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domingo, 4 de marzo de 2012

El faro


El martes tenemos la clase con Lina que a veces creo funcionaría mejor en un café o en un bar porque hablar de literatura es el intercambio de opiniones, de gustos, de recuerdos que no pueden llegar a una verdad única y absoluta, ni siquiera aproximarse. El miércoles dicto mi clase temprano, me quedo a mis horas de oficina y compro algo para comer y llevar a casa, así me pongo a trabajar en la tesis que tengo que mandar de una vez. Pero como el clima está malo y yo un poquito con tos, me quedo también el jueves en la mañana trabajándola, así que recién la mando a medio día. Voy a la universidad a imprimir las tres versiones para mis compañeros que tendrán que editarme, también como parte de la clase de Lina. Y se la mando a Sergio que me cita inmediatamente para el siguiente miércoles. En la noche nos vamos al King a un evento de poesía que sale bueno. El viernes en la mañana dicto, tengo un mal momento con uno de mis alumnos que se pone saltón (como dos semanas después) y exige dar un examen que perdió, aunque una de las notas se le va a anular justo pensando en imprevistos como ese. Me quedo preocupada y se me baja todo el entusiasmo por enseñar. De ahí voy a una conferencia sobre tecnología y educación que me resulta interesante en parte, porque luego la discusión se va por las ramas. Nos invitan almuerzo y sortean regalos. No me gano ni ipad, ni ipod, ni el vale para consumir en la tienda de NYU. Pero conozco a una chica y un chico de estudios latinoamericanos muy simpáticos que hablan español, uno es japonés y la otra es norteamericana pero de abuelos mexicanos. Yo que inicié la conversación para practicar mi inglés y para variar termino hablando en español. Regreso a casa y no me quedo a ningún evento más porque está lloviendo. El sábado hablo con mi mamá en la mañana, luego voy a mi clase de spinning, paso a comprar comida al Whole Food, me emociona que hay muchas cosas con quinua y compro. En la tarde hablo al skype con mi papá y quedamos hacerlo la otra semana también. En la noche llega Rossy, nos quedamos conversando y tomando cervezas hasta la madrugada. El domingo temprano llegan los invitados de Marguerite, que dejan sus cosas y se van a comprar algo de desayunar, lo cual me parece raro, pero al rato que los conozco resultan muy simpáticos y me caen súper bien. Pierre es pintor y no habla nada de inglés, yo entiendo parcialmente lo que dice en francés. Después de desayunar y avanzar algunos mails de la revista nos vamos a pasear al parque, luego comemos en un lugar español llamado Ronda, cerca de casa. Más tarde vamos al cine a ver una comedia muy divertida The Fairy, con Melina. Creo que el comer tan tarde para variar me hace un poco mal y paso mala noche. El lunes voy en la mañana a recoger a Marianné al aeropuerto, la dejó en el Museo de Historia Natural y me voy a la oficina, a preparar clase, corregir tareas y hacer mi tarea para la clase de Antonio. El martes salgo temprano, Marianné se va con Pierre y Marianne a la estatua de la libertad, luego ella sola se va al puente de Brooklyn. Tengo mi sesión con Fryné y luego almorzamos con Rossy en el Apple. Vuelvo a la oficina y de ahí a clase de Lina que se alarga porque intercambiamos los cánones personales de cada uno, es divertido tratar de adivinar quién es quién por los libros que ha citado, en algunos le atino. El miércoles voy a mi clase de español temprano, Marianné se va al Met porque el día no está nada bonito, está frío y lloviendo. En la tarde hablo con Tirso sobre el subjuntivo y me confirma que irá a observar mi clase el viernes. Luego veo a Sergio a quien le gustan los cambios que he hecho en mi tesis. Más tarde voy al yoga, también se anima a ir Mariana. El jueves me quedo en casa trabajando, Marianné va al zoológico del Central Park y a Times Square que es su lugar favorito. Nos vemos para almorzar, vamos a Amber y luego a Magnolia por un postre para ella y un cafecito para mí. Ella se demora en terminar de alistar sus cosas y salimos un poco ajustadas de tiempo y para mala suerte nos coge un tráfico porque han cerrado dos calles cerca a la casa. Llegamos al aeropuerto rayando, una de las counter nos ayuda con el check-in y vamos corriendo a pasar migración, espero a ver que Marianné pase y la veo seguir en la corredera, pero es que realmente está con el tiempo justo. Luego me llama Rosa y me dice que el vuelo se retrasó media hora así que me quedo más tranquila porque con ese tiempo extra estoy segura que sí llegó al avión (claro que también puede ser que el avión se retrasara por ella). Me es difícil salir de Laguardia porque no pasa el bus, así que me voy directo al teatro donde vamos con Mariana y Kadiri a la gala flamenca. El espectáculo me gusta, aunque me parece que fue mucho mejor el de Carlos Saura que vimos antes ahí mismo. El viernes dicto temprano, llego nerviosa y cansada por tener pesadillas pensando en que Tirso me va a observar, pero luego me pasa sus comentarios y en general le gusta mi forma de dictar, claro que no deja de hacerme algunas recomendaciones. Después de comer voy a la galería Lelong a ver una exposición recomendada por Antonio para su clase, Lighthouse (en la foto) de Catherine Yass. Al volver me voy a tomar un café con Mariana y luego me voy al yoga. En la noche sigo con El jinete polaco que estoy a punto de acabar y me encanta. El sábado temprano hablo con mi mamá, luego voy al spinning, compro comida en el Whole Food, pero por tercera vez me cae pesada así que decido no volver a comprarla, solo sushi. Me pongo a leer y a ponerme al día en varios pendientes, mando mi columna. Luego veo a Rossy que me acompaña a comprar ropa de verano que necesito para mi viaje porque dejé todo en Lima. El domingo llamo a mi mamá y a mi papá, lavo ropa y adelanto los pendientes de la semana para poder terminar la semana tranquila y seguir con los preparativos del viaje.

