miércoles, 5 de agosto de 2015

Breves memorias de unas vacaciones


He vuelto a New Orleans luego de dos meses de vacaciones, uno en Perú y otro en México. Ha sido hermoso, intenso, feliz y también agotador, estresante, desgastante. En ambos casos hice de guía turística de Kyle, así que eso fue de un lado bonito pero también una gran responsabilidad. En el Perú fuimos a Cuzco y Nazca, en México a Tequisquiapan, Oaxaca, Guadalajara. Vimos a la mayoría de mis amigos y familia que anda por ahí, los acompañamos en varios cumpleaños, películas, almuerzos. Comimos muy rico y recibimos mucho cariño. Para mí siempre es lindo volver a los lugares conocidos, pero sobre todo volver donde está la gente que quiero. Lo que más me gustó y a la vez me dio bastante miedo fue volar las líneas de Nazca, pero todo fue excelente porque fui recomendada por un compañero de mi colegio, Tito, que tiene una empresa muy buena que da servicios turísticos. En Guadalajara visité varios lugares que no conocía, de la mano de nuevas amistades. Y en los demás fue compartir largas charlas y disfrutar de los paisajes y los reencuentros.

Casi no leí nada, sólo organicé el trabajo, revisé bibliografía. Y me puse a trabajar en el libro de Carmen Ollé que está pendiente de edición. Tenía eso sí que investigar sobre las poetas de los ochentas en Perú (para eso era el viaje), así que ahí me tienen. En México la misión era el Ateneo de México, que fue minuciosamente escrudiñado por Kyle. Tuve además la oportunidad de dictar un curso sobre dictaduras latinoamericanas en las que abordé Argentina, Guatemala, El Salvador y República Dominicana. El curso fue muy concurrido y el grupo muy interesado, así que la pasé muy bien. A su vez me pude dar cuenta cuánto había aprendido con mis lecturas de la maestría y cómo era capaz de explayarme sobre varios temas, incluso cuando surgían preguntas para las que no estaba preparada. Eso me hizo sentir muy bien conmigo misma.

De regreso en Nueva Orleans tengo que lidiar con el aire acondicionado las veinticuatro horas del día, con la humedad que me recuerda mi Lima querida y con la resistencia a volver al trabajo y las clases. Estoy aprovechando para avanzar con varios pendientes, aunque lo primero fue ordenar, limpiar, organizar la casa pues todo había quedado empaquetado. La casa de Chris está mucho mejor ahora con la cocina completamente renovada. Y por ahora sólo estamos Chris, Kyle y yo a espera de que lleguen nuevos compañeros de casa pronto. 

Tuvimos la suerte de asistir al Satchmo Summer Fest en honor al gran Louis Armstrong que así es homenajeado cada año en su cumpleaños (en la foto). Fuimos al caer la tarde y hacía tanto calor que no podía ver con mis lentes oscuros porque el sudor se evaporaba y los empañaba. Y pronto empezaremos a recibir a todos los compañeros que regresan de las vacaciones para incorporarse a las clases. Vienen dos nuevas compañeras, una norteamericana y una cubana, a quienes tenemos muchas ganas de conocer. Y por ahora, disfrutando de estos días previos para dejar todo saneado en mi bandeja de pendientes y empezar el otoño con energías renovadas.

jueves, 21 de mayo de 2015

Cosas que aprendí de la maestría


Llegó el momento de la graduación (foto), esta vez en el Superdome de New Orleans, que es el estadio cerrado más grande de Estados Unidos y cumplió un rol muy importante cuando pasó el huracán Katrina, albergando a muchos damnificados. Pero además es la casa de los Saints (¡Go Saints Go!) Hay algunas lecciones que he aprendido después de haber completado tres maestrías (maestría en estudios de género, maestría en escritura creativa, maestría en español y portugués):

1. Tres maestrías no hacen un doctorado.
2. Cada maestría me ha abierto un mundo de lecturas, ideas y pensamientos que es necesario procesar.
3. Cada maestría me ha abierto una red de amigos, de trabajos, de direcciones a seguir.
4. Una maestría no hace más fácil la siguiente.
5. Los estudios post-graduados demandan una dedicación exclusiva y un excesivo y agotador esfuerzo. (¡Oh, aquellos tranquilos años del pre-grado!)

