domingo, 9 de agosto de 2009

Tiempo circular


Hace veinte años justamente, dice mi mamá, que también entraron a la casa a robar, demasiadas cosas que se repiten y vamos viviendo una y otra vez, reecuentro con lugares, con paisajes, con personas, con experiencias ya olvidadas. Me ha dejado una sensación de inseguridad, de miedo, de angustia muy fuerte que se ha visto reforzada por la ola de asaltos en distintas partes de Lima y entonces me pregunto si yo puedo hacer algunas diferencia, si estar aquí o no cambia algo, si realmente estar aquí ayuda a este país querido o por el contrario lo tiñe de mis dudas, de mis tristezas y lo hace más gris. Si no puedo cambiar el mundo, al menos podría cambiar mi vida, quizá. Y si no puedo cambiar el mundo, ni mi vida, qué sentido ya puedo hallar en ella. Volver a la peña ha sido una forma para remontar esa sensación de desamparo, al grito de ¡Viva el Perú, carajo! y mirar las cosas por venir con ilusión y esperanza.

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