domingo, 19 de diciembre de 2010

Viviendo la brisa del mar


El lunes llamé temprano a mi tía Martha que era su cumpleaños, así que la saludé y platicamos un rato. Almorcé en casa y de ahí me fui a la universidad, pasé a dejarle a Sergio mi trabajo, de ahí me vi con Rosa para ir a hacer unas compras navideñas, compramos vino también para el compartir que venía al rato. Me encontré con Manuel para nuestra última charla en inglés del año, fuimos a un cafecito muy bonito y esta vez yo no llevé el postre sino que compramos ahí unas galletitas. Luego fue la última clase con Sergio, una clase conjunta. Estuvo bien la clase, interesante la conversación. Nos pasaron una encuesta que todos respondimos ya bien alegres con el vino. Hablé con Sergio bastante y con compañeros y compañeras que usualmente no veo siempre. Luego salimos a un barcito a seguir con la conversación, aunque ahí ya fuimos menos. Hacía un viento horrible que te daba una sensación de mucho frío y había una leve nevada. Pero al salir del bar sí que había nevado, al toque no más casi me caigo pero felizmente fui salvada, lo cual me dejó claro que necesitaba las botas de nieve con urgencia. Llegué a mi casa sana y salva aunque con serias lagunas mentales (por el vino). El día martes dijeron que haría más frío y en efecto así fue, pero al menos el viento no estaba y entonces no se sentía tan mal. Me puse a leer, almorcé con Reid y Marguerite, me despedí y luego me fui a la universidad. Marguerite me regaló una bufanda morada muy calientita, me espera a mi vuelta. Estuve leyendo y en las computadoras. Luego me fui a la fiesta del departamento, pero sólo alcancé a oír los discursos porque teníamos clase con Diamela. En la clase nos fue bien, de ahí hicimos un pequeño compartir. Y luego la seguimos sólo unos pocos, en su gran mayoría peruanos. Así que ahí estuvimos debatiendo sobre el género, la violencia y el sexo (junto y por separado). Me deprimió mucho que se quisieran adjudicar cierto feminismo tan solo por no pegar a sus novias, porque pues simplemente sabían que si querían hubieran podido hacerlo (¿?). En fin, aclaré que eso no era razón suficiente y que además no tenían por qué pegar a nadie. Me deprimió un poco ese diálogo. Salí tarde pero felizmente el shuttle se retrasó y llegué a tiempo a mi casa para ser recogida puntualmente. Eran las 2:30 am. Llegué al terminal una hora y media después, en el camino recogimos a más personas. Estaba muy frío y yo me andaba durmiendo en el auto. Llegué bien así que me registré y cabecié otro rato en el aeropuerto. Subimos al avión, descansé ahí también aunque incómoda. Felizmente era ese avión moderno con pantallas en cada asiento y me vi El secreto de tus ojos, que me gustó en general, aunque el tema de la violencia pues me molestó bastante, sigue esa idea de que cualquier hombre es capaz de violentar a una mujer sin pena ni gloria. El final de la película me pareció inverosímil absolutamente, cómo un asesino capaz de hacer lo que este hizo se queda tan cándido detenido por cuatro palos en una casa. Empecé luego a ver Rezar comer amar y me pareció un poco aburrida, sólo llegué a la mitad y ya estábamos en Bogotá. En el aeropuerto encontré a Paty, pero no pudimos sentarnos juntas en el avión porque iba relleno y nadie quería cambiar. Mi mamá y mis primos me recogieron del aeropuerto, fuimos al nuevo depa, está muy bonito, aunque también hay mucho que arreglar todavía. El clima estaba perfecto, caluroso y soleado, sobre todo considerando que yo venía de -12°c. Acompañé más tarde a mi mamá a pasar por un encargo y regresé a dormí. El jueves quise ir al gimnasio pero me levanté a terminar de ordenar el desorden que traje, a medio día pasó Rodo y me llevó al Estadio a comer un tacu tacu de arroz con pato (sin pato) con saltadito, delicioso, con su cervecita; de ahí fuimos por un café al Tanta y postre de lúcuma aunque yo quería maracuyá. Luego me fui al dentista donde las noticias y el presupuesto que me hicieron no fue muy bueno, pero había que iniciar tratamiendo cuanto antes. Fuimos con mi mamá de compras un rato luego y a casa. El viernes fui a mi clase de pilates en la mañana, estuve con mi mamá todo el día haciendo varios pendientes, almorzamos chuño, fuimos a ver varias tiendas y volvimos a casa a armar el arbolito de navidad. Empecé a leer Me llamo rojo de Orhan Pamuk, porque no me quise traer la de McCullers, aunque ya me falta sólo una tercera parte de esa. El sábado fui a hacer spinning con Israel, de ahí me fui con mi papá, descubrí que había un micro que me lleva directo de casa. Almorzamos todos juntos, a mis hermanos les gustaron sus regalos, no se aguantaron y los abrieron al toque. De ahí me fui volando para el dentista, luego a hacer otras compras y de ahí a Miraflores para encontrarme con Luz y Paty. Tomamos algo y nos pusimos al día, la pobre Paty andaba mal del pie y de la muela porque le quitaron la del juicio. De ahí llegó Tabata, fuimos por una pizza. El domingo estuve envolviendo regalos, luego llegaron Inés, Danilo, sus papás, su madrina y Rocío y almorzamos en la terraza. Estuvo bonito porque el día estaba soleado. Nos fuimos a Rosita por el postre y el cafecito. De ahí mi mamá y yo terminamos con las compras y regresé a casa. Rocío me convenció de cambiar el estudio donde está mi habitación para poder trabajar frente al mar. En la foto, la vista de mi ventana. Lo más bonito de todo, es que cuando camino por el barrio siento como si estuviera en Pucusana, en un balneario, viviendo la brisa del mar.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Última semana


El lunes me quedé en casa trabajando y leyendo, sin querer salir por el frío, pero el martes ya no tenía alternativa, así que salí a comprar algunas cosas y de ahí a mis clases. El miércoles estuve en la mañana en casa y en la tarde fui a ver a Gabriela, estaba de buen ánimo, tomamos un tecito, conversamos y de ahí me fui a la universidad porque había una conferencia de Nelly Richard y Jean Franco. Pero llegué un poquito tarde y habían movido la reunión para otro salón entonces no lo encontré y también como era tarde no insistí mucho más. En la noche fui a ver Black Swan que me gustó muchísimo. Creo que se trata muy bien el suspenso, además la actuación me pareció fabulosa. El jueves en la mañana fui a la conferencia de Nelly Richard con otras profesoras del departamento, estuvo muy interesante y sugestivo. Hubo almuercito ahí, pasé a la biblioteca pero me regresé a casa a descansar. Regresé en la noche para el último evento de nuestra maestría, una conversación con un dramaturgo español, Iñigo Ramírez de Haro, bastante polémico. Me quedé un rato al cóctel y nos regresamos con Mariela en el metro conversando. El viernes fui a la universidad a imprimir mi trabajo final, de ahí fui a la librería McNally para la presentación de Luisa Valenzuela (en la foto). Presentaba la reedición de un libro antiguo, en edición bilingüe. Hubo una performance y estaba lleno. La librería me gustó bastante, es bonita y tiene varias cosas interesantes, era la primera vez que iba. El sábado me levanté temprano a cocinar la quinua y acabar con el trabajo para Sergio. Hablé un ratito con mi mamá en el skype. Me fui para Brooklyn, quedé en encontrarme con Rosa pero ella se atrasó, aunque al final nos encontramos saliendo del metro y llegamos juntas. La fiesta estuvo muy bien, divertida, había montón de comida, así que tomamos y bailamos a gusto. Me regresé muy cansada y un poco afónica, así que caí seca en la cama. El domingo estuve todo el día en casa leyendo, pero en la noche fuimos con Marguerite y Reid a ver la película de King's Speech. El clima estaba más cálido que la semana pasada, aunque dicen que bajará la temperatura en estos días. Seguía un poquito ronca así que me acosté temprano. Ya estoy en la mitad de The heart is a lonely hunter.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Aprovechando la ciudad


