gustavito tan crecido, ahora quiere caminar y ya no se lanza a los brazos como hacía cuando lo conocí y era bebé.
Empezó la 18 Feria Internacional del Libro de Lima. Fui a la presentación del libro de Claudia Salazar, La sangre de la aurora, que transcurre en la época de la guerra interna en el Perú. También fui a la presentación del poemario en cómic Bendita eres de Mellissa ilustrado por Sandra.
Tuvimos unos días muy terribles porque se eligió un Tribunal Constitucional totalmente deplorable y una Defensora del Pueblo, igualmente favorable al Estado que no iba a defender a nadie. Pero a pesar de que esas prácticas tan caras del fujimontesinismo nos aterraron, los jóvenes y la sociedad civil en general se levantó lo que hizo retroceder la decisión del congreso. Así que participé del plantón en la Plaza San Martín en contra de la repartija (como le llamaron a la imposición de estos personajes en dichos puestos claves del poder). Ahí me encontré con Juan y caminamos un rato juntos. Yo quise ir con Tabata pero no la encontré. Luego hubo una marcha pero yo tenía que trabajar ese día y no pude llegar. Pero me he sentido muy contenta y orgullosa de mi pueblo al verlos levantarse para protestar por las injusticias, previendo situaciones de mayor gravedad. Eso me hace pensar que este gobierno tendrá que mantenerse firme en la democracia. Lo cual deseo de todo corazón.
Fui al dentista y retomé sesiones con Fryné. Con mis hermanos me he visto todas las películas de niños que se han estrenado: Monsters University, la secuela de Mi villano favorito, Turbo. Y en casa hemos visto Super 9 y Nausicaa. Todas las películas las he disfrutado y ha sido un bonito momento para compartir entre hermanos. También he visto Titanes del Pacífico que estuvo mejor de lo que esperaba y Superman que estuvo mas bien decepcionante. Por su cumpleaños mi papá invitó a mi tía Mirtha a almorzar así que pasamos una bonita tarde con ella, mi prima Karina, Dafne, mi abuelita, después de mucho tiempo que no nos reuníamos. A Tabata la he estado yendo a visitar los lunes desde que me enteré que ese día se queda en casa lavando. Ya estoy terminando los informes pendientes, estoy trabajando con Rodo la diagramación de uno de ellos, por lo que lo veo con cierta frecuencia, que es algo que no siempre ocurre. También he visto a Luz, a Hipólito, hemos salido a comer y tomar algo, a pesar del frío que sigue, muy intenso por momentos y casi insoportable por otros. He visto también a Alfredo, un amigo que conocí en el cumpleaños de Melina y que ha sido profesor de Inés porque es antropólogo también. Es que como siempre digo, el mundo es un pañuelo.
Con Gustavo intentamos ver Del lado del corazón de Francisco Adrianzén, un documental sobre la izquierda peruana, pero la sala en la que lo proyectaban era muy pequeña y la cola era inmensa, así que no llegué. Hemos seguido jugando tren con mi tío Pepe, aunque yo tuve una victoria fue efímera porque luego mi mamá siguió ganando como siempre.
Quisimos salir por fiestas pero las carreteras están con problemas por nevadas que han habido en Ticlio así que nos pareció mejor quedarnos en casa. Siguiendo con mis lecturas pendientes y urgentes de amistades cercanas, leí el poemario de Lila, El rumor de los bordes; de Virginia, Sueños de un Bonzo, la antología El Tejedor en Nueva York y Ejército de Rosas, el libro de Osdany Morales, Papyrus. Y con eso concluí los comentarios que debía. Sigo todavía con Reality Hunger y he empezado Life on Mars de Tracy K. Smith. Estamos en plenas fiestas patrias celebrando de corazón a esta tierra bella que tanto amo.
Melina hizo una reunión en Barranco por su cumple, en un lugar muy bonito llamado Cadáver Exquisito. Me gustó mucho, tomamos un rico vino caliente y muchos piqueitos deliciosos como papitas con cáscara, yuquitas, aceitunas, todo a un precio muy económico. Pero esa salida justo cuando estaba por curarme de la gripe no me hizo bien, hablé mucho en una noche muy fría y me quedé sin voz. De todas formas disfruté la reunión, conocí a amigos de Melina que no conocía, con otros me reencontré y lo más simpático fue que la mayoría se conocían también por otros lados. El domingo visité a mi papá cuando todavía se me oía un poco, pero luego me quedé en casa esperando curarme del todo, tuve que tomar las hierbas medicinales. Mi mamá también se enfermó así que estuvimos las dos en lo mismo.
Vino Inés de paso por Lima y nos fuimos a comer rico a La Red, conversamos largo y terminamos con un cafecito en Don Maminos. Inés me trajo una copa menstrual que empecé a usar y me gustó mucho, aún tengo que acostumbrarme a ponérmela y sacármela, pero me parece que realmente es un ejercicio ecológico responsable.
