sábado, 5 de octubre de 2013

Un mes y medio

Así calladito, se pasó ya un mes y medio desde que llegué a la ciudad. Las cosas no han variado demasiado, si bien en principio acabé con los trámites, todavía tenemos pagos pendientes, de cargos que hace la universidad y eso es bastante. De otro lado, intenté movilizarme en bicicleta pero después de dos caídas parece que la solución no fue la adecuada. Fue bastante difícil encontrar una bici, luego ponerla operativa porque como la encontré en oferta tenía la cadena suelta. Pensé que era por eso que me había caído, pero al parecer es que la bici es muy grande para mí, pero entonces tuve que venderla. Pero ya le había puesto canasta, un timbre, el candado, además de inscribirla en los registros de la universidad. Así que por el momento, no quiero saber de bicis, hasta que me cure mi herida en la rodilla y sopese el tiempo, antes que el dinero, que deberé invertir en tener una nueva. De otro lado, los lugares para hacer compras son lejos y me conviene ir en shuttle y volver en taxi, así puedo comprar para quince días y olvidarme de las compras en ese tiempo. A su vez cuando llueve es difícil salir con la bici y creo que arriesgado. Finalmente el tiempo que gano en distancia lo pierdo luego en estacionar porque hay tantas bicis que a veces encontrar lugar es súper difícil. Los buses ya mostraron su lado menos amable, como una vez que lo esperamos y nunca pasó, la web decía que se había suspendido el servicio, pero apareció luego de varias horas. Al parecer un tranvía pronto empezará a operar delante de mi casa, lo cual me hará muy feliz, a ver si logro al fin ampliar mis dominios porque sigo quedándome en los alrededores de la universidad.

Las clases han seguido igual de intensas y difíciles. Solo el calor ha menguado un poquito. Han habido algunos eventos en la universidad con recepción, comida y bebida gratis. El que más me gusto fue el Open House de la biblioteca en donde vendieron libros, imagino que repetidos. Me moderé y compré poquitos, pero de todas formas fue una gran tentación. También participé en un taller para opinar sobre la biblioteca y su página web. Fue la despedida de Camilo que se va a Berlín. Descubrí que conoce a Stalin de Stony Brook. También Kyle es de Stony Brook. Fuimos a comer pizza a un lugar realmente bueno que se llama Slice. Tuvimos un paseo con la oficina de estudiantes internacionales (OISS) que nos llevo a varios lugares turísticos del centro de la ciudad y también cerca al lago. Estuvo bonito, pero no pude bajarme en el French Quarter (en la foto), solo lo pude ver desde el bus. Empecé las clases de inglés que son muy buenas,  en la parte presencial conversamos entre todos, la mayoría vienen de China, pero también hay alumnos de Indonesia por ejemplo. Luego en la parte virtual hay muchos ejercicios y videos, lecturas, es muy interesante. Además como parte de ese curso también tenemos conversaciones con una nativa del idioma, la mía es Rachel que está en mi clase de desplazamientos, así que resultó que ya la conocía. Solo hemos tenido la primera sesión pero se espera que tengamos una por semana. Eso me ayuda mucho no solo para mejorar mi inglés sino para que me aconseje sobre asuntos culturales que siempre hay.
Pude ir al cine finalmente, es un cine viejito, como de barrio, que se llama Prytania. Vimos The Butler de Lee Daniels. Fue toda en inglés y casi no entendí los diálogos pero creo que entendí la película en general. Pero luego de eso ya no pude volver a ir. Ese cine queda cerca de casa de Natalia. Su zona me gusta más porque tiene muchos lugares para hacer compras, también bares. Es verdad que yo también tengo una calle cerca pero no he ido a explorar. Ir sola no tiene mucho chiste. Hemos querido ir cada fin de semana al centro comercial pero ha sido imposible, siempre ha habido algún impedimento. A ver si para el descanso que tenemos por el otoño es posible ir a algún lado, al menos al centro.
He encontrado una variedad de cosas que cocinar y puedo comer en casa casi a diario, es más económico que hacerlo en el comedor y más saludable y más rico porque luego de varios días yendo a comer ahí la comida ya no me gustó tanto.
Fernando y Natalia siempre me acompañan a mi casa luego de clases, sobre todo el martes que terminamos tarde. Los demás días salgo temprano así que realmente no hay necesidad, pero a veces también me acompañan. Con ellos siempre estamos hablando y mandándonos mensajitos, son buenos amigos. También hacemos las compras juntos. Con los demás nos vemos en clases y en los eventos. Lamentablemente Meng no siempre puede ir porque le queda lejos de su casa.
Mi papá finalmente tiene ya un teléfono inteligente y nos podemos hablar por whatsApp. Eso me alegra, que al menos por el whatsApp estoy comunicada con muchas personas. También hablo bastante por el Skype y por supuesto escribo en el correo. Qué sería de mí sin todas esas facilidades que hoy tenemos. Pensar que antes escribía cartas a México que demoraban como tres semanas en llegar.
En cuanto a las lecturas, sigo full time con Borges, sin duda que al terminar la clase habré leído todo. En literatura mexicana he leído Cartucho de Nellie Campobello, Los de abajo de Mariano Azuela (otra vez), Rescoldo de Antonio Estrada. En literatura centroamericana es donde he encontrado autores completamente nuevos para mí como Salarrué, Cuentos de barro, Un día en la vida de Manlio Argueta, El señor presidente de Asturias, Blanca Olmedo de Lucila Gamero de Medina. Me gustan mucho estas lecturas. Un gran descubrimiento ha sido también Jesús Díaz, La piel y la máscara, así como Informe de París de Paula Wajsman. Y seguro seguirán los libros interesantes.

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