El lunes me levanté temprano, estuve trabajando en la mañana en casa. En la tarde salí para pagar el teléfono y pasar por internet en la universidad. Salí huyendo porque en casa empezaron a picar el piso de la cocina porque hay una fuga de agua, así que estaban martillando y con la sierra y era una bulla insoportable. Comí rápido y me fui. Me escribió Mariela para invitarme a asistir a su clase de escritura creativa en el pre grado. Tenía que mandar un cuento corto para que lo comentaran en clase, el único que tenía a la mano era "Poema del manicomio", así que ese mandé. También tenía que asistir a la clase de Lila pero más tarde. El martes fue un día largo por eso. Me preparé mi comida temprano y me fui a la universidad. En la clase de Mariela me fue muy bien, el grupo era de puras chicas, como nueve chicas muy inteligentes que hicieron preguntas e interpretaciones bastante buenas. De ahí almorcé, hablé un rato con Ana que al fin pude ubicar y me fui para la clase de Lila. El grupo no era tan homogéneo como el anterior, pero igual estuvo muy interesante la discusión, sobre todo por una alumna que estaba realmente emocionada con los cuentos, eso me dio mucho gusto, al final le regalé el libro que yo llevaba.
Al salir tomé café con Rosa un rato y me metí a clase de Sergio e inmediatamente después a clase de Diamela. Las críticas fueron duras, pero pues sólo queda ponerse a trabajar. El miércoles antes de irme a la matrícula me dijo el hijo de Marguerite que ya había arreglado el internet, así que ya podía conectarme de aquí de casa, sólo que de mi cuarto la señal no es muy buena, pero al menos en el resto de la casa sí es posible. Me fui muy contenta, me inscribí en dos cursos, uno de poesía y otro estilo seminario literario. Estuve en la biblioteca avanzando con las lecturas de la siguiente semana y de ahí fui a ver a Diamela. Profundizó más en las críticas y sí me sentí desanimada pero sé que sus comentarios son para mejorar. Sólo que tengo que empezar todo de nuevo.
El jueves me quedé en casa y aproveché de hacer las compras que me habían encargado. Así que estuve todo el día en eso. Tuve que ir a devolver algo en la tarde, lo cual fue un gran sacrificio porque de verdad que el frío ahora sí está intenso. Literalmente te congelas. En la tarde me puse a trabajar y pues así se pasó el día. El viernes en la mañana avancé con algunos pendientes, acabé mis lecturas y leí la novela o memorias de Carmen Ollé Retrato de mujer sin familia ante una copa. Pero como habla de Lima me dio mucha nostalgia. Me fui a encontrar con Manuel para nuestras charlas semanales, de ahí nos juntamos con Sergio para ver la película de Tati, Play Game que me gustó mucho. Al salir como era cumple de Mariana nos fuimos a un restaurante, caminamos un montón y yo estaba congelada, terminamos en un restaurante ucraniano. No pude comer porque estaba mal del estómago. El sábado me fui temprano a ver a Alicia y le compré una pequeña reproducción. Hacía mucho frío y no me quedé mucho rato, es realmente bien valiente vender en la calle. Regresé a casa con inspiración y inicié una nueva novela. Entre eso y haber acabado el libro de Ollé me sentí mucho mejor. Fui al cine a ver Black Swan pero por un problema no se pudo, el meetup resultó no ser tan eficiente ni barato como yo pensaba. Así que al final vimos Fair Game que también estuvo bien. Pero acabando me fui a casa porque me sentía mal, me dio pena porque se juntaron Stalin, Katia, Alireza y Paul y yo no pude ir. El domingo hice ayuno de manzana. Me fui temprano para dejar un encargo donde Mikaela que viaja a Lima el martes. De ahí me fui al Museo de Brooklyn. Vi la exposición de las artistas del pop art y también la de un pintor que hace collage, Fred Tomaselli (en la imagen), que es norteamericano y es fabuloso. Encontré algunos buenos regalos en la tienda. Llegaron Stalin y Katia tarde y pues vieron todo volando porque teníamos que salir para el teatro, ¡en queens! Llegamos a las justas, de verdad que las rutas son un poco engorrosas porque no hay caminos rectos para muchos destinos y uno debe volver y de ahí nuevamente tomar la dirección adecuada y se pierde mucho tiempo en los intercambios, además de que los metros son lentos y se demoran una eternidad, y con el frío que hace, es terrible. El teatro era pequeñino, nos recibieron con mariachis. Fuente Ovejuna: Ciudad Juárez era la obra y me gustó mucho, trata el tema de los asesinatos en la frontera que no han sido resueltos, pensé que era más conocido ese hecho aquí pero me di cuenta que no, así que es muy necesario difundirlo. El regreso a casa fue largo y frío. Llegué a casa cansada así que me acosté temprano.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Día de Acción de Gracias



Me reuní en la tarde con mi amigo Manuel para nuestras semanales conversaciones en inglés. Estuve un rato en la computadora de la biblioteca y trabajando. Estaba muy ansiosa porque el martes tenía que llevar mi tercera entrega para el curso de Diamela y ni estaba satisfecha con el nuevo texto y no podía volver al anterior porque estaba simplemente bloqueada con la historia. Así que la ansiedad se apoderó de mí, hasta quería fumarme un cigarrillo, ¡después de 15 años sin fumar! Pero no lo hice. El martes almorcé en casa y me fui a hablar con Sergio sobre el trabajo final, de ahí imprimí las copias para todos en mi clase, así que ya no había más vuelta que darle al asunto. Sin embargo seguía la ansiedad. Tuve clase con Sergio y de ahí con Diamela y las manos me sudaban a chorros. Terminé y seguía todavía muy alterada y angustiada. Esto de ser escritora no es nada fácil. El miércoles estuve en la tarde haciendo mis lecturas, todavía no me sentía del todo bien, así que fui al cine a ver Made in Durkheim, que no sé como la traducirán al castellano. Es la historia de las trabajadoras de la Ford que hicieron una huelga en Inglaterra, la cual luego derivaría en igual pago de salarios para mujeres en todo el mundo (al menos en el papel). Pero con el acento británico me fue dificilísimo entender lo que decían. Snif. El frío estaba mucho más fuerte y en aumento. El jueves era Día de Acción de Gracias. Marguerite y Reid organizaron un desayuno con bagels y café y otras cositas dulces. Vinieron muchos amigos suyos, yo bajé a ver el desfile, pasaron los grandes: (Hello) Kitty, mi ídola (en la foto), (La rana) René, Bob (Esponja), Micky (Mouse). Pero hacía mucho frío y aunque tenía guantes, chalina y calentadores igual me enfrié así que me subí, aunque de arriba no se veía igual. Pasó el desayuno, se fue la gente. Me puse a leer. Luego a las cinco fue la cena, con la familia en pleno y yo. Me gustó mucho la comida, no comí pavo, pero sí el puré de papa, de camote, la ensalada de vainitas con champiñones, la salsa de arándanos y las colecitas, aunque estas me gustaron las menos. De ahí vino el pastel de calabaza que estuvo muy rico. Pero nos pasamos luego arreglando y guardando la comida porque sobró un montón, con lo que sumado a lo de la mañana, pues hizo colapsar a la refri. Brad, el hijo de Marguerite, nos enseñó sus fotos en África, fabulosas, tiene unas de unos gorilas, casi los está rosando, es impresionante.
El viernes fui a ver a Gabriela en la mañana, la ayudé con varias cosas, comimos juntas y de ahí me regresé porque se suponía que iba a llover, pero el cielo se aclaró y estuvo bonito. Me dio gusto verla animada y más tranquila. Acabé de leer La balada del café triste y empecé otra novela mayor, El corazón es un cazador solitario, también de Carson McCullers. Las primeras páginas no fueron muy difíciles pero poco a poco se está haciendo más compleja. También empecé a leer un libro sobre la exposición Global Feminism que se realizó en el Brooklyn Museum. Y pues escribir y ponerme al día en otras cosas y textos.
El sábado me fui en la mañana a hacer algunas compras y encargos que me habían hecho. Pero hacía un frío horrible, era el viento que se te metía hasta por los tímpanos. Así que hice lo que tenía que hacer y con las mismas me volví. Pero ya luego salí a almorzar con Stalin y fuimos al cine a ver la última película de Chabrol, El detective Bellamy, protagonizada por Gérard Depardieu que está gordísimo. Era con subtítulos pero aún así siento que me costó seguir el inglés, pero creo que entendí la mayor parte. El domingo ya tenía resuelto ir al Museo Guggenheim a ver la exposición Caos y Clasisismo, que acababa en enero, cuando yo ya no estaría. Felizmente que Stalin se quedó en Nueva York y fuimos juntos. Como se demoró en llegar estuve hablando un ratote con Rocío al teléfono. Caminamos por el Central Park, lo cual no sé si fue tan buena idea porque hacía un frío horrible y me enfrié un montón, pero igual estuvo bonito, encontré la estatua de Alicia en el país de las maravillas de casualidad. El museo es bonito, pero caro. Lo más representativo es su forma en espiral (en la foto). La exposición estuvo excelente la primera mitad y regular la segunda. Pero lo mejor fue una colección de Kandinskys que tienen que sí estuvo fabulosa y también otras secciones de su colección permanente que estaban muy buenas, con algunas obras conocidas y otras desconocidas. De regreso, después de comer me fui a hacer las compras al súper, solo una parte porque no me alcanzaban las manos. Ojalá que la semana no esté tan fría como han anunciado. Hablé también con Inés un ratote al teléfono y con mi mamá y pues ya me fui a dormir.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Una fiesta


El lunes en la tarde había un diálogo entre Sylvia Molloy y Diamela Eltit organizado por el programa. Antes de eso me encuentro con Manuel para nuestra conversación semanal en inglés. Es el problema, que entras a un café y la calefacción está tan alta que te sancochas, sales y te mueres de frío. Como estaba muy cansada acabando eso me fui a casa y a las 7pm ya estaba dormida. El martes me levanté temprano me puse a trabajar, leer, nuevamente la rutina. Tuve clase con Sergio y con Diamela. El miércoles se supone que tenía que hacer la matrícula para el próximo semestre pero se postergó porque se está consultando la posibilidad de que todos llevemos el taller con Muñoz Molina, además del curso de seminario que nos toca a los de primero. Intento ir al cine, sólo está la de Woody Allen, Conocerás un extraño de pelo negro (luego la comento). El jueves es cumpleaños de Inés, la llamo para saludarla en la mañana pero no la encuentro, así que la llamo en la noche. En la noche se presenta Edmundo Paz Soldán en el King Center, está intersante la conversación. De ahí viene el coctél. El viernes hago compras en la mañana, en la tarde hay otra presentación de Paz Soldán pero sólo para los de la maestría, ésta estuvo mucho más amena y divertida. Luego en el King Center pasan la película El cuarto de Leo. Ahí me encuentro a Claudia Salazar. La película me encanta (también la comento luego). Llegando hablo un rato con Rocío y con mi mamá. El sábado avanzo bastante en mi texto, el que tengo que presentar el martes. En la noche me animo a ir a una fiesta, mi primera fiesta, en casa de una chica peruana que es amiga de Paty y se llama Cathya. Voy con Stalin que también es amigo de Paty, él es colombiano. Como no hay mucha gente, con otro amigo peruano de ella nos vamos a un bar llamado Cañas donde se baila. Es chiquito y todo el mundo está parado apretado, así que bailas o bailas. Me sorprende que ponen tecnocumbia, una canción de Ráfaga. ¡Somos internacionales! Pero la verdad creo que paso más tiempo en el metro de ida y de vuelta que en la fiesta en sí misma. El domingo la inspiración no me llega, me la paso durmiendo. Veo a Mikaela un rato, paseamos por el borde del Río Hudson, vemos el ocaso (en la foto), pero hace frío. Vuelvo a casa, leo un poco, sigo trabajando en el texto del que siento muchas dudas. Empiezo mi primera novela en inglés The Ballad of the Sad Café de Carson MacCullers, está muy bien, entiendo bastante. El lunes felizmente está cálido el día, parece que el invierno no quiere llegar.