Fui con Rodo por su cumpleaños a Don Bosco, donde probé un delicioso lomo saltado de pescado que estoy con ganas de volver a repetir. Y como somos unos glotones, además nos comimos una ocopa que no probaba hace tiempo y estaba muy rica, también la chicha. En fin, un lugar altamente recomendable. El domingo fuimos con Inés y unos amigos al Tanta para charlar y a Inés todavía la vi al día siguiente para un café como despedida. Me apenó mucho que su viaje fuera tan corto y no saber cuándo nos volveríamos a encontrar.
Me hice el examen del papanicolao que salió negativo. Me ofrecí para validar unas pruebas de memoria y fui a que me hagan los test, estuvo interesante la experiencia. Fui a la exposición de Sabogal y comí una rica trucha en el restaurante de La Muralla que me habían recomendado distintas personas. También vi la exposición sobre Edgardo Rivera Martínez en la Casa de la Literatura. Me reconfortó saber que él publicó su mejor obra, País de Jauja, a los 60 años, así que aún tengo tiempo. Fui a escuchar a la Orquesta Filarmónica de Bogotá en el Teatro Nacional. Está bello y la orquesta estuvo excelente, dirigida por el mexicano Enrique Diemecke, que es muy simpático, primero explicó de qué trataba la obra de Mahler, la quinta sinfonía, que presentó. Al final tocó unas piezas peruanas. Estuvo muy bien.
Salí con Ricardo una noche a Miraflores, me enseñó dos buenos lugares, uno para tomar cervezas y otro de comida árabe llamado Tierra Santa. Fui al cumpleaños número uno de mi sobrino Gustavito, así que ahí pude ver a mi tía Nora, a Elena, a Carolina, fue una noche bonita. Me apenó un poco ver a Gustavito tan crecido, ahora quiere caminar y ya no se lanza a los brazos como hacía cuando lo conocí y era bebé.
Empezó la 18 Feria Internacional del Libro de Lima. Fui a la presentación del libro de Claudia Salazar, La sangre de la aurora, que transcurre en la época de la guerra interna en el Perú. También fui a la presentación del poemario en cómic Bendita eres de Mellissa ilustrado por Sandra.
Tuvimos unos días muy terribles porque se eligió un Tribunal Constitucional totalmente deplorable y una Defensora del Pueblo, igualmente favorable al Estado que no iba a defender a nadie. Pero a pesar de que esas prácticas tan caras del fujimontesinismo nos aterraron, los jóvenes y la sociedad civil en general se levantó lo que hizo retroceder la decisión del congreso. Así que participé del plantón en la Plaza San Martín en contra de la repartija (como le llamaron a la imposición de estos personajes en dichos puestos claves del poder). Ahí me encontré con Juan y caminamos un rato juntos. Yo quise ir con Tabata pero no la encontré. Luego hubo una marcha pero yo tenía que trabajar ese día y no pude llegar. Pero me he sentido muy contenta y orgullosa de mi pueblo al verlos levantarse para protestar por las injusticias, previendo situaciones de mayor gravedad. Eso me hace pensar que este gobierno tendrá que mantenerse firme en la democracia. Lo cual deseo de todo corazón.
Fui al dentista y retomé sesiones con Fryné. Con mis hermanos me he visto todas las películas de niños que se han estrenado: Monsters University, la secuela de Mi villano favorito, Turbo. Y en casa hemos visto Super 9 y Nausicaa. Todas las películas las he disfrutado y ha sido un bonito momento para compartir entre hermanos. También he visto Titanes del Pacífico que estuvo mejor de lo que esperaba y Superman que estuvo mas bien decepcionante. Por su cumpleaños mi papá invitó a mi tía Mirtha a almorzar así que pasamos una bonita tarde con ella, mi prima Karina, Dafne, mi abuelita, después de mucho tiempo que no nos reuníamos. A Tabata la he estado yendo a visitar los lunes desde que me enteré que ese día se queda en casa lavando. Ya estoy terminando los informes pendientes, estoy trabajando con Rodo la diagramación de uno de ellos, por lo que lo veo con cierta frecuencia, que es algo que no siempre ocurre. También he visto a Luz, a Hipólito, hemos salido a comer y tomar algo, a pesar del frío que sigue, muy intenso por momentos y casi insoportable por otros. He visto también a Alfredo, un amigo que conocí en el cumpleaños de Melina y que ha sido profesor de Inés porque es antropólogo también. Es que como siempre digo, el mundo es un pañuelo.
Con Gustavo intentamos ver Del lado del corazón de Francisco Adrianzén, un documental sobre la izquierda peruana, pero la sala en la que lo proyectaban era muy pequeña y la cola era inmensa, así que no llegué. Hemos seguido jugando tren con mi tío Pepe, aunque yo tuve una victoria fue efímera porque luego mi mamá siguió ganando como siempre.
