jueves, 26 de abril de 2012

Charly en Nueva York

El martes fui temprano a dictar mi clase y luego reemplacé a Marta en la suya. En la tarde vi a Mariela y hablamos sobre mi tesis, en general le gustó mucho y me hizo algunas observaciones muy pertinentes. El miércoles nuevamente clase de español por partida doble, voy al yoga con Hilaria de ahí me encuentro con Tania para comprar las entradas para el concierto de Charly García. El jueves voy a la piscina en la mañana, tengo mi cita con Fryné por teléfono, luego voy a una conferencias sobre Poesía y globalización, bastante interesante. En la noche es el evento de Elvira, presenta su libro sobre Nueva York. El viernes, última clase de español de la semana, voy al yoga en la mañana, a las manos y los pies y en la noche a la inauguración del Perú Film Festival. Pasan las película Las malas intenciones. De ahí nos vamos en grupo a celebrar a un bar cerca, en el evento igual nos pasan canchita (muy rica) y pisco sour. El sábado en la mañana me voy a mi clase de spinning muy responsablemente. De ahí regreso a casa y paso casi toda la tarde descansando. Avanzo pendientes y le doy una última mirada a la tesis para entregarla el lunes. El lunes entrego la tesis. En clase de Antonio nos visita Sergio, es grata la conversación con él. El martes dicto clase de español, luego almuerzo con Heriberto en el sitio de pastas que me gusta. Tenemos la última clase con Lina que resulta muy interesante sobre el tema de las becas. De ahí nos vamos a tomar unas cervezas, me siento triste de dejar a mis amigos y Nueva York. El miércoles dicto temprano, es cumpleaños de Paty, así que luego de tener mi cita con Fryné, me junto con ella para almorzar. Pero lo vivo todo en deja vú porque al llegar a Nueva York dos años atrás, también nos vimos por primera vez en el arco de Washington Square y ella llegó tarde, exactamente como ocurrió ahora. Comemos, luego tomamos cafecito y postre y nos vamos a hacer la cola para el concierto de Charly. Lo vemos llegar en su limousine, no se le ve gordo. Entramos y el local es pequeño así que estamos en primerísima línea y de ahí vemos todo el concierto felices. Ya en el escenario se le nota un poco la pancita y los años, pero igual se le ve muy bien y la pasamos excelente. Al salir nos da tiempo de brindar una vez más por Paty antes de irnos a casa con el corazón iluminado.

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