viernes, 26 de febrero de 2010

Hoy ten miedo de mí

Hoy ten miedo de mí

Hoy que llevo en la boca el sabor a vencido
Procura tener a la mano un amigo
Que cuide tu frente y tu voz
Y que cuide de ti, para ti tus vestidos
Y a tus pensamientos mantenlos atentos
Y a mano tu amigo.

La importancia de verte
Morderte los labios
De preocupación
Es hoy tan necesaria
Como verte siempre
Como andar siguiéndote con la cabeza
En la imaginación
Porque ¿sabes? y si no lo sabes no importa
Yo sé lo que siento, yo sé lo que cortan
Después unos labios
Esos labios rojos y afilados
Y estos puños que tiemblan de rabia
Cuando estás contenta
Que tiemblan de muerte
Si alguien se te acercara a ti

Hoy procura que aquella ventana
Que mira a la calle en tu cuarto se tenga cerrada
Porque no vaya a ser el viento de la noche
Y te mida y recorra la piel con mi aliento
Y hasta te acaricie y te deje dormir
Y me meta en tu pecho y me vuelva a salir
Y respires de mí
O me vuelva una estrella y te estreche en mis rayos
Y todo por no hacerme un poco de caso
Ten miedo de mayo
Y ten miedo de mí

Porque no vaya a ser que cansado de verte
Me meta en tus brazos para poseerte
Y te arranque las ropas y te bese los pies
Y te llame mi diosa y no pueda mirarte
De frente y te diga llorando después
Por favor tenme miedo
Tiembla mucho de miedo mujer
Porque no puede ser

jueves, 25 de febrero de 2010

Campos de vida


Desde hace mucho tiempo que confío en el poder de la mente así como en la alimentación naturista para mantener la salud y el bienestar. He conocido a muchas personas que se han curado de enfermedades graves sólo con esos elementos: voluntad y alimentos sanos. Esta creencia ha sido la conjunción de varios factores, entre ellos, llegar a Campos de vida. En esta asociación venden alimentos saludables, además de deliciosos, revalorizan los productos andinos que fueron desplazados por la imposición de la cultura occidental también en el nivel alimenticio y además dan charlas sobre diferentes temas. Una que me gustó mucho fue aquella sobre el Tocosh, poderoso remedio de la fermentación de la papa que limpia los pulmones y fortalece las defensas; sobre la maca, sus propiedades, sus mitos y la manera en que se prepara; entre muchos otros temas. Las conferencias son gratuitas, todos los miércoles a las 6:30pm, pueden revisar en la página los temas. Ayer fui y hablaron justamente de la salud y la nutrición, de la fuerza que tiene el cuerpo para curarse, en lo que es básico el dominio de las emociones. Y entonces comentó cuatro elementos para ello, primero desechar pensamientos limitantes. Por ejemplo, seguro que muchos dirán, que la comida que ahí se hace es horrible, incluso antes de probarla, eso es un pensamiento limitante, no abrirse a nuevas ideas, a nuevas sensaciones, como decía la doctora, hay que abrir el corazón y la mente para evitar que luego un médico lo haga por ti. Lo segundo era aprender de los enemigos, es decir, sacar enseñanzas justamente de esas situaciones que nos parecen tragedias, que nos desestabilizan, esos enemigos de nuestro bienestar nos ayudan si logramos enfrentarlos con sabiduría. En tercer lugar, afirmarse en la identidad y en las raíces, estar orgulloso de quién se es y aceptarnos como somos, en la búsqueda siempre de mejorar y fortalecernos. A nuestro espíritu hay que alimentarlo, sumar experiencias, fortalecerlo. Si van le recomiendo el chupe verde (que además es un desparasitador natural), el pie de manzana y las empanaditas.

