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martes, 11 de diciembre de 2012

Parada del autocuidado feminista

Voy a estar participando en esta propuesta. Espero su apoyo y comentarios.

viernes, 3 de junio de 2011

La peor pesadilla de una feminista peruana


Me han dicho que no entienden por qué no voto por Keiko si soy feminista. Creo que hay que tener claro que ser feminista es defender una ideología que puede ser respaldada por hombres o por mujeres o por cualquier otro ciudadano o ciudadana que busque una sociedad sin jerarquías de género, una sociedad en la que ser mujer no sea ser menos o tener menos oportunidades o ser marginada y violentada, cosificada o divinizada. Yo lucho por relaciones equitativas y libres entre hombres y mujeres. No todas las mujeres lucha por lo mismo, ni lo representan, algunas, como Keiko Fujimori representan lo contrario el machismo y el patriarcado.

Teniendo en nuestra historia mujeres de la talla de Micaela Bastidas, Magda Portal y María Elena Moyano, mujeres independientes, luchadoras, honestas, combativas; Keiko representa no un proyecto propio sino la continuación del autoritarismo, la corrupción y el cinismo que ejerció su padre cuando ostentó el mismo cargo que ahora ella anhela. Ella continúa el legado patriarcal y ha dicho que el Golpe de Estado del 5 de abril fue necesario y que se arrepiente de las masacres de la Cantuta y Barrios Altos, pero que también fueron necesarias. Es decir, las reconoce a medias pues sigue justificando las muertes de inocentes y la impunidad de quienes las cometieron, así como no descarta la utilización del poder militar en casos extremos (a su favor).

Keiko, acostumbrada a la política del clientelismo instaurada por su padre en todas las esferas de gobierno, hará de la población víctimas y peleles y no ciudadanos capaces de exigir derechos, de demandar transparencia, de limitar el poder desmedido que ha corroído nuestra nación en los once años que duró la mafia fujimontesinista. Keiko cambiará la ciudadanía por una bolsa de alimentos y la dignidad por algunos dólares al mes, para que el país se haga de la vista gorda de sus leyes transnochadas, de la maleta presidencial, de la manipulación de los medios y de la hipocrecía con la cual siempre atiende a la rendición de cuentas. Recordemos que son más de 6 mil millones los que han sido robados del tesoro público, dinero que se obtuvo de las ventas de las empresas del estado en la década fujimorista y de los cuales la procuraduría anticorrupción ha recuperado apenas 184 millones. El domingo 22 de mayo, se denunció en La República, que los casos seguidos en contra de magistrados y testaferros del entorno fujimontesinista se cayeron por movidas dudosas que esperan los resultados del 5 de junio para reaundarse, con la ilusión de quedar absueltos en el caso de un triunfo del régimen mafioso encabezado por Keiko Fujimori (y todavía no ha llegado al poder).

Keiko, como bien señaló Silvia Romero en su artículo , no es capaz de solidarizarse con las otras mujeres que pueblan este país, si no fue capaz de solidarizarse con su propia madre, torturada y destituída del cargo de primera dama de manera humillante por denunciar la corrupción y oponerse a ella; es mucho menos capaz de ponese en la piel de las trescientas mil mujeres que fueron esterilizadas forzosamente, o de las cuatroscientas mil mujeres que mueren al año por abortos clandestinos en procedimientos que no atentarían con su salud si fueran llevados a cabo en condiciones óptimas, como lo hacen las mujeres de recursos en clínicas y médicos privados sin muerte, ni humillación. Tampoco se solidariza con las mujeres que fueron violadas, torturadas y asesinadas por las fuerzas paramilitares creadas para amedentrar a la población en aras de combatir el terrorismo porque son los perpetradores de esos excesos quienes la circundan.

Keiko habla de honestidad y respeto de la ley cuando ha manifestado en varias oportunidades que liberará a su padre de la cárcel, aún cuando este cumple condena por crímenes gravísimos por los cuales fue extraditado desde Chile. Recordemos que el ex presidente Alberto Fujimori ha sido condenado a veinticinco años de prisión por crímenes de lesa humanidad. El único fin político que parece perseguir Keiko Fujimori es la liberación de su padre y la continuidad de la dictadura que ya se ejerció por 11 años y que casi destruye al país.