martes, 26 de abril de 2011

Días y flores


El sábado voy a la piscina, hago algunas compras, lavo ropa, avanzo con algunas lecturas y me voy a La Guardia a pesar de la lluvia. Recojo a Rubén, su maleta se queda en Chicago así que nos la mandan a casa directamente por lo que podemos irnos de frente al restaurante que nos morimos de hambre. Comemos sushi y muy pronto se da cuenta que Nueva York es caro. Regresamos a casa temprano. El domingo hace un bonito día soleado así que paseamos por Central Park, luego vamos al Nuyorican Café para el recital de poesía, que también incluye testimonios, performances y danza, escuchamos a Rossy y es muy interesante. Salimos a comernos unas pizzas y regresar a casa. El lunes nos vamos a Coney Island, al acuario donde la pasamos muy bonito. Comemos en un lugar de comida italiana a mitad de camino, luego nos vamos hacia el otro extremo y vamos en el ferry a la estatua de la libertad. El martes tengo clase temprano y otra vez nos agarra un día lluvioso, paseamos por el soho y por chinatown. Nos encontramos con Rossy un momento cerca a Porth Authority, comemos en un restaurante griego, regresamos caminando a casa y luego vamos al zoológico que está en Central Park, es chiquito pero nos encanta. Nos quedamos en la noche jugando ocho locos y viendo Friends. El miércoles tengo clase de español nuevamente, de ahí vamos al Moma, hay una cola inmensa que da la vuelta a la manzana, al parecer empieza la semana santa y es feriado para católicos y judíos, así que se lanzan hacia los museos. Recorremos el museo que tiene una exposición nueva para mí sobre expresionistas alemanes. Almorzamos cerca de ahí en un restaurante regular en la calle 57 y luego volvemos a casa a pasar un rato con Marguerite y Reid. En la noche damos una vuelta por el malecón cerca al río. El jueves nos vamos desde temprano al Museo de Historia Natural que es fabuloso pero inmenso, almorzamos pasta en Fiorellos y luego vamos al cine a ver Queen to play que nos gusta mucho. El viernes voy a clase de español temprano, de ahí almorzamos temprano a la americana café con bagel y nos vamos al Met. Pasamos ahí todo el santo día, vemos la exposición que me mandó mi profesor y recorremos lo más que podemos que en comparación con lo que hay termina siendo una mínima parte. Comemos en un restaurante cerca. Regresamos a casa para jugar cartas y ver series. El sábado aunque nos llueve vamos al Museo Frick para ver la exposición sobre Rembrandt, nos agarra la lluvia a la mitad del parque así que tomamos un desayuno tardío en Le pain quotidien. Nos vamos para New Jersey y paseamos por el malecón con Rossy, almorzamos sushi en la estación del ferry, regresamos a hacer algunas compras y tomar cafecito en el Dean & Deluca que está en la librería Borders. Compramos la película sobre el libro El club de la buena estrella de Amy Tam y la vemos. El domingo desayunamos en el Café Arte, hacemos algunas compras tardías y vamos al aeropuerto. De regreso en casa empiezo a ponerme al día en los pendientes de clases y lecturas. Me encuentro con Melina para cenar temprano, está soleado aunque luego nos agarra el gran chapuzón. El lunes tengo reunión con Antonio, me dice que si me está haciendo sufrir la novela quizá no voy por el buen camino. De ahí me pongo al día en las clases y voy a ver una película argentina en el King como parte del Global Initiative, que se llama La mirada invisible, ahí me encuentro con Rossy un rato. El martes, retomo clases de español, mando mis impuestos otra vez, que me han devuelto el formulario porque lo llené mal, termino mis lecturas y mis tareas, almuerzo con Rossy, vamos al yoga. Me gusta mucho la clase de yoga aunque es bien fuerte y no entiendo ni la mitad de lo que dicen. Luego me encuentro con Manuel para una breve charla en inglés con café helado porque estamos a más de 72°F (22°C). De ahí nos vamos a clase de Mariela, a la salida veo a Rossy y nos vamos a Ofrenda un rato a charlar y de ahí a casita. Ya parece que nos alcanzó la primavera y las flores (en la foto).