Así que empieza una nueva etapa para mí, la del doctorado. Estoy emocionada porque es la primera vez que haré un doctorado, pero además porque las lecturas me han ayudado a definir mejor mi tema de tesis y el proceso es emocionante y estimulante (tiene que serlo porque le dedicaré los próximo tres años de mi vida).

Mi mamá vino para la graduación y fue lindo que conozca la ciudad del jazz y las second lines. Hicimos varias cosas. Fuimos al Parque Nacional Lafitte, paseamos en el barco Natchez por el Mississippi a la hora del ocaso. Visitamos el Frenchquarter, Frenchmen, el acuario, el Fly, el parque Audoubon, la Universidad de Tulane. Caminamos por el malecón, tomamos café con beignets. Comimos en Jacquemo's y en The Crazy Lobster. Estuvimos en el festival del bayou y en el Superdome. Y también aprendí que a veces el day pass es más económico, pero algo más importante que cuando pasamos de un bus a un streetcar podemos pagar tarifa de "transfer". Bueno, eso me di cuenta cuando se fue mi mamá pero servirá para próximas visitas.

Ahora el calor va en aumento y los festivales de música siguen sucediéndose unos a otros, lo que hace imposible parar en esta ciudad. También empezaré el otro semestre en una nueva casa, todo lo cual augura un nuevo comienzo, siempre interesante por las posibilidades que abre delante mío.

Aquí sigo hasta la fecha de mi viaje, intentando organizar mis archivos para que el trabajo de doctorado sea lo más ordenado posible.

miércoles, 1 de abril de 2015

New Orleans un año después


Ha pasado exactamente un año desde la última vez que publiqué la última nota en este blog. Así que resurge del olvido. Tal vez era necesario ese largo silencio en el que han pasado muchísimas cosas nuevas. En primer lugar di los exámenes de maestría y ya los pasé, así que terminando este semestre empezaré el doctorado, ¡al fin! 

Ya no nos juntamos entre mis compañeros como lo hacíamos en ese entonces, pero siguen habiendo ocasiones que nos convocan como el Seminario sobre comisiones de la verdad en Brasil y Perú que organizaron Fernando y Rebecca y que estuvo de primer nivel, me inspiró mucho para repensar los temas de mi tesis. Y poco antes el CILCA que organizaron Uriel Quesada y Maureen Shea y que fue también de primera. Ahora me encuentro en proceso de hacer las listas del doctorado para el examen que será de aquí al próximo febrero.

Tal vez lo más importante de mencionar es mi perspectiva de la ciudad. Cuando me fui de Nueva York sentí una gran tristeza por todo lo que dejaba atrás, una ciudad que me había dado lo mejor de sí en todo momento. Una ciudad con infinitos estímulos, bellos museos, pero sobre todo un grupo, amistades con las que compartí y me enriquecí esos dos años. Las amistades por supuesto han seguido su camino y aquí me he llegado a dar cuenta que si bien abandoné una ciudad llena de museos, llegué a una ciudad que es un museo.

Dos de los museos que más me gustaban en New York eran el Museo del Barrio y el Museo de Brooklyn, por ser museos vivos, uno que hacía de la ciudad su propio espacio de acción y el otro que intentaba integrar a la comunidad en su interior y así flexibilizar sus paredes, disolver las fronteras del adentro y afuera. New Orleans hace precisamente eso por la riqueza de sus tradiciones, los carnavales (Mardi Gras) que duran un mes entero y que es motivo de fiestas multitudinarias, todas en las calles, la gente saca sus sillas plegables, sus mesas, sus toldos (hasta su cocina) y ahí se la pasa viendo pasar los desfiles y gritando por beats (collares). Lo pueden ver en la foto, esperando el desfile de Endymion.

Los colectivos musicales realizan todos los domingos las Second Line, que son una suerte de procesiones musicales en los que el grupo (vestido de gala, diseños exclusivos por ellos creados), caminan por cuatro horas por la ciudad junto con una banda de música y todo aquel que quiera seguirlos bailando, cantando, bebiendo, así que también los persiguen carritos de refrescos, de cervezas y camiones de comida. Además los festivales de música y comida gratuitos abundan en la ciudad, French Quarter Festival (que se aproxima), Bayou Boogaloo, música en Congo Square y en fin, festivales que son todos los fines de semana y que para una estudiante como yo es imposible asistir por las lecturas y trabajos que tengo que hacer todo el tiempo. 

