domingo, 22 de enero de 2012

Frío Nueva York


El martes estuve en casa haciendo backup de mis archivos de la computadora. Fue Rodo a casa a almorzar y a ayudarme a entrar en la Mac. Algunas cosas logramos hacer, como conectarnos a internet y copiar todos mis archivos. Luego fui con mi mamá al quiropráctico, que quedaba por Santa Anita así que fue un largo viaje, regresamos muy tarde y ya no pude ir a la serenata a Lima. El miércoles seguí explorando la compu y terminando de despedirme de mi compu viejita. Almorcé con Rocío en el San Antonio, una ensalada y un juguito de granadilla. Lo malo que a la ensalada le echaron mayonesa, debo recordar decir siempre que no quiero que le pongan aliño a mis comidas que yo misma se lo pongo. Luego regresé a casa y fui a Runa para una mini capacitación sobre la página web. En la noche fuimos a la misa de mi tía Dunia, ahí estuvimos hasta tarde. El jueves terminé de leer el libro de Kingsolver, se acabó mi crédito del celular y fui a almorzar con mi papá. En la tarde pasé por el artesanal para unas compras de último minuto. Luego a casa fueron Belissa y mi tío Pepe, así que me acompañaron al aeropuerto. Como nunca no había tráfico en la Faucett y no había nadie en la cola en Lan. Así que chequé al toque y de ahí nos fuimos a comer un sanguchito rico y un juguito en la 4d (foto). Fue bonita la despedida porque estuvimos conversando y riéndonos. Pero igual me dio penita, aunque seguro que el tiempo se pasa volando. Mi vuelo salió media hora más tarde que al final se convirtió en una hora. En el asiento de al lado venía un niño solito muy pequeño, me daba pena, todo el mundo pensaba que venía conmigo, casi no hablaba. El vuelo estuvo tranquilo, hubo poca turbulencia y pude descansar un poco al menos. Como se retrasó el vuelo, llegué una hora más tarde y salí de migración recién a las 9:30am, el shuttle se demoró y llegué a casa a las 11:30, con tiempo solo para dejar la maleta y salir corriendo para mi reunión. Hacía un frío terrible y mis pies iban congelándose mientras atravesaba Washington Square. La reunión bien, comí con Elvira y Mariana. Después de la reunión con Tirso, fui a reactivar mi línea de teléfono y salí con nuevo teléfono y nueva línea. Luego fui a comprar fruta y cosas para comer antes de encerrarme en casa. Dijeron que nevaría en la noche y así fue. Desempaqué, limpié el cuarto y el baño que estaban sucios y medio ordené. Hablé con Gabriela que ya se iba a Ecuador, luego con mi tía Luz para darle el pésame y con mis amigos más cercanos. El sábado trabajé con Reid en un artículo, luego bajé a mi compu los programas que me hacían falta (Pages y Numbers). Y terminé de ordenar. Esperaba a Rossy pero no pasó a mi casa, así que ahí me quedé. Felizmente hay un servicio para ordenar comida por internet y pagar con tarjeta, ¡nunca me sentí tan feliz en el invierno frío de Nueva York como cuando llegó la comida a la puerta de mi casa y no tuve que salir! Ya me queda claro que la nieve no me gusta, mucho menos bajo mis pies. Solo en la punta de las montañas, en los nevados, es bonita, pero no en la ciudad, hasta el parque se ve calato sin las hojas de los árboles, no me gusta. El domingo hablé con mi mamá y con mi papá, luego trabajé un poco en la mañana y luego fui a visitar a Rossy, almorzamos juntas y conversamos buen rato. De ahí regresé a casita, a alistar todo para iniciar el semestre con buenas energías.

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