domingo, 14 de noviembre de 2010

De turista en Nueva York


Empieza una nueva semana, nuevas lecturas que completo para mis clases. El martes me reuní con María José un rato, ella también va a Lima en fin de año, ojalá nos veamos por allá, intercambiamos números y pues conversamos algunas cosas de las clases de castellano. Luego empecé mis coffee's talks con mi amigo Manuel. Me está ayudando con mi inglés y de paso nos distraemos, o al menos yo de estar encerrada y hacer poco contacto con las personas. Al salir de clase de Diamela voy a una tienda y no me quieren vender cerveza porque piensan que soy menor de edad, ¡plop! Así que le escribí a Paty para que me pase los datos de una identificación que es posible sacar para estos menesteres. Aquí casi en todos los restaurantes y bares te piden y pues a veces es molesto si no la tienes y no vas a andar el pasaporte todo el tiempo. El jueves hay una presentación de poesía muy interesante de Rachel Levitsky que se hace tanto en español como en inglés. Me regreso con Rosa conversando muy bien. El viernes Kathy iba a llegar a las 7am pero llega a las 10, pero sin su carnet de residencia canadiense, entonces había el peligro de que no la dejaran volver a entrar a Canadá. Así que fuimos a la embajada ha hacer algunas averiguaciones, al final lo más sencillo era que Ernesto venga trayéndole su documento y felizmente él podía. Así que el resto del día paseamos por middle town, comimos donde llevo a todo el mundo a comer, el restaurantito medio árabe y así se nos pasó el día. El sábado pensamos ir a un outlet muy famoso, pero costaba cincuenta dólares ir por cada una, entonces nos arrepentimos y nos vamos caminando desde el middle town hasta la estatua de la libertad, todo el día de camino, de algunas compras, de tomar fotos, parar en los lugares turísticos y disfrutar de que el clima no está tan frío, la temperatura subió un poco. El domingo vamos a New Jersey ya con Ernesto, nos paseamos con mi tío Carlos y Pilar, lo pasamos muy bien de compras y finalmente yo encuentro mi abrigo largo para la nieve y para la temperatura más fría que se aproxima, inevitablemente. Vimos Entre copas (Sideways) porque ninguno la había visto y yo andaba diciendo que sería chévere hacer esa ruta de los vinos en California. Nos quedamos a dormir allá donde mi tío Carlos, volvemos el lunes temprano. Pensamos que teníamos la mañana pero la salida del bus es a las 11:15, entonces nos despedimos temprano.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Una hora más y varios días menos


El martes tuve un día muy agitado hice varios pendientes, como hacer compras y citas en la mañana y en la tarde me encontré con Giuseppe para conversar de mi texto y de ahí pues tenía clase con Sergio y con Diamela. En ambos comentamos mi texto. Las observaciones estuvieron buenas. En la clase de Diamela me dijeron en general que había mejorado el texto e hicieron varias apreciaciones muy interesantes con las que tengo que trabajar. El miércoles lavé ropa, estuve en internet poniéndome al día en los mails, me reuní con Diamela que amplió un poco más los comentarios, pero todo bien. En la noche había un evento del programa, un recital pro fondos para imprimir la revista I-Manhattan, así que fui, era en un restaurante mexicano muy bonito. El recital estuvo excelente, lo disfruté mucho pero llegué pasadas las 12 a casa. El jueves me reuní con María José para ver algunos detalles de la clase de español que dictaría el viernes y de ahí con el encargado de los taxes de NYU, para llenar unos formularios. Por cierto que el tratado de libre comercio no sirve de nada porque me explicaron que el Perú no tiene acuerdo de impuestos con Estados Unidos entonces me quitarán el porcentaje mayor de impuestos que no sé cuándo será, ¡plop! Pasé a hacer algunas compras y en la noche hablé con mi mamita un ratito que se iba de viaje. El viernes dicté mi clase de español que salió muy bien, me tomé un cafecito con Alicia y me quedé para la clase de Sergio de las 6 con los dos grupos. Estuvo interesante. El sábado hablé con Rubén y con Gaby. Resultó que la novia de Cameron falleció en un vuelo en Cuba, me parece increíble y tan triste. Luego fui a ver a Gabriela un rato, de ahí me encontré con Mariela en el BAM vimos una obra llamada Raoul, un unipersonal muy interesante, creativo y colosal. El domingo en casa leyendo y durmiendo porque cambió el horario y a las 5:15 ya estaba todo oscuro como noche cerrada. Hablé con mi tío Carlos pero con Inés no pude porque la comunicación estaba malísima. Más tarde fui a ver a Ximena a llevarle sus encargos y cenar, prepararon comida mexicana. No se puede salir sin guantes porque te congelas, yo todavía no me acostumbro y a veces salgo un poco desabrigada, no lo puedo hacer más. Ya necesito con urgencia un saco para el clima más fuerte. En la foto, central park cambiando al naranja.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Acapulco y despedida



El viernes salimos tarde hacia Acapulco. El papá de Rubén tuvo que trabajar hasta tarde, al igual que Rubén y Mario tenía una cena muy importante y no fue al final. De modo que salimios del DF a las seis, encontramos algo de tráfico a la salida, llegamos a Acapulco casi antes de las doce, apenas entramos al Walmart para comprar algunas cosas y ya cerraron. De ahí llegamos a la casa que es bellísima, muy bonita, muy amplia. Hacía, como siempre, un calor infernal en Acapulco. Como a las tres de la mañana llegaron Paty, Cynthia y Alonso, conversamos un poquito pero nos caíamos de sueño. Igualmente yo estuve levantada a las 7:30am, preparamos desayuno, la mamá de Rubén hizo enchiladas verdes pero Rubén le dijo que ponga más chile y salieron hiper picantes. De ahí nos fuimos al club de playa que es súper chévere, tiene un jacuzi frente al mar. Caminamos por la playa, tomamos un poco de sol, nos bañamos en el mar que estaba muy rico y también en el jacuzzi y en la piscina menos. Estuvimos tomando cerveza y conversando. Volvimos a casa para comer algo allá y estuvimos un rato en la piscina del condominio. De ahí subimos pero ya muy cansados y nos dormimos. Como todo el mundo había hecho siesta se quedaron de largo, pero yo estaba muerta. El domingo nos levantamos temprano, Cynthia preparó chilaquiles verdes, de ahí nos fuimos a la playa otra vez, soltaron a unas tortuguitas al mar, estuvo muy bonito, si pagabas 50 pesos te daban una para que tú mismo la soltaras. Tomamos un poco de sol, estuvimos en el jacuzzi y de ahí nos fuimos a comer algo en casa. Un rato en la piscina, acabándonos las proviciones pues no podíamos dejar nada ahí. Nos bañamos y alistamos tristes de partir. No había tráfico en la carretera y llegamos rapidísimo. Pasamos a casa y de ahí donde Don Toño porque yo tenía antojito. Me comí mi pozole vegatariano. Luego de eso todavía nos fuimos al Zócalo para ver ofrendas, no habían tantas como en otros lados pero estaban bonitas, a mí siempre me gustan. Pero no todas se podían ver porque no todas tenían iluminación. Ahí nos encontramos con Ybeth, Paty al final no fue porque no quería ir cargando su mochila del viaje y no tuvo tiempo de pasar antes a dejarla en su casa. Nos dormimos cansadísimo y nos levantamos tempranito para ir al aeropuerto. Desayunamos en el Wings muy rico, un omelet con flor de calabaza. Tuve que comprar mi pan de muerto en el 7, porque no había tenido tiempo de pasar a la panadería. Me quedé en el aeropuerto leyendo para mi clase y acabé con Onetti y mis lecturas de la clase de Diamela. El vuelo estuvo bien, aunque no daban comida y tenía hambre, apesar de mi buen desayuno. El vuelo en Houston se retrasó un poco. Pasé migración rápido y sin problemas, no me hicieron ninguna observación ni me pidieron papeles extras, todo muy tranquilo, apesar de toda la tensión que me habían trasmitido sobre esto. La próxima vez me llevaré más comida para el camino, vi que una señora tenía fruta, así que quizá sí es posible, sino comeré en algún buen restaurante en el aeropuerto, pero no quiero estar angustiada por la comida. Aunque depende de la aerolínea, porque en Avianca y en Taca sí te dan un montón de comida. Llegué a Nueva York 8:45, esperé el bus un rato y sí hacía frío. Me bajé donde me había subido, pero me di cuenta que había otra ruta que me llevaba mejor y que tenía asensor, así que probaré la próxima vez. Llegué a casa muy hambrienta pero ya no comí nada. Desempaqué y me metí a la cama, sin embargo, pensando en lo que tenía que hacer no pude conciliar el sueño con tanta facilidad. Es increíble como uno está un día con sol radiante en la playa y al día siguiente en el inicio de un frío invierno. Me había llegado ya mi seguro social y hasta un cheque de NYU, lo cual no esperaba. Me dio gusto ver a Reid, pero también sentía un poquito de penita por mis amigas y amigos que no vería en un buen tiempo. A iniciar una nueva etapa en la gran manzana. De andar de aquí para allá ya no sé cuál es mi hogar.

viernes, 29 de octubre de 2010

Amigas y cine


El lunes estuve leyendo los textos para mi clase de la próxima semana. Pasé por casa de Gaby a dejarle las llaves de su casa, las que me dio para traer algunas cosas de Cuernavaca. De ahí fui a encontrarme con Rubí en el metro Copilco, almorzamos en el Monte Kailas, muy rico. De ahí nos fuimos a Coyoacán a dar una vueltita y terminamos en mi casa tomando cafecito y conversando. Al rato llegó Jaime y cambiamos el cafecito por cervecita, de ahí llegó Rubén y nos animó a ir al sushi roll. Así que ahí estuvimos los cuatro conversando y riéndonos mucho. El martes seguí leyendo y trabajando, me fui a la una a almorzar con Elo que preparó una rica comida, como siempre, esta vez nos acompañó Rogelio también. Fue entonces que me contó del ciclo de documentales y de la retrospectiva de Kim Longinotto (en la foto), así que regresé a casa un rato y de ahí me fui para la cineteca. Saliendo del metro me encontré con Rosana. Acabando el cine llegó Rubén y vimos Fines de agosto, inicios de setiembre de Assayas. El miércoles estuve aquí con las lecturas, pasó la mamá de Elvix a dejar unos encargos. Después me fui a Lacomer por algunas cosas, es mucho más barato en miércoles de plaza. Me llamó Oli para que la ayude y me fui a su casa, hice visita de médico porque me esperaba Claudia para almorzar. Así que me fui a la Unam en el metrobus, fui bastante violentada en el trayecto, muchos roses y apretones dudosos. Almorzamos en la cafetería de diseño, recuperé algunos libros. Regresé a casa a trabajar un ratito más y me fui para la cineteca a seguir con los documentales, acabando vimos con Rubén El vuelco del cangrejo que no la había visto en Lima en el festival. De Longinotto vi El día que no olvidaré y Los chicos de Shinjuku, de los que pronto haré una nota. El jueves me fui temprano a anillar mi tesis para dársela a Coral Bracho. Estuvimos un buen rato conversando muy a gusto. De ahí me encontré con Paty para almorzar, la llevé al Papalotl. Luego fui a despedirme de Oli, estaba un poco cansada y ya no fui al otro documental de Longinotto. En la noche me encontré con Rubén en la Rosario Castellanos, compré algunos libros. Fuimos por unos alambres vegetarianos al Tizoncito y por ahí pasó Elo y Rogelio, pero se iban al 10. Pasé a despedirme de ellos luego y regresé a casa después de una larga caminata. El viernes en la mañana pasó la suegra de Ximena a dejar unos encargos, de ahí me fui con Gaby y Fernando a desayunar a su casa, estuvimos conversando un buen rato. Regresé a casa para preparar todo, mis maletas y otras cosas antes de partir en un viaje relámpago a Acapulco.