Quisimos salir por fiestas pero las carreteras están con problemas por nevadas que han habido en Ticlio así que nos pareció mejor quedarnos en casa. Siguiendo con mis lecturas pendientes y urgentes de amistades cercanas, leí el poemario de Lila, El rumor de los bordes; de Virginia, Sueños de un Bonzo, la antología El Tejedor en Nueva York y Ejército de Rosas, el libro de Osdany Morales, Papyrus. Y con eso concluí los comentarios que debía. Sigo todavía con Reality Hunger y he empezado Life on Mars de Tracy K. Smith. Estamos en plenas fiestas patrias celebrando de corazón a esta tierra bella que tanto amo.
miércoles, 26 de junio de 2013
Difundo la Carta a Ollanta Humala de los Ciudadanos por el Cambio
Lima, 25 de junio de 2013
Teniente Coronel(r)
Ollanta Humala
Presidente del Perú
Señor Presidente,
Le enviamos esta carta pública para decirle que ser Presidente de un país exige actuar siempre con la verdad, cumplir con las promesas y hacer un uso austero del poder que se tiene. Le decimos todo ello porque luego de leer su entrevista ofrecida al diario español El País, constatamos que hay olvidos y tergiversaciones que no se condicen ni con la verdad ni tampoco con su calidad, como bien dice usted, de Presidente de todos los peruanos.
En primer lugar, la izquierda, desde los tiempos del Amauta José Carlos Mariátegui, nunca ha abandonado la bandera de la justicia social. De otra parte sería bueno recordar que quienes colaboraron de manera decisiva en la preparación de las bases ideológicas del Partido Nacionalista fueron personas de la izquierda.
Fue a la gente de izquierda, de Ciudadanos por el Cambio (CxC), que se nos encargó la preparación del Plan de Gobierno, porque, como usted dijo, se contaba con nosotros para gobernar porque no se tenían cuadros en las filas de su partido nacionalista. Fue así que se conformó un equipo bajo la conducción de Félix Jiménez, donde participaron más de 30 profesionales, entre los cuales solo hubo un nacionalista. Proceso similar se vivió durante la elaboración y redacción de la llamada Hoja de Ruta en la que participaron activamente miembros de CXC, así como otros profesionales e intelectuales independientes y otros partidos políticos.
Durante todo este proceso nosotros nunca pedimos alguna cuota de poder, como usted afirma, ni mucho menos ser ministros, vice ministros, asesores ni funcionarios; ni participamos en la repartición de cargos. En realidad, fue todo lo contrario. Fue usted quien les planteó a miembros de CXC ocupar cargos importantes del futuro gobierno. Y si bien ello no se cumplió, mantuvimos nuestro compromiso de colaboración con su gobierno.
En segundo lugar, no es cierto que nos fuimos de los cargos porque no “aguantábamos” las presiones ni porque queríamos más cuota de poder. Nos fuimos porque se privilegió el autoritarismo y la represión al movimiento popular frente al diálogo y la concertación, que era el compromiso que asumimos con usted y con el pueblo peruano.
En realidad, fue usted quien cambio, olvidándose de sus promesas electorales al privilegiar la explotación y exportación de los minerales concentrados frente a la industrialización de los mismos; al defender la continuidad del modelo económico neoliberal; al dejar de lado la propuesta de llevar a cabo el desarrollo de una economía nacional de mercado, alternativa al modelo económico del neoliberalismo; al negarse a restaurar los derechos laborales de los trabajadores y a poner en marcha políticas sociales de contenido universal; al propiciar políticas que dañan nuestra ambiente y que obvian la consulta previa; al optar por los tratados de libre comercio y bloquear el actual proceso de integración sudamericano.
En tercer lugar, de las 14 reuniones que hubo con la izquierda, usted dirigió las tres primeras. Ahí, de usted sólo escuchamos alabanzas y reconocimientos. A la izquierda que ahora llama “acartonada”, usted le propuso la vocería política a Carlos Tapia durante 4 años y la defensa de su candidatura ante los medios. Y en la campaña del 2011 usted designó a 5 representantes de la izquierda que por disposición suya viajaron a diferentes regiones a exponer el Plan de Gobierno de la Gran Transformación.
En cuarto lugar, la Comisión de Campaña del 2011 fue dirigida por Salomón Lerner y en ella participamos 5 miembros más de la izquierda y 4 del Partido Nacionalista. Fue, además, un miembro de la izquierda quien dirigió su campaña presidencial fuera del país.
Por último, en lo que sí tiene razón señor Presidente, es que los congresistas de la izquierda miembros de la bancada de GANA Perú "no aguantaron" la falta de discusión interna en torno a la agenda parlamentaria y no aceptaron el método de "votar según las directivas de Palacio", para luego constatar la deshonesta y vengativa actitud de la mayoría de la bancada de su partido y de su gobierno, en alianza con la derecha, el APRA y el fujimorismo, a favor de la falsa acusación contra Javier Diez Canseco para intentar mellar su honorabilidad y su trayectoria de izquierda.