Aún cuando lo más significativo de la ciudad ocurre en las calles, se las agencian para tener el cuarto museo más importante de Estados Unidos, el Museo de la Segunda Guerra Mundial. 

No hay metro en esta ciudad y el transporte es bastante deficiente para los estándares de este país. Pero en vez de ir bajo tierra uno va por la avenida St. Charles y ahí presencia una exhibición de casas sureñas fabulosa, en la que los árboles despuntan, el verde y las flores lo domina todo, especialmente en esta época del año. Además uno va subido en el street car que es la máquina que se mueve más antigua de todo Estados Unidos. Una madera barnizada preciosa y un paseo lento pero bello. De modo que ya no me siento más triste por no estar en Nueva York. Esta ciudad es tan enriquecedora que lo único que se necesita es andar por sus calles con los ojos bien abiertos.

En otros aspectos es verdad que New Orleans muestra tal vez lo peor de la sociedad norteamericana, cierta negligencia, abandono, mediocridad, que los estadounidenses son reacios a aceptar como patrimonio suyo, así que podemos ver el sistema de transporte fallando todo el tiempo, calles interminablemente sin arreglar o arregladas a medias y por tanto obstruyendo el libre tránsito por meses, normas que no se cumplen, leyes que no se aplican. Pero a la vez es una ciudad en la que puedes tomar cerveza en la calle y que a pesar de beber la gente comparte los conciertos, los parques, los espacios públicos en completa armonía, sin riñas, sin desarreglos y se va a su casa al terminar, con el corazón contento. Una ciudad en la que todavía al pasar te dicen “buenos días”, “buenas tardes”, “buenas noches”.

Abrí el blog en el que quiero dedicarme más a temas de opinión, se llama Asuntos circunstanciales, en honor al poema de Rocío Silva Santisteban, así que se los comparto. A su vez empezaré a escribir más en este espacio nuevamente, especialmente estos días de vacaciones de primavera.

jueves, 29 de mayo de 2014

Una visita y un adiós


Fuimos con Natalia a ver Monólogos de la Vagina, la versión producida y realizada por estudiantes de Tulane. Estuvo muy graciosa, tenía partes similares a las que vi en Buenos Aires hace años ya. Otras eran nuevas, aportes de esta versión. Algunas frases se nos fueron y muchos de los chistes, pero la pasamos súper bien, salimos con el espíritu en alto, sintiéndonos empoderadas, fuerte, bellas, dichosas. Y la sala completa, que estaba a lleno total, creo que salió con el mismo sentimiento. Luego tomamos una cervecita y calabaza calabaza nos fuimos a casa. 

Empecé mis terapias físicas para mis dolores de la espalda, especialmente mi hombro derecho. Y se realizó la conferencia de estudiantes de español y portugués de la universidad, es decir Kyle, Allison, Angela, Giancarlo y Xosé. Coincidió que Camilo se encontraba en la ciudad así que él también asistió a casi todas las sesiones que empezaron desde la mañana. Yo estuve ahí todo el jueves, me perdí la salida de la noche porque teníamos clase con Fernando. La conferencia magistral la dio George Yúdice. El viernes siguieron las conferencias y en la tarde ya no pude seguir porque tenía clase del Quijote. Pero a la noche tuvimos una fiesta y de ahí nos fuimos a Frenchmen. Estuvo muy bien, terminamos en un show de bounce que es una suerte de rapeo con perreo. A mí no me gustó demasiado, pero estuvo interesante por una sola vez, para conocer. La conferencia además sirvió para conocer compañeros de otras universidades que vinieron a dar sus ponencias. Todos los temas estuvieron de primera y aprendí mucho con lo que ahí se dijo. 