Keiko además insulta la inteligencia de todos los peruanos y peruanas cuando su partido pretende justficar más de millón y medio de ingresos para su campaña en rifas que nadie ganó. Sabemos perfectamente que ese dinero viene de las propias arcas del estado, de la misma fuente con que Fujimor pagó los estudios de sus hijos en Estados Unidos. Esta práctica cínica no es desconocida para el fujimorismo que ya había acuñado el autosecuestro y la autotortura como explicaciones válidas que deben satisfacer a la población ante acusaciones con las que no pueden evitar mancharse (podemos también esperar el autoindulto y el autogolpe).

Keiko Fujimori también contradice la lógica cuando afirma lo que sus actos niegan. Su padre preso atendiendo la campaña de su hija, en una cárcel que más que un encierro parece un centro de campaña. Y todo esto financiado por lo que robó a pensionistas y militares, por el tráfico de influencias y por la droga que también sacó en el avión presidencial.

Es interesante señalar que en esta campaña no han salido a relucir los típicos prejuicios en contra de las mujeres, ni se ha puesto en duda su capacidad intelectual, aunque Keiko Fujimori ha querido servirse de su rol de madre, no se ha dado la contradicción que siempre persigue a la mujer entre lo público y lo privado, algo que se debería analizar con detenimiento. Más bien ha surgido una suerte de prejuicio positivo de que una mujer es menos peligrosa y menos dictatorial que un hombre, cuando se sabe ya que el rol femenino (o no) se adquiere culturalmente en el seno familiar. Ya sabemos en el seno de quién se crió Keiko, no precisamente el de su madre a quien ha negado por varios años, sino en el del padre, dictador, asesino, ladrón; ella ha vivido en el Servicio de Inteligencia Nacional donde se compraba, se torturaba, se mataba.

Keiko no acoge ningún proyecto feminista, ni de cambio, ni de progreso para el país, sino de retroceso político, económico y moral hacia el pasado más corrupto. Por esto yo como feminista no puedo votar por Keiko Fujimori y las mujeres luchadoras de este país tampoco, las que ganan día a día el pan para sus hijos y no lo heredan de la mafia, tampoco, las madres que tienen voz propia y no son simple eco de las ideas de sus maridos o padres, tampoco.

Hemos visto una Keiko que en el debate presidencial ha dicho descaradamente que su equipo de gobierno es intachable cuando casi todos tienen temas pedientes con la justicia, empezando por ella misma. A ese cinismo, a esa hipocrecía sólo podemos responder de una forma, con el voto honesto por Gana Perú.

lunes, 14 de junio de 2010

Soñé que soñaba


Acabo de leer el libro Soñé que soñaba. Una crónica del movimiento feminista en Colombia de 1975 a 1982 de María Cristina Suaza Vargas y, como dicen mis queridas amigas Montse y Elo, ¡¡me ha encantao!! Es una crónica sincera y lúcida sobre el movimiento feminista, sobre una mujer fuerte y luchadora, sobre los vericuetos del feminismo, errores, aciertos, piedras en el camino. La forma en que el tema del aborto está presente como un velo silencioso es uno de los puntos que más reflexiones me ha suscitado, pero sobre todo la convicción de su sentido político. A su vez, me ha parecido tan necesario este recuento personal pero que también es histórico, sobre todo para identificar problemas que creo siguen aquejándonos, aquello del partidismo encontrado con la lucha de las mujeres, que ya sabemos que es un matrimonio infeliz. Las propuestas de vida comunitaria que se vinculan casi de manera "natural" con el feminismo en un sentido de vida, se vincula también con la forma de organizarnos, de alimentarnos, de ver nuestro cuerpo, de experimentar el deseo y el amor. La relación con los niños y niñas, como una relación activa me parece una gran enseñanza. Me increpó sobre todo cuando la autora dice que "el feminismo no era una ideología, era una forma de vida"(19), porque he afirmado hace poco que el feminismo es para mí básicamente una ideología, pero para mí la ideología es lo que guía la forma de vida que uno adopta, así que puede bien ser ambas cosas a la vez. He compartido esa sensación de sentir que en mi entorno soy la única loca, así como las grandes dificultades que implica organizarse entre mujeres, especialmente en torno a un ideal feminista, por lo general sólo funciona cuando hay un fuerte lazo de amistad. Las ilustraciones, fotos y demás material que Cris pone a nuestra diposición en un CD con gran generocidad me parece valiosísimo. Es una lectura amena, sencilla, pero profunda, no falta de humor, de contradicción, de sentimiento. El valor de estas palabras entra en contraste con el cierto tufillo pesimista con que se tiñe la lucha feminista en la autora, pero que sin duda se ha renovado con este testimonio y con las lecturas que de él se hagan. "Si vemos el feminismo como una actitud frente a la vida, como una forma de vivir y de construir el mundo, el feminismo siempre va a estar ahí"(126). Que así sea.

