lunes, 12 de marzo de 2012

Santo Domingo I


El lunes fui a nadar, tuve cita con Fryné por teléfono, luego me puse a preparar la clase de español, corregir Mi Diario 2 y terminar mis tareas de la semana. En la clase de Antonio llegó una invitada muy buena, una periodista española que estuvo en China más de ocho años y también en Corea del Norte y del Sur, así que nos contó cosas muy interesantes (y preocupantes) de esos países. Luego fuimos al Arthur's Tavern con Antonio, Elvira, Pedro, Nuria y Rossy. Después de la primera tocada, de la que Antonio se sabía todas las canciones, nos fuimos a cenar mexicano, ahí se nos unió Cristina. Al salir hacía un frío del demonio, estábamos congelándonos, así que corrimos prácticamente al metro. El martes el clima mejoró, dicté mi clase temprano luego avancé pendientes, me encontré con Manuel para hablar en inglés y luego tuve clase con Lina que estuvo más interesante que otras veces tras la experiencia de editarnos todos a la Lish (de lishearnos), el editor de Raymond Carver. Regresé a casa cansada. El miércoles tomé examen temprano, volví a la oficina a corregir, en la tarde fui al yoga en el nuevo estudio que me gustó mucho, hice con Cat, una profesora que no conocía pero que me pareció excelente, aunque a la noche me dolía la espalda, me hizo estirar mucho, aunque bien. Aproveché de hacer algunas compras para el viaje. Fuimos a ver This is not a Film de Jafar Panahi, ahí nos encontramos de casualidad a Antonio (Jiménez), la película era tarea de Antonio (Muñoz Molina). Me di cuenta que conocía varias de las películas citadas en el film, como El espejo y El círculo, razones por las que el directo y protagonista fue censurado y condenado en su país. Sus películas denuncian la difícil situación de las mujeres en Irán. De ahí a casa ya tarde y cansada. El jueves fui a la piscina, preparé mi clase para el día siguiente, avancé lecturas y fui al evento del King que estuvo muy bien, presentaban nuestros compañeros egresados. Hubo mucha comida y estuvo buena la charla. Fui a casa a terminar de dejar todo ordenado para el viaje, inevitablemente tuve que empacar trabajo pendiente porque no pude acabar antes. El día estuvo muy calientito. El viernes fui temprano a mi clase, ya no estaba más caliente, fue Rossy para revisar unos pendientes de la revista, de ahí fui a casa, antes pasé a hacer algunas compras. Llegué a casa a mandar mi columna y salir con las mismas al aeropuerto. El camino estuvo lento y pesado, pero llegué bien. En el avión hubo turbulencias, pero pude descansar un poco. Tomé un taxi a casa de Sandro y Laura, se demoraron en abrirme y temí que hubiera llegado al lugar equivocado. Descansé y ya era de día nuevamente. Desayuné con Laura y cuando volvió Sandro del trabajo nos fuimos a la playa. Disfruté mucho de los paisajes y del camino, mucho más de las playas hermosas por las que pasamos. Paramos primero en Parque La caleta (en la foto), donde por la piedra volcánica se hacen pequeños pozos por donde salta el agua del mar cuando pasa por debajo con mucha fuerza, luego en Las Terrenas en Playa bonita y Cosón, pero nos quedamos en el Colibrí, antes comimos pescadito y cervecita en un restaurante bonito frente a la playa. Pero se nubló en el atardecer y no pudimos ver el sunset. Llovió en la noche, estuve leyendo hasta que me dormí. El domingo temprano salimos a caminar, decidimos no ir a ver las ballenas porque de un lado el camino era muy accidentado, con grandes saltos de la embarcación y segundo porque yo pensé que si fuera ballena y nadara miles de kilómetros para ir a aparearme tranquila, no querría que hubiera gente por ahí molestando. Así que nos quedamos, lo cual estuvo bien porque el clima se complicó bastante, estuvo lloviendo y con mucho viento intermitentemente, así que decidimos probar suerte e irnos hacia otro lado, así llegamos a Samaná. Ahí tomamos el bote (solo cinco minutos lejos) a Cayo Levantado y recién pude meterme al agua, riquísima, tomar un poco de sol y tomar una cerveza fría. Pero pronto otra vez llovió, comimos pescado más sabroso pero con espinas y de ahí caminamos un poco para tomar el bote de vuelta. Entonces iba mucho más gente y fuimos despacio, por eso no saltó tanto el bote. De ahí a emprender el regreso a Santo Domingo, vimos una peli en la tele (Si tuviera 30) y luego a la cama. Intenté comunicarme con Mirla pero no fue posible, me escribió diciendo que ella se comunicaría el lunes que estaba fuera de la ciudad.

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