La siguiente semana tuve varias reuniones con mis profesoras para hablar de los trabajos finales. Fue la despedida de Camilo que regresaba para Europa. Y vino Sofía Macher para hablar en nuestra clase sobre la guerra interna y luego dio una conferencia magistral en la que estuvo sólo un rato porque luego era mi clase del Quijote, nuevamente. Igual almorzamos con Sofía, con Fernando y con Jean y pudimos conversar largo rato. Todo lo que nos contó sobre la CVR estuvo muy interesante. Acabando su conferencia fue el festival de crawfish para los graduados. El crawfish que debe ser una suerte de langostino tiene bastante mal aspecto y el plato en el que lo sirven está entero, hervido en algún aderezo picante, pero uno mismo debe con sus santas manos abrirlo y comerlo. Cosa que yo me rehusé a hacer. Había cerveza gratis, choclo (dulce) sancochado y papitas que disfruté muchísimo. 

Luego de eso nos fuimos al Festival de Jazz del French Quarter que era también gratis. Salimos de marcha con Meng, convencida por Allison, nadie sabe cómo. Dimos vueltas por un par de escenarios que ya cerraban porque llegamos un poco tarde. Pensamos quedarnos en algún lugar en Frenchmen Street pero nos topamos con David que iba a escuchar la banda brasileña Chegadao. Angela fue a recogerlo y todos nos fuimos para allá. Ahí estaba también Silvia y varios amigos de Angela que habíamos conocido en el babyshower. Así que nos quedamos hasta tarde bailando, cantando y pasándola bien. 

Al día siguiente tenía un pase gratuito para el Zoo así que lo aproveché. Me gustó mucho, sobre todo el oso, la jirafa y en general el ambiente. Luego todavía seguía el festival del French Quarter así que escuchamos a una banda y a descansar. El domingo todavía tenía un Canoe Trip, esta vez en la tarde para poder ver la puesta de sol, la luna y las estrellas. Lo cual se cumplió, lamentablemente a costa de una gran cantidad de picaduras de zancudos y del susto de ruidos nocturnos que eran alligators. Lo supimos porque el guía con una linterna muy potente nos enseñó cómo destellaban sus ojos en la oscuridad. Y eran muchos.

Tuve mi última reunión del semestre con el ISAB. También un coffee hour con la OISS. Fui a nadar algunas veces, siempre menos que las que me proponía al inicio de la semana. Me reunió con Natalia para hablar en inglés. Allison organizó una nueva salida con pizza y cervezas, esta vez en su casa, la cual es muy bonita. Tuvimos unos días de descanso por Semana Santa. Al volver fue la sustentación de tesis de Sophie sobre las armas como íconos de la revolución mexicana y centroamericana, principalmente sandinista. Fue una sustentación realmente excelente, estimulante y memorable. Y entonces vino el último round de clases y las despedidas. John nos invitó a un restaurante de comida salvadoreña llamado La macarena, muy rico, comimos pupusas, que son muy parecidas a las gorditas mexicanas. Almorcé con Meng y luego fuimos a ver la película Lost in La Mancha de Terry Gilliam que es sobre su fallido intento de filmar una película sobre el Quiijote. Ese fue el cierre de la clase de Dale. Y empezó el Festival de Jazz, el evento más grande y más sensacional que he vivido. La pasamos súper bien, vimos a un montón de artistas de primera. Sixto Rodríguez en primera fila. Y yo empecé una frenética carrera para hacer mis trabajos finales antes de la llegada de Rubí, que llegó unos días después, justo al día siguiente del último día de clases. 

La pasamos súper bien juntas. Estuvimos en el ferry, en el French Quarter, en Frenchmen, en el Audubon Park, en Snake and Jakes, en The Mess Bar, en the Fly y finalmente, como broche de oro, nuevamente en el Festival de Jazz, el último día. Nuevamente los grupos espectaculares, memorables. Aunque íbamos con sombrero ese día el sol sí que estuvo fuerte, casi hasta el desmayo. Para entonces también el verano ya se sentía deliciosamente. Apenas se fue Rubí tuve que seguir con mi carrera, que duró hasta el jueves 8 de mayo. Ese día me di tiempo para almorzar con Ximena que ya se iba de New Orleans de regreso a México.