Finalmente queremos decirle que hacer lo contrario a lo que se predica y permitir que aquellos que perdieron las elecciones gobiernen este país, no es el camino correcto para transformar nuestra democracia.
Aunque ahora las cartas le resultan irrelevantes, como menciona en su entrevista, le hacemos llegar ésta, demandando una pequeña dosis de lealtad y veracidad, virtudes que reconocimos en usted desde el año 2005 hasta fines del 2011.
Atentamente,
Cecilia Israel
Coordinadora Nacional
Ciudadanos por el Cambio CxC
jueves, 20 de junio de 2013
miércoles, 19 de junio de 2013
Cuba al fin
Llegó mi tía Martha de México, así que aproveché para pasar tiempo con ella, conversar y comer rico. Siempre es una linda compañía y una grata presencia. Fue cumpleaños de mi primo Alexis. Mi amigo Ricardo vino a casa a cocinar una deliciosa tortilla española que estuvo estupenda, aunque tomó sus varias horas de preparación, valió la pena la espera con un riquísimo vino Tannat. Fuimos con mi mamá y mi tía Martha al Gramadal y luego jugamos tren. Estuvimos en la reunión de los Gómez-Silva, por la gran ocasión de que todos los hermanos estuvieran presentes en Lima. Tuve que ir a la Embajada de Cuba para hacer los trámites de la visa de turista, que tuvo que ser visa de congreso porque iba a un evento literario. Llegó la nueva clase de cocina de Campos de Vida, dedicada solo a las pizzas, así que no me la podía perder, espero poder hacer algunas de las recetas pronto. También fue la anticuchada por el aniversario de los 10 años del PDTG, así que fuimos con mi mamá a apoyar. Y lo más importante fue que fuimos al concierto de Eva Ayllón con Inti Illimani. Me gustó mucho la combinación, tanto como conocer por primera vez al grupo Inti Illimani que no conocía y conocerlos con música en vivo me gustó mucho más. Valió mucho la pena, además antes fuimos con mi tía Martha, Liliana y Lucho por una copa a Miraflores, así que fue una bonita salida. Estuvimos en un lugar llamado Café Colombiano y en efecto la carta solo tiene platillos colombianos, mi hizo recordar de mis queridos amigos de esa hermana tierra, sobre todo Stalin y Nadia.
En cuanto a lecturas leí el poemario de Lila Zemborain El rumor de los bordes, la primera vez me pareció un poco hermético pero en la relectura se me reveló fabuloso. También leí la antología de poetas puertorriqueñas Ejército de Rosas, entre las que sin duda Karen Sevilla es una de las mejores representantes.
Inició junio y estuve alistando los últimos detalles para mi viaje a Cuba que era complicado porque me llegaba información contradictoria. Antes de viajar todavía hubo ocasión de una mega sesión de tren. Me enorgullezco de que logré que todo me entrara en una pequeña maleta. El vuelo de ida iba de maravilla, hubiera llegado puntualmente a las 3:25pm con tiempo para tomar mi transporte hacia Varadero, pero hubo un incidente en el aeropuerto y lo habían cerrado, así que nos mandaron al aeropuerto de Varadero pero no nos dejaron desembarcar ahí, de modo que regresamos a La Habana como a las 7pm y entonces la llegada al hotel fue hasta casi media noche. Pero alcancé el bar abierto para tomar una cervecita recuperadora antes de irme a dormir.
El hotel tenía muy buen servicio, hacían actividades todo el día, yo solo participé en una de baile. Fuera de eso me dediqué a estar tirada en la playa, bañarme, disfrutar de la vista, de la brisa, del turquesa pleno y extenso delante de mí. Empecé con Reality Hunger de David Shields, recomendación de Antonio Muñoz Molina, pero la lectura va lenta. En la noche iba a los espectáculos del hotel, me pasaba por el bar donde todos los barman eran la mar de atentos (me trataban de reina para arriba), así que eso de ser halagada también fue bonito. El calor era intenso y siempre era buen momento para refrescarse. Lo malo es que Cuba es el paraíso de los fumadores, está permitido fumar por todos lados y como yo ya no estoy acostumbrada, sí era molesto sentir el humo del cigarro, o aún pero, del habano, en cualquier lugar, en el bar, en la playa, en la comida.