martes, 26 de octubre de 2010

La boda de Gaby


El viernes en la mañana me voy a la boda civil de Gaby que se realiza en la delegación en Av. Patriotismo. Paso primero por casa, conozco a la familia de Fernando que está ahí. Nos vamos caminando hacia la delegación, les toman los datos y tenemos que esperar. Hace un sol intenso y mucho calor. Fernando va ya con su traje escocés. Es gracioso porque como se acerca día de muertos la delegación está adornada con catrinas y hay una parejita de novios catrines vestidos igual que ellos. Vaya con la simbología. Pasamos al salón de actos, les dan el discurso y firman y están casados ante la ley. Me emociono mucho. Volvemos a casa pero empiezan pronto a empacar para ir a Cuernavaca así que yo me voy a mi cita con chava.
Me corto el cabello, de ahí paso también a hacerme las manos y los pies, pero voy a un lugar que al final no me gusta mucho, pero me animo por un esmalte rojo. Regreso a casa y vamos con Rubén a almorzar al Asian Bistro, al rato nos alcanza su papá con la buena noticia de que consiguió un nuevo trabajo.
Nos vamos para el centro, hacemos cola en el Salón Corona, como siempre. Nos dan mesa, llega Paty al instante, luego Dan, Valmi, Ybeth, Cynthia, Lizz. Necesitamos una nueva mesa. Paty prueba la torta al pastor que ahí es excelente. Yo me como una quesadilla. De ahí nos pasamos al Tenampa, antes damos vueltas por Madero que ahora es peatonal, aunque le han quitado los adoquines y no me gusta tanto. Previo nos encontramos con Rocío y Cuahutémoc, que medio se perdieron y estábamos preocupadas. Así que está la colonia peruana en pleno: Ybeth, Paty, Rocío y yo. En el tenampa nos dan un buen lugar, allá llega Alonso. Estamos un rato, pido la canción de Mujeres divinas, pero ya no nos alcanza para más. Paty se toma foto con los mariachis y dice que son muy chaparritos. Llega el de los toques y se animan, yo no. A Paty no le gusta. Y de ahí ya nos vamos porque mañana tenemos que salir temprano.
Nos encontramos con Paty en el Sanborn's de Insurgentes para desayunar, como molletes, pero ella al final no quiere desayuno típico porque es muy pesado y sí lo es. En la carretera hace mucho calor, vamos oyendo un disco de los fenómenos del rock, pero que sólo se restringe a: Café Tacuba, Jarabe de Palo, Héroes del Silencio, Bunbury, Maná, Caifanes, es decir, un poco sesgado, falta lo menos Soda Stereo. En el centro de Cuernavaca siempre hay mucho tráfico, dejamos a Paty ahí y nos vamos a La Comer a comprar. Nos perdemos para llegar a la casa de la fiesta, dejamos las cosas y regresamos a comer por Paty pero vamos a un lugar que el servicio es pésimo y se demora una eternidad. Al regreso nos volvemos a perder y llegamos un poquito tarde otra vez, así que no nos da tiempo para cambiarnos ni nada porque la ceremonia ya empezó, snif. La ceremonia es muy bonita, realmente muy profunda, se dicen cosas muy sinceras, Gaby y Fernando están muy emocionados.
La fiesta transcurre tranquila y sobran muchas cervezas. Al día siguiente estamos ahí conversando con todos en el solcito, nos vamos llevando algunas cosas que dejamos en Mixcoac, pasamos al súper y de ahí recogemos a Mario para ir con Margarita. Allá están todos, incluidos los gemelos. Soplamos las velitas por Alex y Pepe y tenemos bufet de postres. Regreso agotada, sólo para llamar a mi papá, saludar a mi hermana por su cumple y caer muerta al sobre.

jueves, 21 de octubre de 2010

México lindo: primeros encuentros


Después de estar encerrada todo el fin de semana, el lunes otra vez tengo clase de observación, muy buena. No puedo evitar volver a leer mi texto antes de imprimirlo, sigo corrigiendo. Me calma que tengo ahora la historia un poco más clara y creo que a los personajes también, pero de todos modos someterse a la crítica es difícil. Martes, día extenuante. Voy a hacer lo del seguro social, la guerra ha sido vencida, regreso con el papel y resulta, que el premio, como diría Varela, era otra carrera, me faltan trámites de taxes, plop, eso será para mi regreso. Hago la impresión, compro algunos suouvenirs, cargo el paraguas y mi almuerzo todo el día, más las copias. La clase es muy polémica y nunca hay tiempo suficiente para dialogar. Luego Diamela diciendo que evitemos lo epígrafes en esta etapa de la creación porque pueden ser limitantes y mi texto ya trae tres, no puedo cambiarlo a esas alturas. Termino de hacer maletas, de copiar archivos. Me duermo mal que bien, me levanto a las seis, hago el tramo hacia La Guardia, con miedo, es la primera vez. Llego a tiempo, espero mi avión. Hay un poquito de atraso en Houston pero llegó a las 5:30 a México. ¡Hola México lindo!

Me reciben los papás de Rubén, hace un calor insoportable y yo sudo como chancho, como siempre. Llegamos a casa después de una buena hora en el tráfico. Llega Rubén y nos vamos al sushi, mi favorito. Paso por Lizz pero nada me convence del todo. Llamadas para organizar el día siguiente. Veo a Oli en la mañana y a Elo en la tarde. Largas conversan que sin duda no lo agotan todo. Felizmente me queda un vestido rojo de Oli y unos zapatos negros de Elo, joyas mixtas que ambas me prestan y ya estoy, me ahorré de comprar algo nuevo y apurada. Muchas voces conocidas, aromas, sabores, es tan lindo volver al hogar, uno de tantos de los hogares en los que hay abrazos y besos y mucho mucho cariño. En la foto con mi bella Elo que me hizo una comida deliciosa y nos acabamos la botella de vino.

sábado, 16 de octubre de 2010

Esto de ser escritora


Esto de ser escritora es muy estresante. Una semana agobiada entre las clases, las lecturas, las observaciones de español, cocinar, hacer compras, pasar por la fruta, llegar a la hora, ayudar a Marguerite a archivar, lavar ropa, empezar el trámite para el seguro social, ¡otro trámite!, prepararme para el viaje, dejar mi texto para la semana siguiente, andar el paraguas, perseguir el sueño. ¿Y escribir cuándo, cómo, por qué? Un café sigue siendo una batalla con el tiempo, las diferencias, las opiniones, el silenciador del celular nos ha dejado mudos a todos. Comer sin hambre, salir con sueño, dormir con demasiados pensamientos en mente.

Voy a dos eventos del programa, una conservación entre escritores argentinos: Silvia Molloy, Arturo Carrera, Vivi Tellas. Muy interesante y estimulante. Luego un recital sólo de Arturo Carrera. Cóctel, vino, galletitas con queso. Una salida sorpresiva, cervezas van y vienen. Diamela me hace un montón de críticas a mis textos, justo en la llaga. Mi prima Kathy iba a venir de Canadá y cancela, me quedo encerrada para evitar la ventisca de fuera, por dentro, a soplar palabras, a crear, a construir con letras, escribir. ¿Vale la pena? Una libra de confianza, dos dólares de seguridad, una cajita de frescura. Esto de ser escritora es muy estresante.

Quise decirte unas palabras más. Pero al hablar
no supe
y no sé
y pasan los instantes con estos copos ligeros.

Arden y nos derriten
las cosas que no decimos.

Fastos. Arturo Carrera.

En la foto, escultura de Elo Vega.