El viernes habiendo entregado todo, me reuní con Yuri para que me firmara su libro Trabajos del reino que devoré apenas acabé las clases y me encantó. Cumplí con algunas citas médicas y empecé a tomarme mis vacaciones. Al día siguiente hubo reunión en casa de Natalia, previa visita al Slice para la última pizza del semestre (en la foto). Y al día siguiente partimos para la playa que estuvo deliciosa. También pudimos conocer Lafayette y escuchar música cajun. Por si fuera poco empezó el festival de música en el Bayou, gratuito y refrescante. Para allá nos fuimos ya con pleno sol y casi nada de lluvia en varios días. Lo cual agradecí. Y el último día previo a mi partida una Second Line pasó por la puerta y la seguimos por cinco horas por toda la ciudad. Ahí también iba Aroldo con sus padres que estaban visitándolo. Natalia preparó empanadas vegetarianas y me despedí de ella y Fernando con mucho pesar. Pero ese fue el cierre perfecto del semestre: música, calor, diversión, amistad, cariño. 

Y entonces volé a Lima donde me esperaban con los brazos abiertos mi ciudad, mis padres y mis amigos. En lo que ya llevo aquí he visto a Tabata, que como nunca llegó puntual. He ido al cine con mi mamá a ver Blue Jasmine de Woody Allen que me gustó mucho. También he vuelto varias veces por el mercado de Magdalena. He visto alguna película en casa, he salido con Orlando, con Alfredo y con Carlos. He vuelto a ver a mi gran amigo Selenco y celebrado el relanzamiento de la editorial Dedo Crítico con la novela póstuma de Carlos García Miranda El hombre de Pompeya. He visitado a mi papá, mis hermanos, mi abuela, mi  tío Pepe. Y pues siguen los reencuentros con amistades y con la ciudad. Aunque a la vez he ido recopilando los libros que tengo que leer para el examen de maestría que será pronto y este es el periodo de preparación más largo que hay que aprovechar.

Así concluye mi primer año del doctorado y posiblemente también este blog, ya les avisaré al respecto, si es que sigo sin encontrar tiempo y energía para seguir hablando de mi vida en este foro. Tal vez debo reservar ese esfuerzo para el doctorado o para escribir sobre algunos temas de los que me interesa dar mi opinión.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Aguas de marzo