Los días transcurrieron con pleno sol, aunque muchos turistas que estaban en el hotel varios días antes decían que había estado lloviendo sin parar, así que tuve suerte. Fui el domingo para La Habana y llegué a tiempo, lo malo que hubo algunas desorganizaciones con el congreso y me dejaron en el hotel que no era, así que tuve que tomar un taxi para el otro hotel y luego para la casa de Alicia donde me iba a hospedar, porque antes tenía que acreditarme en el congreso. Desde el inicio en casa de Alicia me sentí cómoda y en confianza. El cóctel fue en el Hotel Nacional donde suele ir Omara Portuondo a tomarse un café y ahí mismo estaba. Conocí a algunos compañeros del congreso ese día y tuvimos conversaciones muy interesantes. Me regresé a casa y me quedé conversando con Alicia hasta la madrugada. El lunes me levanté tempranito y estuve todo el día en el evento. En la primera mesa estaba Agustín y llegó Leonardo Padura con quien luego me tomé una foto. Me gustaron mucho las ponencias pero sobre todo la breve intervención de él, muy generoso en sus respuestas. En la tarde después del almuerzo me tocaba hablar a mí, así que me pude quedar tranquila pronto habiendo cumplido. Al acabar ese día nos fuimos a dar la vuelta por el malecón con mis compañeros y vimos la puesta de sol. Fue amor a primera vista porque la Habana vieja no me causó tanta impresión como ese malecón larguísimo lleno de gente, el susurro del mar, las casa antiguas, la brisa que no refresca y los colores del cielo siempre imponentes y bellos.
El martes en la mañana estuve un rato en el congreso y luego fuimos a Casa de las Américas con Agustín. Después de almuerzo salimos a una librería local y nos fuimos literalmente con cajas de libros porque casi no te dan bolsas. Luego fuimos a pasear por la Habana vieja, caminamos nuevamente todo el malecón y regresamos al hotel para irnos a la cena. El espectáculo me gustó mucho, sobre todo los que hacen música solo con la voz. Pero eso de adelantar la cena de despedida para una noche antes me pareció que no fue chévere con los compañeros que presentaban sus ponencias al día siguiente porque la cena duró hasta bien tarde. Al volver a casa de Alicia estaba esperándome Ramses, así que hablamos, igualmente con él me sentí en confianza desde el primer momento, nos dormimos de madrugada solo porque Alicia nos mandó a la cama. Todo el miércoles nos la pasamos caminando por la ciudad y el jueves fue igual, con la compañía de Leonel. Lo mejor fueron sus anécdotas, las discusiones de arte, de político, de vida. Disfruté mucho esos paseos, aún a pesar del calor abrazador, que al menos nos daba una buena excusa para parar cada tanto por una cervecita Cristal.
El viernes Leonel y yo fuimos a Finca Vigía, la casa de Hemigway, que fue muy bonito. Almorzamos juntos y de ahí lo despedí pues se iba al aeropuerto. Ese fue el único día que comimos en un lugar muy bueno, antes habíamos comido unas ricas pizzas pero nada más representativo, ese día fue pescado con acompañamientos más cubanos, con lo que ellos dicen viandas (que son tubérculos, si entendí bien). En la noche fui con Aliosca a escuchar jazz a La zorra y el cuervo que me gustó mucho, pero estaba muy agotada, después de dos días de caminatas hasta la madrugada, así que acabando nos fuimos a casa sin dilación, pero como no había taxi caminamos, otro tanto más. No es lejos pero era de madrugada y aunque dijeran que la ciudad es segura a mí me daba igual un poco de miedo, pero nada pasó y todo tranquilo. El sábado salimos para la playa con Alicia y Daniel, fue un largo día pero me encantó volver a reencontrarme con el caribe, el agua turquesa, la arena blanca, lo malo que aunque no quise quemarme más igual el sol se filtró por donde pudo. Lo mejor fue poder echarme un par de siestecitas tirada en la arena. En la noche salí con Agustín a tomar una copa en la Habana vieja. El domingo nos volvimos a ver para acompañarlo con algunas compras de último minuto, almorzamos juntos y también lo despedí. Yo me salí a pasear por el malecón cuando bajó el sol y a tomar las últimas fotos. Esa noche compramos cervecitas, tukola para Daniel, y cenamos juntos como despedida. El lunes en la mañana paseé un ratito por el malecón pero sobre todo estuve compartiendo tiempo con Alicia, Daniel y Aliosca. Jugamos un juego llamado uno, muy parecido al ocho locos, pero con cartas especiales para ello. Realmente lo mejor de este viaje, como casi siempre en todo viaje, fue la bella gente que conocí, las grandes amistades que gané. Creo que ahora entiendo un poco más lo que ocurre en Cuba pero también tengo otras dudas. Me alegró mucho el corazón estar en esa isla bella que sigue apostando por un mundo mejor.
En cuanto a lecturas leí el poemario de Lila Zemborain El rumor de los bordes, la primera vez me pareció un poco hermético pero en la relectura se me reveló fabuloso. También leí la antología de poetas puertorriqueñas Ejército de Rosas, entre las que sin duda Karen Sevilla es una de las mejores representantes.