martes, 12 de octubre de 2010

Lo sublime y lo mundano


La semana empezó con mucho cansancio después de la maratón de películas anterior. Así que el lunes fui un ratito a la universidad, al internet y a una clase que tenía de biblioteca y de ahí me fui a casa. Acabé de leer La casa verde. El martes tuve mis clases regulares, estuve en la mañana leyendo y después de almuerzo me fui a la universidad. Llegué cansada pero también con mucho entusiasmo así que me puse a escribir un rato. El miércoles tuve clase de observación en la tarde y en la noche me fui al cine, finalmente me aventuré a ir yo solita, fue una película bellísima llamada El extraño caso de Angélica de Manoel de Oliveira, de quien también vi La carta. Ambas son como cuadros, la fotografía es simplemente sublime. Así que salí contentísima por haber roto la barrera de no poder ir al cine sin alguien y por esta bella experiencia con la película. El jueves cociné temprano y me quedé en casa trabajando y leyendo todo el día. En la tarde me fui a ver Venus Noir de Sara Baartman, una película muy polémica de la que ya haré una nota, pero en el diálogo dos personas tuvieron un pequeño altercado. El viernes me fui tempranito para la universidad porque tenía clase de observación, me perdí un poco pero llegué a tiempo. De ahí me fui a casa de Mariela a almorzar, fue un largo camino pero llegué sin mayores problemas. Almorzamos con una amiga suya, Irma, muy simpática, también peruana, así que el tema giró por esos lares. De ahí nos fuimos al Brooklyn Academy of Music (BAM) pero calculamos mal el tiempo y casi no llegamos, pero llegamos a las justas. Vi la obra de Pina Bauman, Full Moon que es sublime (también haré una nota sobre esto). Para contarles un poquito no más había lluvia en el escenario y un lago y un roca, la mezcla entre música, agua y danza era simplemente cautivadora, como estar enamorada. Así que salí en éxtasis total. Me fui a casa, iba a pasar Mikaela pero al final no pudo. El sábado me fui al cine en la mañana a ver una pélícula de Kelly Reichardt, Meek´s Cuttof, que era sobre unos peregrinos, estuvo interesante, pero nuevamente el inglés me falla un poco todavía. Almorcé en casa y en la noche me fui a casa de los abuelos de Mikaela para festejar su cumpleaños, fuimos a cenar comida coreana que estuvo muy rica y de ahí soplamos las velitas en casa. La velada estuvo muy bonita (foto). El domingo me fui tempranísimo a casa de Gabriela, la ayudé con las compras y de ahí me fui a conseguir entradas para Misterio en Lisboa de Raúl Ruiz. Vi la película con Mariela, fueron cuatro horas y media muy interesantes, la fotografía y la trama es cautivante, aunque me gustó más la primera parte. De ahí vino el diálogo y al final nos fuimos con Mariela y Melina a tomar un traguito, se juntó más tarde Claudia y así que pasamos una linda velada. Después de un fin de semana tan intenso quedé un poco mal de la garganta, porque en el cine ponen el aire acondicionado tan alto y pues el lunes que era feriado aquí me quedé en casa leyendo tranquila, juntando fuerzas para otra intensa semana.

jueves, 7 de octubre de 2010

Premio FemTV y SapoTV 2010


Nuevamente, se inicia el concurso organizado por Calandria, Flora Tristán, Milenia Radio, Manuela Ramos y Demus para elegir tanto la publicidad innovadora como la más sexista, la competencia es dura, así que a votar.

lunes, 4 de octubre de 2010

Gabriela, Jean y sigue el cine


La semana estaba pronosticada para ser lluviosa y así fue. El lunes salí temprano a pagar mi celular porque no pude hacerlo por internet, pasé por el banco por un cobro no explicado, tuve una clase en la biblioteca, muy interesante, me hicieron un tour por las instalaciones, siempre hay nuevas cosas que conocer. En la tarde fue el taller con Miguel Nieto que venía del programa de escritura creativa de la Universidad de Sevilla. Lo mejor fue que para ese curso leímos el poemario de Fonollosa, Ciudad del hombre: Nueva York; aunque es evidentemente androcéntrico, tiene cosas interesantes. Los ejercicios del taller me parece que pudieron organizarse mejor y quedaron muchos temas para discutir que se abrieron pero luego no se dio tiempo para entablar un diálogo. Luego fue la conferencia sobre lingüística, estuvo interesante, creo que entendí la mayor parte de la lectura. Al final hubo vinito y bocaditos que siempre se agradece. Pensé en hablar con Inés pero al final no se conectó. El martes pasé por la bendita carta de presentación para el banco, que felizmente me dieron en un santiamén y ya al parecer no hay nada pendiente con ellos. Tuve mi clase con Diamela y con Sergio, interesantes ambas, aunque a veces siento que Sergio no da mucho espacio para las opiniones y dado que eso es parte de la calificación, es extraño. En la noche hablé con Inés un buen rato, con Oli, como lo hice tomando cervecita y comiendo bocaditos creo que me puse un poco borrachita. Ese día llegaron Marguerite y Reid a casa y entonces la dinámica cambió empezando porque ya no tenía acceso a internet. El miércoles estuve leyendo en casa, almorcé, de ahí me fui a reunirme con la señorita de los pagos, llené varios formularios y finalmente me dieron mi cheque, menos una tajadota de impuestos que te quitan. De ahi fui al cine con Melina a ver la última película de Godard, Film Socialisme, que calificaron como una "fructífera catástrofe" y estoy de acuerdo con esa opinión. Esto fue al final, que estuvieron representantes de importantes revistas de cine debatiendo. La película no sé por qué se llama así porque son escenas aparentemente inconexas y la traducción en vez de ser literal sólo señala una que otra palabra, así que es bien difícil de llevar las dos horas de duración. Acabando fuimos con Melina a tomar una cervecita pero yo me fui al toque porque además de que es caro estar saliendo fuera estaba muy cansada. El jueves estuve trabajando en casa hasta el almuerzo, de ahí me fui a la universidad a entrar a internet. A las 6pm me encontré con Jean Franco. Es una persona muy atenta y muy amable, hablamos con total confianza y simpatía y me invitó a un restaurante italiano a cenar, que me gustó mucho. Charlamos ampliamente sobre todo un poco, rondando siempre la literatura. De ahí me regresé caminando a casa e hice algunas compras. El viernes fue mi primera clase de observación, visité a Laura en su clase de español. Antes de eso nos juntamos con Elvira para almorzar, pero igual como siempre un poco apurado, pero al menos nos pusimos un poco al día de las novedades. Después de la clase pasé a mi casa por una casaca porque estaba lloviendo fuerte y de ahí conocí a Gabriela Mora. Es una persona también muy amable que me hace recordar mucho a mi tía Jesús, por su contextura, incluso su casa tiene un aroma que me recuerda al de la casa de mi tía en Jesús María. Le ayudé con las compras, ya es una persona mayor y enferma y hay cosas que no puede hacer, compartimos un tecito con galletitas muy animado. Regresé a casa a leer, empecé con La casa verde. El sábado me levanté temprano, en parte porque Reid se levanta también temprano y prende la tele. Salí a montar en la bici un ratito, aprovechando que no había lluvia, pero el aire ya había cambiado y hacía mucho frío y con la velocidad me golpeaba el rosto y las manos y me dolía. De ahí fui al cine y vimos la película Carlos de Olivier Assayas. Ahí me enteré que duraba cinco horas, fue una sorpresa, así que al final acabé agotada. Se narra la historia de Carlos Ramírez, un terrorista que es parte del movimiento internacionalista de revolución. La película da para reflexionar mucho sobre el tema de la política y los ideales revolucionarios. Al final estuvo el director y los actores y se hizo un diálogo. Llegué a casa a comer lo que tenía muerta de hambre. El domingo me dio flojera salir con la bici, el clima ya estaba mucho más frío. Fui a comprar entradas y encontré felizmente para Certified Copy de Abbas Kiarostami. Me gustó mucho la película, era de una pareja y sus entretelones, un intelectual inglés y una catedrática francesa. Juliete Binoche en el papel excelente, como siempre. Se parecía a la película de antes del amanecer, que luego siguió antes del anochecer, pero ahora quince años después, cuando son mucho más maduros. En este caso la pareja tenía quince años de matrimonio. Comimos con Melina en un lugar chino, yo tomé una sopita para el frío. Regresé a casa a leer y luego fuimos a ver The Social Network de David Fincher pero todavía tengo que saber más inglés porque hablan tan rápido que no entiendo más que por el contexto y se me pasan varias cosas. Regresé a casa, hablé con Rubén y con mi papá. Todavía no se sabe si ganó Susana aunque las encuestas dicen que sí, pero la diferencia es muy estrecha. Confío en que sea nuestra próxima alcaldesa.

domingo, 26 de septiembre de 2010

48th Film Festival of New York


El sábado me levanté temprano, puse a lavar ropa, a ponerme al día en mis lecturas y trabajar un poco. Antes limpié además mi cuarto, pasé la aspiradora, en fin, cambié algunas cosas de su lugar, hice renovación total, porque aproveché a su vez de hacer dieta de manzana para limpiar mi estómago que en la semana me sentí un poquito mal (más vale prevenir que lamentar). Como a medio día me llamó Melina porque empezó el Festival de Cine de Nueva York, el evento de cine más importante del año, así que yo, ni corta ni perezosa, me acolleré con ella. Vimos la película llamada Tío Boonmee que es tailandesa (de Apichatpong Weerasethakul), llegaba con grandes expectativas porque es la ganadora de la Palma de Oro de Canes. La película es interesante, un poco rara, creo que con varias referencias culturales y personales difíciles de leer. Al acabar estaba el director ahí y se hizo un breve diálogo con él, la presentadora era buenísima, de esas personas que tiene un comentario inteligente bajo la manga siempre. Yo no me quedé a más pero Melina tenía entradas para más tarde así que la acompañé a comer (yo comí manzana), de ahí pasamos por mi depa y estuvimos conversando hasta que fue para la otra función, iba a ver un documental sobre John Lennon que a mí no me interesaba tanto (pero resultó que al final estuvo ahí Yoko). Cuando se fue estuve un rato avanzando algunas cosas en la compu y de ahí me fui a dormir. El domingo me levanté muy temprano, a las 6am, me puse a leer, a terminar algunos pendientes. Desayuné y me bañé y seguí trabajando. Comí guisito de tofú con ensalada que tenía del otro día. Me llamó Mikaela que ya estaba en Nueva York pero se iba a Filadelfia inmediatamente, sin embargo pude pasar por la casa de sus abuelos para verla un momento, viven en una zona muy bonita en upper Manhattan, frente al río Hudson. Estuvimos ahí un ratito, me dio los encargos que me mandó mi mamá y nos fuimos. Me enseñó el restaurante Tony's que aparece en la serie Seinfeld. Llegué a casa, hablé un rato con María Elise y de ahí me fui al cine. La película Poesía (Corea del Sur, Lee Chang-dong) me pareció buenísima, a la vez dura y tierna, la actriz es magistral. Iba a estar el director al final pero por alguna razón no pudo. Te dan cafecito illy a la entrada gratis, muy rico. Empezó a estar un poco nublado así que me fui rápido, pasé por fruta y a la casa. Estoy muy contenta con el cine, lo estoy disfrutando mucho, aunque es caro, muy caro, y tengo que ajustarme al presupuesto, más porque todavía no me dan nada de dinero de mi beca. Quise hablar con Ana pero no contestó, hablé con mi papá y con mi mamá un ratito y un buen rato con Rubén. Me puse al día en los mails y terminé algunos pendientes para empezar la semana tranquila, aunque se me vienen días muy agitados.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Una semana con Julia