El tiempo va tan rápido que ya estamos a tres semanas de que se acaben las clases. Las clases han sido intensas, por eso no he tenido tiempo de escribir ni "mu". En el evento de Audre Lorde conocí a una estudiante nigeriana, Nzingha, muy simpática. Además vinieron a visitar la universidad postulantes al programa de doctorado y ahí conocí a Sara y a Nina, ambas súper lindas. Siempre es agradable hacer nuevas amistades. 
Fuimos con Natalia a clases de yoga en Reily, que me hizo sentir como una gringa total, levantándome tarde, haciendo yoga y almorzando una ensalada en LBC. Invité a mis amigos un ají de atún en mi casa, así que tuvimos una linda tarde de domingo, comiendo, conversando, riéndonos. 
Y empezó el carnaval, el primer desfile Krewe de Vieux fue el mejor, aunque la ciudad se volvió un caos, el transporte colapsó y fue súper difícil llegar al French Quarter. Felizmente aunque tarde llegamos a tiempo para la cena en el restaurante thai y luego el desfile (en la foto), que es muy satírico, muy sexual y no apto para menores. Nos quedamos escuchando música y regresamos a casa ya bastante de madrugada. 
Expuse sobre Biografía de un cimarrón y tuvimos examen parcial antes de carnaval en mi clase de Narrativas de la guerra interna con Fernando. Así que cuando llegaron las vacaciones yo estaba con la lengua afuera. Nos perdimos el primer desfile de Muses que es uno de los más famosos, pero luego fui a varios Bacchus, Orpheus, Murpheus (en el que vimos a Quentin Tarantino), Zulu, Rex. En todos te lanzan un montón de baratijas pero es igual divertido. Lo malo es que tiran puras cosas inservibles y de plástico. Lo mejor es que la ciudad toda anda en son de fiesta, así que uno se contagia y se pone a beber, cantar, bailar con los amigos. Eso hicimos a pesar del frío que hizo esos días en la calle. Lo mejor fue el último día (el Mardi Gras propiamente dicho), que la pasamos en casa de Kyle. Su compañero de casa hizo bebidas y como es un desfile que empieza a las 8am, para el medio día ya todo el mundo andaba bien alegre. La pasamos muy bien. Como seguían las vacaciones, aprovechamos de ir a la peluquería con Natalia. También aproveché de ver algunos capítulos de la serie de televisión Treme que transcurre en New Orleans, después de Catrina, de la que me habían hablado mucho. No es tan divertida, es un poco lenta, pero es igual interesante saber un poco más de la ciudad en la que vivo ahora.
Volver a clases después del relajo generalizado del carnaval fue difícil, se pegan las sábanas y no te dejan levantar. Pero con esfuerzo lo logré. Estuvimos en Frenchmen escuchando música. Fue la sustentación de tesis de Caroline a la que asistí. Vi un documental sobre Mercedes Sosa. Salimos a comer sushi con los graduados y luego una fiesta en casa de Fernando. También fue el babyshower de Angela que ya está con la pancita bien grande. 
A mi rutina de clases se añadió una responsabilidad más y es que postulé para el Directorio de Estudiantes Internacional (ISAB) de la Oficina de Estudiantes Internacionales (OISS) y me aceptaron. Así que he tenido un par de reuniones con ellos. El grupo es muy chévere, muy diverso, de casi todos los continentes, aunque una gran mayoría chinos y del área de ciencias. Pero estoy aprendiendo y creo que los resultados se dejarán sentir pronto. Hay un muy buen espíritu en el grupo y eso me alegra, ahí también voy haciendo nuevos amigos, verdaderamente internacionales.
En cuanto a mis lecturas han sido muy estimulantes, sobre todo las relacionadas con las narrativa de la guerra interna en el Perú. Además de las que ya mencioné he leído Los rendidos de José Carlos Agüero, Memorias de un soldado desconocido de Lurgio Gavilán Sánchez, Para no olvidar, texto con testimonios de un concurso sobre memoria política donde sale el texto de Patty Fernández; también el libro Entre prójimos, un excelente estudio antropológico de Kimberly Theidon y releí Rosa Cuchillo de Óscar Colchado. Esta clase en general, si bien es muy demandante en términos académicos, para mí es mucho más un reto emocional porque me pone en frente un tema tan difícil que ha ocurrido en mi país, en mi patria querida, que inevitablemente me toca, me hace pensar, me hace acercarme al Perú de otra manera. Y me deja a veces mucha desazón, preguntas, miedos, dudas, ganas de tomar el toro por las astas.
En mis otras clases también la paso bien. Con el Quijote seguimos riéndonos y aprendiendo a reconocer a los encantadores (buenos y malos). En mi clase de estudios culturales también han sido muy interesantes las lecturas sobre todo la de Barnet que ya mencioné y la Autobiografía del esclavo poeta de Juan Francisco Manzano, pero además muchas lecturas sobre música (cubana y el tango) y también el barroco, que me ha encantado (sobre todo el texto de Sarduy). En la clase con John vemos un montón de autores interesantes y las clases con él son estimulantes, pero lo mejor ha sido empezar a pensar mi tema de trabajo final en el que haré el encuentro con lo extraño, lo monstruoso y lo bárbaro en el encuentro entre el viejo y el nuevo mundo. Mis clases de portugués están divertidas, leímos un cuento de Clarice Linspector y creo que voy aprendiendo un poco más, aunque es difícil igual. En las clases de inglés también la pasamos bien. Además tengo una estudiante con la que practico inglés, nos vemos cada quince días, es muy simpática, se llama Natalia. Y bueno, siempre con el tiempo en contra pero tratando de disfrutar lo que hago.
El clima sigue muy cambiante y la primavera no quiere llegar, aunque ya se ven flores bellas por toda la ciudad, sólo falta que el calor se instale porque hay días que está muy caliente y luego otra vez baja la temperatura. Pero cuando hace calor yo salgo con mi minifalda que estoy aprendiendo a usar pero que me hace muy feliz porque es la mar de cómoda. Y cuando baja la temperatura un poquito vuelvo a salir con mi minifalda y con medias. Pero ya luego debo volver al pantalón aunque con la ilusión de dejarlo colgado muy pronto.