sábado, 15 de mayo de 2010

Paraíso


En las últimas semanas han estado por aquí dos amigas muy queridas. Llegó Mikaela que ya concluyó su doctorado en Inglaterra y vino a pasar unos días al Perú, porque es maravilloso y porque aquí vive su novio, Jesús. Así que pude conversar, ver y pasar un rato con ella, conocer sus planes a futuro e intercambiar opiniones de la vida y el amor. También estuvo aquí Rosa, que vino de Arequipa, con su hija Mariané para ir al concierto de Megadeth, una banda de heavy metal, del que ella es fanática. Esta visita nos permitió como siempre pasear por Lima, ir a librerías, salir a comer rico y conversar de literatura, de autores y autoras que nos interesan y de nuestras vidas. Es grato saber que en ambos casos, a pesar del tiempo que pasamos en lejanía, la confianza y el afecto se mantienen por sobre la distancia.

Cabe mencionar que Rosa trajo con mucha ilusión su Guía de Gastón y según la guía el mejor ceviche estaba en el Costanera 700, yo puse cara de asombro porque si bien he comido ahí alguna vez, no me parecía que su fuerte fuera el ceviche. Además de que es un lugar muy caro y la verdad puedes encontrar excelentes ceviches mucho más baratos. Así que bueno, igual fuimos y el ceviche no me pareció muy espectacular, mucho menos en relación su precio. De otro lado yo pedí un arroz chaufa que antes había pedido y me había parecido sublime y ahora estaba así no más, así que por lo visto Gastón también se equivoca.