Inició junio y estuve alistando los últimos detalles para mi viaje a Cuba que era complicado porque me llegaba información contradictoria. Antes de viajar todavía hubo ocasión de una mega sesión de tren. Me enorgullezco de que logré que todo me entrara en una pequeña maleta. El vuelo de ida iba de maravilla, hubiera llegado puntualmente a las 3:25pm con tiempo para tomar mi transporte hacia Varadero, pero hubo un incidente en el aeropuerto y lo habían cerrado, así que nos mandaron al aeropuerto de Varadero pero no nos dejaron desembarcar ahí, de modo que regresamos a La Habana como a las 7pm y entonces la llegada al hotel fue hasta casi media noche. Pero alcancé el bar abierto para tomar una cervecita recuperadora antes de irme a dormir.
El hotel tenía muy buen servicio, hacían actividades todo el día, yo solo participé en una de baile. Fuera de eso me dediqué a estar tirada en la playa, bañarme, disfrutar de la vista, de la brisa, del turquesa pleno y extenso delante de mí. Empecé con Reality Hunger de David Shields, recomendación de Antonio Muñoz Molina, pero la lectura va lenta. En la noche iba a los espectáculos del hotel, me pasaba por el bar donde todos los barman eran la mar de atentos (me trataban de reina para arriba), así que eso de ser halagada también fue bonito. El calor era intenso y siempre era buen momento para refrescarse. Lo malo es que Cuba es el paraíso de los fumadores, está permitido fumar por todos lados y como yo ya no estoy acostumbrada, sí era molesto sentir el humo del cigarro, o aún pero, del habano, en cualquier lugar, en el bar, en la playa, en la comida.
Los días transcurrieron con pleno sol, aunque muchos turistas que estaban en el hotel varios días antes decían que había estado lloviendo sin parar, así que tuve suerte. Fui el domingo para La Habana y llegué a tiempo, lo malo que hubo algunas desorganizaciones con el congreso y me dejaron en el hotel que no era, así que tuve que tomar un taxi para el otro hotel y luego para la casa de Alicia donde me iba a hospedar, porque antes tenía que acreditarme en el congreso. Desde el inicio en casa de Alicia me sentí cómoda y en confianza. El cóctel fue en el Hotel Nacional donde suele ir Omara Portuondo a tomarse un café y ahí mismo estaba. Conocí a algunos compañeros del congreso ese día y tuvimos conversaciones muy interesantes. Me regresé a casa y me quedé conversando con Alicia hasta la madrugada. El lunes me levanté tempranito y estuve todo el día en el evento. En la primera mesa estaba Agustín y llegó Leonardo Padura con quien luego me tomé una foto. Me gustaron mucho las ponencias pero sobre todo la breve intervención de él, muy generoso en sus respuestas. En la tarde después del almuerzo me tocaba hablar a mí, así que me pude quedar tranquila pronto habiendo cumplido. Al acabar ese día nos fuimos a dar la vuelta por el malecón con mis compañeros y vimos la puesta de sol. Fue amor a primera vista porque la Habana vieja no me causó tanta impresión como ese malecón larguísimo lleno de gente, el susurro del mar, las casa antiguas, la brisa que no refresca y los colores del cielo siempre imponentes y bellos.
El martes en la mañana estuve un rato en el congreso y luego fuimos a Casa de las Américas con Agustín. Después de almuerzo salimos a una librería local y nos fuimos literalmente con cajas de libros porque casi no te dan bolsas. Luego fuimos a pasear por la Habana vieja, caminamos nuevamente todo el malecón y regresamos al hotel para irnos a la cena. El espectáculo me gustó mucho, sobre todo los que hacen música solo con la voz. Pero eso de adelantar la cena de despedida para una noche antes me pareció que no fue chévere con los compañeros que presentaban sus ponencias al día siguiente porque la cena duró hasta bien tarde. Al volver a casa de Alicia estaba esperándome Ramses, así que hablamos, igualmente con él me sentí en confianza desde el primer momento, nos dormimos de madrugada solo porque Alicia nos mandó a la cama. Todo el miércoles nos la pasamos caminando por la ciudad y el jueves fue igual, con la compañía de Leonel. Lo mejor fueron sus anécdotas, las discusiones de arte, de político, de vida. Disfruté mucho esos paseos, aún a pesar del calor abrazador, que al menos nos daba una buena excusa para parar cada tanto por una cervecita Cristal.