martes, 4 de febrero de 2014

Spring 2014

Los últimos días en Lima asistí a una reunión de escritoras peruanas que disfruté mucho porque pude conocer a un montón de mujeres muy interesantes. Fui a comer lomo saltado de pescado y en casa hicimos ají de atún, mi favorito. Pasé tiempo con Inés, vi el Hobbit, estuve en la misa de Ana, vi a Conce, a mi tío Oscar, a mi tío Pepe, a Gustavo, a mi papá, a mis hermanos, a mi amiga Luz que está esperando un bebé. Y sobre todo disfruté del clima perfecto de Lima que me animó incluso a ponerme una minifalda.
Hasta que tuve que viajar a Nueva Orleans en donde me recibió un clima cálido y la alegría de mis amigos Fernando (bis), Natalia, Kyle, Meng, Silvia. Además un hermoso ramo de tulipanes que me alegraron cada día. Coincidí unos días con la familia de Natalia (su mamá y su hermana), así que paseamos juntas, fuimos de compras, tomamos mate, almorzamos. Llegando no más me fui a clases y empezó la maratón de lecturas, más que yo llevaba unas cuantas atrasadas. Me tomó tiempo ponerme al día. Retomé la natación, recibí los comentarios sobre mis trabajos finales del semestre pasado, aproveché las ofertas de invierno en las tiendas, conocí Metarie el centro comercial y fui a ver Her de Spike Jonze, que dicho sea de paso no es tan buena.
Me despedí de Alina que se regresó a Argentina y nos llegó una baja de temperatura extrema que hizo que cerraran la universidad dos días, los cuales disfruté muy calientita en casa. Hubo un tour para el lugar donde están guardados los carros alegóricos que saldrán para el carnaval. Ahí nos tomamos fotos (en la foto), vimos todo el proceso de elaboración o reelaboración de los carros alegóricos pero sobre todo nos informaron sobre el carnaval y ya estoy expectante de su llegada.
Este semestre estoy llevando una clase sobre el Quijote, otra sobre las Narrativas de la guerra interna en el Perú, Estudios Culturales y Literatura de la Conquista. Además del portugués y el inglés. Así que estoy revisando algunos textos ya leídos antes y encontrándome con otros que era necesario leer como Muerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda, Adiós Ayacucho de Julio Ortega, Lituma en los andes de Mario Vargas Llosa. 
Y así tan callando llegó febrero y con él, un Coffee Hour con King Cake que curiosamente como a la manera mexicana tiene un bebé dentro y si te toca debes traer el cake el próximo año (a mí no me tocó). También empezó la celebración por los 80 años del nacimiento de Audre Lorde, así que asistí a la exhibición de un video, The Edge of Each Other´s Battles. The vision of Audre Lorde de Jennifer Abod. Y espero seguir asistiendo a otros eventos, además de ir corriendo a buscar sus libros.