El domingo me quedé en casa todo el día y no salí ni a la esquina. Avancé mis lecturas y otros pendientes, cociné un guisito de verduras. El lunes me levanté temprano y fui a montar bici. De ahí me quedé escribiendo todo el día, leyendo y trabajando. Julia llegó en la noche, como a las 9pm. No nos veíamos desde hace como tres años. Me dio mucho gusto encontrarla, sólo que ella estaba muy agotada por el viaje así que hablamos un rato y nos acostamos. El martes nos levantamos temprano a desayunar, la acompañé un tramo hacia donde era su reunión pero se le hizo un poco tarde y tomó taxi, así que yo me regresé caminando, compré un poco de fruta y pasé por el correo. Hacía mucho calor como si fuera verano otra vez. Almorcé y me fui a la universidad. Tuve mi clase con Sergio, que me gustó más que la primera, hubo más diálogo. La de Diamela también estuvo muy bien, nos apuramos un poco y acabamos igual a las 9:30pm. Regresé a casa y ya estaban Julia, al rato llegó Marguerite y la pude saludar. El miércoles Julia salió más temprano a su trabajo, la acompañé un tramo, cruzamos el central park juntas y nos topamos con Mario Vargas Llosa que estaba también en ropa de deporte caminando. De ahí yo me di una vuelta pequeña corriendo. Regresé y encontré todavía a Marguerite y Reid. Reid salió y yo me puse a leer pero al rato volvió y prendió la tele. No me incomoda porque es en inglés y me puedo distanciar yo en mi lectura, pero pienso que cuando se muden para la ciudad habrá que adecuarse a la convivencia. Después salí yo también a mi reunión con Lila que no fue muy fructífera porque en resumen no hay fondos para viajes, más que la bolsa de la escuela de graduados cuya convocatoria ya pasó. Regresé para ver a Julia pero ella se demoró un montón. Reid pidió pizza y comimos, pero salimos igual a tomar una cervecita afuera. Julia me invitó. Estuvo lloviznando un poquito, el clima completamente cambiado, calor y lluvia. El jueves salimos a pasear por todo el central park, descubrimos varios lugares que yo no había ni visto en bici, pues solo puedes ir caminando. Almorzamos con Tamara y de ahí yo me fui a la universidad, ellas se fueron a hacer las uñas, los pies y conversar. Nos íbamos a juntar en la noche pero tenía que resolver lo de mi cheque, hacer una cita con una persona para eso y además estaba preocupada porque mi mamá se desmayó. Así que estuve con mis amigas un rato en el cóctel, de ahí en la presentación y me fui a casa para llamar a mi mamá. Hablé con ella y ya me quedé más tranquila parece que fue un efecto de la pastilla que le dieron para la muela, era uno de sus efectos secundario, ¡plop! Compré mi pasaje para Lima pues ya decidí ir para navidad, así que con eso me sentí más tranquila. El viernes desayunamos con Tamara también, luego fuimos un rato a ver tiendas, Julia compró varias cosas. Almorzamos ligero en casa y de ahí nos fuimos en el metro, ella para el aeropuerto, yo para una charla. Nos despedimos contentas y es posible que Julia regrese para noviembre o diciembre. Después de mi charla que estuvo muy interesante, con el editor de la revista Granta, me fui con Mariela hacia el metro, conversamos un rato. Llegué a casa a ponerme al día en el mail y en varios pendientes y a prepararme para aprovechar el fin de semana que tengo un montón que hacer. Hablé con mi mamá y con mi papá, con Paty y me fui a la cama.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Mi nuevo hogar


El jueves me levanté temprano y fui a montar bicicleta. Me iba a acompañar Marguerite pero no pudo porque tenía que mover su auto. Lo que sucede es que los edificios de Nueva York, sobre todo los más antiguos, entre los que se encuentran aquellos frente al Central Park, no tienen estacionamiento, porque se hicieron alrededor de 1920 y por tanto, en esa época no se consideró necesario. Así que conseguir dónde aparcar es un problema, no sólo para quienes pasan por ahí, sino para quienes viven por ahí. Me fui yo sola por tanto. Volví, me bañé, desayuné y me fui a la universidad. Pasé por el banco y de ahí fui a la biblioteca a mi curso sobre cómo conseguir material para el aprendizaje de idiomas, muy interesante, nos enseñaron a ubicar diccionarios, enciclopedias, textos de gramática sobre idiomas que no fueran el inglés. Luego pasé a saludar a Odi y le entregué los libros que le mandaron de Arequipa. De ahí almorcé en la biblioteca mis pimientos que me había llevado, encontré ahí a Chacko, un chico hindú que conocí en la fiesta de graduados la semana anterior. Así que almorzamos juntos, comprendiéndonos a medias, al menos yo creo que todavía no me logro expresar suficientemente bien en inglés, sobre todo cuando surgen temas políticos, culturales o ideológicos como mi feminismo (se asustó pero creo que luego superó que yo fuera feminista). Luego pasé a ver a Mariela que me pasó varios tips sobre las compras que necesito hacer antes del invierno, que esperemos tarde mucho en llegar. Estuve otro rato en la biblioteca, con ganas de tomar un cafecito pero nadie me respondía el celular. Al salir para la reunión de orientación de la maestría había caído una lluvia fuerte que yo ni sentí, felizmente. La reunión estuvo bien, estaban los de primer y segundo año, todos se presentaron. Vimos algunas cosas generales, entre ellas que hay una revista virtual que hacen los alumnos de la maestría que yo no conocía, eso fue interesante. Al acabar salimos volando a la recepción de la biblioteca, todavía había comida y vino. Estuvimos ahí y empezamos a ver cómo lo que sobraba lo tiraban a la basura, ¡a la basura! Así que como yo tenía mis tapers nos llevamos algunas cosas, pero pues ya sé que la próxima hay que ir con taper en mano. Las mismas personas de ahí nos dijeron que nos llevemos lo que quisiéramos, yo traje un poco de humus, pero luego me arrepentí de no traer aceitunitas y tomatitos. Pero así uno aprende.

El viernes después de correr por el central park, la ruta chiquita, me fui temprano al centro de salud, ahora sí me pusieron la vacuna. No pude mandar mi postal porque el local que encontré era para libros y no tenían estampillas, ¡plop! Regresé a casa, cociné coliflor saltada, almorcé y me fui al centro de salud de NYU para dejar mi constancia de la vacuna. Ya con eso no les debe nada más, a ese respecto. Habían varias personas vendiendo libros en la calle así que eché un ojo, encontré cosas interesantes, así como souvenirs, pero no compré nada (me contuve). De ahí fui a mi check-in obligatorio, me enteré de la normativa de ser estudiante internacional y sobre todo el proceso para viajar, lo cual es muy importante. Regresé a casa a trabajar en la compu y hacer las compras de la semana. Me enteré entonces de que había un festival de cine latinoamericano aquí, del que yo no sabía nada de nada, pero ese día pasaban una película de cuatro horas, así que me desanimé porque Elvira no iría. Pero me llamó Melina para invitarme a ir al día siguiente.

El sábado me levanté y fui a dar una vuelta al central park, se me ocurrió correr la ruta grande y terminé muerta. Pero aproveché para tomas algunas fotos que ya subí al facebook y que seguiré alimentado. De ahí desayuné y salí para el Lincoln Center. Es un lugar maravilloso donde funciona la escuela de música Julliard, la ópera, el ballet, el cine y muchas otras cosas más (en la foto). Pero a mí lo que me maravilló fue el cine, con ciclos buenísimos que me quedan sólo a ¡cinco cuadras! Así que inmediatamente lo adopté como segundo hogar. Melina llegó tarde así que no pudimos conversar mucho pero los cortos argentinos estuvieron buenísimos, era de extrañar una actitud inucitadamente crítica de los argentinos respecto de su "argentinismo". El encuentro con Melina que es mi amiga del cole también estuvo muy bien, vivimos cerca, tenemos intereses comunes y pues si bien no éramos muy cercanas en el cole, ya con el tiempo uno valora mucho más a las personas con las que ha crecido y creo que aprende a crear lazos más durareros. Eso espero ocurra en este caso. Me fui a almorzar a casa, me hice un rico salmón ahumado delicioso. Volví a la función de las 5pm a ver una película mexicana llamada El calambre. Es de la misma onda que Los muertos de Lisandro Alonso, pero en este caso ocurría en Oaxaca, en Chahuaca, un lugar bellísimo. Me regresé a casa a trabajar un poquito y comer algo y volví a la noche para encontrarme con Mariela y ver la última función. Es que Melina me dejó su pase gratuito (y doble) para el resto del festival y ese era el último día y tenía que aprovecharlo. Le había pasado la voz a Elvira, a Ximena y a Juan Manuel para la función de la tarde pero no pudieron y por eso fui solita no más. La película 108 Cuchillo de palo, paraguaya, fue excelente, me parece que es mejor calificada como documental pero realmente me gustó muchísimo (ya la comentaré aparte en una columna). Al acabar nos fuimos con Mariela a tomar una cervecita y conversar y de ahí llegué a casa agotada y me metí a la cama, pero feliz por la sobredosis de cine y por haber encontrado ese lugar maravilloso. En el cine yo siempre me siento como en casa. Sin embargo, a ver si me hago socia o algo porque las entradas cuestan US$ 9.00 para estudiantes, ¡plop! Habían sido demasiadas emociones para un día, tenía ganas de hacer pausa para poder procesar todo lo visto y vivido, pero pues eso no es posible, sin embargo lo que sí hice fue descansar.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Mordiendo la manzana


