viernes, 8 de junio de 2012

Turandot

El domingo voy a ver a mis hermanos y a mi papá, el día está nublado y juega Perú con Colombia, así que la gente está emocionada y salen con sus camisetas de la selección. Yo paso. Mi papá me recoge de casa y se la pasa hablando en el auto sobre el fútbol, dice algo muy cierto, que lo más importante es jugar, no ganar, pero parece que de eso se han olvidado todos los comentaristas de deportes. Almuerzo frejolitos. Mi hermano está resfriado y pronto tiene que entrar a la cama. Mi hermana que ya está más grande está muy curiosa y pregunta todo y quiere participar en todo, le tengo que decir que se aleje del café que está caliente. Se la pasa dibujando Hello Kitties, es una fan como yo. Nos quedamos conversando un rato con una amiga de mi papá, Katy, que llega de visita y luego me voy a encontrarme con Rodo. Para llegar a su casa tengo que tomar tres carros. El transporte no ha mejorado nada, quizá hasta ha empeorado un poco, pero dicen que en julio ya no habrá combis, ojalá. Nos ponemos a conversar largo y tendido, no escuchamos ningún grito así que suponemos que perdió Perú (como era razonable esperar). Regreso a casa más animada luego de haber hablado con Rodo. El lunes me quedo en casa todo el día intentando ordenar las cosas que traje en las maletas y que siguen desperdigadas por todos lados. Solo salgo un ratito al mercado para hacer algunas compras pero eso me hace sentir bien porque las caseras me reconocen y me saludan. Me pasa que veo a la gente en la calle y sus rostros me parecen familiares y siento que conozco a todo el mundo, pero no sé quiénes son. Quizá solo se parecen a otras personas que conozco de verdad. El martes voy a mi cita con Fryné temprano, luego a seguir trabajando y retomar varios pendientes. En la noche voy con Rodo a ver la ópera Turandot de Giacomo Puccini. Lo hacen en el Parque de la Reserva donde está el circuito mágico del agua. El escenario está muy bien y las voces de los artistas de primera. Me maravillo de escuchar a compatriotas tan talentosos y cuando leo el programa me doy cuenta que las voces principales son extranjeras, vienen de Rusia, de Portugal, de Japón, de todo el mundo. Se trata de una obra que se presenta para conmemorar los cincuenta años de la Universidad San Martín de Porras. A nosotros nos tocan entradas gratis porque nuestro amigo Juan trabaja en ese parque. Nos encanta la ópera y al final prenden las piletas y se ve el agua como marco de fondo, realmente bello e impresionante, nada que envidiar a la ópera de Nueva York (excepto el glamour). El miércoles empiezo el gimnasio, voy a pilates temprano luego me quedo en casa trabajando hasta la noche que me encuentro con Luz en Gianfranco. Nos quedamos conversando también largo y vuelvo a casa tarde. El jueves voy a hacer mi evaluación en el gimnasio, de peso estoy bien, de grasa podría mejorar pero igual estoy en el rango promedio. De ahí hago clase de spinning con Silvia que me gusta bastante. Voy a mi cita con Fryné y regreso muerta de hambre después de tanto trajín pero con las mismas tengo que ir al mercado de nuevo, paso por Campos de Vida y me como un yoghurt natural con miel de caña que me hace recordar a mi infancia cuando mi abuela tenía los bacilos en casa. Acabo el libro de Sylvia Molloy y de Enrique Vila Matas sobre París que me gusta mucho. Empiezo el libro de Javier Cercas Soldados de Salamina que me prestó Rocío y me encanta, me quedo hasta tarde leyendo. Como siempre mis amigos los libros, salvándome de abismos.

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