martes, 23 de febrero de 2010

Mi causa


Hay un restaurante en la Av. La Mar en Miraflores que se llama Mi causa, especializado como su nombre lo dice en causa, el típico platillo peruano hecho a base de papa amarilla, que es amasado con ají amarillo licuado, limón y sal. La causa se rellena de muchas cosas, es una cama de papa, luego el relleno y encima otra vez la cama de papa. La más típica es de pollo con mayonesa o de verduras con mayonesa, una variante sería con atún. Encima se le echa un poquito de culantro picado, una rebanada de huevo cocido y una aceituna negra. A mí me encanta la causa, en los restaurantes de pescados o cevicherías las hay con pulpa de cangrejo por ejemplo, que es deliciosa. Fuimos el domingo a Mi causa, que también juega con el sentido de causa como pata, amigo, chochera, como se le llama a los más entrañables. Había una variedad de causas en la carta que se veían apetitosas, había variedad de rellenos como de lomo saltado, de corvina a la plancha, francesa que era con champiñones y cebolla blanca. También había variedad de papas, además de la amarilla, papas nativas y otras primas de la papa; pero todas estas no habían porque sólo de abril a diciembre es que se las surten. Yo pedí la causa de corvina a la plancha con verduras a la plancha, aceitunas y alcaparras. Pero, ¡era trampa! porque sólo venía una camita de papa y al lado el pescado, ¡eso no es causa! Igual pasó con la de lomo saltado que pidió Francisco, era un poco de papa y encima y a los lados el lomo saltado (sin papa); y también con la francesa que pidió mi mamá. Así que terminamos comiendo puré acompañado de otras cosas, porque la causa es la causa y la gracia hubiera sido que pudieran rellenarla con todos esos ingredientes noveosos. Además, la de lomo era la más contundente, las otras dejaron un huequito que pude llenar con un segundo, pero ya nos habíamos gastado 28 soles en cada causa (10 dólares) y más las bebidas salió como cien soles la cuenta. Nos dieron un poquito de otra causa, escribano mientras esperábamos, que esperamos bastante, y pan chapla petit, muy rico, ¡pero sin mantequillita para huntar! En resumen, no recomendable, es caro y tramposo ¡porque eso no es causa!, lo digo yo y todas las personas a las que se lo comenté pensaron igual y seguro que ustedes también. Lo único es que esto nos puede enseñar a innovar un poco más en casa sobre los rellenos de la causa, al menos yo pienso hacerlo que por cierto mi causa me queda deliciosa.

sábado, 20 de febrero de 2010

Música: inspiración y obsesión


Mi relación con la música es extraña. A pesar de que he estudiado varios instrumentos (piano, flauta, guitarra) yo escucho poca música, mi relación es completamente pasiva, la música me llega, yo no la busco. Esto sea quizá porque no puedo trabajar, escribir o leer con música, que es lo que casi siempre estoy haciendo. Así que cuando me involucro con canciones, autores, cantantes es porque alguien me los presenta, los trae hacia mí, me regala un disco y últimamente porque voy a un concierto, que es la forma más intensa de acercarse a la música. A veces el contacto es directo y fulminante, a veces toma su tiempo, recuerdo luego una frase, una palabra, un ritmo y entonces me voy aproximando hasta que involucro ese aprendizaje como parte de mi vida. Al principio parece que no le doy importancia, que hasta desprecio ese compatir de la música que alguien me trae, pero no es eso, es que me toma tiempo, es que voy poco a poco, es que reacciono con efecto retardado a ciertos estímulos. Y por eso, porque mi relación es esencialmente pasiva es que cuando me preguntan qué tipo de música escucho respondo que "de todo un poco", lo cual es muy mal visto entre los entendidos de la música, como me han dicho, entre otras personas mi niño Antonio. De este modo han llegado muchas canciones y muchos autores, Bebe por Tabata, Cerati por Rubén, Buika por Montse (por sólo mencionar algunos más o menos recientes), así como los hits del momento por las distintas combis en las que me subo. La música además, aparte de su sentido de diversión, para el baile, puede generar dos cosas: inspiración u obsesión. Cuando me inspira hasta dejo de escucharla y me transporta a la página en blanco, me provoca palabras, sensaciones, aluviones de ideas, muchas de las cuales se han hecho realidad. No en vano mi primer libro venía con su repertorio musical en CD, (quizá cada libro se escriba así, con un sound track de inspiración). Pero a veces me genera una obsesión persistente, como si hubieran tocado un punto sensible y escucho y escucho obsesivamente una letra, la persigo.