El viernes Leonel y yo fuimos a Finca Vigía, la casa de Hemigway, que fue muy bonito. Almorzamos juntos y de ahí lo despedí pues se iba al aeropuerto. Ese fue el único día que comimos en un lugar muy bueno, antes habíamos comido unas ricas pizzas pero nada más representativo, ese día fue pescado con acompañamientos más cubanos, con lo que ellos dicen viandas (que son tubérculos, si entendí bien). En la noche fui con Aliosca a escuchar jazz a La zorra y el cuervo que me gustó mucho, pero estaba muy agotada, después de dos días de caminatas hasta la madrugada, así que acabando nos fuimos a casa sin dilación, pero como no había taxi caminamos, otro tanto más. No es lejos pero era de madrugada y aunque dijeran que la ciudad es segura a mí me daba igual un poco de miedo, pero nada pasó y todo tranquilo. El sábado salimos para la playa con Alicia y Daniel, fue un largo día pero me encantó volver a reencontrarme con el caribe, el agua turquesa, la arena blanca, lo malo que aunque no quise quemarme más igual el sol se filtró por donde pudo. Lo mejor fue poder echarme un par de siestecitas tirada en la arena. En la noche salí con Agustín a tomar una copa en la Habana vieja. El domingo nos volvimos a ver para acompañarlo con algunas compras de último minuto, almorzamos juntos y también lo despedí. Yo me salí a pasear por el malecón cuando bajó el sol y a tomar las últimas fotos. Esa noche compramos cervecitas, tukola para Daniel, y cenamos juntos como despedida. El lunes en la mañana paseé un ratito por el malecón pero sobre todo estuve compartiendo tiempo con Alicia, Daniel y Aliosca. Jugamos un juego llamado uno, muy parecido al ocho locos, pero con cartas especiales para ello. Realmente lo mejor de este viaje, como casi siempre en todo viaje, fue la bella gente que conocí, las grandes amistades que gané. Creo que ahora entiendo un poco más lo que ocurre en Cuba pero también tengo otras dudas. Me alegró mucho el corazón estar en esa isla bella que sigue apostando por un mundo mejor.
domingo, 19 de mayo de 2013
Mayo
La vida ha transcurrido tranquila, con algunas salidas y reuniones. Fui con Orlando a ver la película chilena Qué pena tu familia
de Nicolás López, que la verdad me pareció excesiva en clichés, y
machista a más no poder. Lo que más me disgustó fue su visión de las
parejas homosexuales, fue simplemente absurda y ridícula, fuera de toda
realidad. Volví al festival de cine en movimiento, a la sesión de animaciones que estuvo muy bien en su mayor parte.
Me he reunido con Carmen Ollé para retomar lo del libro en su homenaje. Diversos colectivos hicieron una fiesta pro-fondos el Ojo que llora, a la que también asistí. Con Demus hemos empezado unas reuniones para discutir una campaña contra la violencia hacia la mujer.
Fue el cumpleaños de mi tía Marlene y el de mi tía Norma a los que asistí, contenta de estar en la ciudad y poder abrazarlas en su día. Sobre todo el de mi tía Marlene estuvo muy sentido porque debido a que no estuvo bien de salud los pasados años no había podido celebrar, además hizo una dinámica muy bonita entre todas las presentes para que contemos cómo la conocimos.
La noticia triste fue la muerte de Javier Diez Canseco, un luchador incansable por nuestro país y los derechos de los más necesitados. Yo tenía un muñequito al que le puse Diezcanseco cuando era niña, era mi favorito.
Vi a José Ignacio después de seis años, a ocasión de que me trajo un libro de España. Tuvimos una amena charla de café matutina en Plaza San Miguel y prometimos no dejar pasar tanto tiempo para el próximo encuentro. También me encontré con Ricardo que no había visto desde mi regreso.
En lecturas he seguido con el libro de Fernando Rivera, Invencible como tu figura, ahora estoy leyendo la antología de Claudia y Melissa, Voces para Lilith. Además de un montón de poetas cubanas que estoy amando como Chely Lima, Alina Galliano, Teresa Melo, así que ya informaré más al respecto.
Fui a ver Asu mare! de Carlos Alcántara, que me gustó mucho, no es obviamente una película que quedará entre las cumbres de la cinematografía mundial, pero cumple su propósito, es sincera, es divertida y está bien hecha. Llevé a Conce, comimos canchita y así celebramos el Día de la madre. Luego a mi mamá le cociné mi famoso ají de atún, además hice un pastelito vegetariano, sin huevo, ni harina refinada, lo hice con harina de maíz, harina de yuca, harina de kiwicha, la babita de la linaza, aceite y un toque de stevia. Quedó muy rico. Fue una receta que aprendí en el taller de cocina de Campos de Vida. Además le regalé un bello ramo de Lilis que aún nos perfuma toda la casa (en la foto).
Fui con Rodo a Serpost a hacer un trámite, también vi a Hipólito que no ha estado bien de salud en las últimas semanas. Y a Luz, después de muchas lunas que logramos reunirnos.
Me he reunido con Carmen Ollé para retomar lo del libro en su homenaje. Diversos colectivos hicieron una fiesta pro-fondos el Ojo que llora, a la que también asistí. Con Demus hemos empezado unas reuniones para discutir una campaña contra la violencia hacia la mujer.
Fue el cumpleaños de mi tía Marlene y el de mi tía Norma a los que asistí, contenta de estar en la ciudad y poder abrazarlas en su día. Sobre todo el de mi tía Marlene estuvo muy sentido porque debido a que no estuvo bien de salud los pasados años no había podido celebrar, además hizo una dinámica muy bonita entre todas las presentes para que contemos cómo la conocimos.