Esta semana ha sido muy agitada. El lunes empecé mis primeras salidas en bicicleta por el central park, pues el domingo Marguerite me trajo la bici, prestadita, de la casa de campo, ¡tan atenta! Ese día hice una parte solamente, me sorprendió que habían hombres y mujeres corriendo con bebés y todo en sus cochecitos. Regresé a casa y cociné arroz verde pero no me quedó tan bien, aquí el arroz necesita más agua que en Lima y me di cuenta un poco tarde, pero igual salió aceptable. Fui a la biblioteca a una orientación para encontrar material en otro idioma que no sea inglés y estuvo muy útil. De ahí me encontré con Paty y almorzamos juntas, ella compró comida del comedor, un guiso de pollo con arroz y le costó con descuento US$ 8.50 y dijo que estaba feo, ¡plop! De ahí ella se fue a la reunión con su asesor, yo me quedé en la biblioteca un rato más y nos volvimos a encontrar, estuvimos conversando un rato en el parque. Estoy contenta que se va a México finalmente, pero también triste porque ya no la tendré cerca. Nos fuimos juntas al metro y cada una se fue para una dirección diferente. Así que estuve en casa temprano, lo cual estuvo bien porque luego llovió. Hablé con mi papá por teléfono y con Mikaela un rato. El martes me levanté muy temprano he hice todo el central park en bici, lo hice con un miedo como si me fuera a internar en la jungla sin saber cuánto me tomaría y me tomó una hora aproximadamente, todavía me dio tiempo de dar una vuelta chiquita en la otra dirección. Me gustó mucho. De ahí me fui a la universidad porque había una orientación para los estudiantes, había cafecito solo, así que tomé un poco. De ahí hubieron varias exposiciones interesantes, de ahí el almuerzo, comí verduras un poquito picantes, con humus en algo así como una tortilla (pero no tan buena como las mexicanas). De ahí me fui a la biblioteca un rato y regresé para la charla de la OISS que es la dependencia de estudiantes internacionales, tenía dudas pero como ya tenía que ir a clase me las guardé para mi check-in que será el viernes. Entré a la clase de Sergio, nos pusimos de acuerdo en las exposiciones y en algunos aspectos del curso y en eso se pasó la mayor parte de la hora. De ahí discutimos un poco los textos, pero siento que si la discusión iba a ser tan abierta y libre quizá no era necesario textos algo complejos, aunque igual siempre es bueno motivar la reflexión. Tengo que prepararme un poco mejor porque creo que me perdí en la discusión y eso que había hecho todas las lecturas. De ahí vino la clase de Diamela. Empezaron conmigo, tuve que leer primero una paginita, para que me escucharan y de ahí vinieron los comentarios. Fueron dos horas de comentarios muy interesantes y útiles que sin duda me ayudarán a dirigir mejor mi novela. Además de los estudiantes, Diamela también comentó y fue muy precisa en sus comentarios. Pero todavía nos quedaba otro texto por comentar, así que ese fue un poco más rápido e igual estuvimos hora y media. Me gustó mucho la clase, la dinámica y el grupo. Aunque para la siguiente clase nos toca comentar tres textos, así que ya sé que saldremos siempre tarde. Hablé con Rodo un rato, que me había llamado en la tarde y no lo pude atender, así que lo llamé a su casa y luego me esperó a que volviera yo a casa y nos comunicamos por el skype. El miércoles estaba muy cansada para ir a montar bici así que no lo hice y me fui al hospital a que me pongan la vacuna otra vez, pero estaba cerrado ese día. ¡Plop! Pero al menos ya conocí dónde queda y vi que había un correo cerca, así que cuando vuelva puedo llevar algunas cosas para enviar. Volví a trabajar la sistematización para runa que todavía tengo trabajo pendiente y ya pagado. Cociné unos ricos pimientos rellenos que me quedaron muy bien. Me llamó Marguerite para decirme que irían a la ciudad al teatro y que si cenaba con ellos, fuimos a un restaurante de sushi y pedí un dragon roll, pero es más rico el del Sushi Roll en México. Cuando fuimos caminando hacia el restaurante pasamos por un edificio que siempre está rodeado de gente y pensé yo que era un hotel y ahí Reid me explicó que es uno de los departamentos más exclusivos y que ahí vive Yoko, de hecho a la salida de ese edificio es que mataron a John Lennon, de ahí que sea tan famoso y yo como siempre sin saber nada. Había visto a la gente tomar fotografías pero me decía que no era tan lindo el edificio y que habían otros más bonitos, pero ahora ya sé la verdadera razón. Volví a casa a seguir trabajando. Felizmente ya tengo un borrador del informe, también intercalé con la lectura de los textos para la próxima clase de Diamela y sólo me falta uno, así como para la de Sergio. De modo que me dormí un poco más tranquila respecto de mis pendientes, pero este fin de semana quiero ponerme al día para dedicarme a escribir con calma, con todos los comentarios que me han hecho tengo un montón de trabajo. ¡Estoy mordiendo la manzana!

sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi primera salida al museo



El viernes estuve en casa lavando y haciendo varias cosas cotidianas estresantes, como tratando de arreglar el internet inalámbrico, que no conseguí. Además usé por primera vez la secadora. Felizmente vino Chloe, preparé guisito de vainitas y almorzamos juntas. De ahí me fui a hacer algo de compras y después me fui a la universidad. Estuve en la biblioteca y en la noche fui a la reunión de estudiantes graduados que organizó la universidad. Hubo bastante comida muy rica y vino, así que estuvo mostro, de paso sirvió para conocer personas de otros países, en la universidad están muy interesados en que todos se conozcan. El sábado me levanté temprano y me fui al Museo de Brooklyn. Fui porque había una exposición de Andy Warhol que se acababa el 12 de setiembre. La exposición me gustó, era sobre la última década de su obra, así que no está lo más famoso, que por cierto lo vi una vez en el CC de Católica en Lima. Aquí está su onda más abstracta y sus últimos cuadros, unos autoretratos, la serie de la última cena y otros experimentos. Como estaba ahí aproveché de ver todo el museo, hay muchas piezas de África muy lindas, también de China, de Asia, de India, de Egipto, hasta un sarcófago, parte de muros, de paredes, de frescos, tienen de todo ahí. Claro que de América Latina, otra gran civilización, no hay nada, sólo unos cuadros de la escuela cuzqueña. También tienen piezas de arte moderno y había una sala de arte de mujeres y estaba una exposición de Kiki Smith muy interesante. Pero lo más fabuloso fue encontrar ahí ¡The dinner party! de Judy Chicago que es una famosa instalación de esta artista feminista que recupera a las grandes mujeres de la historia (en la foto el sitio de honor de Emily Dickinson). La vi como dos veces, me encantó y parece que ahora está de manera permanente en el museo. Y pues de ahí hay varias otras cosas bonitas, estuve ahí cinco horas. Luego encontré en la tienda del museo un libro de Linda Nichols sobre arte feminista que estaba de oferta a US$10 y era un tomo inmenso a todo color, papel cuché como de doscientas páginas, así que no pude resistirme. En fin, la pasé muy bien, como cinco horas ahí dentro. Así que salí agotada y no había metro de regreso, así que tomé otro que me llevó a la línea que necesitaba pero entonces es de pronto cambió a express, todo un rollo, pero llegué sana y salva a casa.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La magia de la voz


El miércoles me levanté temprano y me fui a ver a Chloe que me trajo mi maleta con la ropa de invierno. Fui hasta Brooklyn por la línea L del metro que es súper moderna y tranquila. Me di cuenta que a pesar de que uno toma el metro en horas concurridas y está lleno, nunca está lleno o abarrotado a los niveles en que se ve en el DF, lo cual agradezco. Debe ser porque aquí hay menos gente y más líneas de metro. De hecho esta L estaba casi vacía. Les acompañé con un cafecito aunque yo ya había desayunado. De ahí me regresé, aunque sólo tuve que cargar mi maleta por tres cuadras, me quedé con la mano con ampollitas y con los brazos doliéndome. Regresé a casa me puse a avanzar varias cosas, cociné ensalada de atún. Pero me llegó encontrar un correo del banco que pase a dejar una carta de presentación de NYU, aunque ya les había entregado una. Así que bueno, me pasé por el departamento y Karina me hizo una, pasé al banco y la entregué, como la chica estaba ocupada aproveché de que me revisaran mi cuenta de internet e hice algunas consultas. De ahí me fui a la biblioteca, acabé de leer ya el texto de Foucault. De ahí hablé con Inés y con Montse un ratito. La reunión del departamento estuvo muy bien, conocí a varias personas, a Lila, a Silvia, hubo bastante comida. Luego salimos con un grupo de peruanos, ¡estamos en todas partes! a un bar irlandés y de ahí me fui a la casa. Hoy jueves me puse a trabajar temprano sobre mi columna, de ahí elegí lo que leería en la noche, en el primer recital del semestre. Pero luego me fui para la biblioteca porque me había inscrito en un curso sobre cómo usar google como herramienta de investigación científica, estuvo más o menos, pero igual útil. De ahí almorcé allá porque iba a ver a Ximena pero me canceló e igual ya me había llevado mi comida. No pude comer en el parque porque estaba bien nublado y hacía un viento terrible. Así que comí en biblioteca, hay un espacio con microondas y mesas. Luego me puse a leer para mi curso de Diamela. Pero luego me dio frío pues aunque llevaba jean tenía sandalias, así que decidí volver a casa. Regresé, avancé algunas cosas ahí, descargué lo que llevaba de más y volví para el recital. Ya ahí estaba nerviosa porque había un montón de gente. Las lecturas me parecieron fabulosas, devolver a la voz su estatuto mágico. Cada quien le imprime su tono, su sentido, su valor. Me gustó mucho. Yo subí muy agitada pero ya luego me calmé (lo bueno de no estar en altura es que se me pasa rápido). Y luego hubo cóctel y muchas personas me felicitaron. Eso me gusta, que al inicio como que la gente no me toma muy en serio pero luego de que me oyen hablar (leer), pues ya me miran de otra forma. Había mucho vino y mi tía dice que el vino es como un plato de carne con ensalada y papas, así que estoy muy bien alimentada. Así que hoy me siento muy contenta, realmente recién he caído en el veinte, como dicen en México, me he sentido feliz de estar aquí, de haber logrado un sueño y de poder construir camino como escritora. Dicho sea de paso también ya tengo dos nuevas buenas amigas, Elvira y Montse, mexicanas ambas, para variar. Así que todo toma un buen curso.