domingo, 30 de mayo de 2010

Feminismos hoy


Salió el Debate Feminista Vol. 41, Año 21, abril 2010, que se titula Las jóvenes: feminista y no, a su manera, en el que se publica un artículo mío sobre el feminismo. Tengo que decir en primer lugar que debí haber puesto una pequeña nota introductoria al texto, pero no se me ocurrió hasta ahora, así que explico aquí más o menos el proceso.

Ocurrió que en un inicio sería un texto colectivo sobre el feminismo en el momento presente y evitando lo más posible centrarnos en el XI EFLAC debido a que al parecer ya habían sacado artículos al respecto y además saldría el texto en un número de la revista un poco alejado de la fecha de realización del encuentro. A su vez, como era un texto colectivo teníamos además de las restricciones temáticas las restricciones de extensión. Hacer un texto colectivo es algo complejo, especialmente entre personas que piensan diferente, aunque exista camadadería e incluso amistad y afecto. De modo que hubieron varias deserciones en el camino. Logramos dialogar sobre algunos puntos que considerábamos tenían que ser incluidos en los textos individuales para al conjunto darle un sentido de unidad y respetando las posturas particulares. Y me parece que en algunos casos fue posible además otro tipo de debate que enriqueció el resultado final de los textos que se lograron publicar y que pudo hacerse explícito. Sin embargo, me parece que no todos cumplieron con estas premisas y por ello siento que quizá de haber tenido una mayor libertad hubiera escrito algo diferente, aunque sigo respaldando lo que he dicho.

He encontrado en mi texto algunas imprecisiones que me gustaría señalar. Hago alusión a varios movimientos que se propusieron cambiar el mundo como las vanguardias o el comunismo. Si bien no lograron en su fin último este propósito, creo que sí llegaron a producir cambios significativos en la forma de concebir el arte y la vida política, lo cual no debe ser desdeñado. También digo que la mayoría de demandas feministas se han canalizado por el rumbo de las leyes, como el más fácil, con ello no quiero decir que sea sencillo pelear en el terreno de la legislación y que ha sido pan comido conseguir las leyes y reformas jurídicas que abogan por una sociedad equitativa, sino que es el camino ya establecido, donde la ruta ya está trazada de antemano a diferencia de otras luchas como simbólicas, como individuales, como políticas, en las que el reto de transformación es mucho más amplio porque hay que reinventarlo todo. Me parece que debí señalar el texto de Bustamante con el que dialoga el mío, publicado en la misma revista. A su vez me colocan una referencia de Mahmood en la bibliografía que yo no he puesto.

La revista en general está muy interesante, me ha gustado sobre todo el artículo de Angela McRobbie "Las mujeres jóvenes y el contrato social posfeminista" y el de Patricia Martínez Lozano "Género y humor. La ironía y el relajo femenino en la búsqueda del sentido libertario". Aunque en su conjunto la revista me ha aclarado bastante de la postura del feminismo joven que yo no entendía muy bien y sobre lo cual espero explicar mi postura personal pronto.