domingo, 18 de agosto de 2013

Adiós mi Lima bella

Finalmente tuve mi cita en la embajada norteamericana y me dieron mi visa de estudiante por cinco años. Retomé algunas sesiones con Fryné para repasar con ella reflexiones que he tenido sobre mí y para irme un poco más fortalecida en esta nueva aventura del doctorado. Fui donde la dentista que me hizo limpieza y me despachó por un año, espero volver a librarme de las caries la próxima vez. Renové mi DNI y concluí con los pendientes en Runa.
Fui con Tabata a escuchar a Eva Ayllón a la Feria del Libro, presentó un espectáculo dedicado a Chabuca Granda que estuvo excelente. Cantó varias canciones que yo no había oído.
Tuve la grata sorpresa de que pasó por Lima una amiga de Stalin, también colombiana, llamada Pilar. Así que salí con ella, estuvimos en un recital de poesía en la librería Sur, luego fuimos a Barranco, la pasamos muy bien y me alegró tener una nueva amiga. También estuve en la presentación del nuevo libro de cuentos de Rocío, Reina del manicomio. Finalmente acabé de leer Reality Hunger, y sigo sosteniendo lo que ya había mencionado al inicio, demasiado largo, algunas ideas interesantes pero que pudieron decirse de forma más directa y demasiado gringo para mi gusto. Y me leí El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince, regalo de Stalin. La disfruté mucho. Estuve también en la presentación de la plaqueta que hizo Carmen Ollé en Sur, Réquiem.
Y agosto empezó y trajo la alegría del Festival de cine latinoamericano de Lima pero también las despedidas. Entre las películas que vi están Las cosas como son (Chile) de Fernando Lavanderos, Carne de perro (Chile) de Fernando Guzzoni, La pasión de Michelangelo (Chile) de Esteban Larraín, que lamentablemente vimos comenzada porque pusieron mal el disco en Cineplanet San Miguel; Todo lo que necesitas es amor de Susanne Bier, Tercera llamada (México) de Francisco Franco, Edificio Royal de Iván Wild, El sonido alrededor (Brasil) de Kleber Mendoca que lamentablemente nos fue interrumpida por una vendedora de caramelos, justo en el momento cumbre de la tensión fílmica; No quiero dormir sola (México) de Natalia Beristáin, Wakolda (Argentina) de Lucía Puenzo, 7 cajas (Paraguay) de Juan Carlos Manegla y Tana Schémbori, La película de Ana (Cuba) de Daniel Díaz Torres, Viaje a Tumbuctú (Perú) de Rossana Díaz Costa con música original de Abraham Padilla; Beasts of the Southern Wild (USA) de Benh Zeitlin y La revolución de los alcatraces (México) de Luciana Kaplan. Todas las disfruté mucho pero mi favorita para el premio en ficción sería 7 cajas y en documental la indiscutible mejor película peruana del año Sigo siendo de Javier Corcuera, un homenaje al agua y a la música y la conjunción de ambas que es lo que nos da la vida (en la foto). La cual vi gracias a las influencias y generosidad de Chaska a quien estoy y estaré eternamente agradecida por ese bello regalo de despedida, así como a Javier Corcuera que la creó en primer lugar.
Las maletas ya casi listas, mucha emoción pero también tristeza de dejar mi tierra bella y todos los que más quiero.