Estas dos cosas me han ocurrido hoy, la obsesiva con la canción de Líbido, la inspiración con el concierto que dio Daniel F en la Feria del Libro itinerante que está en estos días en San Miguel. De Daniel F me gustó una canción que dijo no estar en ninguno de sus discos pero que trata de dos personas que se gustan, que se atraen pero que nunca dan el primer paso, que no se mandan. La letra fluye, es como un largo poema sin estribillo, es como una historia que se asoma. Por cierto que lo mejor fue cuando un niño gritó a voz en cuello Al cole yo no voy más, pidiendo uno de sus temas favoritos (otras que tocó fueron: El oso, En la travesía de tu ausencia, Distancias, El hombre que no podía dejar de masturbarse y algunos títulos que no recuerdo). La obsesiva es Malvada de Líbido y no es que este grupo me gusta, ¡para nada!, pero me ha dejado una sensación, un sentimiento que no me abandona, ese acelere de la letra, de la bateria, la voz casi en grito.

Soy la dueña de mi alma



Esta semana ha sido mejor que la anterior, al menos han sucedido varias cosas que me han alegrado mucho. Primero que me reuní con Rocío y le gustó mi propuesta de sílabo, estaba insegura al respecto pero ya me dijo que podía seguir adelante con la idea. Segundo, pasé una tarde con mis primas y sobrinos y como son tan pocas las ocasiones que tenemos de compartir, realmente fue algo muy bonito. Además me invitaron a hacer una reseña sobre La teta asustada para una revista y finalmente me hicieron la entrevista en la radio. Estuve con Inés toda una linda tarde y luego fui al cine a ver Invictus que me gustó mucho, es cierto que se le escapa eso de "Estados Unidos vengan a invertir en nosotros", pero la historia te atrapa, apesar de su sencilles moviliza muchos sentimientos básicos de unión, fraternidad, esperanza. Yo que soy una casi completa ignorante sobre la historia de África (o sin el casi), realmente aprendí cosas con la película. Lo más bonito son al menos dos enseñanzas de Mandela, aquella de cómo una persona que ha estado encarcelada por casi treinta años sale con la capacidad de perdonar a quienes le hicieron eso y luego el poema que se repite varias veces, que es de Willim Ernest Henley:


Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

jueves, 18 de febrero de 2010

Yo vendo unos ojos negros


Es muy posible que muy pocas personas conozcan a la escritora ecuatoriana Alicia Yáñez, yo no la conocía hasta que estuve en Quito el año pasado para el congreso de la AILCFH. Y eso que creo conocer a varias escritoras dado que las busco y las persigo, como parte de una apuesta personal y académica de recuperación de voces de artistas que puedan enriquecer mi visión del mundo y poner en cuestión la visión hegemónica masculina (y muchas veces también machista). Me sorprendió sobre todo la cantidad de obras que tenía publicadas, al rededor de veinte, que yo desconocía. También me sorprendió el hecho de que una mujer que pudo empezar su carrera como escritora sólo hasta que murió su marido y sus hijos fueron adultos, echara leña al fuego contra las feministas por supuestamente atacan lo más esencial de la mujer que es el ser madre. Ni las feministas lo atacan ni creo que sea lo más esencial de la mujer. Me pareció terrible que una mujer que había padecido en carne propia el sacrificio de una vocación íntima por una vocación social no fuera capaz de visibilizar esa diferencia cultural. Lo loable es que más allá de los años se aventuró en la escritura con éxito llegando a ser actualmente la mejor escritora ecuatoriana y además la receptora de una beca del Estado que financia su actividad artística, algo que muchos matarían por tener pero que es impensable en un país como el Perú que le da tan poca importancia a sus artistas y que considera la cultura la última rueda del coche. Todo eso era mi opinión hasta que leí su libro. El libro que leí se llama Yo vendo unos ojos negros y fue un sufrimiento terrible, realmente, como me pasó también con El padre de Blancanieves, con la salvedad de que en Gopegui la trama ya la reflexión filosófica aminoró la mala prosa. En este caso no fue así, me parece que el libro está lleno de lugares comunes, de frases hechas, de un esencialismo peligroso y de un cuestionamiento precario de la realidad de la mujer y su situación subordinada que no puede escapar de una visión religiosa y moralista de la misma. Realmente me sentí bastante decepcionada con el libro, quizá haya otros más logrados, pero en este el tono de clase de escuela implica un lector y una lectora demasiado cándido e inocente, mismo que yo no soy. Pienso que quienes puedan compartir esta misma opinión contraatacarán contra las mujeres, pero la falta de calidad literaria no es monopolio de nadie, felizmente. Sin embargo, sin duda políticamente hablando, las mujeres seguimos en el ojo de la tormenta y un error, cualquiera, es simpre un argumento en contra de la libertad, de la capacidad creativa y de la igualdad social por la que se lucha. Me reafirmo en la necesidad de que las mujeres escriban y puedan acceder a ella de manera democrática y real, no avalo cualquier estética por estar escrita por una mujer, sino la posibilidad de cometer errores, rectificarse y mejorar como cualquiera; posibilidad que negando su escritura, tachando su historia, borrándolas de la memoria, es nula. Y sigue siendo lo más difícil encontrar ese punto medio, que no sea ni favoritismo ni desventaja, ni sobreestimación ni subestimación, ni todo lo malo ni todo lo bueno, ni la norma que se cumple ni la excepción a la regla, ni el olvido ni la imposición forzada, ni el grio ni el silencio, sino ese justo punto medio en el que podemos ser y existir en comunidad y en paz.