Para el día de la madre le preparé a mi mamá una rica lazaña vegetariana, porque para los que no lo saben soy una muy buena cocinera, claro que no siempre cocino y no me gusta hacerlo diariamente, a menos que sea estrictamente necesario, pero cuando lo hago intento de que sea algo hecho con afecto y tranquilidad de modo que me ayude a relajarme y no que me agobie. Luego de almorzar nos fuimos al cine a ver la última película peruana que ha estado en nuestras salas comerciales. Lamentablemente tan fugazmente que casi nadie tuvo tiempo de verla, pero según Ricardo Bedoya es la mejor película peruana de los últimos tiempos. Eso nos animó y realmente me gustó mucho. Paraíso tiene una trama desesperanzadora, como la mayoría de nuestras narraciones fílmicas, pero muestra todo un mundo de pobreza y sueños que a muchos nos dejará con el corazón estrujado y la convicción de que somos privilegiados entre tantas carencias que nos rodean. Pero al mismo tiempo con la convicción de que el Perú merece más, necesita más, puede más y no hay que perder de vista que hay mucho que entregar para que como nación mejoremos y crezcamos y de este modo muchos peruanos y peruanas logren sus metas y sueños, una vida digna y tranquila como todos desean. Este sentimiento es posible que se vea afianzado por el hecho de que los personajes en su totalidad son jóvenes, estudiantes de secundaria a quienes el (sin) futuro se les plantea delante.

El viernes antes del día de la madre fuimos a la cena que hizo Energym, aunque no estuvo tan buena como la vez anterior. Era buffet de chifa pero no estaba muy rico, la música estuvo más o menos, lo mejor fue la hora loca y la tuna de la San Martín de Porres que me hizo reír un montón. Fuimos con Ana porque Norma al final tuvo un problema y ya no pudo ir. Sortearon algunos regalos y me saqué un pase por quince días para el gimnasio que todavía no sé a quién se lo daré. Y mi mamá y Ana se ganaron azúcar light.

A su vez, el tiempo voló y llegamos ya a parciales en el curso de análisis del discurso que estoy dictando en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM, alias la Ruiz). Aún no he corregido los exámenes pero el grupo es muy bueno, me ha dado muchos ánimos en este regreso a las aulas y a la enseñanza. Estoy disfrutando muchísimo esta experiencia y al parecer ellos también, pues hubo una evaluación de la marcha del curso y los resultados fueron muy buenos, aunque como siempre hay cosas que implementar para mejorar.

Como no pude ver a Tabata por su cumpleaños porque tuvo descargado su celular (¡plop!) la invité al cine, ella quería ir a 3d y lo único que había era Furia de Titanes, así que la vimos con canchita y todo. Pero es muy mala. Yo recordaba la película que pasaban en la televisión, los sábados o domingos en la tarde en canal 2 que no era la gran cosa pero sí interesante. En este caso, como bien ha dicho Cotler está llena de lugares comunes, aunque a mí me gustó la representación que hicieron de los seres del desierto, pero ahí paro de contar, porque no aporta nada nuevo a la historia ni con todos los efectos especiales de los que se sirve, incluida la tercera dimensión. De todos modos pasamos un buen rato con Tabata que se quedó a dormir en casa, conversamos y nos quedamos lorea y lorea hasta tarde, como cuando éramos niñas. Con esto creo que me pongo al día en las novedades.

martes, 18 de agosto de 2009

Rosa de Lima


Estuvo mi amiga Rosa en Lima, de paso hacia y de viaje de Colombia. A Rosa la conocí en un congreso en Lambayeque ya hace seis años, nos tocó hablar en la misma mesa y además estábamos hospedadas en el mismo hotel. Aprovechamos de pasear por la zona y conocimos juntas las playas de Pimentel, el pueblo de Monsefú y los parajes desérticos de la zona. Lamentablemente el congreso no terminó muy bien, no se cubrió el monto que esperaban recaudar así que no se pagaron los honorario que prometieron y tampoco se devolvió el dinero de los transportes. Pero yo hice muy buenas amistades ahí, además de Rosa a quien seguí frecuentando, otras personas a quienes luego les perdí la huella. Me gustó conocer esa parte del Perú, sus ricos platillos y departir sobre literatura que es siempre interesante. Luego he visto a Rosa en Arequipa un par de veces y en Lima cuando ha venido para acá, con lo que hemos logrado una bonita relación de amistad. El correo nos ha mantenido cercanas en esta breve pero ineludible lejanía geográfica. Quizá lo que más nos unió desde el primer momento fue la escritura, yo le regalé mi libro y ella me dio el suyo. Así que ha sido también ocasión para nutrirnos una de la otra en muchos aspectos. En esta oportunidad el viaje fue muy corto, pero pude conocer a su hija que es quien nos tomó esta foto en el Parque del Agua.