lunes, 8 de noviembre de 2010

Una hora más y varios días menos


El martes tuve un día muy agitado hice varios pendientes, como hacer compras y citas en la mañana y en la tarde me encontré con Giuseppe para conversar de mi texto y de ahí pues tenía clase con Sergio y con Diamela. En ambos comentamos mi texto. Las observaciones estuvieron buenas. En la clase de Diamela me dijeron en general que había mejorado el texto e hicieron varias apreciaciones muy interesantes con las que tengo que trabajar. El miércoles lavé ropa, estuve en internet poniéndome al día en los mails, me reuní con Diamela que amplió un poco más los comentarios, pero todo bien. En la noche había un evento del programa, un recital pro fondos para imprimir la revista I-Manhattan, así que fui, era en un restaurante mexicano muy bonito. El recital estuvo excelente, lo disfruté mucho pero llegué pasadas las 12 a casa. El jueves me reuní con María José para ver algunos detalles de la clase de español que dictaría el viernes y de ahí con el encargado de los taxes de NYU, para llenar unos formularios. Por cierto que el tratado de libre comercio no sirve de nada porque me explicaron que el Perú no tiene acuerdo de impuestos con Estados Unidos entonces me quitarán el porcentaje mayor de impuestos que no sé cuándo será, ¡plop! Pasé a hacer algunas compras y en la noche hablé con mi mamita un ratito que se iba de viaje. El viernes dicté mi clase de español que salió muy bien, me tomé un cafecito con Alicia y me quedé para la clase de Sergio de las 6 con los dos grupos. Estuvo interesante. El sábado hablé con Rubén y con Gaby. Resultó que la novia de Cameron falleció en un vuelo en Cuba, me parece increíble y tan triste. Luego fui a ver a Gabriela un rato, de ahí me encontré con Mariela en el BAM vimos una obra llamada Raoul, un unipersonal muy interesante, creativo y colosal. El domingo en casa leyendo y durmiendo porque cambió el horario y a las 5:15 ya estaba todo oscuro como noche cerrada. Hablé con mi tío Carlos pero con Inés no pude porque la comunicación estaba malísima. Más tarde fui a ver a Ximena a llevarle sus encargos y cenar, prepararon comida mexicana. No se puede salir sin guantes porque te congelas, yo todavía no me acostumbro y a veces salgo un poco desabrigada, no lo puedo hacer más. Ya necesito con urgencia un saco para el clima más fuerte. En la foto, central park cambiando al naranja.

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