domingo, 14 de febrero de 2010

Históricos encuentros




Estando repartidas por el mundo, entre Canadá, Alemania y México, nietas y bisnietos, casualmente este mes de febrero coincidieron en Lima la mayor parte de la familia Huamán, así que hicimos no poco escándalo tratando de tomar la foto más esperada por todas las revistas de moda del mundo entero. Lo más difícil fue poner en la misma toma, en el mismo momento y lugar a todas y todos los presentes, que después de varios flashes se dispersaron más rápido que inmediatamente así que quién sabe si se presente una nueva ocasión. El autor, mi tío Pepe que no quiso salir en la foto. Y también la familia Andía se vio unida por mi abuelito, todos los nietos presentes, apesar de estar repartidos por el mundo, entre México, Estados Unidos e Iquitos, ahora en Lima.

viernes, 12 de febrero de 2010

La sunat y Kafka


Hago mi declaración anual y me sale un saldo a favor para devolución, así que pido la devolución, te avisan por correo sunat si te aceptan. Yo estuve los primeros días viendo a cada rato el mail, después al mes quise entrar y justo la plataforma estaba fallando, entonces lo olvidé y al entrar este año me habían aceptado la devolución pero cuando quiero hacerla efectivo me dicen que ya había caducado. Así que consulto por teléfono y hay que llenar el formulario 4949 personalmente en una agencia. Voy al Callao, que dicho sea de paso se ve muy ordenado y limpio, entonces pido orientación de cómo llenar el formulario, pero además había que adjuntar una carta pidiendo la emisión del cheque nuevamente. Entonces me voy y regreso al día siguiente, se supone que todo estaba ya sólo para entregar. Vuelvo a pasar a orientación para que lo revisen, le dan el visto bueno, me acerco a la ventanilla para entregar y el muchacho se demoraba, consultaba al de al lado, al de más allá, al superior y así poco a poco toda la sucursal del callao estuvo ahí revisando y checando el expediente, me mandaron sentar y yo veía cómo pasaban los minutos y las horas y nada, se amontonaban, ponían caras de preocupación, nadie entendía nada. Hasta que al final vienen a decirme que hay un error en el sistema, entonces que vuelva más tarde o que me van a llamar. Parecía realmente que ese formulario nunca se había utilizado ni visto en esa oficina. Regreso en la tarde y ya se había solucionado el problema que parecía electrónico pues cuando reviso el formulario estaba llenado exactamente igual, con sólo un cambio que el chico en ventanilla intentó pero no logró que le aceptara la máquina. En fin, nuevamente tengo que esperar el mail, tendré que checarlo diario, para no volver al mundo kafkiano.