lunes, 6 de enero de 2014

Dos adioces

Pasamos una navidad tranquila en familia. Como siempre mi mamá y yo nos encargamos del arroz, de las ensaladas y del chocolate; Belissa del pavo y de los purés, mi tío Pepe trajo el champán y mis primos trajeron otro arroz y además agua de jamaica, el toque mexicano. Nos la pasamos jugando tren que estuvo muy intenso porque como éramos un montón casi llegamos al número máximo de jugadores. Con los nuevos cambios en casa ya no entraba el arbolito, así que tuve que adornar a Dido con lucecitas, pero sólo en la víspera, luego se las quité por el calor. El clima estuvo excelente y la puesta de sol fabulosa.
Aproveché de hacer un poco de turismo y fui al Morro Solar donde se ve un bonito panorama de Lima,  del litoral. Luego estuve en La Herradura comiendo un rico arroz chaufa de pescado con cervecita y cancha. Me encontré con Rodo y Virginia, estuvimos en Olvídate Bar donde probamos una cerveza artesanal que se hace en el Perú, se llama Amarilis, hay de tres tipos de trigo, cacao y roja. Probamos la de trigo, es más fuerte que la cerveza convencional. Luego nos fuimos al Queirolo por Pilsen y sánguches de lechón, aceituna y mixto. Estuvimos hablando de los ritos para recibir el nuevo año.
Tuve que hacer mudanza de toda la biblioteca para que mi mamá pueda alquilar la casa. La mayor parte de los libros se los devolví a mi papá. Otra parte la guardamos en cajas hasta que podamos encontrarle un lugar apropiado, otra parte sobre todo de cosas de difusión se la dimos al maestro Yauri para la biblioteca que están haciendo en su pueblo. Boté una gran cantidad de papeles, de separatas y demás. Aunque algunas, sobre todo las de género, se las pasé a un grupo de lectura en San Marcos. Me dio gusto que tuvieran un fin útil.
También hice un poco de turismo. Fui al Museo de Oro que la verdad me decepcionó un poco. Para ser un museo caro debería tener el espacio mejor organizado, se nota que le falta la mano profesional que lo actualice, que vuelva a poner los letreros, que organice mejor las piezas, que haya menos en exhibición pero mejor presentado, así se podrían hacer exposiciones temporales mostrando parte de la colección, bajo temas específicos. Igualmente con la parte del oro, siento que le falta una cronología de ubicación de las piezas, mayor información. De todas formas fue interesante ir. Además estuve en el MALI, en el que habían dos exposiciones Cuerpo Ambulante, que han querido censurar por las imágenes que ponen en juego la figura de Santa Rosa de Lima; y Perder la forma humana, que es sobre las formas de resistencia, sobre todo de enfrentar las dictaduras y a los gobiernos de turno desde posturas artísticas.
Nos fuimos a Casma para recibir el año en El Farol, luego a Tortugas a pasar unos días en la playa. A la ida el bus Tres Estrellas cometió casi todas las infracciones de tránsito habidas y por haber. Empezando por no pedir documentos al subir al bus, subir pasajeros en la carretera, no contar con aire acondicionado, vender un pasaje directo aunque paró múltiples veces, fue por encima de la velocidad permitida. En fin, de regreso decidimos volver en Tepsa, mucho mejor servicio, ni punto de comparación. Era la primera vez que iba y me gustó mucho Tortugas. El agua es fría pero como al caer la tarde es fresquita, perfecta. La playa es mancita y se la pasa uno muy bien porque hace bastante calor, pero también corre viento. En el viaje conocimos a un chico abogado, Alex, que nos acompañó y nos hizo más ameno el recorrido. Lamentablemente tuvimos que regresar antes porque falleció Ana Olea (en la foto antaño) y mi primo Oscar Portugal J. Ana tenía cáncer, se había recuperado pero recayó y pues la enfermedad hizo mella. Mi primo Oscar fue atropellado por algún inescrupuloso que pagó para que no dieran parte pues presumimos estaba borracho, se avisó a la familia recién diez días después y hubo que enterrarlo inmediatamente. Eso ha sido lo más triste, estas dos terribles pérdidas.
Al menos me consuela que tanto con Ana como con mi primo pude compartir muchos momentos bonitos y verlos y conversar meses atrás. Estoy segura que Ana está haciendo reír a todos allá a donde está y confío que mi primo haya encontrado la tranquilidad y la serenidad que quizá en vida no pudo disfrutar. A pesar de estas tristezas la vida sigue, mi abuela Luisa cumplió 90 años y lo celebramos con una comida en su casa.
Acabé el libro de Evocación que me presentó un lado bastante conservador del Che Guevara, el de sus relaciones amorosas. Pero también más información sobre Cuba y su propuesta política. Especialmente la consecuencia y la integridad del Che Guevara en cuanto a la necesidad de liberar al mundo del capitalismo es encomiable. Empecé ahora Demasiada Felicidad de Alice Munro, honrando su reciente Premio Nobel. Este libro me gusta mucho más que Las lunas de Júpiter que sentía era desigual y no tan interesante, hasta donde he leído me está gustando mucho, los cuentos me parecen mucho más elaborados. He visto También la lluvia (2010) de Icíar Bollaín porque es una de las primeras tareas para mi clase de Estudios culturales que llevaré este semestre que ya casi empieza.
Aquí el calorcito está rico y allá al parecer siguen con un frente frío de temer. Eso y el trabajo que me espera en el nuevo semestre me desaniman un poco de volver. Pero pues ya he empezado a hacer maletas. He ido a Gamarra por algunas cosas que necesitaba comprar. También he visto a Inés que ha coincidido en Lima unos días mientras sigo aquí. Y pues espero seguir aprovechando de estar con mi familia y amigos cercanos.