martes, 17 de enero de 2012

Última semana en Lima


El lunes fui con Fryné, luego pasé al mercado, fui al banco, volví a casa ha hacer llamadas y almorcé con Tabata. Empecé a hacer mi ensayo sobre el encuentro feminista. El martes visité a Ana y seguí trabajando todo el día. El miércoles fui con Fryné, esperé al señor de la cortina que las lavó, almorcé con Rodo y en la noche salí con Kathy al cine. Vimos una película que se llamaba All good things, un thriller no muy bueno, un poco violento, pero pude conversar con mi prima y dar una vuelta por la rotonda de Miraflores, que no iba hace tiempo. El jueves en la mañana vino el maestro Yauri para arreglar el lavadero de la cocina. Después de almuerzo nos fuimos a San Bartolo con mi mamá y mis primos, nos quedamos en el hotel Sol y Mar, pero el 800 en el que estuvimos con Rubén me gustó mucho más. Ese día ya no nos bañamos en el mar, al día siguiente estuvo un poco nublado pero igual me metí, hacía calor pero estaba bien fría el agua. El sábado en la mañana hacía un solazo, justo cuando ya nos regresábamos, Alexis se chocó con la malagua aunque le dije que tenga cuidado. Almorzamos en el Gramadal de regreso en Lima y luego estuvimos en casa. Mi mamá se enteró que falleció mi tía Dunia en Estados Unidos pero estaban dando el pésame a la familia aquí también. El domingo empecé a hacer maletas temprano, desayunamos y luego fuimos a Maranga a revisar la biblioteca. Almorzamos con mi tía Elena para celebrar su cumpleaños, en casa de mi tía Blanca, ahí estaban la mayor parte de los hijos de mi tío Santiago, mi tío Pedro y mi tía Dora (en la foto), mi tía Celia, así que fue grato saludarlos a todos. Luego regresé a casa, pasaron Conce, mi tío Pepe y Belissa para despedirse. Vimos el atardecer y tomamos cafecito con pan. El lunes fui con Fryné, mandé mi artículo de la semana, volví a darle una revisada al de feminismo, almorcé con mi mamá y luego salí con Rocío, Cuau y Joaquín donde Rodo, ahí estuvimos hasta tarde. Regresé a seguir leyendo un poquito más de La biblia envenenada de Bárbara Kingsolver que estoy apunto de acabar y que me ha encantado, aunque también me ha dado indignación saber sobre la historia del Congo y el gran daño que le hicieron a esa nación. Pero la novela es fabulosa.

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