lunes, 8 de febrero de 2010

Querido abue


Mi abuelo Pedro, era casi el menor de seis hermanos: Jesús, Leonor, Santiago, José, Roberto, todos los cuales ya lo habían dejado solo. Aunque desde que era joven y fuerte a sus sesenta años, se consideraba viejo y decía que se iba, recién hoy en la madrugada nos dejó. Podría contar tantas cosas de mi abuelo, porque he compartido con él muchos años, sobre todo en mi niñez cuando íbamos de la mano para todas partes juntos, obligados porque yo era su única nieta y mis papás trabajaban ambos. Sé que nos hemos querido y nos hemos acompañado el tiempo que nos ha tocado y que donde esté seguiremos queriéndonos y estando juntos. Quiero recordarlo ahora cantando su vals favorito "Alma, corazón y vida, esas tres cositas nada más te doy", haciendo sus crucigramas y soñando con un día ser millonario, porque decía que ser viejo y pobre era lo peor. Pero mi abuelo no era pobre, ni era viejo, lo que sí, era melancólico y creo que esa melancolía fue lo que lo terminó consumiendo y lo llevó al abandono. Ya había dejado casi la completa potestad de su cuerpo a las personas que lo cuidaban, hablaba poco y casi no se le entendía, pero sé que el viernes que fue el último día que comimos juntos con lucidez me reconoció y estuvo ahí sabiendo que estábamos con él. Esto porque desde un tiempo hasta acá hacía un tratamiento naturista para controlar su parkinson que ya nos lo hubiera arrebatado hace al menos un año, en que no podía caminar y no reconocía a nadie. Quizá un dolor tan grande como el de hoy fue aquel de verlo voltearme la cara sin saber quién era yo, ¡su nieta querida! Tuve la dicha de publicarle sus cuentos, en los que narra las anécdotas de su tierra y también tengo la de poder estar hoy aquí acompañándolo en su último paso por los parajes de su vida. Seguro eligió este momento porque todos sus nietos están aquí ahora, casualmente. No he tenido miedo más grande en estos años que he estado fuera del Perú como el de se fuera sin yo poder estar a su lado. Te quiero mucho abue, gracias por todo lo que nos has dado, por tu presencia que sigue en nuestros corazones.

domingo, 7 de febrero de 2010

El amor: la dictadura y el dolor


He leído Niña errante, las cartas que le escribió Gabriela Mistral a Doris Dana, su pareja y acompañante personal en los últimos años de su vida. ¿Por qué nos llegan los libros en un momento de la vida y no en otro, por qué optamos por leerlos ahora y no antes, no después? Son ese tipo de cosas las que me hacen creer que el azar es una fuerza más poderosa y más sabia que la casualidad, la sin razón, la mera coincidencia. Lo primero que me dije a mí misma, fue, ¡cómo me parezco a Gabriela Mistral!, o simplemente a cualquier ser enamorado, apasionado para quien el otro es el aire, el todo. Primero me hizo confiar en el amor, en la posibilidad de que un encuentro, por más breve y esporádico, puede insuflar un amor profundo e intenso y la lucha que hay que darle para que sobreviva, pues Gabriela, a pesar de la esquiva personalidad de Doris, a pesar de sus largos silencios, ¡esos silencios!, persiste, insiste, consigue. Pero también me hizo sentir parte de ese infinito dolor, el de la ausencia, la lejanía, la incertidumbre, el vacío, alimentado por el silencio, por un diálogo que nunca se concreta, por la sensación de estarse escribiendo cartas a sí misma. Gabriela llena ese vacío con su inseguridad, con el miedo a perder a su amor y esa combinación la lleva a la desolación, a la infinita tristeza que sólo en parte se ve recompensada por una relación que a pesar de todo se mantuvo en el tiempo, que la hizo feliz. Sí, la hizo feliz, sin duda, a costa de bastante sufrimiento. Cuántas veces se hizo fuerte y simuló una ruptura, un punto final, con el único propósito de generar una reacción y ante la persistencia del silencio, ella cedió, porque su corazón seguía palpitando. Esta inseguridad que le genera la errante Doris, hace de Gabriela una pequeña dictadora, al exigir, diez líneas cada ocho días, como cuota mínima para su afecto, para su adicción, su pasión, su vida. "Yo necesito de tu presencia de una manera violenta, como del aire. Parece que estuviese viviendo una asfixia. Es eso exactamente"(117). Ha sido un reencuentro con mis propias obsesiones, una suerte de desdoblamiento que me ayuda a comprenderme mejor y espero también a ser mejor.
Aunque repetitivas por las obsesiones que se reiteran: el dinero, sus casas, los asuntos de salud, de su servicio consular, del servicio doméstico, los viajes, su desconfianza en la gente, su delirio de ser siempre espiada; nos muestra íntimamente a Gabriela Mistral en la plenitud del sentimiento amatorio, su dictadura y su dolor. "¿Por qué tú, niña errante, te haces querer tanto? Es malo para quien te quiere y para ti resulta fastidioso"(288).