La noticia triste fue la muerte de Javier Diez Canseco, un luchador incansable por nuestro país y los derechos de los más necesitados. Yo tenía un muñequito al que le puse Diezcanseco cuando era niña, era mi favorito.
Vi a José Ignacio después de seis años, a ocasión de que me trajo un libro de España. Tuvimos una amena charla de café matutina en Plaza San Miguel y prometimos no dejar pasar tanto tiempo para el próximo encuentro. También me encontré con Ricardo que no había visto desde mi regreso.
En lecturas he seguido con el libro de Fernando Rivera, Invencible como tu figura, ahora estoy leyendo la antología de Claudia y Melissa, Voces para Lilith. Además de un montón de poetas cubanas que estoy amando como Chely Lima, Alina Galliano, Teresa Melo, así que ya informaré más al respecto.
Fui a ver Asu mare! de Carlos Alcántara, que me gustó mucho, no es obviamente una película que quedará entre las cumbres de la cinematografía mundial, pero cumple su propósito, es sincera, es divertida y está bien hecha. Llevé a Conce, comimos canchita y así celebramos el Día de la madre. Luego a mi mamá le cociné mi famoso ají de atún, además hice un pastelito vegetariano, sin huevo, ni harina refinada, lo hice con harina de maíz, harina de yuca, harina de kiwicha, la babita de la linaza, aceite y un toque de stevia. Quedó muy rico. Fue una receta que aprendí en el taller de cocina de Campos de Vida. Además le regalé un bello ramo de Lilis que aún nos perfuma toda la casa (en la foto).
Fui con Rodo a Serpost a hacer un trámite, también vi a Hipólito que no ha estado bien de salud en las últimas semanas. Y a Luz, después de muchas lunas que logramos reunirnos.
sábado, 27 de abril de 2013
El presente del pasado
En casa compramos una vaquita automática que nos ha dado ya leche de quinua y leche de almendras (ambas deliciosas). Le hemos puesto Clotilde. Me tocó revisión médica en el gimnasio y en todo había mejorado, es decir medidas, peso, disminución de porcentaje de grasa, elasticidad, ¡estrellita para mí!, aunque la verdad no he cumplido siempre de ir las cinco veces por semana, pero lo he intentado. Estuvo de paso fugaz Rosa en Lima, al menos pudimos vernos y conversar un poco. Fui a ver Con-cierto olvido de Yuyachkani, con Gustavo, que estuvo muy buena, muy sentida y de ahí nos fuimos a conversar largo y tendido hasta altas horas de la noche, lo cual disfruté mucho. Retomamos los domingos de tren, con mi tío Pepe y mi mamá. Yo sigo perdiendo, pero disfruto el juego. Me reuní con Rodo y Virginia para darles una mano con Sueños de un bonzo, poemario-incendio de Virginia. Vi a Tabata en acción en su espectáculo de baile y por su cumpleaños nos fuimos al cine a ver Las edades del amor de Giovanni Veronesi, comimos toneladas de canchita, recordando los tiempos de nuestra chiquititud, cuando éramos máquinas devoradoras de canchita. Me encontré con Miguel Det para que me vendiera su novela ilustrada sobre Martín Adán, Conversaciones en la ciudad de cartón, y disfrutamos de un rico lonche en Campos de vida, con café de algarrobo incluido. Y estuve en el ansiado y esperado concierto de Silvio Rodríguez, a quien veo en Lima después de años, ya se le ve el cabello cano a mi querido Silvio, único, total, fabuloso. Fue la presentación del poemario-incendio de Virginia, en el espacio CompArte, aquí en Magdalena, en una azotea frente al mar, lo que me ha dado muchas ideas de qué hacer en mi propio edificio. El incendio-performance fue ocasión de un grato reencuentro con compañeros y compañeras sanmarquinos. Inicié el Seminario Género, poder e intersecciones de violencia: de lo global a lo local impartido por Cristina Alcalde, el cual está muy interesante. Y estuve en el homenaje que le hicieron en San marcos (foto) a Carlitos, por cumplirse un año de su sensible fallecimiento. Nuevamente fue motivo para un reencuentro con mi alma mater y con compañeros de aulas que no veía hace tiempo.
Siguiendo con la lectura de amigos y amigas conocidos en mi paso por Nueva York, leí Apenas Marta de Lorea Canales, Standby de Alina Reyes, Lima y limón de Antonio Jiménez Morato y ahora estoy en la mitad de Criaturas abisales de Marina Perezagua. Todos excelentes.
Siguiendo con la lectura de amigos y amigas conocidos en mi paso por Nueva York, leí Apenas Marta de Lorea Canales, Standby de Alina Reyes, Lima y limón de Antonio Jiménez Morato y ahora estoy en la mitad de Criaturas abisales de Marina Perezagua. Todos excelentes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)