martes, 7 de septiembre de 2010

Un buen día


Hoy empezaron oficialmente las clases en NYU, de verdad que había mucha más gente en las calles, en los alrededores, en la biblioteca, en las compus y por todos lados. Me levanté temprano, desayuné, me bañé y luego me puse a cocinar para llevarme mi lonchera, hice quinua con guisito de tofú y ensalada. Me fui para la universidad, pasé por la librería a comprar minas que me quedé sin ellas para mi portaminas y ahí en la librería también había un montón de gente comprando como loca libros y demás cosas. Luego fui a la biblioteca, llevé una orientación en introducción a las bibliotecas americanas y nos explicaron el portal de la biblioteca de NYU, que es de verdad muy útil. De hecho no encontraba un libro y hay hasta chat para que te asesoren. Luego de eso me quedé trabajando un rato y de ahí almorcé en el parquecito, con musiquita en vivo que algunas personas se ponen ahí a tocar. Al regresar había cola para las computadoras, pero encontré un huequito y me metí ahí, avancé con mis lecturas para mi curso de la próxima semana. Hablé con Chloe que felizmente llegó bien de su viaje y mañana pasaré por mi maleta. Pasé a saludar a Mariela un rato y ahí conocí a Diamela Eltit mi nueva profesora (en la foto). Quise hablar con Montse pero no la ubiqué, pero hablé con Inés y con Elo, Rodo tampoco estaba. Entré a clase, el taller consistirá en que nos pasemos nuestros textos y los comentemos, pero de manera profesional. Me gusta mucho el enfoque de Diamela que dice que no hay que tomarlo como algo personal, que hay que encontrar los puntos fuertes y débiles de cada quien, que hay que guiarse no por el gusto sino por el profesionalismo, que hay que aprender a oír y a aburrirse de manera productiva. Así que como nadie quería empezar pues yo me lancé y ya he mandado mi texto y se comentará la próxima clase. De paso hicimos el cronograma de clases, no sé qué habrá el 26 de octubre, pero tampoco habrá clase con Diamela, así que es el destino que me lanza a mi México lindo. Estoy emocionada con esta clase pero también me da miedo. Tenemos que tener tres intervenciones así que deberíamos escribir idealmente unas 90 páginas, aunque yo he mandado en esta primera entrega solo 15 de las 30 que me correspondía, pero pues me pondré las pilas. De todos modos es un montón. Pero estoy segura de que los comentarios serán de mucha ayuda para avanzar. En el grupo la mayoría son del segundo año así que no los conozco, más que a Pedro que también empezó este año, un chico venezolano, él también presentará la próxima clase. Así que bueno, ya estoy en el ruedo. Contaron además de que Diamela se había ganado el premio José Donoso por su obra literaria, ¡felicitaciones!

lunes, 6 de septiembre de 2010

Se acabó el verano


Tengo que recomendar mucho este libro de El invierno el Lisboa de Antonio Muñoz Molina que de verdad que me ha gustado mucho, una prosa fantástica que resuelve algunos problemitas de la historia, pero la historia también muy interesante, de esas que te atrapan al primer segundo o en la primera página. Hoy que fue día del trabajo aquí fui a verme con Paty a Brooklyn para almorzar pero había un desfile de centroaméricanos y me tomó una hora pasar de un lado al otro de la calle. El almuerzo muy bien, un amigo de Paty cocinó comida colombiana. A la vuelta todavía se veían los estragos del desfile. Regresé agotada y triste porque ya el clima cambió, en realidad ahora está mucho más templado que el calorazo que teníamos, pero a mí igual y con todo me gustaba más. Mañana es mi primer día de clases. También llega Chloe con mi segunda maleta, así que a ver cómo le hago.

sábado, 28 de agosto de 2010

Croton-Harmon



El viernes aproveché la mañana para hacer compras, el sábado iría al campo a visitar a Marguerite a Croton-Harmon, así que compré quinua para preparar. De ahí fui a la universidad, pasé por la oficina de contabilidad para dejar mis datos, a ver si me pagan pronto, de ahí por la biblioteca y por llenar una encuetas me regalaron un bebedero de agua, ¡yupi! En la reunión de medio día hubo pizza y de ahí conocí a algunas personas que enseñan español. Pero resultó que esa reunión era sólo para los que enseñarían ese semestre así que a las 2pm ya estábamos libres, me fui a la biblioteca otra vez, me puse a avanzar con las lecturas para el curso de Sergio en pantalla porque ha dejado tanto que leer que necesitaría otra beca para las fotocopias no más. De ahí pasamos a la reunión de estudiantes internacionales, como en el colmex, persiguiendo el cóctel. Hubo música jazz en vivo y un montón de comida, ahí encontramos al grupo de escritura creativa en pleno, casi todos latinos o españoles y encabezados por un peruano músico, antropólogo, que no tenía nada que ver por supuesto, pero chévere y buena gente. Acabando aproveché mi nuevo sistema de llamadas para hablar con todo el mundo que encontré en Lima. Llegué a casa y estuve un rato en la compu y de ahí me dormí porque tenía que salir temprano.
Pero me levanté un poco tarde así que llegué a tomar el tren de las 10:20am, habiendo ido hacia la estación central ya me siento mucho más capacitada para moverme en el metro de Nueva York. El camino es bello porque va rodeando el río Hudson, yo no sabía y estaba sentada en el otro lado. Al llegar el clima no era tan caluroso como en Nueva York y el paisaje era bello. La casa de Marguerite es maravillosa, nos pusimos a cocinar y de ahí salimos en bici hacia la represa, hicimos el camino corto porque no había llevado yo zapatillas. De ahí me pasé la tarde en la mecedora leyendo Invierno en Lisboa. Más tarde salimos a ver el sunset al malecón (en la foto), hay un parque bellísimo al borde del río que recién han hecho hace un año dice y ahí estuvimos con Reid, el esposo de Marguerite, que es muy simpático y amable. Luego cenamos, yo preparé quinua que les gustó mucho (¡espero que sí!). Después de una larga y nutrida conversación nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos levantamos temprano, desayunamos y de ahí salimos con Diane, una amiga de Marguerite a pasear por el lago Teatown (en la foto). Es un lago precioso, lo recorrimos todo por alrededor y me gustó muchísimo, es muy tranquilo y bello. De ahí volvimos a cocinar y luego hicimos galletas. Acabé mi novela y me llevaron a tomar el tren de vuelta. ¡¡Ahora ya entiendo por qué Marguerite no quiere regresar a la gran ciudad!!!

Día libre



Todo el martes fue muy intenso. Llegué temprano para ir al departamento de estudiantes internacionales pero abría a medio día, así que me fui a la biblioteca pero no me pude inscribir porque no había sistema. Así que di una vuelta, es una biblioteca inmensa y muy bonita. Encontré la sala de cómputo con computadoras nuevecitas. De ahí fui a la clase que estuvo muy interesante, hicieron una clase modelo en un idioma que nadie sabía cuál era y que no se entendía ni pío, luego supimos que era irlandés. De ahí hicimos comentarios, luego nos dieron un receso para el almuerzo pero yo pensé que nos darían algo y no fue así, de modo que aproveché para volver al departamento de estudiantes internacionales, hacer una nueva cita para mi taller obligatorio, luego fui a la biblioteca, imprimí mi nueva cita y terminé comiendo un sándwich carísimo en Starbucks (pero no lo vuelvo a hacer). La clase de la tarde estuvo muy buena, me hicieron hacer una mini clase sobre un tema, pensé que lo había hecho fatal pero sacaron varios puntos positivos de mi presentación. Así que nos dejaron una nueva tarea para el día siguiente. Abrí mi cuenta en el banco, me encontré con Paty y fuimos a ver lo del celular pero llegamos tarde y entonces compramos algunas cosas para yo poder llevarme esta semana a clases de comer, pasamos por la librería inmensa de Barners & Noble, pero está todo en inglés. De ahí volví a casa, hace un calor del demonio, pero me quedé seca del cansancio.

El miércoles fue también intenso. Empecé el día en la biblioteca, ya me pude inscribir. De ahí fui a la clase, llegué un poquito tarde porque me perdí. La clase estuvo bien, creo que lo hice mucho mejor que ayer. De ahí tuvimos un break, aproveché de ir al banco. Me senté en Washington Square que es un parque muy bonito (en la foto), a comer mi lonchera. De ahí volvimos a clase hasta las 6pm. Nos dieron otra vez la charla sobre lo que hacer en caso tengamos algún alumno con desórdenes mentales, lo cual me asusta, pero parece que el porcentaje de suicidios en la universidad no es desestimable, como tampoco el de acoso sexual y violación, lo cual es preocupante.

Me alegra que he estado conociendo a las chicas y chicos de mi programa, así como de otros programas y hoy hicieron una dinámica muy buena para aprendernos los nombre de todos, que éramos como treinta, así que estuvo mostro. Y también hubo una pequeña recepción, así que estuvo bueno el día. Felizmente mañana tenemos día libre. Pero tengo bastante que hacer, como ver lo de mi celular, averiguar sobre el gimnasio, aprender a sacar libros de la biblioteca, pasar por mi departamento y además de varios otros trámites todavía pendientes. Pero al menos puedo estar más tranquila.

Hoy jueves me levanté un poquito más tarde, estaba realmente bien cansada. Lo malo fue que no me di cuenta que anoche en el brindis, estuvimos en un jardín y me picaron los mosquitos. Llegué a la universidad fui a la escuela de estudiantes internacionales y está todo en orden con ellos. Fui a mi departamento y ahí ya me dieron mi cronograma de pagos, lo cual está muy bien. Pasé por el gimnasio de la universidad y hay una piscina grandota que puedo usar, pero necesito la ropa de baño, los lentes y todo eso. De ahí estuve en la biblioteca y busqué dos libros que encontré y que me pondré a leer, uno de Muñoz Molina y otro de Chejfec. Volví a casa a cocinar, pero no había agua. En la mañana de portería me llamaron para decirme de algo a las 9:30 y yo pensé que me avisaban que venía el gasfitero a arreglar la ducha que está goteando, pero era esto de que no habría agua, ¡no siempre entiendo lo que me dicen! Y pues felizmente volvió rápido, ha hecho un calor terrible, seguro que hemos estado como a 35° porque en la noche estábamos a 30° y seguía haciendo calor. Salí a encontrarme con Paty para comprar mi teléfono por Brooklyn, me asusté un poco porque las calles y la zona cambió mucho, no estaba y quise llamarla pero los teléfono no funcionaban y no quería alejarme mucho de la estación, pero encontré la tienda y me metí. Paty llegó ahí también felizmente. Luego paseamos un poco por otra zona de Brooklyn muy bonita donde está el puente (en la foto). De regreso se me hizo un poco largo el camino, pero llegué sana y salva a casa. Parece que ya estoy aprendiendo a usar el metro de Nueva York, ¡yupi!